Reseña: Kraken (Integral), de Jordi Bernet y Antonio Segura

Recuperar obras como Kraken es importante. Súper importante que vuelvan a nuestros días y a las novedades de las librerías especializadas obras de cómic clásicas que tuvieron sus años de gloria en los benditos 80. Entre otras cosas, se supone que somos gente honesta, ¿y qué debe hacer la gente con esta virtud? Homenajear a los grandes, alabar a nuestros paisanos, sobre todo, con tal nivel de maestría y creatividad. Gente que puso el cómic español en cartelera mundial. Editoriales, en este caso, que tienen la consideración de poner nuevamente en la palestra a maestros como Jordi Bernet y Antonio Segura. Dos iconos de nuestro mejor noveno arte. Por eso, van mis aplausos para Editorial DQ que recién publica este integral de Kraken, una de las obras más representativas de Segura y Bernet como tandem, edición que recopila aquella miniserie en el mismo chulo formato en tapa dura que ya hiciera en su día el sello Evolution de Panini Cómics donde los fans del mejor cómic de género negro pudimos conseguir joyitas como Torpedo 1936, Los Relatos o Serie Negra. Y ahora Kraken queda genial en similar formato a esa colección. Eso sin contar el integralazo que se marcaron con HOMBRE.

Todos los relatos de Kraken se desarrollan en un mismo escenario: las cloacas y el inframundo de Metropol, la capital del crimen, la ciudad más corrupta del planeta. En este pozo negro, pútrido, regado sin cesar con desechos humanos, reina una criatura despiadada llamada el Kraken. Se ha creado un grupo de acción clandestino para localizarlo y destruirlo. Estos agentes policiales bastante peculiares y cada uno de su padre y de su madre, saben que no es solo ese “boss-final” el objetivo de la misión, porque las alcantarillas de Metropol también son refugio de forajidos y bandidos de la peor especie. Es decir, el paso, el durante, ya no es nada fácil de cruzar. Y ahora no me digáis que la premisa no es cañera y merece una serie o un film a lo Snyder. Ay Netflix, si me tuvierais de consejero…

Kraken no es la creación de Jordi Bernet más conocida. Lo es, la que os comentaba antes, Torpedo, creada casi doce meses antes, quizás tras el flipe tremendo de aquellos comiqueros de entonces a los que Bernet nos había hecho feliz con tales series. Kraken fue igual de exitosa pero con el detallito del cambio; pues se aleja del género negro para instalarse en esa Ciencia Ficción casi/semi/post-apocalíptica al que algunas ciudades cosmopolitas se ven abocadas. En concreto, una trama o un mundo que le permitió a Antonio Segura evolucionar con sus guiones y tener casi que más liberada sensación de creatividad a la hora de desarrollarlo. Y, sobre todo, una enorme plenitud gráfica donde Jordi Bernet esplende en el registro del fantástico y las historias de anticipación (como se llamaba entonces a la CF). Kraken tiene como protagonista al teniente Dante, un policía que patrulla las alcantarillas de Metropol y ahora va a liderar la caza del monstruo. Una espantosa y formidable aberración que vive en el más profundo corazón de las enormes cloacas de Metropol. Y que como buena historia de Terror apenas se deja ver si no es para que sea tu último momento. Pues este ser mata a los imprudentes que se refugian en estos sucios sumideros: drogadictos, asesinos, vagabundos e indigentes…, pero aun así, la escuadra de acción del teniente Dante intentará acabar con dicho mal. Pero que los sepáis, la obsesión por matar al Kraken, la criatura repugnante nacida de la pestilencia y la basura enconada de la ciudad, moviliza la energía del grupo. El Kraken, una legendaria criatura pútrida nacida de la contaminación y el vicio humano, es la esencia de la escoria de este laberinto que en realidad esconde propósitos mucho más oscuros.

El blanco y negro transcribe maravillosamente la sofocante arquitectura de las alcantarillas. Alien, La Cosa (The Thing)… son películas que se vienen a la cabeza cuando te sumerges en la trama de Metropol. Humor negro a raudales, tiroteos y buenos juegos de palabras, todo vale y es deliciosamente retro y estimulante. Segura escribe giros a menudo sorprendentes y no duda en romper ciertos tópicos. El dibujo vigoroso de Bernet hace maravillas con esa caras de piojosos y detalles de gente desnuda a la que todo se la refanfinfla. Todo muy Mad Max. Sangre, acción, suspense y un poco de magreteo. Lo que molaba en los 80. Década que vuelve a ponerse muy de moda en varios sectores.

Kraken vio la luz, al menos, en tres editoriales. Sinceramente, esperaba que alguien lo trajera de nuevo a nuestros días. Y ha pasado. Por eso, y simplemente por eso, mil gracias a Editorial DQ por la iniciativa. Por favor, que no quede aquí. Hay mucho más por publicar y lo sabemos. Como dijo Bernet sobre Kraken: «Era solo una excusa para contar historias que tenían lugar en un mundo podrido…». Le faltó decir…, como el nuestro.

Reseña: Un Destino de Hallador, de Gess

Curioso, muy curioso, es este nuevo titulo que llega a nuestro país de la mano de Ponent Mon. Pero es Gess. Y un cómic de este hombre ya es como mínimo apetecible. Y en formato grande, más. Pues recordad que ya casi con todas las editoriales que traen buen cómic europeo, por normal general, hablamos de integrales (que para mí es el formato ideal para degustar historias); así que si se puede, se hace un esfuerzo económico para llevaros a casa lo mejor de lo mejor… Cómic con el que empezamos la semana que lo merece.

Pues tras un nuevo álbum de ¡Viva la Anarquía! (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4831), quién no va a querer trasladarse de nuevo a esos tiempos de Balzac, Zola y Victor Hugo, la Comuna y los grupos anarquistas de la France. Pero esta vez con toques fantásticos. Guau! ¿Cómo? Si, si…, pero Un Destino de Hallador es eso y más. Para los que aún no conocen los denominados Cuentos del Pulpo; obra que promete ser colosal y cuyo primer relato fue La Malédiction de Gustave Babel, que hizo mucho ruido por su frescura y por sus dimensiones cuasi-dimensiones hugolianas al otro lado de los Pirineos. Son cuentos dedicados a una organización criminal que controlaba París a finales del siglo XIX. No obstante, Gess los lleva a un universo ucrónico donde conviven (con dificultad) humanos corrientes y mutantes franceses muy al estilo de los X-Men. Sin embargo, ahora, comenzando con una breve pero conmovedora introducción a la Comuna de París y el sacrificio de quienes creían en los valores democráticos y modernos que se debieran defender, Un Destino de Hallador promueve a su vez (como cómic) ciertas tendencias políticas citando en cada apertura de capítulo un extracto clave del Contrato Social, de Rousseau. Vamos a ver, ¿politiqueo? Dirán algunos de ustedes. Bueno, ¿y acaso Dios ama, el hombre mata no era un cómic político en definitiva?

