Reseña: Loira, de Étienne Davodeau

Cuando Louis recibe una invitación de Agathe, se conmueve un poco. Le intriga. Hace mucho tiempo de aquello y aunque nunca volvió a saber de ella, nunca la olvidó. Louis tiene recuerdos deslumbrantes de los pocos años que pasó con ella a orillas del Loira por eso no puede resistirse a la idea de tomarse unos días para volver a la luz del río y la sombra de aquella mujer. Pero decide ir hacia el lugar de encuentro que Agathe le indicó por correo electrónico…

Es por la tarde. Hace calor. Louis camina con gusto por el río y en una playa decide refrescarse antes de llegar. Se desnuda y entra al agua. Error. Pierde el equilibrio y comienza a desviarse. No entra en pánico y se deja flotar sin luchar. A pesar del peligro, se siente bien. El problema es que empieza a oscurecer y la corriente deposita a Louis en la otra orilla. Allí está desnudo, teniendo que caminar unos kilómetros para llegar al puente y volver al otro lado. Espera la noche oscura y comienza este largo paseo que al final resulta bastante divertido, y que luego describirá como mágico. Pero llega el amanecer. Y Agathe obviamente no está. Su casa parece vacía. En ese momento no sabe nada de lo que vendrá después. No sabe nada de la sorpresa que Agathe tiene reservada para las personas que la amaban…

Ediciones La Cúpula sabe del poder narrativo y comiquero que tiene Étienne Davodeau. Loira es el tercer título que publican en nuestro país, otra de las publicaciones por las que los amantes del buen cómic europeo damos las gracias porque con Loira, una vez más, Davodeau consigue conmoverme.
Loira es una continuación de Lulú, mujer desnuda (https://www.lacupula.com/catalogo/lulu-mujer-desnuda-integral/) y Les couloirs vins. Una ficción con mucho realismo donde los personajes se revelan lentamente, tanto a sí mismos como al lector. Y si Lulú, mujer desnuda nos habló de la crisis de la mediana edad, Loira es una oportunidad para que el autor se detenga en el paso del tiempo, piense en la muerte que se acerca inexorablemente, sobre la huella que dejamos y la que nos hubiera gustado dejar. ¿Y qué podría ser más simbólico que un río para hablarnos del paso del tiempo? Frente a él, nos convertimos en viajeros inmóviles, observadores de la vida en su interior, de vidas cortas; un lugar como el nuestro en el que suceden una y otra vez las estaciones que nos pasan por encima como el viento.

Tenemos un álbum que ofrece muchas escenas contemplativas de las que emerge una forma de apaciguamiento, de serenidad ante este flujo inevitable. Al mismo tiempo, Étienne Davodeau compartirá con nosotros el encuentro de los antiguos compañeros de Agathe, centrándose más particularmente en Louis, el mismo que desde el inicio de la historia se deja llevar por la corriente. Louis, que realmente no sabe lo que está haciendo allí pero tampoco quiere estar en ningún otro lugar. Louis que piensa en el paso del tiempo, que quiere ser padre e incluso abuelo. Louis, que se verá ante el final de su vida casi en un suspiro como tarde o temprano nos sucederá a todos.

Una vez más, los personajes interpretados por Étienne Davodeau me hablaron. Una vez más el simbolismo que utiliza me pareció acertado. Una vez más me ha conmovido.

Reseña: El Cielo en la Cabeza, de Antonio Altarriba, Sergio García y Lola Moral

Este cómic es uno de los grandes favoritos a mejor cómic del año. Una de las grandes publicaciones en nuestro país en lo que llevamos de 2024. Dos grandes autores españoles creando muy buen cómic europeo como son Sergio García Sánchez y el maestro del género negro como es Antonio Altarriba; para lo que diré que la portada resume bien el contenido de este álbum: cielo estrellado en la cabeza de Nivek el cual es incapaz de llegar a una estrella inaccesible. Un cómic donde Altarriba, después de mucha investigación y documentación, ofrece una ficción contundente, realista e intransigente sobre el porqué de esta crisis migratoria que vivimos al tiempo que lanza cierta indagación sobre como gestiona el tema la política europea.

