Reseña: PsicoInvestigador. El Génesis, de Erwan Courbier y Benoît Dahan

Cierto toque lovecraftiano tenía este PsicoInvestigador cuando supe de él. Y en ese sentido, no me ha defraudado. Respecto al poder de encontrar cosas, también es algo que siempre me ha llamado la atención. Me moló ver el desarrollo de este poder en una peli basada en una historia de Stephen King como es Dreamcatcher (El Cazador de Sueños); donde uno de los chicos del grupo movía el dedito y encontraba cosas de forma extraordinaria. Ahora fijaos en qué dos grandes autores del género de Terror estoy mencionando. Maravilla, ¿no? Bueno, el cómic que os reseño hoy no trata el horror en sus más altas formas pero lo que se cuenta en PsicoInvestigador: El Génesis da cierto reparo. Protagonista, un tipo de lo más curioso que lidia una y otra vez contra esa cordura que se le va de las manos cada vez que usa su don.

A poco que indagues sobre la obra, te enteras que el primer álbum de PsicoInvestigador (Los Fantasmas de la Culpa), flipó a muchos allá en el epicentro del cómic europeo. Se lanzó en 2005. Pero se convirtió curiosamente en una serie abandonada. La continuación se pedía y se pedía, y no llegaba. ¿Ventas insuficientes? No sería la primera vez que algo encanta a muchos lectores, si no es económicamente viable, no siga adelante. Pero lo que importa es que al final sí que llegaron tres álbumes más, que completaron una historia maravillosa. Y debo decir que alertado por otros autores y bastantes críticas positivas, no solo tenía curiosidad. Tenía el «hype» por la nubes y todo por leer esta obra que gracias a los cielos acaba de publicar Ponent Mon en uno de sus maravillosos integrales en nuestro país.

Intrigado por ver cómo se mantiene firmemente de forma racional una buena historia sobre un psico-investigador que ayuda a la policía parisina en sus más complicados casos, me sumergí rápidamente en la lectura. Y encontré una historia súper creativa, dinámica, sorprendente en ciertos momentos, y no sé si pensar si los guionistas Erwan Courbier y Benoît Dahan (o alguno de ellos) participaron en investigaciones reales. Para los que sabemos de esto, hay detallitos que los delatan. O quizás han dado clases de Psicología y han sabido reconfigurar las tramas para darlo a entender. Nos dan un personaje particular como es Simon Radius, utilizado por la policía para resolver casos casi imposibles de resolver, el cual comienza intentando dilucidar, por su parte, la desaparición de su esposa producida diez años atrás. Bien, pues no sé si podéis imaginar la que lían los autores con estos dos hilos narrativos entrecruzados. Consiguen hacer que el lector se pierda en el camino, en la búsqueda, de manera bastante inteligente. Descubrí a Simon Radius, que usa para llevar a cabo sus investigaciones, su capacidad de viajar físicamente a las mentes y memoria de otras personas. Es un psicoinvestigador. Para encontrar tesoros también recurre a su talento. Y le suele salir bien. Excepto en los casos en los que el dueño de ese tesoro sea… amnésico. ¡Obviamente eso complica las cosas! Más que nada porque cada vez que usa su don, se tiene que enfrentar a ciertas locuras de la gente, otras revelaciones y horrores incluso de su propio pasado…

Ya en la portada del volumen encontramos este amor por el juego rebuscado que parecen amar Benoît Dahan y Erwan Courbier ofreciéndonos una foto de la esposa hecha como un puzzle al que le falta una pieza del rompecabezas. En realidad, es una imagen que resume bien toda la trama. Y mola descubrir la personalidad del investigador y el extraño e impresionante poder que ha desarrollado. Este completo nos permite descubrir la evolución de nuestro personaje a lo largo de varias investigaciones junto a la subtrama de la obsesión de Simon Radius por encontrar a su esposa. O al menos saber porqué desapareció. Como habréis podido comprobar no quiero contar mucho, fuera de esa eterna búsqueda. No spoilear nada. Pero deciros que quedas atrapado en estas locas historias en un principio improbables de la trama pero que se resuelven de manera maravillosa. Son varias historias a la que se enfrenta, pero el círculo se cierra.

PsicoInvestigador: El Génesis tiene un dibujo que encanta a nivel general, pero a mí no me enamora. El dibujo es original, curioso, aunque no soy muy fan de esta clase de ilustraciones. Funciona, pero a mí personalmente me saca del preciosismo que espero siempre de la BD. Dahan tiene un toque muy cómic independiente en ocasiones que no me enamora. Opinión subjetiva, por supuesto. Pero debo admitir que el potencial de los escenarios de este cómic, me hizo olvidar todo los demás. Tramas más interesantes que la serie de El Mentalista, para quien se lo pregunte. Las escenas que tienen lugar en la memoria de otros personajes tienen ese toque onírico que incluso reconoces dentro de ti mismo/a. Consiguen llevarnos a ese lado turbio y morboso que sin poderlo evitar, pasa a veces por nuestras mentes.

Courbier y Dahan muestran un auténtico tesoro.