Detrás de una ficción extraordinaria y operando a varios niveles, Gess, es el único responsable de esta obraza donde interpreta todos los roles (guionista, diseñador, colorista, rotulador…); con el que transmite un mensaje poderoso. La relevancia de que todo permanece igual más de un siglo después. La soberbia de los poderosos (ya sean miembros del Estado o de la Mafia) hacia el pueblo sin el cual, sin embargo, no son nada. Pero también la posición de víctima de la mujer, sistemáticamente explotada, violada en sus derechos, literalmente devorada por el sistema. La necesidad de Revuelta, aunque los límites de la violencia son obvios… Temas, posturas comprometidas, que tras lo fantástico encumbran lo que se cuenta en Un Destino de Hallador.

Pero lo que hace de este volumen un triunfo absoluto y una lectura tan cautivadora como abrumadora, es la fuerza de su historia. Así como el poder de los personajes, ninguno de los cuales es insignificante. Me llamó mucho la atención encontrar en un cómic el romanticismo poderoso que es capaz de evocar la gran literatura francesa del siglo XIX. Tener la sensación de esta leyendo a Victor Hugo o Alexandre Dumas, eso no lo consigue cualquiera. Y menos, dentro del noveno arte. Son referencias que inmediatamente vienen a la mente cuando uno se hunde en este universo rico que se propone. Situaciones moralmente complejas y la atmósfera de inevitable tragedia. Una dimensión de “cultura francesa” que le permite también a Gess separarse un poco de posibles referencias a los mundos estereotipados de los superhéroes estadounidenses. Al tiempo que los encaja perfectamente en temas más contemporáneos (asesinos en serie, universos paralelos, etc.). Además, lo que se cuenta aquí, tiene ese don lovecraftiano, mignolista, que a mí por lo menos me flipa. Imaginaréis que ahora quiero, rezo para que alguien saque en español (¡Muerdo por conseguir!) La Maldición de Gustave Babel, el primer relato de los Cuentos del Pulpo. Y es que me contaron que tras ese cómic está la base donde el autor francés de Ruan siembra la semilla para este maravilloso volumen que os reseño hoy.

En Un Destino de Hallador me cuentan que lo vuelve a hacer con geniales historias entrelazadas que evolucionan en el mismo universo. Un período de transición por excelencia donde trama y subtramas llegan a unirse, por lo que he podido averiguar. Gess juega con este rico tejido histórico francés para confeccionar un universo único. Trata ante todo personajes de gran riqueza y profundidad, algunos de los cuales tienen talentos increíbles. Este pequeño toque fantástico da cohesión y originalidad jugando con leyendas urbanas y embarcándonos en una historia contundente y sangrienta donde las familias de los principales protagonistas vana sufrir de lo lindo. Todo con un ritmo constante, poderoso, de narrativa apasionante, donde nos embarcamos rápidamente en un secuestro donde Émile Farges, nuestro héroe, tendrá que salir de su zona de confort para salvar a su familia…

Desde el punto de vista gráfico, Gess confirma su estilo, lo cuidadoso que es y le da a su historieta todo el atuendo necesario para nuestro mayor placer. Es un maestro en todos los sentidos. Un ídolo para muchos fans entre los que me encuentro.

Cerrando ya, la valoración es fácil, para un amante del género detectivesco y de Terror como yo: Menuda Joyita. Trama digna de peli, serie de TV, sirve hasta como aventurera rolera, friends. Rico universo y cómic súper disfrutable para muchos de los que leéis Desde New York – Crónicas Literarias y que sabéis ya de sobra de qué pie cojeamos.

Súper recomendable.

Reseña: Azimut (Integral), de Wilfrid Lupano y Jean-Baptiste Andreae

Y ahora os voy a enseñar lo que posiblemente sea uno de los cómics más maravillosos publicados en español de este entre-mes. Diría, que uno de los mejores integrales y bonitos que se van a publicar este año. Una joya visual la mires por donde la mires; Azimut, de Lupano y Andreale.

Ponent Mon, como no podía ser de otra forma, trae este cómic de enorme calidad a nuestras librerías. De esas historias que mezclan géneros, que quizás no tiene ninguno o que es inclasificable por la cantidad de temas que toca: Un lugar de vastas incongruencias en mundos posibles, imposibles, aunque en uno de ellos, más que en cualquier otro lugar, permanecemos profundamente acometidos por la idea de la vejez y su trágico desenlace como es la muerte. En otros lugares tal vez no, pero en este mundo, está permitido pensar que sí… Quería poner este mini-avance de la sinopsis por que fue, sin duda, lo que me atrapó. Pero por el momento sólo añadiré una extraña pregunta que te persigue desde el principio: ¿Qué o quién demonios es el Arrebatatiempo?

Cinco álbumes de una serie que ahora se recogen en un poderoso integral que obviamente merece la pena. Wilfrid Lupano al guion y Jean-Baptiste Andreae a los dibujos y al color, que, sinceramente, con su trabajo asombra, ilumina y se te cae el mundo al suelo por la envidia de lo bien que lo hace. Historias, álbumes, tramas conectadas que curiosamente tuvieron al lector en vilo durante años pues comprendían un solo ciclo y se publicaron bastante espaciados en el tiempo (2012, 2013, 2016, 2018 y 2019). Un despiporre que nunca se le debe hacer a un lector asiduo y ansioso de buenas historias de cómic europeo. No obstante, ahora le dan a la publicación de un integral, un valor tremendo que esta maravilla llegue a nuestros lares.

La bella Mania Ganza es también de la opinión de Aristide Breloquinte (quien investiga los misterios del tiempo a bordo de su nave laboratorio Laps). Y esto nos lleva a una gran aventura en compañía de personajes fantásticos que -estoy totalmente de acuerdo- recuerdan a los personajes creados en su día por Lewis Carroll (Alicia y el País de las Maravillas). En Los Aventureros del Tiempo Perdido, conoceremos a los personajes y veremos en qué consiste la «Quest» y lo que son capaces de hacer. Ah, y espera, espera, no, en serio: ¿Qué o quién demonios es el Arrebatatiempo?