Un cómic donde conocemos a Nivek, un adolescente de doce años que trabaja en una mina ilegal de coltán, en Kivu del Sur (República Democrática del Congo), un mineral que se utiliza en la fabricación de nuestros teléfonos móviles y que despierta el deseo y las ansias de poder de los integrantes, mafiosos y guerrilleros del país así como de las potencias europeas. ¿Qué ocurre? Pues que las milicias armadas están librando una guerra para apropiarse de las minas y a Nivek no le queda otra que unirse a uno de estos grupos paramilitares donde se convertirá en un Kadogo, uno de los niños soldados famosos del Congo.

Es a partir de este momento que se produce una cierta deshumanización, hay que decir que el rito de paso para convertirse en Kadogo es sumamente abominable…..vives o mueres. Se convertirá en un guerrero sediento de sangre; milicias despiadadas, matan y violan por placer, el afán de obtener ganancias. «En el Congo, para ser alguien hay que tener un arma… cuanto más matas, más te respeta la gente». Pero Nivek sueña con Europa, con otra vida, ya no quiere ser un peón intercambiable y junto a su amigo Joseph emprenderá un largo viaje que le llevará hasta el mercado de esclavos de Misrata en Libia, a orillas del Mediterráneo. a una travesía que mermará sus sueños.

Una historia que te permite descubrir los fabulosos paisajes de África, pero también la riqueza de sus habitantes, porque no todo es oscuridad. Una narración magistral en seis capítulos que compartimenta las diferentes etapas de un largo viaje iniciático. Una historia que huele a realidad, no moralizante, dura, conmovedora y que plantea muchas preguntas. Una sola pequeña palabra en la última página me puso el vello de punta.

Un cómic donde descubro el dibujo de Sergio García Sánchez, un estilo que no me recuerda a ningún otro, personajes a modo de caricatura, con rostros expresivos y cuerpos de elastómero con esos brazos y piernas de longitud desproporcionada. Un diseño inventivo e inmersivo donde los colores de Lola Moral son magníficos. Pero, en definitiva, un cómic que no está al alcance de todos, que no todo el mundo “disfrutará” porque algunos pasajes son muy duros a pesar del dibujo que suaviza el horror.

Recomiendo encarecidamente leer esta historia sin concesiones porque Antonio Altarriba es, sin duda, una de nuestros maestros del noveno arte. Lleva treinta años haciéndonos disfrutar con sus títulos, y que por todos los dioses nos esperen como mínimo treinta años más. Obras que terminan por ser publicadas en multitud de países cosechando algunas de las máximas distinciones. Recomendable es poco decir.

Reseña: Las Guerras de Arran. La Compañía de los Desterrados, de Istin, Cossu y Nanjan

¡Otra nueva serie en el mundo de Arran! Después de los elfos, los enanos, los orcos y goblins y magos (¿olvido algo?); nos vamos al título que es, sin duda, el que promete más acción. Las guerras de Arran. Porque mezclándolo todo y haciéndonos una nueva serie, Jean-Luc Istin (¿Tiene insomnio? ¿Trabaja con un ejército de esclavos? ¿Es un señor guionista cruzado con un cyborg?), lanza aquí una nueva serie donde los pueblos mencionados están abocados a la hecatombe que siempre es el enfrentamiento directo y la muerte. Y lo peor/mejor aún es, que este primer álbum que publica Yermo Ediciones en nuestro país, es bueno no, lo siguiente. Porque yo, que todavía iba un poco en la dirección opuesta, casi en la dirección equivocada con esta enésima variación del universo, quedo bastante asombrado por la coherencia de la historia y el aliento épico-histórico que emana de ella.

Si encontré un número determinado de protagonistas de las series antes mencionadas, no es necesario que nadie los haya leído y conozca cada personaje y sus referencias para embarcarse en esta última. Eso es lo bueno pero también algo muy difícil de conseguir en un mundo abierto o sandbox como este. Aunque obviamente se hace más bueno si leíste alguno de los títulos anteriormente mencionados y dedicados a cada una de las razas de este mundo. Pero la genial idea de Istin es haber creado una trama muy humana que explica la desaparición de razas antiguas como orcos, trolls, elfos y otros imbéciles que decidieron que la guerra era el mejor camino. ¿Os suena? Porque a mí me dirige directamente a aquella época de esplendor social pre-primera guerra mundial donde el ansia, el egocentrismo y la prepotencia de la vieja Europa, los países poderosos que después no lo fueron tanto como se demostró, cayeron en desgracia. Países, una raza, o varias en este caso, que no pueden vivir y gozar de la vida en paz, sin buscar problemas, que no pueden mantenerse unidos y ya está, y que, sin embargo, después necesitan de pactos unos con otros para no caer. El imperialismo y colonialismo haciendo aguas.

