Reseña: El Árbol Desnudo, de Keum Suk Gendry-Kim y Park Wan-seo

Si ya es difícil encontrar un manga coreano (manhwa) recién publicado en nuestro país, imaginad que encima contiene una buena historia, basada en una historia real y novela de Park Wan-seo. Una trama que dudo mucho que la vayáis a ver traducida en nuestro idioma alguna vez. Una obra de culto de la literatura coreana que Keum Suk Gendry-Kim adapta, una novela gráfica impregnada de delicadeza, una lectura profunda y conmovedora para adentrarse en el corazón de la historia de Corea.

En El Árbol Desnudo nos vamos a Seúl, en 1951, donde conocemos a Kyung, una joven que vive sola con una madre que se ha vuelto irritable y está enojada con su hija después de la muerte de sus dos hijos que murieron en uno de los bombardeos. Kyung trabaja en una tienda para soldados estadounidenses destinados en Corea. Allí conoce a un joven pintor refugiado del norte que crea por encargo, a falta de algo mejor, cuadros sobre seda para militares que quieren llevarle un detalle a su novia. Poco a poco se va tejiendo una relación entre estos dos seres llenos de soledad, un incipiente amor platónico que irá sumando entre los diversos encuentros de estas dos almas perdidas en un mundo demasiado duro para ellos donde hasta los referentes se difuminaron.

Una hermosa adaptación de la novela homónima de Park Wan-seo publicada en 1970. En un blanco y negro común de estas obras donde deslizarnos como observador/a en la lenta y dolorosa vida cotidiana de Lee Kyung y Ok Heedo. Para seguir a través de las páginas el destino de estas dos personas que una vez existieron realmente, y unidos por un amor imposible que les permitirá aguantar ante las desgracias a las que son sometidos.

Una novela gráfica de casi trescientas páginas que se devoran cual plato de jamón en mesa de degustación. Delicadeza y delicadeza, son las palabras que emergen de mí cuando quiero describir todo lo leído, todo lo que sucede en El Árbol Desnudo. Sumergirse en una sociedad herida, una sociedad socavada por la guerra, una historia bastante pausada pero que alterna con momentos duros y otros más ligeros. ¿El hilo conductor? La metáfora del árbol que pierde su follaje con el paso del tiempo y que, aunque llega a estar totalmente despojadado de verde, no muere. Una referencia a una pintura famosa del artista coreano Park Soo-keun cuyo título fue tomado para la novela original de Park Wan-seo.

La delicadeza hecha historia.

Hecha novela.

Hecha manhwa (manga).

Una lectura profunda y conmovedora. Un escenario de los que pone los pies en la tierra, a todo aquel que se queja constantemente de lo puñetera y mala que es su vida.

Friend, recuerda que siempre hay alguien en peor estado que tú.

Siempre.

Reseña: Un Destino de Hallador, de Gess

Curioso, muy curioso, es este nuevo titulo que llega a nuestro país de la mano de Ponent Mon. Pero es Gess. Y un cómic de este hombre ya es como mínimo apetecible. Y en formato grande, más. Pues recordad que ya casi con todas las editoriales que traen buen cómic europeo, por normal general, hablamos de integrales (que para mí es el formato ideal para degustar historias); así que si se puede, se hace un esfuerzo económico para llevaros a casa lo mejor de lo mejor… Cómic con el que empezamos la semana que lo merece.

Pues tras un nuevo álbum de ¡Viva la Anarquía! (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4831), quién no va a querer trasladarse de nuevo a esos tiempos de Balzac, Zola y Victor Hugo, la Comuna y los grupos anarquistas de la France. Pero esta vez con toques fantásticos. Guau! ¿Cómo? Si, si…, pero Un Destino de Hallador es eso y más. Para los que aún no conocen los denominados Cuentos del Pulpo; obra que promete ser colosal y cuyo primer relato fue La Malédiction de Gustave Babel, que hizo mucho ruido por su frescura y por sus dimensiones cuasi-dimensiones hugolianas al otro lado de los Pirineos. Son cuentos dedicados a una organización criminal que controlaba París a finales del siglo XIX. No obstante, Gess los lleva a un universo ucrónico donde conviven (con dificultad) humanos corrientes y mutantes franceses muy al estilo de los X-Men. Sin embargo, ahora, comenzando con una breve pero conmovedora introducción a la Comuna de París y el sacrificio de quienes creían en los valores democráticos y modernos que se debieran defender, Un Destino de Hallador promueve a su vez (como cómic) ciertas tendencias políticas citando en cada apertura de capítulo un extracto clave del Contrato Social, de Rousseau. Vamos a ver, ¿politiqueo? Dirán algunos de ustedes. Bueno, ¿y acaso Dios ama, el hombre mata no era un cómic político en definitiva?

Detrás de una ficción extraordinaria y operando a varios niveles, Gess, es el único responsable de esta obraza donde interpreta todos los roles (guionista, diseñador, colorista, rotulador…); con el que transmite un mensaje poderoso. La relevancia de que todo permanece igual más de un siglo después. La soberbia de los poderosos (ya sean miembros del Estado o de la Mafia) hacia el pueblo sin el cual, sin embargo, no son nada. Pero también la posición de víctima de la mujer, sistemáticamente explotada, violada en sus derechos, literalmente devorada por el sistema. La necesidad de Revuelta, aunque los límites de la violencia son obvios… Temas, posturas comprometidas, que tras lo fantástico encumbran lo que se cuenta en Un Destino de Hallador.