La Bella debe Morir es el segundo álbum. Y es que después de escapar del juicio de Ireneo el Magnánimo, la hermosa Manie Ganza y su banda de sabios aterrizan en el triste reino volante del Barón Chagrin. Este último, un personaje mítico si cabe, que habría logrado conquistar la vejez… Pero, ¿a qué precio? Por su parte, el profesor Aristide Breloquinte y su tripulación continúan estudiando la espinosa cuestión del paso del tiempo y parecen tener ya una idea sobre la terrible desaparición del Polo Norte.

En Los Antropótamos del Nihilo, la bella Manie Ganza hizo un trato terrible: siglos de vida contra miles de muertes. Y mientras su propia madre, la Reina del Éter, busca matarla, reinos enteros se declaran guerra entre sí. En todos sitios se preparan para la gran masacre, de lo que se alegra Baron Chagrin, por supuesto.

Nubes Negras, Velo Blanco es como un reinicio eterno. Se organiza un nuevo compromiso para Manie Ganza, esta belleza debe convertirse en la esposa del Señor del Desierto, el gran mamamouchi Baba Musiir. Pero este último, por poderoso que sea, no sabe si podrá resistir los celos enfermizos del Arrebatatiempo. ¿Por amor? La Reina del Éter está dispuesta a despertar poderes enterrados (y con razón) en venganza por la belleza de su hija…

Y cierra el tomo/arco/ciclo/integral, Las Últimas Escarchas del Invierno. Donde una enorme ola de hielo azotó todo el país y lo que se salvó del desastre, se ha convertido en una tierra de asilo para los refugiados climáticos. La nación de Petitghistan debe revisar sus principales planes para conquistar el mundo, ya que es precisamente el resto del mundo el que llama a su puerta. Y el triste palacio volador del Barón se estrelló contra estas tierras heladas. Y el dueño del lugar se encuentra allí, helado, muerto: ¡El que iba a vivir hasta el fin de los tiempos! ¿Significa eso que realmente el final de todos los tiempos?

Azimut ganó el prestigioso Premio Imaginales en 2013. Es el ejemplo claro de cómic europeo de diez. Dibujo preciocérrimo, tramas originales chulas, cómic súper recomendable -diría que indispensable, al menos, de leer- para fans de la mejor literatura fantástica. Hasta las contraportadas son enmarcables.

Reseña: Superman. El Hombre de Acero Vol.1, de John Byrne, Jerry Ordway, Marv Wolfman y Mike Mignola

No soy muy de recomendar Superman pese a la fácil entrada que tiene el personaje. Me consta que a mucho lector de cómic no le gusta por lo omnipotente de un superhéroe, que recordad, fue el primero de todos, y quizás ese es el principal problema, sobre todo, para los guionistas e ilustradores que se atreven o les proponen llevarlo. No obstante, Superman tiene ese algo que atrae. Tiene ese no-sé-qué que provoca que muy dentro de ti quieras leerlo. En definitiva, quieres que te guste. Por que sabes que tiene muy buenos arcos argumentales detrás y fuera de tantos reinicios o inicios contados una y otra vez, escuchas, oyes, lees que tal cómic de Superman cuenta algo muy chulo y entonces quieres. Por que tiene mucho detrás. Pero si además, como yo, conoces a alguien que sigue-compra-y-lee todo lo que se publica de El Hombre de Acero desde que tienes uso de razón, pues te llama. ¿Cómo que no? Para el que se sienta atraído por todo lo que digo en esta parrafada, la recomendación para empezar o retomar el personaje está, sin duda, en el Superman, de John Byrne. El más representativo. Donde el guionista, el dibujante, el maestro, crea una etapa inmortal para el pijameo dentro del noveno arte. Cualquiera que entienda un poco, sabe que es uno de los mejores Superman que se pueden leer. Y en un primer tomazo integral (de cuatro), que recoge en orden cronológico todo lo publicado por el consagrado Byrne, ECC Ediciones recién publica este tochal que recoge las mejores etapas del superhéroe más conocido de todos. El que todo el mundo debería leer, al menos, una vez en la vida.

Este volumen recopilatorio comprende World of Krypton #1-#4, una miniserie representativa de lo que verdaderamente ocurrió en el Krypton antes de que todo se fuera a pique. Una obra súper recomendable de leer, muy buscada en su día y que fue adaptada parcialmente en el film de El Hombre de Acero. Le siguen dos miniseries más, las representativas de Byrne, que alcanzaron fama, las denominadas Man of Steel #1-#6 y Superman #1-#5. También los arcos argumentales que se recogen en Adventures of Superman #424-#428 y Action Comics #584-#587. Todo Byrne, todo, donde el maestro promueve muy-mucho la presencia del magnate llamado Lex Luthor, por ejemplo. Al que le dio bastante peso como protagonista.

Superman: The World of Krypton presenta una colección de historias reunidas para brindar a los lectores una visión más amplia de cómo era la vida en el extinto planeta. Escrito en los años 80, el enfoque principal del libro se centra en la reinterpretación de Superman y su antigua historia. En la reinterpretación, Krypton es una sociedad que ha perdido su humanidad debido a su absoluta devoción por la ciencia. Casi dos décadas después, muchos de los puntos de esta trama sigue siendo relevante en la actualidad. El debate que rodea a la clonación en Krypton se desarrolla hoy en la vida real sobre la batalla de la investigación de células madre embrionarias. A medida que los lectores miren hacia atrás en un cómic como este, podrán encontrar que esta historia puede ser una de las más relevantes en la historia del superhéroe.

Man of Steel #1-#6 es la serie que inicia la reinvención del Superman, de John Byrne, en los 80s. Los cambios en el planeta natal de Superman también son indicativos de lo que Byrne se propuso hacer: Superman era Clark, un ser humano, no Kal-El, un kryptoniano. La distopía científica de Byrne esplende aquí y huele a clásica novela de Ciencia Ficción.