Reseña: La Máscara de las Mil Lágrimas, de Chauvel y Ali

Este primero de noviembre laboral no me voy a marchar sin hablaros de un titulo de Terror… ¿Cómo? ¿ De qué? Sí, de ese género que tanto promuevo y que nunca debe faltar en vuestras rutinarias vidas a no ser que os guste nadar en el mar del aburrimiento lector. ¿PeroTerror? ¿Seguro? Que sí, que sí, que Las Máscaras de las Mil Lágrimas se puede considerar fácilmente una historia de horror, lo que a mí también me ha sorprendido también, que conste. Pues con una premisa muy de folclore, muy tradicional, se va creando un mundo, un entorno lúgubre como pocas historias se pueden encontrar en el cómic franco-belga. Ambientada en un Japón medieval de fantasía oscura, esta historia utiliza una leyenda local (esta famosa máscara cuyo uso permitiría a su dueño ir a recuperar el alma de un muerto al Inframundo) para contarnos sobre la búsqueda desesperada de una joven campesina cuyo novio murió en el campo de batalla.

La mayor parte de la historia nos cuenta el viaje de esta joven y su compañero de aventuras, un personaje misterioso que claramente se enamoró de su belleza, pero también de los encuentros y desencuentros que atraviesan juntos para apoderarse de dicha máscara. Esta parte de la historia, cautiva. El guionista David Chauvel conecta los giros y vueltas mientras nos revela gradualmente las motivaciones de los diferentes personajes de una forma muy chula. Cuando lo leáis lo entenderéis. Desde el momento en que la heroína nos cuenta la leyenda original, sabemos que pagará un alto precio por su atrevimiento, y sospechamos que la moraleja de la historia será cruel con ella. Y creo que a partir de ahí había una forma de cerrar la historia muy chula sin tener que recurrir a un final tan fantástico y demostrativo.

Pero mola.

Ponent Mon trae a estos lares este genial titulo del que sinceramente esperaba otra cosa. Aunque insisto, estaba más que seguro que Chauvel trataría, sobre todo, el tema samurái antes que el entorno fantástico y de Terror. De Chauvel, conozco principalmente series de aventuras y algunas cositas de thriller. Aquí crea un universo histórico-exótico que le queda genial a la época. Tras un arranque algo lento y clásico, nos montamos en el vagón con los dos protagonistas que nos guiarán en la historia: Sadakio, que acaba de perder a su marido en la guerra, y Masamua, un campesino saqueador que se une a la búsqueda, que se enamora de ella y que no es correspondido por el momento. Dos personajes cuyos lazos, bruscos y constreñidos al principio, se tensan, se revelan poco a poco y en parte sale a luz el lado más oscuro de ambos.

Otro tema muy conseguido.

En cuanto al dibujo de Roberto Ali, me parece suficiente, es de bastante calidad y se agradecen sus detalles, pero en los pasajes que muestran emociones fuertes, o cuando hay peleas, las líneas tan influenciadas por el manga (sin serlo) no me suelen gustar. Pero lo que hay que agradecer aquí es que Ponent Mon recopila los dos álbumes que comprenden esta historia en un sendo integral que viene ideal por si se desea leer toda la trama del tirón.

No aceptar la muerte de un ser querido y buscarlo más allá de la muerte, me recuerda a ese viejo cuento de Andersen, que en su día me conmovió tanto. Me gustó aquí mucho el concepto pero aún más el desarrollo de esta prometedora historia. Me gusta, sobre todo, porque se centra poco en el pasado y en la historia de amor, y lo hace más en el viaje. Esta bella mujer va a conocer a un granjero de dudoso pasado que la ayudará en esta empresa loca de hacer lo imposible. Y el enamorarse empeorará las cosas.

El final sorprende.

E inspira una cosa mala.

Reseña: RIP. T1 – Derrick. No Sobreviviré a la Muerte, de Gaet´s y Julien Monier

¿Hace tiempo que no os recomiendan un buen cómic europeo, uno diferente a los clásicos de la BD, uno que sea súper interesante? Para eso estoy yo hoy aquí (que no paro). RIP lo acaba de publicar Ponent Mon en nuestro país y es un cómic que no debiera pasar desapercibido en un día como hoy de paz y tranquilidad, con agua y frío en las calles, momento ideal por entorno para cogerse una buena lectura y degustarla en tu lugar de descanso preferido. En  este caso, con una temática diferente y original para un Día de los Muertos como es hoy. RIP T1 – Derrick es el primer tomo de cuatro. Pero este primer álbum (hasta ahora el único publicado en español) como guión es autosuficiente. Por lo que pude saber, los siguientes volúmenes están versados en el mismo entorno pero desde el punto de vista de otros personajes. Y eso, como esté bien hecho, molará mucho. Donde estamos ante una trama cuanto menos curiosa pues RIP trata sobre un equipo de “limpiadores” de cadáveres, o mejor dicho, recuperadores de objetos valiosos entre los muertos. Una aventura nada deseable para muchos, pero un trabajo. Una forma de ganarse la vida. Estamos hablando de que los protagonistas acuden a “sacudir” cadáveres abandonados a su suerte los cuales han atraído una enorme fauna de insectos para más inri. Basura, si no, la peor basura…

En este primer álbum seguiremos los pensamientos de Derrick, un tío perdido, pero de mente bastante madura aunque ya está de vuelta, como se suele decir. Un tipo que vive en una casucha donde nada está limpio con una mujer inaguantable, cerveza en mano, cigarrillo en la otra. Derrick: No Sobreviviré a la Muerte comienza silenciosamente configurando suavemente la escena. Primero, conocemos a los muchachos: el amargado de la vida, el racista, el fracasado y el loco. El frito variado completo. Personajes bastante caricaturescos, pero en el buen sentido. Todo para después sumergirnos en la monótona vida diaria de Derrick con viñetas entonces cortadas de manera muy cinematográfica con capítulos que nos atrapan. El ritmo no se ralentiza. Está muy bien traída la intriga que se enriquece poco a poco de fondo sobre el por qué de las cosas. Un «quo-vadis» de la trama muy intrigante, que te llena de preguntas el cerebro con un misterio que reconcome. ¿Qué demonios ha ocurrido para que tanta gente muera y esos insector cada vez sean más?

