Si ya la premisa es: obra ganadora del Premio Shirley Jackson a la mejor colección, obra finalista en Los Angeles Times Ray Bradbury Prize for Science Fiction, Fantasy & Speculative Fiction y en el Big Other Book Award for Fiction, además de obra nominada al World Fantasy Award; creo que al mejor aficionado a la literatura de Terror (tan faltito de títulos) ya te lo tienes ganado. Hablo, por supuesto, de la antología Una canción para deshacer el mundo, de Brian Evenson, recién publicada por Dilatando Mentes Editorial.
Y es que pocos escritores modernos hacen un uso tan cuidadoso de la economía de las palabras como Brian Evenson. Como sé que algunos de ustedes que leen esta reseña no estará seguramente familiarizado con la obra de Evenson, diré que había leído algunas de sus historias en antologías. Y viendo que una colección completa suya llegaba por estos lares no lo dudé un momento. Quería, sobre todo, ver si era un autor tan original como parecía, pero esta vez dándome un atracón de guión tras guión para comprobar si es algo con tendencia a repetirse o no. Y ya sabéis lo que sigue, ¿no? Leer una colección completa de Evenson es como una reunión con viejos amigos, una tarde de café, una noche de cervezas, donde sabes que surgirán buenas anécdotas que perdurarán en el tiempo. Un símil distinto pero que se me viene a la mente en sensaciones también sería pasar por delante de esa mansión extraña de al final de la calle, de la que no puedes quitar ojo, por lo menos, hasta que te la has quitado de encima. Así de tan dispares ambas comparaciones. Porque no son dos metáforas tan diferentes, en realidad, es lo que uno siente al leer Una canción para deshacer el mundo. DISFRUTE y MIEDO.
Una canción para deshacer el mundo consta de historias muy breves. Evenson es un experto en abrir líneas como se demuestra en la primera oración de la colección:
No importaba en qué dirección giráramos a la niña, ella no tenía rostro.
Como véis, frases que impactan. No hay nada particularmente prosaico en esta oración, pero su simplicidad y franqueza elevan las apuestas de la colección e inmediatamente cargan al lector de pavor poniendo muy rápidamente el vaso medio lleno. Evenson parece saber que no tendrá al lector por mucho tiempo, y siempre logra exprimir al máximo sus palabras. Y, sin embargo, a pesar de esta brevedad, hay un enorme grado de creatividad y originalidad en historias como Nacido Mortinato, una historia que recuerda mucho en estilo al genial Thomas Ligotti; un hombre es visitado todas las noches por el gemelo de su terapeuta… En La segunda puerta, un niño pequeño comienza a darse cuenta de que una oscuridad alrededor de su casa se ha llevado y reemplazado a su hermana. Advertencia de contenido sensible es una advertencia hilarante que abarca toda la gama de cosas que podrían ofender a un lector, desde “psiquiatras fantasmas mormones homosexuales en llamas» hasta «pornografía de pitufos hiperrealista». Pero si hay un tema común y conector en esta raruna (en principio, y hasta que te haces con ella) antología, es la presencia de delitos. La historia más imponente es la de un hombre que ha raptado a su hija solo para que ella desaparezca entre las paredes… Que no es lo mismo que emparedarla.
Lo chulo es que los cuentos tienen ese toque antigüito, siniestro y sombrío y desgarrador que retrotraen a los geniales episodios de la vieja Twilight Zone. Aunque a veces, llevados al extremo como en el relato en el que un director realiza esfuerzos cada vez más violentos por perfeccionar su película. Y del cuento Una desaparición, no quiero desvelar nada para su total disfrute, pero otro crimen está claramente presente. Y hay historias más discretas, donde un personaje ha hecho (o cree haber hecho) algo extremadamente malo pero el tema queda a disposición del lector… Con esto en mente, me gustaría presentar una idea: así como hay dos médicos en Nacido Mortinato, hay varios Evenson en esta colección. Está el Evenson de Los infartos, una ficción flash fragmentaria que se basa en imágenes profundas en ausencia de trama; y por otro lado está el Evenson de Espíritu Viajero…
Aclarar que es una tarea extremadamente difícil ser buen escritor, pero es aún más difícil ser un escritor bueno de relatos impactantes digno de recuerdo. Y Evenson aquí lo consigue. Pero sí que hay una advertencia que decir a los lectores. Muchas de las historias de esta antología no ofrecen una historia clara y eso me encantó porque deja espacio a la imaginación del lector. ¿Y qué demonios hacemos leyendo si no es para dar rienda suelta a la imaginación?