Pero lo que hace de este volumen un triunfo absoluto y una lectura tan cautivadora como abrumadora, es la fuerza de su historia. Así como el poder de los personajes, ninguno de los cuales es insignificante. Me llamó mucho la atención encontrar en un cómic el romanticismo poderoso que es capaz de evocar la gran literatura francesa del siglo XIX. Tener la sensación de esta leyendo a Victor Hugo o Alexandre Dumas, eso no lo consigue cualquiera. Y menos, dentro del noveno arte. Son referencias que inmediatamente vienen a la mente cuando uno se hunde en este universo rico que se propone. Situaciones moralmente complejas y la atmósfera de inevitable tragedia. Una dimensión de “cultura francesa” que le permite también a Gess separarse un poco de posibles referencias a los mundos estereotipados de los superhéroes estadounidenses. Al tiempo que los encaja perfectamente en temas más contemporáneos (asesinos en serie, universos paralelos, etc.). Además, lo que se cuenta aquí, tiene ese don lovecraftiano, mignolista, que a mí por lo menos me flipa. Imaginaréis que ahora quiero, rezo para que alguien saque en español (¡Muerdo por conseguir!) La Maldición de Gustave Babel, el primer relato de los Cuentos del Pulpo. Y es que me contaron que tras ese cómic está la base donde el autor francés de Ruan siembra la semilla para este maravilloso volumen que os reseño hoy.

En Un Destino de Hallador me cuentan que lo vuelve a hacer con geniales historias entrelazadas que evolucionan en el mismo universo. Un período de transición por excelencia donde trama y subtramas llegan a unirse, por lo que he podido averiguar. Gess juega con este rico tejido histórico francés para confeccionar un universo único. Trata ante todo personajes de gran riqueza y profundidad, algunos de los cuales tienen talentos increíbles. Este pequeño toque fantástico da cohesión y originalidad jugando con leyendas urbanas y embarcándonos en una historia contundente y sangrienta donde las familias de los principales protagonistas vana sufrir de lo lindo. Todo con un ritmo constante, poderoso, de narrativa apasionante, donde nos embarcamos rápidamente en un secuestro donde Émile Farges, nuestro héroe, tendrá que salir de su zona de confort para salvar a su familia…

Desde el punto de vista gráfico, Gess confirma su estilo, lo cuidadoso que es y le da a su historieta todo el atuendo necesario para nuestro mayor placer. Es un maestro en todos los sentidos. Un ídolo para muchos fans entre los que me encuentro.

Cerrando ya, la valoración es fácil, para un amante del género detectivesco y de Terror como yo: Menuda Joyita. Trama digna de peli, serie de TV, sirve hasta como aventurera rolera, friends. Rico universo y cómic súper disfrutable para muchos de los que leéis Desde New York – Crónicas Literarias y que sabéis ya de sobra de qué pie cojeamos.

Súper recomendable.

Reseña: ¡Viva la Anarquía! El Encuentro entre Majnó y Durruti, de Bruno Loth y Corentin Loth

Tras los sucesos contados en el primer tomo de ¡Viva la Anarquía! (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2708), un cómic excelente que le daba a la “anarquía” su definición real, ya comenté que se rumoreaba un segundo volumen. Y aquí está. Nuevamente de la mano de Ponent Mon. Más datos, más guion e ilustración de la historia que persigue o persiguió a estos dos tipos que un 15 de julio de 1927 se encontraron y establecieron amistad. Dos anarquistas, Nestor Makhno y Buenaventura Durruti, uno ucraniano y el otro español, dos anarquistas revolucionarios que rodeados de sus seres queridos, entablan una conversación fraternal sobre su viaje personal y los valores libertarios que defienden con ardor. Dos que buscaron posibles vías para construir un mundo mejor donde no hubiera mandatarios, ni explotados, ni jerarquías, y donde el Estado y la propiedad fueran abolidos. Una quimera de igualdad y libertad que muy pocos defienden incluso a día de hoy. Y si el primer álbum se centraba en el reencuentro, aquí llega la anécdota, la aventura vivida, hechos pasados por los que sufrieron junto a otros. Concretamente, las operaciones a gran escala destinadas a poner en práctica sus ideales. Majnó -como le llamaba Durruti-, relata sus batallas al frente de un ejército insurreccional, para establecer una zona revolucionaria libertaria y luego defenderla contra los imperialistas y los bolcheviques. Por otro lado, Durruti detalla las acciones que cometió con la esperanza de debilitar el poder en el lugar y la patronal, tanto en España como en Centroamérica.

Pero hay más. Otro excelente álbum de Bruno Loth sobre un tema que le es querido: la anarquía. Después de haber trabajado ya mucho en la Guerra Civil Española y sus múltiples convulsiones políticas, rinde homenaje a través de esta serie en la que destaca el tema histórico y los entresijos que a menudo se utilizan para captar al amante de los grandes hechos históricos. Makhno, el ucraniano, Durruti, el español, y su visión del mundo y lucha donde convergen para construir un mundo mejor y sobre todo más igualitario. Sabiendo lo casi imposible que es esto. Dos pensadores, dos intelectuales guerreros en un nuevo álbum que nos permite por un lado (re) descubrir estas dos figuras emblemáticas de la anarquía y “desempolvar” el anterior álbum Por que después de leer El Encuentro entre Majnó y Durruti, querrás revisitar el primero y completar sensaciones.