Muchos de los personajes parecen tener cosas que ocultar y está maravillosamente bien creado ese suspense que ansía al lector por descubrirlo. Me encantó el diseño y los colores de RIP con sus tonos gobernantes en sepia aunque poco a poco se brinda por el color oscuro de un entorno meláncolico y agobiante. Este primer volumen describe muy bien el cinismo de los personajes, seres que viven miserablemente y que en ocasiones, estaríamos dispuestos a pensar que no merecen vivir. ¿Creías que tenías el trabajo más aburrido o difícil del mundo? Este cómic está hecho para ti. Derrick y sus amigos van y vacían las casas de personas que han muerto sin familiares y se hacen con sus pertenencias personales para luego venderlas en subastas. Mierda de trabajo, mierda de vida, ya todo da igual. Derrick sobrevive como quien dice al día a día, hasta que uno de esos días de trabajo se topa con un valioso anillo y decide quedárselo.

Y todo se torna en desgracia.

RIP ha sido más que una agradable sorpresa, tanto en términos de gráficos como de guión. Julien Monier y, por supuesto, Gaet´s -creador de una atmósfera maravillosa-; dos autores a seguir. Descubierto gracias a las buenas opiniones en foros franco-belgas, di el paso y realmente no estoy para nada decepcionado. Al contrario, disfruté mucho de esta lectura. Me gustó el lado peculiar y original de la serie. Loco ando por leer los siguientes volúmenes.

Reseña: Cielos Radiantes, de Jiro Taniguchi

Cielos Radiantes, editado originalmente en 2005, es una de esas obras manga que hace que encumbres fácilmente a Jiro Taniguchi. Un exponente claro de lo que hace este autor. Taniguchi nos suele hacer vibrar con historias en principio costumbristas pero armadas de amor y valentía. También melancolía. Y nostalgia sobre aquellos buenos tiempos que fueron y ya no son. Y de como queremos/debemos aprovechar la vida cuando ya casi no podemos.

El tener, y no saberlo, ni apreciarlo, en su momento.

Gracias a editorial Ponent Mon se reedita este titulazo que ningún amante de las historias inolvidables se debería perder. Seguir disfrutando de la obra de Jiro Taniguchi es una opción…, pero qué opción. No me pierdo una obra de este hombre. Y ahora, después de revisitar la edición de Los Años Dulces, ya podemos hacernos con Cielos Radiantes entre las novedades.

En Cielos Radiantes vemos a un hombre conduciendo su coche, cansado, cantidad de horas encima de trabajo, ya sabéis… ¿Y en qué depara? Pues en un aparatoso accidente contra la moto de un joven de diecisiete años.

Ambos acaban en coma pero algo inexplicable sucede: mientras que el hombre adulto fallece, el joven consigue despertar pero con la conciencia del otro. Kubota (el hombre que ha muerto) ahora dentro de Takuya (el chico de la moto que ejercía de mensajero) tiene que enfrentarse al hecho de estar dentro de una persona joven otra vez. Y sobre todo, con una familia que no conoce. Sin embargo, el milagro se altera con el paso del tiempo y el espíritu de Takuya, el verdadero, desea volver. Kubota tiene así una carrera contrarreloj en la que necesita despedirse de su mujer y su hija antes de que suceda el cambio.

Momentos intensos y emocionales.

Lágrimas.

La tristeza y desesperación de sendas muertes inesperadas.

El mejor Taniguchi.

Cielos Radiantes recuerda muy mucho a uno de los mejores manga del autor, el conocido entre los amantes del manga Barrio Lejano (http://www.ponentmon.com/comics-castellano_old/taniguchi/barrio-lejano/index.html). En ambos casos, un suceso sobrenatural es el motor de la trama y lo que pone en visicitudes a los protagonistas. Un hecho racional se vuelve uno sin explicación normal y cambia las vidas de ciertas personas para siempre.

Jiro Taniguchi es un autor que tuvo la voluntad o la suerte de no caer en el serial manga y largo de capítulos interminables. No creo que sea de los que escribe para vivir sino de los vive para escribir. Es muy contemplativo. Y pese a que os he hablado de dos de sus obras con hechos fantásticos normalmente no los usa. Es todo lo contrario. Sus obras son una oda a la vida, a los recuerdos y capaz de hacer que valores a un personaje en una hoja observando simplemente un árbol y en silencio. Sus personajes son muy atractivos y muy pero que muy reales. Ha creado siempre proyectos concretos y tomos integrales. Volúmenes únicos que es en mi opinión, lo que mejor se lee. Taniguchi es de trabajar mucho en historias cotidianas que acercan al lector como si en vez de leer estuviera oyendo a alguien hablando de otro alguien. Jiro Taniguchi es uno de los mejores novelistas gráficos que existen.