¿En la historia del cómic? Unirse para formar la Compañía de los Desterrados… (un variopinto ejército que conseguirá golpear fuerte y hacer temblar a la viuda negra). Dunnrak y Hidden creando una alianza que pretende aniquilar a las razas antiguas a través de una droga, usando para ello la ayuda del siempre inquietante hechicero Altherat. Y Dunnrak yendo directamente a por el rey de Venkor (¿el asesinato del heredero Francisco Fernando de Austria?).

En cuanto al dibujo, otra chulada magna de los chicos del otro lado de los Pirineos. Muy bueno todo lo que hace Brice Cossu (destacado por la última adaptación de Grendizer con Bajram, Sentenac y Dorisson); lo hace de maravilla. Los escenarios, personajes y escenas de acción están finamente elaborados y nos sumergen en la que se prevé será la mayor guerra que azotará este mundo poblado de fantásticas criaturas.

Como bien dice la sinopsis, el crossover definitivo de las series de las Tierras de Arran. Bastante ansia por leer ya el siguiente álbum.

Reseña: Indochina, de Pécau, Maza y Jean-Paul Fernández

Indochina nos invita a seguir las aventuras del piloto Armand Baverel. Si el personaje realmente existió, no esperes descubrir una biografía fiel ni mucho menos en este volumen de cómic europeo que recién editó Norma Editorial en nuestro país. En primer lugar porque si realmente fue piloto, fue mucho más tarde, y no en la Fuerza Aérea de Estados Unidos como aquí al principio del volumen se cuenta. Pero no adelantemos acontecimientos. Todo comienza en Año Nuevo, el 1 de enero de 1945, en Alsacia, la base aérea donde Armand Baverel es una de las personas atacadas al amanecer por aviones alemanes. Y es que Armand apenas tiene tiempo de subirse al suyo antes de que el resto del escuadrón y un porcentaje alto de personas, queden reducidos a cenizas. En sus prisas no se lanza en paracaídas y acaba estrellándose. Y después de unos meses en el hospital por múltiples fracturas en todas partes, nuestro hombre debe someterse a un consejo de guerra. Pero la Fuerza Aérea le salva el día ofreciéndole un compromiso en Indochina. Se acabaron los brillantes aviones americanos, tendrá que volver a aprender a volar en viejos cucos mientras descubre la atracción y los peligros de este turbulento lugar que no cuenta con los mejores elementos de defensa del momento.

Una historia que complacerá de todas-todas a los amantes de las aventuras aéreas. Armand Baverel es un espíritu libre que parece haber encontrado su lugar en Indochina, donde no todo parece tan «cuadrado» como en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos o en Francia. No es un cómic europeo que sinceramente rebose originalidad, pero me dejé arrullar por las aventuras que marcan el viaje de este aviador aventurero y disfruté la lectura bastante. Porque he aquí un volumen que recoge los tres álbumes que originalmente tuvo esta miniserie. En la línea del primer álbum, en el segundo, Armand Baverel evoluciona contra todo pronóstico en el atolladero que es Indochina. Siempre dispuesto a misiones y arrebatos no oficiales, tiene las cualidades y la suerte de los héroes invencibles; no está cerca ni un ápice de un accidente aéreo y las escenas de combate, ya sean aéreas o terrestres, siempre están bien representadas y son dinámicas. Me di cuenta que este era el punto fuerte de esta serie. Y aunque no soy muy de promocionar la falta de credibilidad de estas misiones de las que Armand siempre sale casi ileso, tenemos un segundo álbum en la línea del primero, entretenido para los amantes del género si no eres quisquilloso con lo razonable y lo lógico.

El álbum que cierra el volumen se centra en el tema helicópteros. Armand volverá a destacar su inventiva para transformar los helicópteros de transporte de tropas en formidables helicópteros de combate. Si los gatos tienen siete vidas, ya no contamos las de Armand, que siempre tiene la habilidad de regresar de las misiones de una sola pieza.