No es un cómic político. Así que olvidaos de todo lo que creéis saber sobre anarquía. Esta trama no tiene nada de educativa. Pasea mejor por esa playa donde degustar sucesos históricos y personajes que no todo el mundo conoce y que gobiernos no interesados promueven su olvido. Debéis saber que antes de 1914 y durante el período entre guerras, el movimiento libertario tuvo una influencia significativa tanto en Francia como en España, especialmente en Cataluña. A principios de los años 20 del siglo pasado, los dos líderes anarquistas se refugiaron en Francia. Bruno Loth imagina que cuando los dos hombres salieron de la cárcel, se encontraron y se rodearon de compañeros combatientes, cada uno hablando de su viaje. Estamos en un período en el que la violencia es un modo de acción en respuesta al envío de rompehuelgas particularmente violentas que acababan con las fuerzas antidisturbios y muertes «fáciles». Ese no era el objetivo. Pero a lo que vamos, lejos de ser didáctico o doctrinario, en ¡Viva la Anarquía!, encontramos un cómic de tema interesante, de gráficos llamativos, que expresan a la perfección las atmósferas de Ucrania o Cataluña realzadas por un suave y espléndido coloreado de Corentin Loth.

Bruno Loth sabe cómo cautivar al lector con retazos de vidas singulares. Una continuación y un final tan fascinante como instructivo vais a encontrar en este díptico. Completismo muy recomendable.

Reseña: Azimut (Integral), de Wilfrid Lupano y Jean-Baptiste Andreae

Y ahora os voy a enseñar lo que posiblemente sea uno de los cómics más maravillosos publicados en español de este entre-mes. Diría, que uno de los mejores integrales y bonitos que se van a publicar este año. Una joya visual la mires por donde la mires; Azimut, de Lupano y Andreale.

Ponent Mon, como no podía ser de otra forma, trae este cómic de enorme calidad a nuestras librerías. De esas historias que mezclan géneros, que quizás no tiene ninguno o que es inclasificable por la cantidad de temas que toca: Un lugar de vastas incongruencias en mundos posibles, imposibles, aunque en uno de ellos, más que en cualquier otro lugar, permanecemos profundamente acometidos por la idea de la vejez y su trágico desenlace como es la muerte. En otros lugares tal vez no, pero en este mundo, está permitido pensar que sí… Quería poner este mini-avance de la sinopsis por que fue, sin duda, lo que me atrapó. Pero por el momento sólo añadiré una extraña pregunta que te persigue desde el principio: ¿Qué o quién demonios es el Arrebatatiempo?

Cinco álbumes de una serie que ahora se recogen en un poderoso integral que obviamente merece la pena. Wilfrid Lupano al guion y Jean-Baptiste Andreae a los dibujos y al color, que, sinceramente, con su trabajo asombra, ilumina y se te cae el mundo al suelo por la envidia de lo bien que lo hace. Historias, álbumes, tramas conectadas que curiosamente tuvieron al lector en vilo durante años pues comprendían un solo ciclo y se publicaron bastante espaciados en el tiempo (2012, 2013, 2016, 2018 y 2019). Un despiporre que nunca se le debe hacer a un lector asiduo y ansioso de buenas historias de cómic europeo. No obstante, ahora le dan a la publicación de un integral, un valor tremendo que esta maravilla llegue a nuestros lares.

La bella Mania Ganza es también de la opinión de Aristide Breloquinte (quien investiga los misterios del tiempo a bordo de su nave laboratorio Laps). Y esto nos lleva a una gran aventura en compañía de personajes fantásticos que -estoy totalmente de acuerdo- recuerdan a los personajes creados en su día por Lewis Carroll (Alicia y el País de las Maravillas). En Los Aventureros del Tiempo Perdido, conoceremos a los personajes y veremos en qué consiste la «Quest» y lo que son capaces de hacer. Ah, y espera, espera, no, en serio: ¿Qué o quién demonios es el Arrebatatiempo?

La Bella debe Morir es el segundo álbum. Y es que después de escapar del juicio de Ireneo el Magnánimo, la hermosa Manie Ganza y su banda de sabios aterrizan en el triste reino volante del Barón Chagrin. Este último, un personaje mítico si cabe, que habría logrado conquistar la vejez… Pero, ¿a qué precio? Por su parte, el profesor Aristide Breloquinte y su tripulación continúan estudiando la espinosa cuestión del paso del tiempo y parecen tener ya una idea sobre la terrible desaparición del Polo Norte.

En Los Antropótamos del Nihilo, la bella Manie Ganza hizo un trato terrible: siglos de vida contra miles de muertes. Y mientras su propia madre, la Reina del Éter, busca matarla, reinos enteros se declaran guerra entre sí. En todos sitios se preparan para la gran masacre, de lo que se alegra Baron Chagrin, por supuesto.