Y lo demuestra con Cielos Radiantes.

Reseña: B.O. Como Dios, de Ugo Bienvenu

Preferencias del Sistema me demostró que Ugo Bienvenu era un tío diferente. Amante de la Ciencia Ficción pero de un modo especial a la hora de ser creativo. Capaz de idear perspectivas un tanto aterradoras a la vez que curiosas, de las que si te paras a pensar, seguramente el ser humano pasará por ellas antes de su extinción. Historias diferentes como la que podéis encontrar en B.O. Como Dios, el nuevo titulo de este autor que publica Ponent Mon este mes entre sus novedades. Y ahora decidme si no, un robot que viaja por el universo para satisfacer sexualmente al todo sexo femenino que lo requiera, no es una idea tan curiosa como aterradora. ¿O quizás solo sensual y sugerente?

Desde La Survivante, de Paul Gillon (1985), sabemos que los robots también pueden alimentar y despertar sentimientos en los humanos y compartir placeres sexuales con ellos. Ya está pasando aunque de una forma un tanto primaria. Sobre el mismo tema, también leí en su día la hermosa Sixella. Así que estoy de nuevo ante un tema que no me pilla de nuevas. Tema tremendamente atractivo y más con un autor como es Ugo Bienvenu que de algún modo siente algo al mezclar en sus tramas humanos y robots.

Ugo Bienvenu presenta en B.O. Como Dios a un humanoide muy particular. Una especie de gigoló intergaláctico que viene a proporcionar a pedidos a las hembras de todo el universo. ¡Viaja en una nave con forma fálica! ¿Los servicios? Servicios de alta gama para aquellas hembras que lo deseen y puedan pagar por sus trabajos. Un álbum que está compuesto casi en su totalidad por escenas de sexo, pero con una presentación de viñeta muy curiosa porque toda la historia parece estar como “retratada”, por el protagonista. Como si solo se estuviera ilustrando el discurso de B.O. por el universo, su vida artificial, la presentación de su oficio… B.O. es el narrador aunque apenas hay diálogo. Presenta a sus clientas lo que es capaz de hacer mientras analiza todo de una manera bastante fría y funcional. Esa frialdad acentuada por una coloración impersonal muy distinta y es porque a B.O. le gusta el trabajo bien hecho. Un ser artificial muy concienzudo.

Insisto, al igual que en Preferencias del Sistema (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1642), Ugo Bienvenu consigue mostrar con muy poco un comportamiento muy real de lo que viene a ser una inteligencia artificial con una misión o destino concreto. No diría tanto una obra pornográfica sino más bien existencialista pues casi en cada página que sale B.O. se siente el deseo pero también la aceptación de su reto, tan certero, que siempre consigue mostrar en su trabajo una máquina.

Pese a todo, en la segunda parte del álbum se puede decir que B.O. se vuelve más humano, ganando en profundidad, personalidad, cuando comienza a explicar su origen contando porqué es el único ya que hace este trabajo. Repasa el porqué su existencia y como no debe ser conocida por las autoridades, ni por los machos de cada existencia interplanetaria. Se ve inmerso en una orgía que asume como un gran profesional, pero en la que nos analiza cada comportamiento erótico-festivo. Por que B.O. es el último de los robots sexuales. Es de la época en la que los bisabuelos de estas hembras ardientes de pasión aún no habían nacido. Una época en la que los seres humanos llegaron a apreciar tanto a los robots sexuales que la natalidad cayó en picado, y sólo se brindaba por liberar tensiones independientemente de con quién y con uno de ellos de por medio. De como los humanos ya solo querían a robots para el sexo. Y las prácticas se desataron en las más lujuriosas escenas y comenzó a haber accidentes. Una parte donde B.O. se vuelve menos cerebral y más carnal.

Ugo Bienvenu nos ofrece una pequeña joya narrativa y gráfica. La historia autobiográfica de B.O, un robot potente en personalidad, un verdadero juguete sexual viviente para mujeres humanas o alienígenas ricas y solitarias, una visión del amor bastante fría, clínica y desilusionada para algunos, pero terriblemente excitante para otros.

Desde luego, vive como Dios.

Lectura original como pocas.

Reseña: A Fake Story, de Jean-Denis Pendax y Laurent Galandon

Es famosa la historia -muy famosa- que cuenta que el 30 de octubre de 1938, Orson Welles transmitió por radio una breve narración de la novela La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells. Con ello creó el pánico en la población. Lo hizo de forma narrativa pero con tanto énfasis y de forma tan verídica que la gente aterrada comenzó a huir y hacer cosas sin sentido creyendo que de verdad la Tierra estaba siendo atacada por marcianos. ¡Pánico! Una guerra falsa aterroriza a todo el país, titulaban los diarios al día siguiente. Pero el mismo día de la transmisión, ocurrió un crimen…

Antes que nada, no quieras saber mucho más sobre lo que se cuenta en esta reseña o no disfrutarás el nuevo cómic que publica Ponent Mon denominado A Fake Story. No lo disfrutarás. Solo confía en que diga que estamos ante un buen thriller que se ambienta en aquellos intensos años 40 con una reflexión sobre la credulidad del público frente al poder de los medios de comunicación. Dicho esto, Jean-Denis Pendax y Laurent Galandon hacen un trabajo de adaptación maravilloso de la novela de Douglas Burroughs. Y no diré más. Un trabajo genial. A Fake Story se presenta como una historia de detectives con la atmósfera típica del thriller estadounidense, novela policíaca o de género negro como se les llama ahora. Con un personaje principal que es el propio Douglas Burroughs, un ex-periodista que se ha dedicado a la escritura, aunque acepta respaldar una investigación de campo a instancias de su ex-jefe, el mandamás de la cadena CBS.

