Reseña: La Mujer de la Estrella, de Anthony Pastor

Anthony Pastor firma aquí un western bastante clásico pero endiabladamente apasionante. La mujer de la estrella nos lleva a un lugar, a un largo viaje, nos ofrece una especie de círculo cerrado, de hecho, los dos personajes principales son dos fugitivos que por una combinación de circunstancias, se encontrarán en el mismo pueblo abandonado y aislado del mundo y a la espera de dos sheriffs que seguro que aparecerán en un momento u otro (mantienen al lector en vilo con ello), estos dos personajes tendrán que conocerse.

Realmente me gustó esta construcción. El guion… me parece una de las últimas maravillas leídas en formato cómic europeo. Una de esas joyitas, de las últimas que están pasando casi desapercibidas entre tanta novedad de cómic en nuestro país, de las que no esperas. Un cómic que trajo Yermo Ediciones, que siempre en un referente en nuestro país si amas todo o casi todo lo que se hace en la BD. Por lo que tenemos un buen álbum para degustar en estos momentos de playeo, piscineo o en tu sofá al fresquito del aire acondicionado. Un buen pikislabis. Agradable de leer y relativamente rápido todo lo que sucede.

De los cómics que te recuerdan porqué amas el western en formato viñeta. Por que La mujer de la estrella, sin renovar todo el género, resulta ser un western apasionante y bastante chulo. Una especie de ambiente a puertas cerradas, donde asistimos, en el fondo de un profundo valle, en medio de las ruinas cercanas a una antigua mina abandonada, a la resistencia de dos jóvenes, una mujer y un hombre, que se encuentran aquí por casualidad. Y poco a poco nos enteramos que han matado y que, por tanto, los persiguen por ello. Los motivos de su “asesinato” se van aclarando poco a poco. Esto le da profundidad a sus personajes, ya que aparecen los brazos armados de la justicia, los sheriffs y sus secuaces… La noción del bien y del mal no está muy clara, pero la lucha por la vida de este pueblo asediado da ritmo a la trama. Y rápidamente adoptamos su causa, mientras los representantes de la ley –en particular su líder (que parece habitado por una iluminación cristiana)– se hunden en la locura.

En cuanto al dibujo, el estilo bastante crudo de Pastor encaja perfectamente con la historia propuesta. La limitada elección de colores aporta estilo al conjunto. Las grandes viñetas dan aire a la narración. El corte es clásico y eficaz. El dibujo de Pastor, que trabajó en acuarela, es precioso y original para este western. Así que no me quedan más halagos. Un cómic que se disfruta mucho, donde no hay grandes sorpresas pero está muy bien hecho. Una película palomitera, que dicen por ahí.

Reseña: Barcelona Alma Negra, de Lapière, Jakupi, Pellejero, Torrents y Martín Pardo

Este álbum lo publica Norma Editorial. Y cuando comenzamos sin saber nada al respecto, el prólogo que presenta al héroe en la edad de un joven adolescente y evoca su pasado, sugiere que vamos a seguir la historia de su juventud y el trauma que parece haberle afectado. Pero en realidad esto es sólo el comienzo de la historia porque este cómic cuenta casi toda la vida de este chico llamado Carlos Vargas Moreno, desde su infancia durante la Guerra Civil Española hasta 1975. Y, sobre todo, mostrará cómo se desarrollará un complejo viaje de vida, que le llevará a convertirse en uno de los reyes del hampa catalán durante todo el franquismo. Una trágica historia familiar así como la presentación de un panorama de la sociedad barcelonesa bajo la dictadura franquista.

En Barcelona Alma Negra, tres diseñadores comparten el dibujo sin que yo pueda distinguir quién hizo qué y dónde termina el aporte de uno u otro. Hay que decir que Torrents ya había demostrado con Le Convoi que era capaz de producir gráficos cercanos a los de Rubén Pellejero (Un poco de humo azul…) con una línea elegante y clara y tinta espesa. En cuanto a Martín Pardo, este es el primer cómic que leo, armoniza bien con el estilo de los otros dos. El resultado es visualmente apreciable y anima a la lectura: por lo que tenemos un álbum de cómic europeo bonito y presentado con una enorme claridad. No obstante, en cuanto a la historia, tengo que decir que sorprende un poco por su ritmo. Los años pasan a veces muy rápidamente de una escena a otra, dando la ligera impresión de sobrevolar la vida del héroe y de obtener sólo extractos, pero extractos bien elegidos que forman un conjunto coherente y coherente en su conjunto. En su juventud el prota vive algunas tragedias, esas que moldean el carácter de cualquier persona y que se arrastran hasta la senectud. Las que moldean el carácter del futuro adulto en el que se convertirá. Pero ningún maniqueísmo porque Carlos no tiene nada de santo.

Una historia que se disfruta siguiendo el viaje de este hombre y descubriendo a través de él la situación de la Cataluña de esos años. La dictadura de Franco es un elemento esencial de la trama, pero está personalizada sobre todo en la persona de un policía podrido al que rápidamente llegamos a odiar, tan patético como el fascismo que adora. Fue para mí una lectura interesante y atrapante pero el personaje principal se vuelve cada vez menos entrañable con el paso de los años, lo que, sumado a la sensación de superficialidad de una narración con un ritmo un tanto desenfadado, establece una cierta distancia entre el lector y la emoción que podría surgir de la trama esencial. Por tanto, parece más instructivo que verdaderamente conmovedor. Sin embargo, es un álbum que recomiendo leer, que me queda el deseo de releerlo algún día porque se devora en un suspiro.