Nubes Negras, Velo Blanco es como un reinicio eterno. Se organiza un nuevo compromiso para Manie Ganza, esta belleza debe convertirse en la esposa del Señor del Desierto, el gran mamamouchi Baba Musiir. Pero este último, por poderoso que sea, no sabe si podrá resistir los celos enfermizos del Arrebatatiempo. ¿Por amor? La Reina del Éter está dispuesta a despertar poderes enterrados (y con razón) en venganza por la belleza de su hija…

Y cierra el tomo/arco/ciclo/integral, Las Últimas Escarchas del Invierno. Donde una enorme ola de hielo azotó todo el país y lo que se salvó del desastre, se ha convertido en una tierra de asilo para los refugiados climáticos. La nación de Petitghistan debe revisar sus principales planes para conquistar el mundo, ya que es precisamente el resto del mundo el que llama a su puerta. Y el triste palacio volador del Barón se estrelló contra estas tierras heladas. Y el dueño del lugar se encuentra allí, helado, muerto: ¡El que iba a vivir hasta el fin de los tiempos! ¿Significa eso que realmente el final de todos los tiempos?

Azimut ganó el prestigioso Premio Imaginales en 2013. Es el ejemplo claro de cómic europeo de diez. Dibujo preciocérrimo, tramas originales chulas, cómic súper recomendable -diría que indispensable, al menos, de leer- para fans de la mejor literatura fantástica. Hasta las contraportadas son enmarcables.

Reseña: Los Mentores, de Zidrou y Francis Porcel

Un thriller de la mano del siempre recomendable Zidrou. Con una premisa de esas de búsqueda que pone el corazón en vilo. Sobre todo, si eres padre, o ya no te digo, madre. Un tomo integral que además recoge el díptico de unos álbumes que dieron mucho que hablar al otro lado de los Pirineos. Y ahora os puedo decir que es un volumen de éxito. Con un Zidrou en su máxima expresión. La historia es de las que dejan sin aliento y es imposible no pasar páginas, una tras otra, para intentar saber qué diantres pasa. Simpatizamos con esta madre que lleva buscando a su hijo durante veinte años, y la pregunta constante de quién demonios son Los Mentores, no se te va del tarro. Con una introducción de gran efecto (que posteriormente, bajará un poco el ritmo porque si no…), comienza el primer álbum llamado Ana. Pero muchas preguntas quedan sin respuesta y se van sumando más y más a tu nerviosismo lector. Encontramos personajes de casi todos los ámbitos, cada uno en su papel, sus traumas, pero seguimos sin saber absolutamente nada cuando termina el primer álbum. Con un ritmo así, me hubiera gustado ver ciertas caras de aquellos lectores que siguieron la historia número a número entonces. Es de esas historias que te alegra saber que está leyendo el integral. Pero con Zidrou en el guión, nunca se sabe realmente qué esperar.

Eso si, tenemos tiempo para simpatizar con las dos heroínas a las que todo parece ponerse en contra cuando deciden empezar una búsqueda certera. Esta madre de familia que intenta encontrar a su hijo desaparecido y la chica llamada Joyce tan dinámica. Una historia súper ágil cuando realmente empieza, construida al principio con un poco desbarajuste (creo que intencionado para desubicar al lector) que nos lleva a una investigación que se vuelve común para dos almas que quizás no sean tan diferentes. El argumento troncal: Hace casi veinte años que la hija de Ana fue secuestrada violentamente por un comando armado mientras ella se encontraba en la sala de partos. Desde entonces, nunca ha dejado de buscarlo. Joye es una escort. Una chica que huye de su proxeneta y sus secuaces que han jurado matarla. El encuentro casual de estas dos mujeres con personajes y luchas dispares servirá a las causas de ambas.

Una vez me encontré con una mujer que llevaba una muñeca. (…) Estaba en camisón y le hablaba a esta muñeca como si fuera su bebé. ¿Por qué? ¿Quién era ella? No lo sé ”.

Zidrou

De ahí surgió la idea inicial del nuevo díptico que publica de forma integral Ponent Mon. Benoît Drousie, alias Zidrou, nos estampa en toda la cara una historia que huele a film o serie de Netflix. Aunque, ¿qué historia podría no serlo a día de hoy con tantas productores rascando del noveno arte? El autor vuelve a privilegiar una narración de dos historias dramáticas por el precio de una. Un guion que logra cautivar y mantenerte en guardia por lo que pueda pasar. Un autor que se enfrenta de manera brillante a un par de personajes femeninos, con diferentes orígenes y temperamentos, uniendo fuerzas y determinaciones para intentar salir de situaciones de pesadilla. Mientras una busca liberarse de un «jefe» mafioso la otra no morirá tranquila por saber, al menos, quienes son aquellos seres que cogieron a su hijo. Roles asumidos que son contundentes, reales y están sacudidos por una atmósfera particularmente oscura. Además, el modus operandi del cómic no está cargado de detalles que distraigan del objetivo. No hay desvíos innecesarios. El guionista va al grano y conserva todo el suspense dejando la puerta abierta a muchas posibilidades. Y eso desestabiliza. Ahora que está tan de moda revisitar la serie Perdidos (Lost); es esa sensación. No saber a dónde va cada cosa por muchas clases de guion que uno haya cursado.

Entiendo que el público francés, en general, se haya quejado del dibujo. En ocasiones, aparecen pequeñas imperfecciones en los decorados y segundos planos que parecen menos refinados. El diseño de Francis Porcel es solo persuasivo. Quizás no tenga el poderoso don (¿aún?) para destacar en la BD. Pero no dejan de ser gráficos efectivos.

Los Mentores es un cómic irritante pero adictivo.