Como os decía, Burroughs es también el autor de la novela de la que se extrae esta historia, y se muestra a sí mismo como un personaje misterioso e ideal como detective privado con carácter. Pero, ¿este relato es verídico o Douglas Burroughs se introdujo a sí mismo en una ficción que le encantaba? Desde el comienzo nos sumergimos en el corazón de un juego de naipes en el que los bulos, las verdades y las mentiras (otra vez) se combinan hábilmente para crear una nueva realidad. Este es el principio mismo de las noticias falsas. Se debe dar en primero de Periodismo. Mezclar elementos tangibles y declaraciones gratuitas con hechos totalmente falsos, pero creíbles. Guionista e ilustrador nos impulsan con la obra aún más, ya que toda la trama se construye sobre uno de los engaños más famosos de la historia de la radio y sobre esta base históricamente sólida (el programa de Orson Welles y el pánico resultante) se desarrolla una apasionante investigación policial en la que Douglas Burroughs tendrá que separar lo verdadero de lo falso para finalmente descubrir la verdad sobre un asesinato. Una investigación en la que se aprovecha para pintarnos una USA de finales de los 30 donde abundaba el racismo, el auge de los medios, la fascinación por las armas pero también el miedo conspiranoico.

Francamente, el contexto es fabuloso. Los personajes son creíbles, la investigación ofrece más de un giro y tiene bastantes toques literarios a lo Dashiell Hammett. El dibujo de Jean-Denis Pendanx aporta la atmósfera esperada. Y acerca. Siendo algo exagerado, casi se puede inhalar el aroma del cuero viejo mojado y las cenizas de los cigarrillos en los despachos…  Insisto, para un amante de la novela policíaca clásica, A Fake Story es un pedazo de recomendación. Y en formato cómic que es más ligero y visual que cualquier novela que se quiera destacar. Más sorpresivo, si cabe, de ahí que no quiera contar mucho del argumento. Pero más allá del aspecto detectivesco, tras la lectura de A Fake Story me surge una reflexión sobre el poder de los medios y la credulidad del público, ese siempre tan dispuesto a tomar cualquier afirmación como cierta sin mirar que provenga de una fuente que inspire confianza. Fiarse gratuitamente del boca a boca o las tan temidas leyendas urbanas que siempre son contadas por el amigo de un amigo y que llegan a tener tanto peligro a veces, que los propios medios las dan como ciertas y alertan a la población sin necesidad. Hoy en día pasa.

Los que me conocéis imagináis que tan pronto como terminé de leer A Fake Story quise saber más sobre Douglas Burroughs y su famosa novela. Durante la lectura tuve esa sensación rara de cómo algunas revelaciones del cómic hacían referencia a algo que no aparecía. ¿Hechos no completos? Bueno, por lo menos, daban la sensación que había más. No sé si os pasa pero esto lo capto rápido. Y ahí supe que Galandon y Pendanx me habían creado una necesidad. Investigar por mi cuenta.

Reseña: Érase una Vez en el Este, de Julie Birmant y Clément Oubrerie

Érase una Vez en el Este es una canción que hace un guiño a un western ahora famoso. Ya veo que no soy el único al que le gusta basar sus escritos en canciones. Sin embargo, no es nada agradable cuando sabemos que dicha canción cuenta la trágica vida de Isadora Duncan, una famosa bailarina estadounidense que revolucionó la danza gracias a promover el culto al cuerpo… y a como abrazaba el comunismo en el país equivocado. Ya sabéis como era la libertad de pensamiento político en USA allá por el siglo pasado. Y es que Érase una Vez en el Este cuenta la vida de una artista con momentos impactantes a lo largo de su vida, de forma bella pero también sorprendente como siempre es encontrar una historia así elaborada dentro del cómic europeo.

Isadora Duncan abrió una escuela en Moscú bajo los auspicios de Lenin, apoyando abiertamente sus políticas. Tendrás que tener la mente muy abierta políticamente para seguir leyendo o te dará un patatus… jajaj. Nah, basta simplemente con ser apolítico o gustarte saber de personajes y su modo de ver la vida independientemente de cómo pensaran. La empatía por encima de todas las cosas. Ponerse en el lugar de otro, que se llama. Pues Isadora tuvo momentos desconcertantes en su vida incluyendo su propia muerte. Muy famosa por el hecho de que su pañuelo de seda se atascó en la rueda trasera de su descapotable en 1927, en Niza y muriendo estrangulada y arrojada de su vehículo de la peor manera posible. Uff. Pero eso no lo veréis aquí. O no tan detallado. Eso os lo cuento yo que tras un cómic tan atrapante de leer que acaba de publicar Ponent Mon, me puse rápidamente a investigar más sobre la vida de esta mujer.