Superman #1-#5 cuenta el reinicio del personaje que Byrne hizo en los 80 pero también otras originalidades como los orígenes de Metallo (un nombre usado por múltiples supervillanos que aparecen en los cómics publicados por DC Comics, comúnmente como un adversario de Superman), un cyborg con una fuente de poder de kryptonita en su corazón, que usa como arma contra Kal-El. Aquí podemos encontrar el enorme poder ilustrativo de Byrne, así como verlo disfrutar con sus estilos de narración, variando las cosas desde la rutina habitual así como descubriéndonos un «origen secreto». También molan cosas, como el modo en que se cuenta el descubrimiento de Lois sobre que Superman es un extraterrestre.

Las tintas de Dick Giordano complementaron los lápices de Byrne y los retoques de Terry Austin sumaron. Pero otros muchos autores ayudaron a encumbrar a un autor que de por sí, ya gozaba del don poderoso creativo para el mundo del noveno arte. Este primer volumen cuenta además con la colaboración de Marv Wolfman, Jerry Ordway y Mike Mignola, y tiene como invitados especiales a Los Nuevos Titanes, el Fantasma Errante y al mismísimo Batman. El Hombre de Acero se destaca como punto culminante y artístico en la extensa e histórica carrera de John Byrne. Esta es la obra que debes tener si quieres empezar o reconciliarte con el Hijo de Krypton, Hombre de Acero, Kal-El…, la leyenda que pocos conocen a ciencia cierta.

Quieres que te guste.

Reseña: Factor-X, de Bob Layton, Roger Stern, John Byrne, Louise y Walter Simonson, John y Sal Buscema y VVAA

Hay quien dice que los mutantes de Chris Claremont y tal, pero yo los primeros cómics que leí y disfruté de mutantes fue Factor-X. Recuerdo además haber pillado esporádicamente una grapa (la número 1) que curiosamente tenía la misma portada que este maravilloso primer integral de Factor-X del que os vengo a hablar. Os puedo decir que unos de los Marvel Gold más esperados por mis amigos y por mí, ahora que todos aquellos grandes cómics que nos hicieron felices entre los 80 y principios de los 90, se van recopilando poco a poco en tapa dura en nuestro país. Y encima Panini Cómics haciéndonos un guiño al aficionado sacando la misma cover que da pie al primer tochal de la cabecera del grupo más clásico de mutantes, y diría que el más querido y compenetrado de todos. De nuevo, juntos y revueltos. Un regreso que a muchos nos ponía la piel de de gallina pues Factor-X no es otra cosa que La Patrulla-X original volviendo a unirse después de que Jean Grey regrese de entre los muertos. Anunciado como un nuevo grupo mutante entonces, pero en definitiva era como volver a ver a Los Beattles juntos de nuevo.

Empezando con las previas -algo que hace muy bien Panini en estos tomos-, tenemos cómics como ¿Quién acecha ahí abajo? (The Avengers #263), que hace de inicio y vínculo, además de ser la primera misión de Namor con Los Vengadores. Ellos descubren el misterio, o hablando en plata, lo que pasó realmente y donde está Jean Grey después de aquel doloroso estallido final. Le sigue el Fantasic Four #286 que de algún modo continúa lo anteriormente contado: el Capitán América en su investigación, encontrando a una mujer misteriosa en una cápsula bajo la bahía jamaicana…

Pasamos entonces a la leña. A la mandanga de la buena. A Tercera Génesis. El primer número que os decía antes y que da paso a la serie original llamada Factor-X de la que este volumen contiene nada más y nada menos que los primeros dieciséis números. Con los geniales creadores Bob Layton, Roger Stern, John Byrne, Louise y Walter Simonson, John y Sal Buscema, y otros muchos otros dándolo todo. Donde Cíclope, La Chica Maravillosa, La Bestia, El Ángel y El Hombre de Hielo ya no son estudiantes de la Escuela para Jóvenes Talentos de Charles Xavier. Ahora estos cinco amigos, continuarán el sueño del Profesor-X de que los humanos y los mutantes vivan juntos como especie. O eso intentan. Entonces, hagámonos pasar por cazadores de mutantes y traigamos mutantes en secreto para comenzar a entrenarlos sobre cómo usar sus poderes. Un comienzo algo suave pero al menos, la serie comenzaba con intenciones sinceras. Y así van encontrando mutantes incapaces de controlar sus poderes, desarrollándose un elenco de personajes alrededor del equipo que mola bastante. Por supuesto, aprovechando ese mismo gusanillo de inicio que tanto gustó a los fans en La Imposible Patrulla-X, de Chris Claremont.

Pero una vez que has sido un hombre X, eres un X-Man de por vida. Lo que significa que serás absorbido por cualquier historia en curso que esté ocurriendo alrededor de todo mutante. ¿Qué quiero decir con esto? En este caso, los Factor-X se encuentran justo en medio de la Masacre de Mutantes, mientras los Merodeadores hacen estragos en los túneles Morlocks. Ángel es inmovilizado en una pared por Arpón (Harpoon), mientras trataba de defender a Artie (X-Factor #10), y debido a las extensas lesiones e infecciones, los médicos se ven obligados a amputar las alas a Warren… (X-Factor #14), cosa que te lleva a un final que te deja «catacroker» casi paralizado el corazón. Y los anti-spoilers (estamos hablando de una serie de finales de los 80, oiga), ahora me diréis: «Tú que casi nunca sueltas prenda, ¿a qué viene contarnos todo esto?». Muy simple, my friends, para que veáis el nivel de poderío, la potencia emocinal que aquí tenía casi cada numerito de la serie. Una que ningún amante -no de mutantes sino de Marvel-, jamás debería perderse.

Factor-X: ¡Bautismo de Fuego! es en esencia números atractivos, fuerte carga emocional en sus guiones y dibujazo grande dentro del mundo del pijameo. Me hace gracia que en la propia portada Panini Cómics nos contesta en forma de tweet: ¡Porque lo habéis pedido, el dramático regreso de La Patrulla-X original!.

Insisto: ¿Qué hace que este primer volumen sea esencial para tu cómicteca? Muy fácil otra vez. Hablamos de los X-Men originales reunidos de nuevo, esos que ocupan un lugar especial en el corazón de muchos. Fueron los primeros y verlos reunidos y entre las novedades de cualquier librería especializada, es un momento emocionante para cualquier lector de cómics que se precie. Sobre todo, para todo aquel que no disponía de esta colección. Grandes autores, consagrados ya el 90% de los que aparecen, trabajando en conjunto para que los mutantes más poderosos volvieran a funcionar. ¿Os imagináis una serie de TV con los mejores actores, guionistas y directores del momento? Este Marvel Gold es eso en formato cómic.