Reseña: El Gavilán. La Princesa India, de Pellerin

Una serie de la que nunca os he hablado y que sigo casi en secreto es El Gavilán. Un cómic histórico que brinda por la veracidad, una historia bastante más madura que el clásico Barba Roja pero con escenarios y héroes magníficamente ilustrados que funciona genial para nostálgicos de la añorada y menciona joya de la BD. Una chulada que publica Ponent Mon casi también en secreto pues no entiendo como apenas se habla en RRSS de esta maravilla. De los cómics en los que te sumerges, que son agradables y que saben con fuerza a clásico. Donde el dibujo de Pellerin es pulcro, pero a menudo carece de profundidad de campo debido a una línea siempre de igual grosor, o casi, ya sea que el objeto o el personaje estén en primer plano o como fondo. Pero a mi me encanta el producto, en general. Cada álbum está a la altura. Escenarios bien armados que prometen aventuras y viajes por paisajes que incitan al romanticismo y a la aflicción. Aventuras honestas.

Patrice Pellerin es un autor de cómics nacido en Brest el 2 de noviembre de 1955. Se le conoce, sobre todo, por su cómic de aventuras marítimas El Gavilán (L’Épervier), que desde 1994 sigue dando que hablar en el mundo del noveno arte. Autor tan meticuloso como imaginativo, Pellerin está considerado como uno de los principales dibujantes realistas francófonos contemporáneos. La anécdota es que entró en el mundo del cómic en 1982 dibujando un episodio de la serie Barbe-Rouge, escrita por el belga Jean-Michel Charlier y sacó adelante solito otro episodio 1987-1988. Pero fue en 1994 cuando se pudo encontrar en la revista Spirou el primer capítulo de El Gavilán que trata sobre el caballero Yann de Kermeur, un corsario francés del siglo XVIII y ex-pirata, historia que me encantó cuando la leí en su día… Y que no tengo para mi dolor. Un obra que me encanta y que llevo leyendo desde mis años como infante de marina.

Yann de Kermeur es el personaje principal, lo apodan Gavilán por el nombre del animal que aparece en el escudo de armas de su familia y que bien caracteriza su extrema osadía. Es capitán de un buque del Rey llamado La Medusa. Condenado a las galeras por piratería pero indultado por el rey, lleva la flor de lis en un hombro. Tiene almacenes en Landerneau y en Faou y tiene una guarida secreta en la Roca del Esqueleto (Roc’h an Ankou). Sus hombres le son devotos, tiene mucho apoyo en Brest, donde sus campañas han dado grandes frutos a los armadores. Y, por supuesto, tiene cantidad de éxitos femeninos.

Tiene aventuras para el recuerdo.

Este décimo álbum que recién publica Ponent Mon corresponde al último del segundo ciclo. Habla de La Princesa Mali, la princesa nativa americana pasajera en el barco, cuya razón de su presencia es que firmó un nuevo tratado para su padre con el rey. Y Yann debe traerla de regreso viva a su tribu india para que el tratado de alianza sea válido. Pero ella es el objetivo del complot que se eleva en Versalles que busca desestabilizar el reino. ¿Lo véis? El aliento de la aventura está en esta saga desde que comienza. Las sensaciones son las que uno tenía a cuando tenía once años y leía La Isla del Tesoro, un verano, con sus padres en la playa y se imaginaba como protagonista en una aventura así. Además, me considero total amante de lo que comprende al siglo XVIII y XIX, las disputas constantes entre Francia e Inglaterra por el control de Quebec y en general todo el norte del continente americano. Soy wargamer de esta época. Para cuyo fan la serie de El Gavilán se hace totalmente indispensable.

La precisión de los dibujos, la maquetación, el guión… Todo es una estupenda maravilla que llega a nuestro país a muy largos plazos para mi tristeza. Aventuras marítimas como en pocos lugares se cuenta.

Reseña: El Tiempo Recobrado, de Kei Fujii y Cocoro Hirai

Ponent Mon también publica Manga. Pero no cualquier manga, sino del tipo del que te pone los vellos de punta. En el sentido que son historias muchas melancólicas, evocadoras y dignas de recuerdo. Por eso, se fijan en autores como Jiro Taniguchi o similares. Es una editorial digna de echarle un ojo si te gustan los guiones, las historias que rara vez se olvidan.

De las que te hacen ver la vida de otra forma.

Los Tiempos Recobrados trata sobre el amor, ese tan fugaz, ese que sin comerlo ni beberlo aparece y desaparece pero que también emerge incluso a los setenta años de edad. Una nueva ilusión cuando estamos en el ocaso de la vida. Aquí tenemos a un viudo y una viuda que intentarán construir una relación a pesar del peso de la edad, los problemas de salud y los recuerdos dolorosos del pasado. Pero, ¿cómo mantenerse fresco cuando todo son dolores y apenas a uno le quedan fuerzas por lo viejo?