Isadora Duncan fue una mujer muy hermosa que no dudó en bailar desnuda con un ligero velo. Era una estrella de Hollywood con todos sus excesos (excéntrica, amante libre, bisexual y comunista). Un bomba de libertad humana y existencial, insisto, con una muerte estúpida para quien encarnaba tanta gracia y belleza. Te sientes víctima de una broma macabra cuando te topas con estos hechos que tras medio-verlo al inicio, ya no se te van de la cabeza en toda la lectura. Pero de todas formas, en Érase una Vez en el Este no nos encontramos su vida al completo. El volumen se centra en saltos temporales de sus vivencias, pero, sobre todo, en su episodio soviético donde seduce con sus poses al brillante y atormentado poeta Serguéi Essenin. Con quien vive un intenso romance, pese a ser dieciocho años menor que ella.

Pasajes de una bailarina revolucionaria, que sentó las bases de la danza contemporánea con coreografías liberadas del corsé del ballet clásico. La primera parte del tomo se centra en su relación con el joven poeta y en momentos contrariados de pareja por culpa de la bebida y la depresión del poeta. Así serán conocidos sus estallidos de violencia en hoteles y en particular por los medios de comunicación. Se podría decir que son una de las primeras parejas de la tele-basura de la historia moderna.

Después nos sumergimos de lleno en la Unión Soviética de entre-guerras. La década de 1920, muy acertado el apodo de «los locos años veinte”. Un escenario ideal para esta historia a las puertas del surrealismo. Surrealista, de hecho, es el destino de los dos personajes principales. Y es cierto que tuve algunas dificultades para entrar en la historia. El primer capítulo tras el drama, confunde un poco. Pero, rápidamente, la historia empezó a encajar. Su aspecto histórico es interesante mientras que las anécdotas a veces divertidas, a veces desmoralizantes y a veces dramáticas, terminan por darle vida al hilo conductor de las viñetas. Con una narración peculiar, los autores no dudan en hacer dialogar a sus personajes de forma muy artificial para sumergirnos en su pasado. Pero estos diálogos, incluso improbables monólogos, son interesantes. Entonces llega el encanto del cisne que tienes entre manos y ya cada personaje empieza a participar con lógica al visualizar a ese ángel en la tierra que baila. Es como ver un drama en televisión que creías que no te iba a gustar y terminas viendo la peli hasta el final, incluso con palomitas.

Una trama reservada a lectores liberales, abiertos de miras, amantes del arte en su sentido más amplio.

En este cómic resaltan las ilustraciones de Oubrerie, en especial, en las secuencias de danza, con trazos que llenan el cuerpo de Isadora de movimiento, agilidad y elegancia. El guion de Julie Birmant muestra las circunstancias en las que crece la bailarina y sus influencias expresivas. Además, sus encuadres y paisajes están inspirados en las películas de Sergio Leone, como refleja su título. Como anécdota, me pareció curioso que no se cuente nada sobre los dos hijos de Isadora Duncan, lo cual es bastante sorprendente cuando se sabe lo que sucedió.

Personas diferentes que realmente tienen mala suerte en la vida.

Reseña: Inhumano, de Valérie Mangin, Denis Bajram y Thibaud De Rochebrune

Las historias de CF (¡Del Espacio!) me parecen súper apetecibles de leer en verano. Estas del tipo viajes espaciales donde de pronto sucede algo inesperado y se ven abocados a un planeta donde todo es desconocido y donde por ninguna de las razones debieran haber aterrizado. Eso es precisamente el atractivo, o al menos, lo que me atrapó a querer leer Inhumano, una de las novedades de Ponent Mon para este mes caluroso y agobiante en el que nos adentramos. Un one-shot, en definitiva, que cruza los Pirineos y que ya se puede disfrutar en nuestro idioma, co-escrito por Valérie Mangin y Denis Bajram e ilustrado por Rochebrune, un dibujante de la BD con un estilo sencillo pero más que propio.

Inhumano nos lleva a un planeta perdido en el borde del universo. Una especie de waterworld donde se torturan humanos… jajaj. Bueno, no es tan así. Aunque muy aproxiamdo. Pero un álbum que sigue un ritmo constante de desarrollo y que me mantuvo en fuerte suspense, tanto que no pude parar hasta terminarlo. El escenario es coherente y las puertas abiertas (argumentales) se cierran, una a una, para llevar a uno de esos finales que no se ve venir. De los que se hacen cada vez más raros de encontrar en este género, por cierto. Inhumano se aleja de los tópicos en los que hubiera sido fácil caer. De todos modos, aquí tenemos un cuento de CF muy clásico en su forma. Como os decía, una misión de exploración termina en un planeta que parece haberlos atraído a propósito. Y nuestros astronautas irán descubriendo de forma gradual a sus habitantes y su comportamiento extraño… O quizás no tanto cuando se sepa qué demonios sucede.

La primera parte de Inhumano, con estos “seres de agua”, es donde el comportamiento humano estúpido hace presencia con una escena donde realizan una tarea cuya función ni siquiera intentan entender. Me hizo recordar esto a La Máquina del Tiempo, de H.G. Wells, novelita que me llevé toda la trama preguntándome si ciertos comportamientos de los personajes no son similares más a títeres que a otra cosa. No obstante, el dueto de guionistas de Inhumano demuestra originalidad en ciertos momentos de la trama y finalmente nos ofrece una historia singular y fácilmente comprensible. No obstante, me gustó mucho el uso del humanoide cuyas virtudes están muy bien explotadas. Me gustó el hecho de que esta historia es coherente para con el dibujo que, sin abrumarme, no me desagradó.