El guionista Jean-Pierre Pécau (Dream Team, La sombra roja) y el dibujante Maza unen sus fuerzas en una emocionante aventura aérea que recrea a vista de pájaro los años de la intervención militar francesa en Indochina. En cuanto al dibujo, Maza hace el trabajo, aunque no soy muy fan de su estilo porque al dibujar caras, a veces, es difícil reconocer a primera vista quién es quién; por otro lado, aprecié sus batallas aéreas que son muy dinámicas, lo que a menudo es difícil de plasmar en el tema ilustración. Y los colores de Jean-Paul Fernandez son magníficos.

Muy disfrutable cómic de tema bélico.

Reseña: Esos Días que Desaparecen, de Timothé Le Boucher

Me gustó bastante este cómic porque plantea profundas preguntas sobre la naturaleza de la identidad y la realidad. La búsqueda de Lubin por reconstruir su vida me hizo pensar en cómo nos definimos a nosotros mismos a través de nuestros recuerdos y experiencias. Pero el guion también explora la fragilidad de la memoria y cómo se puede influir y alterar si nos lo proponemos. Una historia muy original, de las que hace mucho que no leía.

Timothé Le Boucher, historietista francés, ya con su primer trabajo fue parte de la selección oficial del festival de Angoulême en 2011. Esos días que desaparecen llegó por primera vez a nuestro país en 2019 y ahora Nuevo Nueve Editores vuelve a rescatarla para el disfrute de todo aquel (como yo) que se la perdió en día. Otra título que formó parte de la selección oficial de Angoulême, además de recibir el premio a la mejor obra por la asociación de libreros de la BD. Y es que el autor logró transmitirme las emociones de los personajes, quienes lograron conmoverme. Y con un final tan magnífico como frustrante al mismo tiempo. Timothé tocó mi fibra lehanesca con esta historia que confundirá a ciertos lectores, una trama que deja una interpretación libre en su conclusión. Me encantan los finales abiertos (bien elaborados). Leí el volumen en una sola noche y pasé casi todo el insomnio pensando en las típicas preguntas metafísicas a las que nos sometemos solo unos pocos, cada poco. La propia existencia. El sentido de la vida de nosotros y nuestros seres queridos y los recuerdos también de un familiar que era bipolar…

La historia de Lubin Maréchal, este hombre que se despierta cada mañana habiendo olvidado los acontecimientos del día anterior, me atrajo inmediatamente. El concepto de perder la pista de la propia vida es aterrador, pero es a través de esta premisa que el autor logra tejer una trama compleja, que combina suspense, misterio y reflexiones profundas. La narración de Timothé Le Boucher está notablemente dominada. Las fluidas transiciones entre diferentes momentos temporales le dan a la historia una dinámica única. Me impresionó cómo el autor logra crear una tensión constante al mismo tiempo que brinda momentos de profunda introspección. Cada página que pasaba era una revelación, un paso más hacia la comprensión del enigmático universo de Lubin. Y eso me encantó.

Adentrarse en las páginas de Esos días que desaparecen ha sido una experiencia de lectura sencillamente cautivadora. Un guion que explora la fragilidad de la memoria y las profundidades de la identidad. Donde Timothé (que aún no tenía treinta años cuando la escribió), nos muestra un dominio impecable y una atención al detalle maravilloso. Sí, al otro lado de los Pirineos, aún siguen brotando talentos increíbles.

Reseña: La Odisea, de Luc Ferry, Clotilde Bruneau, Lorusso y VVAA

Cuando leo en formato cómic obras como La Odisea, se me vienen a la mente frases de un amigo que tengo el cual utiliza siempre un lenguaje un poco llano pero más sincero que todas las cosas. Diría: “Esto hay que leerlo así”. Y es que como pasa con los niños, el lenguaje más fácil, más directo, suele ser el más aclaratorio. Una historia mil veces contada, una trama, la mitología bien representada y maravillosamente ilustrada… Esto hay que disfrutarlo así.

En un volumen de cómic europeo como el que Yermo Ediciones ha publicado en nuestro país, Luc Ferry y Clotilde Bruneau sacan adelante un guion para que sea representado y traído a la vida por las ilustraciones de Didier Poli, Giovanni Lorusso y Giuseppe Baiguera. Una verdadera historia iniciática como es La Odisea, de Homero, trasladada al cómic, un cuento tan maravilloso y épico como aterrador.