Los autores de Bajo un Nuevo Cielo (obra que también publicó en su día Ponent Mon) han vuelto a encontrar una debilidad para con el lector: jugar con la cuerda sensible, esa que todos intentamos ocultar para pensar en lo inevitable. Estar sobrio cuando llegue la borrachera que no deseamos. Ponerse en la piel de dos almas septuagenarias que vuelven a encontrar deseos de amar, de compartir momentos, de discutir, de relacionarse hasta que la esencia de cada uno se disuelva… por no poder más. Los que decidimos leer mangas, historias de las potentes sentimentalmente, tenemos derecho a mangas en color. Me gusta este detalle en el tema gráfico de los guiones que encienden nuestra ternura. Al menos, nuestro final, que llegue en suaves tonos pero coloridos. En cualquier caso, Los Tiempos Recobrados es un manga que trae un poco de esperanza a nuestro momento lector, el hecho de que uno siempre puede enamorarse y a cualquier edad, volver a sentir ese cosquilleo en el estómago que te quita el hambre. Pensamientos sobre otra persona, distinta, que ves con otros ojos en esos días de primeros encuentros deseados…, por las dos partes.

Además, queda claro en Los Tiempos Recobrados que no estamos de vuelta a lo pasado. No es una vuelta a los amores adolescentes que tan pronto venían, que algunos muy rápidamente asociaban con la depresión, y que tal como venían se iban. No. A esta edad no tenemos ninguna prisa. Las cosas se hacen de manera más pausada, más serena, donde hay momentos de contemplación, escenas que los autores saben exponer en este cómic de forma maravillosa. Un buen equilibrio entre emoción, humor (porque hay en los amigos de Ippei) y dignidad. Además, tienen el buen gusto de crear un relato que no acaba aquí, que se completará en un segundo volumen al igual que en la edición original de Ki-Oon. Pero al final, cuando todo parece asentarse felizmente, asistimos a la oposición de las respectivas familias de una manera bastante odiosa. Una inquietud que te deja con la miel en los labios y con ganas de saber.

Ippei, un jubilado apuesto, lo ha visto todo de color de rosa desde que contempló a Kotoko, una nueva recluta del club de música en el Centro Gin. A su edad, no creía poder llegar a revivir tales emociones, y, sin embargo, su corazón late como lo hacía a los veinte años.

Tierna historia.

Reseña: Un Trabajo como Cualquier Otro, de Alex W. Inker y Virginia Reeves

La descripción pura y dura de novela gráfica tiene como ejemplo lo que os reseño hoy. Un volumen súper potente en cuanto a historia y diseño que Ponent Mon lanza este 22 de Marzo. En realidad, es un destacable one-shot porque realmente -y literalmente- es una trama que va como un tiro. El álbum tiene más de ciento ochenta páginas, cual novela corta, que se lee en nada gracias al tamaño de las viñetas y al dinámico guion que permite entrar en la acción cómodamente. Insisto: la narración dinámica e historia apasionante entran en Un trabajo como cualquier otro. Y sí, esperaros una historia trágica, un duro final, de esos que se quedan en la cabeza por mucho tiempo.

Un trabajo como cualquier otro nos lleva a Alabama en los años 30 del pasado siglo, donde podemos adivinar que la vida no es de color de rosa en esta parte de USA (pese a ser el color que más abunda en las viñetas). Seguimos a un héroe que ciertamente no es perfecto, pero que con el paso de las páginas se vuelve entrañable. Disfrutas siguiendo el curso de su vida, sin embargo, admito que no entendía muy bien el porqué, en la novela original, Roscoe T. Martin acaba en la cárcel. Un trabajo como cualquier otro es la traslación a cómic de la impresionante novela de Virginia Reeves que tanto éxito tuvo en 2016. Una historia que a lo Steinbeck se convierte en una denuncia del entorno penitenciario de esta época en la que el trato a los presos fue muy cruel y el sistema de reintegración no ayudaba nada de nada. Fácil imaginar lo infernal que sería si encimas eras de color.

La sombra del maestro John Steinbeck (De Ratones y Hombres, Las Uvas de la Ira), se cierne sobre esta obra. Mismo marco, mismos destinos rotos, misma amarga esperanza. Si buscas animarte, no te arriesgues a leer este cómic; va sobre la vida y la denigración del ser humano. La miseria, la mala suerte, el racismo, el absurdo y la violencia del mundo carcelario, todo está puesto en su sitio para presionar una y otra vez a Roscoe T. Martin, un tipo que no es perfecto pero que está haciendo todo lo posible por salir adelante mientras la crisis económica hace furor en tierras norteamericanas. No obstante, me encantó la cadena de eventos que terminaron destrozando al personaje central. Este personaje, que está lejos de ser perfecto, me conmovió más allá de sus defectos. Alex W. Inker tras la trama de Virginia Reeves no le escatima nada y, por tanto, revela toda su humanidad. Esta historia, por supuesto, denuncia el sistema penitenciario de la época pero sigue siendo muy actual cuando toca temas como la reintegración o la necesidad de poder prosperar en el trabajo.

El tratamiento gráfico de Alex W. Inker es plenamente adecuado para esta historia. Sus personajes, rayados en lo grotesco, son un eco perfecto del absurdo y horror de la situación en la que se enredan al máximo.