La historia de En Sabah Nur comienza aquí. Y en nada llegará Apocalipsis para ponerlos a todos mirando pa´Cuenca…

Reseña: Yo, Mentiroso, de Antonio Altarriba y Keko

¿El tema? El tema es que cada vez que Antonio Altarriba saca cómic junto a Keko, uno se da patadas en el culo por leerlo. Posiblemente, estás ante el cómic del año. Y si algunos de ellos no han llegado a cómic del año en nuestro país, ha faltado el canto de un duro. Después de exitazos que provocaron lo mismo como El Arte de Volar, Yo, Asesino, El Ala Rota, Cuerpos del Delito o Yo, Loco…, Norma Editorial siempre al tanto con estos maestros del noveno arte en nuestro país, recién publica Yo, Mentiroso. Un épico y sangriento punto final a la que llamo desde ya la Trilogía del Ego.

Yo, Mentiroso, un magnífico colofón a los anteriores títulos.

Un cómic que aunque seas apolítico como yo, vas a disfrutar de lo lindo. Aquí se denuncian en formato viñeta las mentiras de la política, visualizando además muchas de las situaciones y personajes de los últimos años de los que gozamos en este país de pandereta. Y es que el maestro Altarriba ya aseguró en una entrevista que los tres cómics en su conjunto se presentan como historias de suspense, pero el trasfondo de crítica social está muy presente. Cuenta: «En Yo, Asesino denunciábamos la impostura intelectual, la posición de los profesores y universidades, la relación con el arte… En Yo, Loco criticábamos los manejos de las grandes corporaciones, sobre todo de las farmacéuticas. Y ahora en Yo, Mentiroso, le toca el turno al mundo de la política y sus complicidades con los medios de comunicación».

Ahí, ahí, dándole palos a todo listillo. Además, el señor Keko que también estaba en esa entrevista realizada en el apartado de cómics de la web de RTVE añadió: «Fue el tristemente desaparecido John Le Carré quien dijo que “solo a través de la ficción se puede contar la verdad”. Y nosotros intentamos contar la verdad sobre la España de estos últimos años. Lo curioso es que parece que hablamos del pasado, pero todo lo que contamos es carne de Telediario estos días».

Totalmente. Por mucho que nos quieran ocultar la verdad. No obstante, a mi particularmente, Yo, Mentiroso, me ha fascinado por muchas otras cosas. Los políticos españoles se van a quedar con el culo torcido viendo tanta sinceridad sobre ellos, sí, pero siendo sobre todo, una trama de novela negra bien realizada, tiene la particularidad de inmiscuirse muy bien en los entresijos de esta manta de croché que es la política española. De hecho, el volumen lo aclara en la primera página antes de comenzar la historia:

“Cualquier parecido con la realidad política española entre 2016 y 2019

es insidiosa coincidencia”.

Jajaj…, pero qué grandes. Y lo cierto es que los paralelismos son evidentes. Personajes perfectamente reconocibles algunos como Pedro Sanchís, Collarejo, Adrián Cuadrado, Raimundo Godoy… Vamos a decir que nos suenan, ¿no? Para colmo, ciertos recursos narrativos utilizados por Altarriba en momentos concretos de la trama, nos permiten disfrutar de algunos guiños más. Y Keko se suma a la fiesta. Exempli gratia: El beso de judas de Adrián Cuadrado a Raimundo Godoy, se muestra en la famosa Última Cena de Leonardo da Vinci, con Judas sentado a la mesa y negando su traición. Pero la historia de novela policíaca se centra en la búsqueda de un asesino. Alguien que tras separar las cabezas del cuerpo de sus víctimas, las introduce en botellas de cristal… Y es que la historia comienza con el brutal asesinato de tres dirigentes políticos. Todo apunta a una venganza, pues los asesinados tenían distintos juicios pendientes por corrupción. Mas, desde ese momento la vida de Adrián Encinas, asesor del partido gubernamental, cambiará por completo. El poder en la sombra le atosiga desde todos los hilos posibles. Conspiraciones y asesinatos que sacudirán a su partido, tendrá que solventar problemas para que su partido salga fortalecido de la crisis. Y dicha historia se entreteje con la del asesino. Historias que se cruzan de forma maravillosa.

En Yo, Mentiroso, todos los personajes mienten, menos uno, afirmó Antonio Altarriba.

Una obra magnifica, bien documentada, el resultado, una obra brillante, a la que espero y deseo lo mejor en futuros premios a los que optará seguramente. Pues navega entre mentiras pero lo que cuenta, paradójicamente, goza de mucha verdad. Esta obra tiene que dar que hablar en los medios, friends. Merece más audiencia. Así que si pueden léanla y opinen. Disfruten. Indígnense. Que se conozca, entre los que no conocen nada-nadita-nada de la mayor desconsideración a la que está siendo sometido el pueblo en este país. Me tocó el alma una escena que se trata en el palco del Santiago Bernabéu. El palco del anfitrión de la reunión es Florencio Pérez, un “buenazo” presencialmente para muchos, que no me cabe duda que decide bastante para mal de nuestro país. Esté en el gobierno quien esté. En fin, algún día se sabrá. Me encantó que alguien pensara como yo.

Yo, Mentiroso es un recorrido por la corrupción que desde hace años se ha instalado en nuestro país. Sirve además para cerrar una trilogía y ata cabos sueltos en los anteriores álbumes.

Archirrecomendable.

Reseña: Saga. Integral 1, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples

Decidme cuántos de ustedes no estaba esperando este integral. Grandiosa época vivimos en la que llegan en formato recopilado estas joyitas del cómic actual. Un buen momento de iniciarse, pasarse a…, o incluso regalar esta maravilla del noveno arte que sólo había leído en parte. Solo para comprobar si de verdad era tan buena serie (después de tantos halagos y premios) y ya puedo llamarla «Joya del Noveno Arte». Así de claro. Y eso que sólo he leído lo recopilado en este primer tomo que acaba de publicar Planeta Cómic, quizás para que tengamos un final de año lector esplendoroso, en nuestra afición favorita. Un primer volumen que recoge nada más y nada menos que los primeros dieciocho números de la serie + extras. Incluso después ver premios y premios constantes a la obra y las excelentes críticas a la obra de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, hice como con otros títulos y esperé. Por que siempre proclamaré a los cuatro vientos que es mejor así, que decidas tú mismo cuando parar de leer… No sé si me entendéis. Y por eso soy tan pesado y tan agradecido por que este desafío de lectura exista físicamente, por que, como ya suponéis, me encantó todo lo recogido aquí.