No encontré tiempo para la inactividad en el ritmo narrativo y el hecho de que toda la trama de Inhumano se desarrolle en un solo lugar, no me frustró cuando creí que así lo haría, a mí que me gusta tanto el “movimiento”. En definitiva, un grupo de exploradores que llega a un planeta desconocido y que se enfrenta a sucesos y fenómenos inexplicables, antes de explorarlo e investigar por esclarecer todos sus misterios. Momentos algunos muy chulos, de ahí que no quiera contar nada más de la trama.

Los autores logran conciliar todas las pistas que han iniciado, y el mensaje final es interesante y requiere reflexión. Antes no lo encumbraba mucho pero el dibujo de Thibaud De Rochebrune es magnífico en el sentido que te introduce de lleno en la trama. Perfecto, para este tipo de historias donde se brinda más por el entorno que por los personajes. Un universo que tiene un aire falso a los círculos del infierno de Dante en cuanto a su desarrollo.

Inhumano es un cómic que inmediatamente atraerá la atención de un verdadero fan de la Ciencia Ficción. De hecho, a poco que conozcáis las historias de Denis Bajram (Universal War One) y Valérie Mangin (Le Fléau des Dieux), sabéis a lo que os enfrentáis. Se nota el afecto argumental por la mitología antigua ya que la situación de nuestros náufragos espaciales van a pasar por ciertos momentos a lo Ulises en la isla de los Lotophagi. Como buen lector y ansiosos constantes de saber, seguramente, rápidamente se os despertará la curiosidad por descubrir los secretos de este misterioso mundo, sus islas, lo que esconde en sus entrañas…. Para el lector acérrimo de CF puede que sea una historia más, pero nadie le puede quitar a Inhumano la virtud de ser una historia interesante, absorbente y bien construida. Los one-shots de CF de calidad son escasos.

Aquí tienes uno.

Reseña: Furari, de Jiro Taniguchi

Seguir las historias de Jiro Taniguchi y perderse en ellas probablemente sirva algún día como estudio para terapias de psicología o clases literarias de relajación. Es toda una experiencia emocional cada una de sus historias y solo por eso este autor debería ser tan conocido en nuestro país como lo es en Japón o en Francia. Puedo decir que me sorprende bastante que fuera del mundo manga-comiquero de nuestros lares, la gente no tiene ni idea de quién es Jiro Taniguchi; considerado uno de los impulsores de la difusión manga fuera del país del Sol Naciente. Uno de los más galardonados en premios del noveno arte y uno de los que más premios Tezuka tiene. Aunque por no saber, los muggles quizás no saben ni quién es Tezuka… Que esa es otra. En fin, que si lees una historia de Taniguchi, quedas encandilado y quieres más. Por mi parte, como seguidor de las historias contemplativas, emocionales e instructivas que hace este hombre, ya os adelanto que Furari es una de las que puede tener más detractores, porque en mi opinión, solo sabrán ver sus virtudes unos pocos. Y la acaba de publicar en una genial edición en tapa dura la siempre recomendable Ponent Mon. Donde aún se pueden encontrar joyitas como Mascotas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3029), Barrio Lejano, El Olmo del Cáucaso o la genial El Caminante del mismo autor.

De Furari me encantó, sobre todo, la inmersión en la ciudad de Edo hacia 1800 que muestra Taniguchi. Una historia con un tono mucho más ligero y agradable de leer que otras de sus obras, que tienen lugar en la misma ciudad pero siglos después. Aprecié mucho cómo el autor le devolvió la vida a Edo con cuidado y amor, ofreciendo un recorrido por su interior entremezclado con hermosos paisajes pero también momentos de la vida cotidiana. Me pasó con Furari que, en ocasiones, me quedaba totalmente inmerso en el manga, disfrutando, hasta que algo de la vida real me despertaba de dicha ensoñación. Taniguchi tiene ese poder. Y en esta además hace tantas referencias culturales que entran ganas de leer el manga con un dispositivo de internet cerca para saber más de esas referencias. Como los guiños gráficos a las impresiones Ukiyo-e de los tiempos de Hiroshige (un famoso pintor japonés).

Todo a través de capítulos cortos que siguen un hilo narrativo sobre la maduración de un proyecto de viaje que permite unir la pasión del héroe como topógrafo a su pasión por la astronomía. La historia de una vida que presenta entre otras muchas anécdotas: animales encontrados por el protagonista, vagabundeos donde este último imagina ver a través de los ojos de animales y viajar así desde sus adentros y por encima de la ciudad de Edo… Pasajes de la vida visualmente interesantes, paisajes de los que apenas disfrutamos por culpa de esta vida de estrés y rapidez constante que muchos llevamos. Pues Furari es una obra contemplativa que pretende ser poética y cercana a la naturaleza. Sin acción, pero que esplende descanso y te impulsa a querer encontrar esa serenidad del alma. Los diseños son a veces magníficos, como esas flores de cerezo japonesas tan detalladas. Pero si tuviera que compararla con otra de sus obras, sin duda, recuerda a El Caminante (https://ponentmon.es/producto/el-caminante); el personaje principal tiene ese tok! de contar sus pasos, lo que le lleva a caminar bastante.