Lleno de peligros y fabuloso que confronta a los hombres en el antiguo mundo griego poblado de criaturas peligrosas y donde los dioses se complacen en jugar con la debilidad humana. Para ellos, no somos otra cosa que una partida de ajedrez que controlan desde el Olimpo para aliviar su aburrimiento. Este viaje de regreso después del asedio de Troya es una prueba para Ulises que desencadenó en primer lugar en la ira de Zeus y especialmente en la de Poseidón. De ahí los numerosos obstáculos que jalonan el regreso a Ítaca. Pero todas las aventuras conocidas se describen aquí: el enfrentamiento con el cíclope Polifemo, la isla de los Lotophages, la isla de Circe, la isla de Calipso, el paso de Caribdis y Escila, el episodio de las Sirenas, el encuentro con el dios de los vientos Eolo… Y el episodio en el inframundo donde Ulises se encuentra con las sombras de los héroes muertos en Troya; que es por mucho mi favorito.

Aunque también mola mucho el del tensado del arco, una prueba imposible para estos arrogantes pretendientes de los cuales Antinoo y Eurímaco son los más viles.

En el dibujo, prefiero el de Lorusso. Lo encuentro más aplicado, con más vida y más grandioso. Una pena que Lorusso no haya podido dibujar todas las aventuras. Hubiera sido apoteósico.

He aquí una gran aventura y una hermosa, rigurosa y fiel adaptación a la obra de Homero. Tras Heracles, La Ilíada y Jasón y el vellocinio de oro, tenemos otra obra de Ferry clasificada en la colección La Sabiduría de los Mitos (La Sagesse des Mythes), títulos que ningún amante de las buenas aventuras y el tema mitológico debería perderse.

Reseña: Adrastea (Integral), de Mathieu Bablet

La pregunta que yo me hacía al saber de este integral de Adrastea, de Bablet, que ha publicado en nuestro país Tengu Ediciones, era: ¿Cómo acaba (bien) la historia de un inmortal?

La historia de un personaje que anda en busca de sí mismo pero también de su propia muerte. Tiene mil años, y a medida que avanza su viaje, los flashbacks que podrían ayudarnos a comprenderlo mejor se encuentran dispersos a lo largo de la historia que de alguna manera cuesta leer al principio pero a la que terminas por engancharte porque al igual que Melmoth el Errabundo, aquel genial clásico, obra cumbre de la literatura gótica, una vez que empiezas a conocer los detalles, quieres más y más. Una sensación de perdición se hace contigo, aquella que te traspasa el sufrido personaje. Que insisto, se basa en un escenario quizás no del todo exitoso, pero que está salpicado de muchas cosas buenas como son el conocimiento sobre el papel de la mujer en la antigüedad, los mitos antiguos, las paradojas de la eternidad…

Aunque tengo que decir que lo que hace realmente cautivadora la obra de Mathieu Bablet son los dibujos. Una línea repleta de detalles arquitectónicos, vegetales y atmosféricos, bañada por una acuarela de gran belleza. El amor por la arquitectura antigua, el placer de las perspectivas, desde lo alto o desde lo bajo en ciudades escalonadas, escaleras de caracol (ocultas o monumentales), jardines, fuentes, arcos triunfales, techos con palcos, bajorrelieves… y cielos que se abren con cada viñeta. Son una absoluta maravilla; montañas que se despliegan, bosques con luces pulsantes, en definitiva, un universo generoso y rico que ocupa todo el espacio de nuestra mente en cuanto disfrutamos de la lectura. Bravo, de verdad, porque este título es una autentica gozada en ese aspecto.

Los personajes, por otra parte, demuestran mucha menos perfección formal, pero por otra parte expresan una cierta fragilidad conmovedora que encaja en este paisaje como parte del todo. Y es que Mathieu Bablet nos trae la búsqueda épica de un rey inmortal por el amor y la muerte en el Olimpo. Después de diez siglos en el trono, el inmortal ex-rey de Hiperbórea parte hacia el Monte Olimpo para preguntar a los dioses por qué fue maldecido con tal condición y cómo finalmente se le permitiría morir para estar con la persona que amó. Un camino en el que encontrará hombres, mujeres, dioses y diosas que influirán y revelarán al viajero verdades que hace tiempo olvidó.

