Una grata sorpresa es encontrar nuevas sagas (para mí) en colecciones tan interesantes como Los Vengadores. Y en este preciso momento, now, ahora, uno de los méritos irrefutables del plan editorial de Panini Comics es sin duda el de seguir fielmente su programación de reimpresiones de material antiguo y nuevo, para que nunca falte al aficionado de pro el mejor material. Un único denominador como es publicar historias emocionantes y coleccionables mes a mes para tener siempre disponible una lectura gustosa, total, en esta época del año con más tiempo libre (supuestamente). Una operación que también nos permite comprender cuáles son las obras que a pesar del paso del tiempo conservan no solo el encanto (con la nostalgia empujando), sino también fuerza expresiva y profundidad literaria. ¿Unos ejemplos? Sin duda, el caso del Hulk, de Peter David, una de las series más largas de Marvel, una de las más celebradas. Pero, en especial, un buen ejemplo es La Llegada de Proctor, recién publicada en Marvel Héroes, un tomo más que imprescindible si de verdad quieres perderte en una nueva aventura-campaña de los héroes reunidos más poderosos de la Tierra.
En esa laguna que tuve entre los inicios de mi emancipación donde dejé de leer cómics por un tiempo, supongo que este titulo tuvo varias ediciones en este país. Pero si no, La Llegada de Proctor me suena verla en nuestro idioma, unos veinticinco años atrás en la grapa mensual de Los Vengadores (cuando el súper grupo estaba muy lejos aún de glorias cinematográficas y no era el título más vendido ni por asomo). Y por lo que me han contado, una saga a menudo solicitada pero nunca reimpresa, hasta ahora. Os cuento: en los años 90, los X-Men dominaban indiscutiblemente las listas de ventas. Por muchos factores. Pero sobre todo por la fidelidad que Chris Claremont había construido con lectores y personajes, una profundidad en la que el maestro usaba muy bien su don. Estructura narrativa basada en interrelaciones. A partir de ahí, todas las demás colecciones y héroes se vieron un poco reflejados en eso. Y es que pese a que el grupo histórico por excelencia tuviera cierta división cuando David Micheline se le ocurriera crear un grupo paralelo y llevárselo a la Costa Oeste; lejos de revoluciones copernicanas, Los Vengadores luchaban a finales de siglo XX en historias que a menudo no iban a ninguna parte. Y se puede decir que en cuanto a ventas, iba siendo poco a poco aplastados por la popularidad de los mutantes. Por tanto, hizo falta la llegada de Bob Harras (entonces editor de títulos X y en proceso de convertirse en editor jefe de Marvel) para darle un fuerte empujón a una serie que llevaba “descansando” demasiado tiempo, dormidos en los laureles y rememorando historias pasadas una y otra vez. Memorables sí (Guerra Kree/Skrull, la Saga de Korvak…), pero incapaces de captar la atención de público y crítica. Hasta que llega Harras y da ese toque extra. Una nueva visión como es La Llegada de Proctor. Innovar con algo fácil en principio, con la sencillez de tramas que no pasan por trastornos absolutos como los que, después de varios años, provocaría Bendis.
Harras opera de manera más sutil y aún más disruptiva. Harras injertó en esta enorme saga, subtramas que automáticamente conducen a desarrollos narrativos de muy amplio alcance y que potencialmente podrían contener nuevas historias, años y años después. Y así se ha visto. Los Vengadores: La Llegada de Proctor recopila en un solo volumen todo lo referente a esta saga, incluso desde unos números antes. Exactamente, desde Avengers #348 al #366 incluyendo el Annual #22. ¿Y quién es Proctor? Proctor, en realidad, es una versión alternativa del Caballero Negro, el líder de Los Vengadores en otra dimensión. A groso modo, Proctor se enamoró locamente de Sersi, quién lo convirtió en su Gann Josin (nombre para el compañero sentimental de un Eterno), pero finalmente Sersi se aburrió de Proctor y lo dejó. Y este enloqueció. Además Proctor también fue víctima de la maldición de sangre de su padre. Sin embargo, en lugar de resistir la maldición como el Caballero Negro de la Tierra-616, Proctor la abrazó. Y a través de ella y de su estado Gann Josin, Proctor ganó poderes increíbles. Tanto que destruyó la Tierra de esa dimensión y mató a Sersi cientos y cientos de veces en dimensiones paralelas. Ni que decir tiene que el descenso de Proctor a nuestra dimensión pondrá en jaque al súper grupo más potente de nuestra época.
Con un Steve Epting a tope de gama con sus lápices y un Bob Harras inspirado enganchándonos con una trama bien currada, bien entretejida y que ha soportado muy bien el paso del tiempo (nunca mejor dicho), Los Vengadores: La Llegada de Proctor se ha convertido en mi más maravillosa lectura de este verano. Una en la que me he perdido entre viajes en el tiempo, momentos fatídicos y sorpresas con buenísimos personajes que no esperaba. A falta de un buen estreno fílmico desde hace tiempo, durante casi una semana, leído con tranquilidad y recreándome en sus grandes viñetas, me he perdido en toda una serie de geniales tramas creadas por dos maestros del noveno arte.
Obra súper indispensable para marvelitas y recomendable para lectores asiduos de ese maravilloso género que es la Ciencia Ficción.