Algunos pasajes son estupendos, como en el que el compañero de celda de Roscoe, carpintero de profesión, está encantado con el trabajo que le encarga la penitenciaria que es… ¡Una nueva silla eléctrica! Y en ese tono todo. Lo que se hace por una reducción de condena, ¿no? Roscoe, por supuesto, ofrece sus servicios como electricista para tal efecto también. Un trabajo duro y convincente, ¿no? Madre-del-amor-hermoso. Un trabajo como cualquier otro se recomienda encarecidamente a los amantes de las historias que dan que pensar. Las puertas de la penitenciaría se cerrarán pronto, y ahí es donde acaba una vida. Al menos, por el momento. Roscoe es un electricista de renombre que se lanzará a la ilegalidad por salvar la granja de su esposa. Se topa entonces con veinte años de reclusión. Le espera un mundo en el que nunca pensó…

Diálogos sencillos, rostros marcados por la vida, gráficos en dos tonos con líneas grandes en tinta negra anticuada y en líneas rojas o planas. Una edición un tanto «vintage» que le viene que ni pintada a la historia. Pero esta historia comienza con un hecho trágico, y termina con un nuevo drama. La vida misma.

Novedad muy-muy calentita que no deberías perderte.

Reseña: Nathanaëlle, de Charles Berberian y Fred Beltran

¡Un poco de CF, maestro!, dice esa parte de mi cerebro cada no mucho. ¡Una utopía, una distopía, una space-opera, pero dale caña, men! En formato cómic ocurre como con el género de Terror: cuesta encontrar que se publique algo considerable. Aunque muchas veces no sabes hasta que lo pruebas. Y muchos me diréis: «Como todo en la vida, tío». Sí y no. Hay títulos que sabes a lo que vas y otros que, aunque hayas leído más libros y cómics que pelos tienes en la cabeza, no tienes ni pajolera idea. Y siendo un tipo que rara vez lee sinopsis editoriales, me enfrenté a esta chulada recién calentita que publica Ponent Mon. Un cómic al que me enfrenté únicamente atraído por su portada. Así de claro. Portada y titulo y pa´dentro. Eah, ¿ahora qué? ¿Tengo criterio o no? Jajaj… Viva el libre albedrío, hombre. Y viva Ponent Mon por el tremendo trabajo que hace por el aficionado español trayendo el mejor cómic europeo. Puedo decir sobre Nathanaëlle que en un chasquido de dedo me encontré cayendo en paracaídas sobre su página 80 y casi gritando llegue a su final. En un suspiro. No sé si esto es bueno o malo para el lector/devorador de cómics que compra mensualmente titulitos que llevarse a casa para disfrutar; pero para el que dice que no tiene tiempo para leer (siempre lo hay), algo debe contar. Nathanaëlle goza de una Ciencia Ficción muy marcada. La humanidad se ve transformada por una catástrofe nuclear que hizo imposible la vida en la faz de la Tierra, y ahora nuestro mundo está dividido en dos grupos, separados por la mentira de unos gobernantes insulsos. Pero ha llegado el momento de una insurgencia…

Aquí estamos de nuevo con un tema visto y revisado a menudo; el mundo de abajo y el mundo de arriba. No obstante, cuando esto sucede, tienes que ver si “el camino” es disfrutable. Y lo cierto es que uno espera de Nathanaëlle alguna originalidad, más escenarios post-apocalípticos o un whisky con sabor a milhojas. Pero no lo hay. La originalidad de Nathanaëlle está en sus personajes y en un tono, no sé muy bien como explicarlo, un mundo muy gris, un mundo basado en el metal como guión. Todo muy frío. El frío del metal, el sabor de la sangre. Como la trama que se centra en la relación entre Nathanaëlle, hija del gran sabio Tàbor, y Melville, una máquina de café robot.

Nathanaëlle está diseñada como historia, como mundo disfrutable para todo fan de un posible mundo-robot con salsa de humano. Precisamente, la historia, usa ideas que se han visto en otros lugares, sí, una sociedad totalitaria, ahora una buena parte de la población hacinada en chozas subterráneas (con el pretexto de una epidemia que hace mucho tiempo asola la superficie), una fuerza policial omnipresente responsable de hacer cumplir el orden… Y el inevitable grano en el culo para toda esa dictadura que en este caso se llama Nathanaëlle, la hija rechazada de uno de los principales dignatarios del régimen, que expondrá al mundo el engaño y organizará la revolución. Pero con algunos flashbacks para energizar la trama, Charles Berberian crea personajes inolvidables como el ingenuo y torpe robot que pone la pizca graciosa a más de una escena. Generoso, pegajoso, incluso odioso a veces, acumula catástrofes cuando pone todo de su parte para hacerlo bien. Un toque de humor del otro lado de los Pirineos muy chulo.

Como es de esperar en un cómic europeo encontramos en Nathanaëlle un diseño gráfico súper atractivo. Fred Beltran tiene talento, sin duda, y en este álbum, así como el bonito cuaderno gráfico que sigue la historia misma, lo confirma sobradamente. Mola el universo que desarrolla ante tus ojos, especialmente el vestuario de los personajes. Tiene detallitos “muy Moebius”, reminiscencias, sin duda, de su paso por los Associés Humanoïdes; una agrupación francesa de historietistas amantes de la Ciencia Ficción que se fundó en 1974, donde estuvieron grandes como Jean Giraud, Alejandro Jodorowsky, Milo Manara, Juan Giménez o Richard Corben. Entre más de mil dibujantes de cinco países diferentes que colaboraron para sacar adelante el proyecto. Lugar donde nació El Incal o Los Metabarones, por ejemplo.