Aunque la mayoría de las escenas pueden parecer banales, tienes que verl Furari con otros ojos. Con los de una persona que ya no tiene prisa por nada y solo se empeña en vivir. Disfrutar de esos encuentros con un poeta o una libélula, son situaciones agradables que se deben disfrutar del mismo modo. Sentir empatía por la historia. Mas, siendo sincero, Furari no es una de las mejores obras que he leído de Taniguchi, pero yo la he disfrutado bastante. No sé si es mi pasión por el autor o por haber encontrado ese mágico sendero al trasfondo que propone. Vagabundeos de un personaje, que de barrio en barrio, de encuentro a encuentro, tanto humanos como animales, recorre la ciudad para conseguir mapearla. En resumen, una obra que propone un hechizo, una sesión de hipnosis relajante a la que hay que estar dispuesto a entrar. Muy recomendada también para amantes de la Historia, en particular, de la vida en la capital japonesa a principios del siglo XIX.

Grande Taniguchi siempre.

Reseña: La Patria de los Hermanos Werner, de Philippe Collin y Sébastien Goethals

Vamos con otro choque de realidad hecho cómic. Tras El Viaje de Marcel Grob (https://ponentmon.es/producto/el-viaje-de-marcel-grob) llega a nuestras librerías la otra gran obra en la que formaron tándem Philippe Collin y Sébastien Goethals. La sinopsis editorial que presenta Ponent Mon remarca muy bien el proceso cronológico del argumento: 1945. En las ruinas de Berlín, dos huérfanos judíos, Konrad y Andreas Werner se convierten en ciudadanos de Alemania Oriental. 1956. Los dos hermanos se unen a la Stasi para escapar del campo de re-educación. 1974. Durante el décimo mundial de fútbol, un partido histórico enfrentará a la RFA y la RDA. Pero lo interesante de esta historia es que Konrad se ha estado infiltrando en el equipo de la RFA durante meses y Andreas es parte de la delegación de RDA. No se han visto en doce años y el choque de ambos equipos durante el Mundial puede sacudir confianzas…

La Patria de los Hermanos Werner es un cómic con una importante carga argumental. Muy especial para los que de algún modo vivieron situaciones así o tienen en su haber momentos duros de su vida donde tuvieron que separarse de algún familiar. Muy impactante también para los que tendemos a ponernor fácilmente del lado del sufrimiento.

Aquí, tres historias se entrelazan: la de la Alemania de posguerra, la de la Guerra Fría y la de dos hermanos, Konrad y Andreas Werner, que cada uno cree tener la razón en lo que hace. En un mundo que por entonces (¿y ahora no?) está dividido en dos bloques. El bloque oriental con ideología comunista y el bloque occidental, liberal e imperialista. En 1974, Alemania Occidental organizó un partido histórico, la RFA versus RDA, para la Copa Mundial de la FIFA. Un evento donde estarían puestos los ojos de medio mundo. Pero también un enfrentamiento donde Konrad y Andreas Werner ya juegan al juego desde los banquillos. Pero no como jugadores de fútbol; uno como gerente (¿Delegado de Campo?) del equipo occidental, el otro como fisioterapeuta del equipo oriental. Aunque ambos pertenecen a la Stasi, el servicio secreto de la RDA.

Como todo en la vida, el ojo del huracán tiene una base. Treinta años antes, Konrad y Andreas, entonces niños, vieron al Ejército Rojo entrar en Berlín y uyendo de una ciudad en ruinas, los dos huérfanos llegaron a Leipzig, donde aprendieron a vivir por su cuenta. Capturados por agentes de la Stasi, tuvieron que alistarse para sobrevivir y terminaron siendo uno de los mejores agentes de la policía secreta de la RDA. Sin embargo, después de un error durante una operación encubierta, los dos hermanos se separan. Y se reencuentran doce años después con motivo del Mundial de Fútbol de Alemania.

Uno de los álbumes históricamente más interesantes de los leídos este año. Y ya llevo unos cuantos. Un escenario en el que es fácil inmiscuirte dado el buen ritmo argumental. El dibujo de Sébastien Goethals está aquí muy localizado. Nos traslada de algún modo a aquellos trazos de revistas setenteras tan de moda en la época (por supuesto, hecho adrede); de hecho, el bicolor en tonos pastel o el monocolor según la atmósfera de la escena y los diseños con algunas caras reconocibles dentro del cine de acción de aquellos años, así lo atestiguan. Chulo, curioso y diferente.

Philippe Collin tiene el don de contarnos historias, infundir, sutilmente, historias verídicas pasadas a cómic, a la vez que utiliza el mimetismo como arma de destrucción masiva. Dos hermanos (Los Werner), dos hermanas (RFA y RDA) y un cómic que no puedo dejar de recomendar por su calidad, incluso a los que no brindan por el cómic bélico en cualquiera de sus formatos. Por que La Patria de los Hermanos Werner, en realidad, no deja de ser una de esas pelis que ves un día casi sin querer, de reojo, y te quedas, te quedas, te quedas hasta terminarla. En cuyos créditos salen las fotos de los protagonistas reales y te haces preguntas sobre la hermandad, la separación, la traición, el perdón y la reconciliación. Una trama en el borde de dos placas tectónicas en constante movimiento.