Si aún o sabéis nada, Saga sigue la historia de Marko y Alana ambos combatientes en lados opuestos de una guerra intergaláctica. Ahora están juntos y son padres primerizos, pero ambos bandos los llaman traidores y ofrecen recompensas por sus cabezas. El bebé Hazel es la narradora de la historia, desde una perspectiva futura que le da a la trama el suficiente presagio para mantener las cosas interesantes y al guión la suficiente información para parecer significativo en todo lo que cuenta. Pero los perseguidores clave que buscan a Marko y Alana tienen personalidad propia, cosas que ganar y que perder y encontrar en el camino, mientras se lanzan a a la caza de la familia fugitiva. Cada uno lucha por su propia supervivencia y eso es lo que le da chicha a la serie. En cualquier bando de esta guerra vas a encontrar seres que se mueven por el Mal en sí mismo, otros rectos y obedientes, planetas, lugares, bandidos y algunas alianzas sorprendentes. Pero esto es una guerra. Y ninguna guerra termina bien para todo el mundo.

El libro comienza con la narración combinada de los padres de Hazel hablando de su nacimiento y se intercalan algunos comentarios de la propia chica. Ella habla de la concepción de ideas y el proceso de llevarlas al mundo en cosas tangibles. Es una buena comparación tener estas dos líneas de pensamiento simultáneas, y un mini desafío para cualquier mente lectora que se precie (diría que entrelineas se puede leer en este comentario de Hazel una posible explicación sobre la creación de Saga). Definitivamente, un comienzo único e intrigante para iniciarse en una trama.

Las ideas son cosas frágiles.

La mayoría no vive lo suficiente fuera del éter del que fueron sacados, pateando y gritando.

Sobre el formato, en esta edición, se recogen los tres primeros volúmenes de Saga, con material extra al final que describe el proceso de escritura del cómic desde el punto de vista de cada uno de sus colaboradores. Hay seis capítulos en cada volumen, pero este tomo está configurado para que se lea como diecicocho capítulos continuos de una historia más grande. Mola. Cada escenario tiene sus propios temas e ideas, y cada historia es un conjunto de capítulos que están vinculados con puntos subyacentes. Pero a partir del primer capítulo, la historia avanza sin problemas, conectada de manera experta con personajes cuyas vidas se entrelazan a pesar de sus propias subtramas únicas.

En un mundo de Ciencia Ficción, Saga es de esas historias donde brillan los personajes. Algo muy Dune o muy Star Wars, si se quiere. Son los personajes los que realmente hacen la historia y mantienen al lector comprometido capítulo tras capítulo. El arte es hermoso y funcional. «Llamativo», quizás sería un buen término. En el guión se nota la experiencia adquirida de Vaughan y todo se lleva a cabo perfectamente para mantener al lector interesado en los cambios de escenario y personajes. A veces, nos topamos con la vida de los cazadores, los agentes del gobierno o los independientes aliados a terceros. ¿Estos son «chicos malos»? Quizás algunos lectores van a sorprenderse (o no) de que esos malos-malutos terminen por gustar igual, o incluso más que nuestra querida familia en fuga. Algo muy Star Wars, insisto. Perdonad que me repita, pero es que desde que supe de Saga y leí de qué iba, siempre la vi como un posible spin-off de La Guerra de las Galaxias; su trama da para serie de TV.

Cada historia necesita un villano, muchos de ellos son inesperados, algunos con motivos no revelados pero nos interesa saber sobre ellos. En Saga cada uno de ellos es una persona distinta. Personajes grises con una idea y con un fin diferente a los demás (muy Canción de Hielo y Fuego/Juego de Tronos). Su propio trasfondo y moralidad. Y ninguno de ellos es humano. Hay un fantasma, un gato (¿mi favorito?), un cíclope, etc. Saga los conecta a todos. El personaje principal es un bebé con cuernos y alas y está tan bien labrado que es raro no sentirte atraído/a por Hazel. Mola también que rara vez sabes que qué o quién saldrá en la página siguiente…

Una serie que avanza hacia un argumento a favor de la igualdad y la aceptación, que es un mensaje honorable en sí mismo, el aspecto más predecible de la historia, quizás. Pero Saga cuenta con otras grandes moralejas entretejidas: las mujeres son fuertes, la verdad siempre sale a la luz, nadie es perfecto, me encantan los personajes que cometen errores reales. Y todo es posible si luchas por ello. Pero aquí lo importante, lo que te enganchará, es el camino. Todo lo que vas viviendo con cada uno de los personajes, es lo que disfrutarás como cochino (con antenas) en un charco. Saga, bajo la trama, posee una lectura edificante e inspiradora.

Reseña: MLE. The Deadly Hands of Kung-Fu. Puño de Hierro y Otras Historias, de Rudy Nebres, Chris Claremont y VVAA

Tras el The Deadly Hands of Kung-Fu y el Luke Cage: Del Infierno… ¡Un Héroe!, donde disfrutamos de puños, patadas voladoras y ostias a mansalva, llega otro Marvel Edition Limited, esta vez la recopilación de todas las aventuras de Puño de Hierro dentro del mítico magazine de los años 70. Una nueva joya-joyita-joya del género recuperada para los que fuimos niños en los 80s, con padres y abuelos cinéfilos donde semana sí y semana también, se estrenaba o “daban” en el autocine una peli del gran Bruce Lee que todos íbamos a ver. Dias de gloria, sueños y buenos momentos para el entrenamiento de lo que treinta o cuarenta años después llamarían friki, o polifriki, como a mí me gusta llamarnos; porque nos gusta de todo. Todo lo bueno de cómics, libros, música y cine.

El Kung-Fu, ese tremendo arte que se mostró al mundo y del que siempre queríamos saber más. Porque saber demasiado, era poder. En 1974, la fiebre del Kung-Fu golpeó a toda USA y gracias a la gran y pequeña pantalla, se expandió por medio mundo. Cine, televisión pero también una exitosa serie de cómics llamada, en principio, Maestro de Kung-Fu, que partía de un muy chulo magazine llamado The Deadly Hands of Kung-Fu, fue lanzado por Marvel. Y fue genial, os lo puedo asegurar, porque yo estuve allí, lo viví, lo gocé y disfruté “in situ”. Historias que iban encabezadas por el gran Shang-Chi, pero donde podías encontrar también a dueños y señores de las patadas voladoras como Puño de Hierro o los Hijos del Tigre. Tiempos de grandes cómics con artistas considerados a día de hoy autores consagrados. Y unas portadas impresionantes de Neal Adams.