No me gusta de Nathanaëlle el final. Es de esas historias que tienen mucho encanto y que temes que el final te decepcione. O te joda por que no existe. Y aunque amo los finales abiertos, una cosa es eso y otra que no haya conclusión real. Es como si los autores hubieran desarrollado una historia más para un universo global que para un álbum cerrado. La narración usa mucho tiempo de ida y vuelta para animar la historia y se alterna entre el ascenso de Nathanaëlle y la audiencia de Tabor. Hasta lo que tal vez sea un cliffhanger final. Mmmmmm…, no sé. El camino si vale mucho la pena.

Echadle un ojo.

Reseña: Los Guerreros de Dios. Integral 1, de Philippe Richelle y Pierre Wachs

Lo importante es, que cuando los propios autores son amantes de la Historia, en su obra normalmente lo van a transmitir muy bien. Y todo va en consonancia. El lector de Los Guerreros de Dios, esta chulada de álbumes recopilados que está publicando Ponent Mon, de Philippe Richelle y Pierre Wachs, y del que se acaba de publicar el segundo volumen; el lector, tú y yo, en más o menos ganas, nos gusta leer/saber más de la Historia y en este caso, de las curiosas (por llamarlas de alguna manera) guerras civiles más importantes que Francia sufrió entre católicos y protestantes. Un periodo turbio como pocos. Un contexto bastante bien descrito por guionista e ilustrador de este cómic, sobre todo, por que se lleva adelante no como plato principal, más bien de trasfondo.

En Los Guerreros de Dios todo se centra en las desventuras de un caballero que llegó a interesarse por la Reforma un tanto por accidente; hecho que me parece sublime porque… ¿Cómo nos ocurre lo importante en nuestras vidas, si no es por pura casualidad? Cuando Francia se quiebra en la segunda mitad del siglo XVI, guerra y religión van de la mano. Un caballero se verá obligado a mezclar estas dos «virtudes» del hombre. Entre reforma y tradición, su corazón sangriento se balancea. En aquel siglo de incertidumbre, el reino de Francia buscó enemigos doquiera que mirara. En especial, quería hacer frente a la “codicia” de los españoles. Por eso, en su fuero interno se le dio caza a los seguidores de la Reforma. Enrique II quiere que desaparezca del mapa el caballero de Boissac, un supuesto católico pero curioso de las tesis de los hugonotes. Debe vivir una amarga experiencia. La religión no es una broma si la Iglesia Romana te está observando. Eso debe saberlo.

En esta época de pensamiento en auge, donde el hombre ya se ve como el centro del universo y omnipotente, pienso que es súper complicado asumirlo si no tienes la más mínima idea de lo principal. Puedes pillar ideas objetivas de gente, del porqué a tanto movimiento a finales de siglo XVI, pero lo normal es que oigas más ideas subjetivas que otra cosa. ¿Por qué? Porque aquí (una vez más) la religión anda de por medio. Y si no te atrae siquiera un poco el tema, te enterarás de muy poco. Por ejemplo, preguntar sobre las ideas de Calvino en la plaza de París en el año de gracia de 1557, quizás era yo el único tonto en clase de Filosofía en el instituto al que le interesaba. Pero yo soy fan -entre otras muchas cosas-, de ver como el ser humano es capaz de ahogarse en un vaso de agua cuando algo le increpa. O mejor dicho, le da miedo. Y si entonces nos trasladamos a territorio galo, al verano de 1557, una zona invadida por las tropas del emperador español Felipe II, un enemigo temido por todos, y según el entendimiento del monarca francés, enemigo atroz que manda sitiar la ciudad de Saint-Quentin de la mano del militar Manuel Felipe de Saboya; yo, por ejemplo, ya estoy dentro.

Este primer integral recoge los tres primeros álbumes de la serie, La caza de herejes, Los ahorcados de Amboise y Los mártires de Wassy. Tres capítulos para iniciarse en una trama histórica e inevitablemente romantizada que permite captar la atmósfera que reinaba en aquellos tiempos oscuros. Muy bien elaborada, a partir de una técnica de guión muy usada últimamente como es la gran historia, a través de la pequeña. Muy al estilo de Los Tres Mosqueteros, del maestro Alejandro Dumas y aún más, de su casi desconocida y súper recomendable novela La Reina Margot. Maravillosa para los amantes de este periodo.

Pronto se acabarán los alimentos y las reservas de pólvora están casi vacías. A punto de capitular, el almirante Gaspard de Coligny, encargado de la defensa de la ciudad, pide ayuda a su tío, el alguacil de Montmorency. Por desgracia, este último es un mal estratega y es capturado. Guerras religiosas que incendiaron todo un país y parte del continente europeo. El cambio de siglo. Personas acostumbradas a nuevas ideas pueden practicar su no adoración a escondidas, si quieren, pero si estos Protestantes aumentan en número y se oponen a la gracia de Dios y para colmo, toman las armas… En esta atmósfera del fin del mundo es donde el caballero Arnaud de Boissac intentará salir del paso. Frecuentando quizás demasiado las tesis del pastor Calvino y buscando la benevolencia de los poderosos, como el Conde de Montsouris y el Duque de Guisa. Pero ¿será suficiente?

Philippe Richelle y Pierre Wachs, dos autores de los que me han recomendado muchísimo su serie Les Mystères de la Troisième République (Los Misterios de la Tercera República), donde dicen que lo hacen de maravilla. Entonces, a ver. ¿Ponent Mont? ¿Más de estos autores, s‘il vous plait?