La Ciencia Ficción también es ese valle amplio donde el Manga también se las trae. Y es que quizás es mejor preguntarse cuál de los géneros es el único en el que el Manga no tiene una obra buena. Casi con cualquier tema dentro de esos mismos géneros. Obras que con un mínimo que te pongas, atraen, títulos la mayoría con un hilo conductor original. Y con “original” quiero decir diferente, por que los mangas buenos tienen ese toque de originalidad que provoca que quieras leerlo, a poco que te guste el argumento. Me atrajeron principalmente dos cosas de Planetes: esto mismo que os digo, su argumento, su género, y siendo un poco superficial (nunca mejor dicho), su superficie. El volumen en el que Panini Cómics ha condensado toda la obra de forma íntegra. Un tochal de los que hacen historia, un volumen pretencioso que con solo verlo en la estantería de algún lugar, provoca que quieras tenerlo entre tus manos.
Planetes, de Makoto Yukimura, es una historia sobre trabajadores de saneamiento espacial, personas que limpian escombros en órbita y hacen que el Espacio sea seguro para los viajeros espaciales en el año 2070. Sus vidas, cómo llegaron allí y sus sueños para el futuro, es lo que se cuenta. Pero en como todas las buenas historias, eso es la superficie. No es realmente lo principal. Lo atractivo en Planetes se encuentra en una trama de cómo amar a las personas, por imperfectas que sean. Explorar sus propios límites. Me encantó este maravilloso cuento de Ciencia Ficción que lo sentí más con una historia sobre la vida, y lo pequeñitos y curiosos que somos ante la inmensidad del Universo.
Pese al glorioso género en el que nos sumergimos -la CF poderosa por sus escenarios, ambiente e inspiración pura para la imaginación-, Planetes centra su potencial en los personajes. Hachimaki, sueña con unirse a una próxima misión de exploración a Júpiter. Él, como su padre, se preocupa en última instancia por una sola cosa: el Espacio y poco más. La familia y los amigos siguen interfiriendo, pero su inquietud es averiguar su lugar en el Universo. Por otra parte, Yuri, quien aún se está recuperando de la muerte de su esposa por culpa de un accidente en órbita; todavía intenta lidiar ese trauma. Hasta que encuentra interés en… Y finalmente Lee, quien… solo quiere fumar, jajaj. Está bien algo de realidad en los cómics, mangas, libros, pelis; basta ya de tanta censura. Realidad cercana es lo que enganchará al lector. Y yo jamás fumé, eh, nunca me atrajo, pero que el problema está ahí para muchos, es obvio. Y bueno, en realidad, Lee quiere algo más que fumar. Quiere estar con su marido y su hijo, que no la entiende del todo. Pero Lee es una mujer que quiere comprender el porqué de muchas cosas y en consecuencia, también es del tipo que no hace lo que no quiere hacer. ¿Algo aparentemente extraño en una mujer de 34 años?
En el transcurso y avance de Planetes, nos vamos encontrando con más personajes como: Goro y Haruka, los padres de Hachimaki, y quizás el modelo para sus futuras relaciones. Locksmith, que está tan concentrado en su trabajo que se ha olvidado por completo de la humanidad (héroe perfecto para cualquier trama de Ciencia Ficción que se precie). Y Tanabe, el reemplazo de Hachimaki, alguien que le enseña que la vida es algo más que ambición (otro de mis personajes favoritos, probablemente porque me gusta la gente como ella en la vida real). ¡Oh, y no podemos olvidarnos de los gatos! En esta historia, importan de una forma importante esos felinos incapaces de dejarse fotografiar y a los que el ser humano ha sucumbido cual dioses de un universo de otra realidad. Aparecen en Planetes de una manera muy familiar, similar a como se tratan en las obras de Haruki Murakami.
Planetes tiene un potencial enorme. Cuatro tomos recopilados en un sendo integral, que curiosamente apenas pesa. Un manga que provoca que te interese la vida de los trabajadores de saneamiento espacial pues con muy poco terminan convirtiéndose en héroes inesperados por culpa de unos terroristas que amenazan el futuro de la exploración espacial. La infraestructura de contención, de seguridad, el trabajo de efectuarla, al parecer, es algo aburrido de contar. Obviamente, hasta que se desata un problema y nos quedamos sin protección. Entonces, se convierte en algo importante, imprescindible y se pone atención en ese tipo de seguridad y se pregunta todo el mundo como eso no lo controlaba alguien. Es un tema secundario pero importante tras los personajes de este manga. Pues Planetes es una excelente historia-ejemplo de mostrar lo que quiere la gente, muestra la atención de unos pocos pero también la conveniencia y poca solidaridad de otros muchos.
Personajes maravillosos y un mundo futuro realista y algo optimista. Dos preguntas constantes en la frente: ¿Cómo será el cielo cuando ya no sea un lugar al que podamos viajar sin restricciones? Y, ¿cómo amar a alguien que se dedica por completo a su trabajo? Personajes, sus límites, necesidades, crecimiento y cambios. Cosas buenas. Creo.