Cada número no solo presentaba aventuras y tramas con acción a raudales de los más grandes héroes del Kung-Fu, sino también entrevistas, guías de artes marciales, reportajes fotográficos y críticas de películas, TV y libros. Si había algo que quisieras saber sobre artes marciales, The Deadly Hands of Kung-Fu era tu fuente. Tu manantial en mitad del desierto; ese kiosco lleno de periódicos y revistas insulsas de la época. Tesoros a nuestros ojos. Y todo estos recuerdos de abuelo pelirrojo es para que veáis el tremendo valor que tienen los Marvel Limited Edition que Panini Cómics y SD Distribuciones andan publicando/rescatando, joyitas clásicas donde encontrar hoy en día los mejores relatos de esa gran revista-cómic que fue The Deadly Hands of Kung-Fu.

Donde tras algunos intentos con un Bruce Lee comiquero que no prosperó, llegaron algunos susodichos que sí que lo hicieron a su imagen y semejanza como Shang-Chi y también el magnífico Puño de Hierro. Personajes que enganchaban por su trasfondo, sus imponentes presencias en viñeta y su autoridad y rápido desenlace contra adversarios de gran calibre. Quizás por el pijameo, quizás por su carácter, a mí me llegó más Iron Fist, o Danny Rand, poseedor del incomparable poder otorgado por el don del Puño de Hierro. Quién debía defender el reino místico de K’un-Lun del siempre malévolo Dhasha Khan, que intentaba poner a prueba el temple de Puño de Hierro con sus terroríficos planes. En un gran arco incluido en este tomo, el guerrero-hechicero busca el espíritu del Pájaro de Fuego, una mujer protegida por Iron Fist, pero Khan tiene al Dragón de Plata a su lado, ¡alguien con una conexión profunda e inquietante con Danny Rand! Una confrontación que pondrá en peligro el alma de Iron Fist, además de lo dicho: puños, patadas voladoras y ostias a mansalva, entre exuberantes ilustraciones de lavado de tinta que transmiten poder y majestuosidad en el mundo de las artes marciales. Y alguna que otra aventura en solitario de las compañeras de Puño de Hierro: Misty Knight (ex-agente de policía que tiene una agencia de investigación privada) y Colleen Wing (descendiente de una familia de samuráis, que vengó la muerte de su abuelo con la ayuda de Puño de Hierro).

Las conocidas Hijas del Dragón.

The Deadly Hands of Kung-Fu: Puño de Hierro y otras historias contiene los números de #10, del #19 al #27 y #29 y #30 de la colección, donde se incluye la monumental saga en seis partes, a cargo de Chris Claremont y Rudy Nebres, en la que Puño de Hierro lucha por el destino del mundo. Una joyita que vuelve a nosotros, a nuestro tiempo, a nuestras cómictecas.

Un buen chute del mejor arte marcial de todos los tiempos.

Reseña: Gotham Central. En el Cumplimiento del Deber, de Greg Rucka, Ed Brubaker y Michael Lark

Crecí amando superhéroes. Entre cómics que me aportaban mis tíos, mi abuelo materno y mis propios ahorros, como estudiante de primaria/secundaria leía y veía todo lo posible de superhéroes. El género de Terror y el superheróico me tenían flipado desde mi más pronta edad. Y desde entonces fue así: salir en coche con mis padres libro/cómic bajo el brazo, viaje por carretera libro/cómic bajo el brazo; cuando en sexto de primaria unos amigos y yo nos escapamos al centro de la ciudad a ver una tienda de cómics, se nos abrió un nuevo mundo alrededor. Y casi cuarenta años después de eso, a lo largo de mi vida, me he dedicado por completo a leer de todo (siempre lo que me gustaba en cada momento) pero siempre, o casi en su mayor medida, todo iba relacionado a superhéroes. Y riéndome yo por siempre del que hacía/hace bromas sobre el género de superhéroes y su infantilismo, el tiempo nos ha dado la razón. Y ahora para ser molón o para estar al día, tienes que saber de superhéroes. No, de hecho, todo el mundo sabe un montón. Ay… Hablo en plural por que sé que sois muchos los que estáis cortados del mismo patrón que yo. Es como cuando los abuelos se ponen a hablar de aquella guerra… Lo que sí que es cierto es, que este es un mundo para todos. Hay ejemplos ocasionales pero bastantes de los que estáis leyendo esto ahora mismo, venimos del mismo planeta. ¿Y por qué hablo tanto de superhéroes si Gotham Central…? Por eso. Para haceros ver que el cómic de superhéroes es solo una puerta (la mar de grande) a un inmenso universo de posibilidades. Y así, impertérrito, os recomiendo Gotham Central, una obra magna ahora recopilada de forma maravillosa por ECC Ediciones, una oportunidad de no dejar pasar un cómic del que habréis leído mil cosas buenas de él. Y es normal, pues ya sabiendo que están detrás tres creadores geniales como Greg Rucka, Ed Brubaker y Michael Lark; tres ya considerados maestros del noveno arte, tres productores de un trabajo de los que recomiendo cositas cada poco.

Y aquí está Greg Rucka otra vez, y Ed Brubaker, los cañeros del guión creando una importante dicotomía en la mitología de Batman. La tensión a ojos vista desde una comisaría y sus componentes en la ciudad con mayor crimen del mundo del cómic. Batman. Un solitario al margen. La existencia de su familia incluyendo a Robin, Alfred, y el comisario Gordon. Mientras que Batman se supone que es un vigilante sin licencia, que pasa la mayor parte del tiempo disfrutando de sus artilugios y encuentros sorpresivos en el mundo de la noche… Pero, ¿quién patrulla las calles? ¿No es quizás más importante en Gotham su policía dado que hay un mafioso o un ladrón cada medio metro?