Un cómic a descubrir entre las novedades que solamente por su estética a la vez barroca y romántica, ya es del todo recomendable. Muy agradable sorpresa porque un cómic tan contemplativo no es algo común. Tenemos la sensación de que el autor está en su universo, que le gusta dibujar lo que dibuja, que está contento de ser comunicativo a través de sus ilustraciones. Si eres amante de los buenos diseños comiqueros, este volumen es para ti.

Reseña: ¿Quién es ese pitufo?, de Tebo

Nunca me habían convencido del todo las producciones de Tebo que había leído hasta ahora. Me parecieron sencillamente agradables y poco más. Aún así, algo me decía que con el tema-pitufo lo iba a bordar. Había escuchado cosas maravillosas de ¿Quién es ese pitufo?, y lo cierto es que este álbum que publicó hace nada Norma Editorial me ha encantado.

Y no me equivoqué. Un álbum donde claramente Tebo rinde un excelente homenaje al mundo de Peyo, y por supuesto, el escenario es ligero y está dirigido a jóvenes o a todos aquellos que siempre disfrutamos con el pitufeo. Pero funciona bien. El dibujo es muy dinámico y el hecho de que se aleje del estilo de Peyo un poquito no molesta.

El ritmo es dinámico también y el tipo de humor funciona. Me reí varias veces mientras leía y se siente que además Tebo se divirtió creando para este universo donde logra comunicar su entusiasmo. Lo digo en serio, me divertí mucho leyendo este álbum como un jovenzuelo leyendo cómics de risa.

Hay que decir que Tebo escribió una historia de Los Pitufos, mientras que en otros álbumes del mismo género parece que los autores escribieron un guion y luego añadieron un héroe conocido (como Spirou) para atraer al mayor número de lectores posible. Y es cierto que para disfrutar al cien por cien de lo que se cuenta en ¿Quién es ese pitufo?, para engancharse del todo, hay que amar el universo de Los Pitufos desde siempre. Porque no es un homenaje en sí, sino más bien una historia de autor basado en un mundo creado por un maestro. Pero Tebo consigue la hazaña de pitufar un cómic sin pitufar el espíritu que Peyo inculcó a estos pequeños duendes azules; el ritmo sostenido compensa una trama bastante lineal sin ser débil donde el autor cautiva al lector con su montaje casi cinematográfico.

¿La historia? Un pitufo que no habla pitufo, que ha pitufado la memoria y al que no pitufa ningún pitufo. ¡Y así empieza una aventura pitufante! Donde se va a pitufar sobre quién es este pitufo, y nuestros valerosos pitufos tendrán que pitufar numerosos peligros e innumerables pituferias… El genial artista Tebo nos ofrece su personalísima versión en un álbum que rebosa originalidad, diversión y frescura.

Así que… ¡A pitufar sin demora!

Reseña: Terapia de Grupo, de Manu Larcenet

Larcenet vuelve al cómic de humor y eso me gusta. Larcenet vuelve a subirse al escenario y habla de inquietudes artísticas. No sé si hay algo de verdad en los problemas mentales de su doble ficticio, pero si es así espero que haya exagerado con fines humorísticos porque el pobre Larcenet ficticio realmente necesita de un psicólogo.

En Terapia de grupo, Manu Larcenet vuelve con una sátira descacharrante en la que no deja títere con cabeza dentro del mundo del cómic. Una obra divertida y genial que se presenta esta vez reunida en un maravilloso volumen integral. Un tomo que comprende toda una serie de sketches sobre un autor de cómics (el propio Larcenet, vamos a imaginar) que intenta tener una buena idea y no la consigue, por lo que cae en una depresión. Pero también hay cómics falsos y artículos periodísticos que son muy divertidos.

Un tomo que, por supuesto, puede parecer a la larga repetitivo. Por eso este es un título (como todos los de tiras y sketches) que hay que disfrutar a sorbitos como un buen vaso de whisky o vino. Ver a «Larcenet» deprimido porque no encuentra la idea que lo ponga nuevamente en pie, me afectó mucho. Algunos sabréis que escribo historias a poco que surja la musa, pero nunca he estado en esa situación porque yo escribo cuando viene la idea y no al revés. No la provoco. La sencilla razón es que no escribo por dinero, no es mi trabajo y no tengo presión. Pero entiendo el agobio. Y sé que va en perjuicio del creador, en contra del don, la presión de las fechas. Quizás por eso me encantó y me hizo reír mucho, todo lo que se cuenta en Terapia de grupo.

En cuanto al dibujo, tenemos a un Larcenet que tira mucho hacia el narigón humorístico. Regresa con la que puede ser su obra más personal y provocadora, a caballo entre sus cómics puramente humorísticos (Bill Baroud) y los más serios (Blast, El informe de Brodeck), una línea intermedia que ya había tomado otras veces. Terapia de grupo es una gran serie cuando es visualmente desestabilizadora (colores estridentes, narices escandalosamente grandes), cuando se atreve a ofrecer una mirada desagradable a ciertos autores destacados y cuando desarrolla una declaración original sobre el hospital psiquiátrico.

Me encanta. Intento leer todo lo que de Larcenet se publica en este país.

Reseña: Lynx, de Serge Perrotin y Alexandre Eremine

En un futuro muy lejano, el hombre ha colonizado una gran cantidad de planetas, muchos de los cuales han sido asolados por las necesidades de los grandes conglomerados industriales. Para prevenir este tipo de desastres ecológicos, se creó LYNX. Los agentes de esta empresa se dirigen desde el planeta Ter3, en el sistema Bayer (cualquier referencia a una gran multinacional actual en el campo farmacéutico y en el campo de los productos fitosanitarios sólo es pura «casualidad»), donde uno de los agentes llamado Bor de la Roque, el mejor agente del DIPCE (Departamento Interplanetario de Prevención de Catástrofes Ecológicas), es un hombre experimentado y convocado urgentemente por su superior, el comandante Ward. Pero Bor no está de buen humor. Su investigación sobre el planeta Helis estaba a punto de concluir, implicando a la empresa Techlys. Se ve privado de las investigaciones a favor del agente Tervel, un agente notoriamente incapaz y corrupto. ¿El motivo del retiro de su destino? Bor, que ya no quiere un compañero de equipo desde la trágica muerte de su hija y esposa, y se ve obligado a buscar un nuevo compañero.

Comienza así la trama con su nueva compañera de equipo, una jovencita de carácter fuerte, inexperta y más testaruda que tonta que además exige trabajar con un joven de su edad, alguien «divertido» y atlético, un buen compañero y no de esos patanes que siempre hay que ayudar en caso de peligro. Porque… ¡Annet Pyriev no es una cualquiera! Es hija de Pyriev, el magnate de los medios de comunicación…, y una de las principales contribuyentes a los beneficios de la agencia que da trabajo a Bor. Y, por supuesto, tiene intereses en la empresa Techlys que Bor pretende derribar.

Vivimos una gran época para el fan del cómic. Muchos niños de los 70-80-90 ya estamos en edad adulta, somos más críticos con todo y la media del país dice que podemos normalmente permitirnos el lujo de leer lo que queremos. Ya le hemos dado la vuelta al jamón. Pero si nos referimos al maravilloso mundo del cómic europeo (comentaba lo de antes porque raro era el niño que en aquellas décadas podía pagarse un título procedente de la BD), encontramos que buenos dibujantes y guionistas son casi legión. El nivel es muy alto. Y eso se refleja muy bien en un cómic o miniserie como Lynx. En este caso concretamente, el ruso Alexandre Eremine es a la vez diseñador y colorista, dos tareas que asume de forma brillante. Y en cuanto al guion, tenemos una trama de aventuras mezclada con políticas de empresa que engancha. Raro de ver. Aparte del trasfondo de ciencia ficción clásica que se nos presenta con surcadores del espacio exterior. Eso siempre mola y es culpa de Serge Perrotin, el cual crea una construcción hermosa, compleja, con múltiples preguntas sujetas a otras tantas investigaciones en cada uno de los tres ábumes que se recogen en este genial tomo que recién publica Yermo Ediciones.

Mola de Lynx que deja las puertas abiertas a futuras aventuras, que por mi parte espero con impaciencia. Mola también de Lynx que trata muy bien los problemas ecológicos y de forma inteligente. Tenemos un nuevo título para amantes de la ciencia ficción clásica, la ecología y el thriller. Y para los que además gustan de tener un buen cómic europeo entre manos, Lynx debería interesaros.