Gotham Central fue durante un tiempo una de las series más esperadas por estos lares. ECC Ediciones la trajo y desde entonces la ha ido produciendo en diferentes formatos; unos dicen (como siempre los trolls/haters) que para sacar dinero. Mi opinión es (como hacen muchas editoriales), más bien para que le llegue a todo el mundo. Recordad que no todo el mundo puede soltar cierta cantidad de pasta según en qué dia del mes. Y recordar también que son empresas y si tú eres empresario lo entenderás. Chusmas aparte, ahora se reedita esta magnífica colección en tapa dura, un tomo que recopila los diez primeros números, una serie que desde que vio la luz en DC sólo ha obtenido méritos y halagos. Y muy merecidos. La historia se centra en el Departamento de Policía de la ciudad de Gotham, pero apartando un poco el género superheróico y afianzándose en la realidad y el día a día (nunca mejor dicho, porque las historias van sucediéndose un día detrás de otro), de una comisaría y las dificultades de sus funcionarios que viven y trabajan para la seguridad ciudadana.

¿O es que nunca habéis pensado que la policía de Gotham tenga quizás sus buenas razones para resentir del Caballero Oscuro? Más de la mitad de los casos importantes son resueltos por ellos. Y en muchos, muchos, sólo aparece el orejas picudas al final, para dar la puntilla cuando lo peor ya ha pasado. Y es que cuando Batman no tiene éxito o no está involucrado, los casos suelen terminar trágicamente…

Una segunda edición, un primer volumen de dos, que recopilará la serie al completo. Una oportunidad.

Una joya más para la cómicteca.

Reseña: The Fade Out (Deluxe Edition), de Ed Brubaker, Sean Phillips y Elizabeth Breitweiser

Tuve un amigo que amaba cualquier argumento que hiciera referencia a novela negra, cine de época y entorno político-detectivesco de los años 50. La persecución de “comunistas” en Hollywood, las grandes novelas de Dashiell Hammett, Raymond Chandler y films provenientes de libros como La Dalia Negra y L.A. Confidential. Todo esto era súper ideal de la muerte para él. Y aunque yo lo criticaba sarcásticamente en días nublados, en cierto modo, me lo inculcó. O me pasó su fiebre. Pues si algo tiene el ser humano pasionario de gustos enfermizos es un inmenso poder de contagiar al de al lado. Siempre que estén en su misma onda y sean receptores abiertos, claro. El tema es que leí y vi bastantes cositas que a él le molaban, y en ese trajín de gustos que por supuesto disfruté, yo también descubrí cositas pero más de mi campo. Me topé con Ed Brubaker. Con su Soldado de Invierno, con su Criminal, su Batman: Gotham Noir, su Gotham Central, su Sleeper, su Fatale, su Velvet y su Kill or be Killed. Es decir, el género negro hecho cómic. Pero no el género negro bla-bla-blá y bla-bla-blá; el mejor thriller, el mejor cómic de espías, el jodido mejor género negro hecho cómic. Díganme ustedes entonces si tras tanto «sufrido» (os aseguro que no conozco a nadie y digo nadie que no le haya gustado ni siquiera una de las obras anteriores), nadie; cómo diablos no iba yo a pillar esta Deluxe Edition de The Fade Out que vuelve a editar Panini Cómics en su sello Evolution Cómics.

La historia tiene lugar en 1948, la edad de oro de Hollywood y el antiguo sistema de Estudios. Es una época de prosperidad de posguerra que se refleja en películas ostentosas y glamourosas en Hollywood. Durante estos días, los Estudios tenían TODO el poder y la influencia de Hollywood. Había mucho dinero en la industria del cine y dada la paranoia de la Guerra Fría, el incipiente FBI tenía un gran interés por erradicar a los presuntos simpatizantes comunistas dentro de la industria. Intereses duales de los estudios y el FBI dieron como resultado un Hollywood lleno de guionistas y actores que compitieron vendiendo al de al lado como competidor comunista, para que fueran puestos en la lista negra y eliminados.

Ser etiquetado como «comunista» e incluido en la lista negra es exactamente la situación en la que se encuentra uno de los protagonistas en The Fade Out. El otro, aún experimentando una carrera exitosa, está luchando con el trastorno de estrés postraumático de sus días en la guerra. Juntos, los dos se topan con un asesinato que se convierte en algo más grande de lo que uno puede imaginar… Un «noir» o un «hard-boiled» como la definió Raymond Chandler en su ensayo El simple arte de matar (1950); una trama oscura y violenta, pero también inteligente que nos muestra a un Ed Brubaker en su mejor momento.

Lo que hace que The Fade Out sea tan convincente es la atención de Brubaker a los detalles con respecto al período de tiempo. Leí una entrevista en la que dijo que basó esta historia en los relatos de su tío, que fue guionista de género negro durante dicho período. Todo-todito-todo te traslada a la época como hacen las buenas novelas de Hammett. Desde la jerga, la cruda descripción de la segregación de la costa oeste, las diferentes experiencias de la posguerra para los veteranos y los altibajos de la vida en Hollywood, todo se corresponde con precisión con aquellos momentos de penuria y vida. Como cinéfilo y amigo del “pasionario” que me lo inculcó, he leído libros y ojeado documentales de esta curiosa época norteamericana. En aquellos días, los actores, y las mujeres en particular, eran tratados básicamente como esclavos en la industria del cine. Y Brubaker captura ese lado feo e ignorado de los primeros días de Hollywood al explorar a los guionistas que, en última instancia, eran simples herramientas de los Estudios. Ironía negra clásica que resulta ser verídica en uno de los finales de cómic más tristes de todos los tiempos. Teniendo en cuenta, además (¡Tened en cuenta!), que esta trama se disfruta con delicadeza, paciencia, como realmente se lee una buena novela negra. Esas que aportan datos, más en los detalles y conversaciones, que en la propia prosa.

Estamos hablando de una Edición Deluxe que recopila los doce números de la serie, reparto de personajes, extras, biografías y bueno, siempre sin olvidarnos del gran Sean Phillips, alma gemela ilustradora de la mayoría de las grandes joyas escritas de Brubaker. Apoyado en un coloreado maravilloso de Elizabeth Breitweiser que lleva el cómic a un nivel grandioso visualmente. Me alegró mucho oír que se rumoreaba una adaptación cinematográfica en breve.

Así que leed The Fade Out si sois fanáticos del «noir». Leed esto si sois cinéfilos. Leedlo, si os encanta el drama criminal. The Fade Out es una maravilla que satisface a todos y obviamente acaba de posicionarse en el top de mis mejores lecturas de este odioso año.

Indispensable.