Los guionistas Denis Lapière (Sola) y Gani Jakupi se asocian con el trío barcelonés compuesto por el gran Rubén Pellejero (Corto Maltés) en compañía de Eduard Torrents y Martín Pardo para dar forma a una historia inolvidable ambientada en la Ciudad Condal.

Reseña: TER, de Rodolphe y Dubois

En la estela de los últimos buenos cómics europeos leídos, me topé con TER, publicado en nuestro país por Yermo Ediciones. Un cómic, una historia muy digna de reseñar porque la idea siempre-siempre es contaros las cositas buenas para leer que se publican en nuestro país. Tres álbumes en formato original que han sido traducidos y editados en un buen integral para nuestro disfrute, pero también una muy buena serie de CF y un trabajo realmente espectacular de Rodolphe y Dubois.

Rodolphe está inspirador aquí. Nos ofrece una historia cautivadora. Una trama que no revolucionará el género pero donde sabe poner todos los ingredientes para convertir la trama en un mundo coherente donde la religión juega un papel importante. Personajes, entrañables o no, aguantan con una ligera pega, el lado ingenuo de nuestro héroe, que evoluciona lentamente y así entramos en una narración dominada con una historia que se desarrolla a lo largo de tres álbumes llenos de vueltas de tuerca. Por eso, para mí lo importante es, la trama coherente con sorpresitas que contiene.

Empezamos con El Extraño, donde conocemos a un personaje que sale de la nada y tiene un extraño don en sus manos. Es muy intrigante. Un álbum que deja un cliffhanger de narices. Menos mal que lo tenemos en integral. Un hombre surgido de la nada, en un cementerio en medio de un desierto hostil, donde nadie puede sobrevivir…Y Pip, un joven inventor y saqueador de tumbas, se topa con él, dormido en una sepultura, desnudo… No sabe hablar y el único distintivo es un tatuaje en el brazo que dice «Mano de Oro».

La Guía, tan sólo nos aporta más preguntas. ¿Quién es este desconocido? ¿Es el salvador que anuncian las profecías o es un destructor de mundos que acabará con la pacífica vida de Pip y sus paisanos? Desde el momento en que al final del primer volumen, descubrimos lo que se esconde detrás de TER, en el segundo volumen hay muchas menos sorpresas. Sin embargo, tenemos ansias por saber que pasará en una historia de la que no tenemos ni idea cómo acabará.

¿El Impostor es uno de esos spoilers metidos ya en el título? Solo puedo decir que lamentablemente esta obra sólo concluye un ciclo, de ahí mi decepción momentánea porque es un thriller de los que calan hondo. Y aunque TER puede leerse como una historia completa, recientemente ha aparecido una secuela en el país vecino que ya ando loco por leer. Si estás bajo el hechizo de este tríptico, creo que andarás loco por degustar la aventura denominada TERRE que espero publique Yermo Ediciones en no mucho tiempo.

TER es una obra donde el dibujo de Christophe Dubois es suntuoso. Soy un gran admirador de Dubois, tiene su propio estilo a lápiz, es preciso, detallado, dinámico. Y goza de creatividad, las impresionantes decoraciones y los magníficos colores contribuyen a una atmósfera del fin del mundo muy chula. Donde anda muy presente la pata de Rodolphe con el bestiario que aporta, muy al estilo de obras como Aldébaran (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6223).

Con TER es fácil volver a la nostalgia de aquellos álbumes que contenían buena ciencia ficción clásica.

Reseña: El Dios Salvaje, de Fabien Vehlman y Roger

Le Dieu Fauve fue publicado en marzo de 2024 por Dargaud al otro lado de los Pirineos. Tan sólo dos meses después, Norma Editorial lo puso en nuestras librerías. Este trabajo supone otro lanzamiento en nuestro país del prolífico guionista Fabien Vehlman (Seuls, Green Manor, El Último Atlas https://www.cronicasliterarias.es/?p=9407). Un autor que ha llegado a nuestro país a través de diversas editoriales pero un autor de cómic europeo al que hay que seguir. Para El Dios Salvaje, Vehlman se juntó con el talentoso dibujante español Roger. Juntos, nos ofrecen una historia cautivadora y visualmente impactante, además de una inmersión en una narrativa muy particular. Porque este cómic nos traslada a la era imaginaria del Diluvio: una edad pasada y evocada unicamente en los textos antiguos y religiosos de la humanidad.

Comenzamos siguiendo a Sin Voz, un joven mono huérfano, decidido a demostrar su valía a su clan cazando al temible «Boca Larga», un viejo y feroz caimán. Pero mientras Sin Voz logra encontrar su lugar dentro del clan, presencia, completamente impotente, la masacre de su familia por parte de los guerreros de este imperio a punto de caer. Es capturado y entrenado para convertirse en un formidable guerrero sagrado, un “dios-cervatillo”, un dios salvaje. Pero Sin Voz parece desarrollar uno de los primeros instintos humanos, uno de los más feroces que sigue teniendo a día de hoy como es la venganza…

Lo fascinante de la narración de El Dios Salvaje es que la historia está dividida en capítulos y está diseñada como una historia coral. Cada capítulo se centra en un personaje diferente. La historia comienza siguiendo al mono sin voz, cuyo capítulo termina trágicamente con la masacre de su clan. A partir de ahí, seguimos a protagonistas humanos, lo que hace que esta narrativa sea apasionante es su construcción no lineal. Los personajes secundarios de un capítulo se convierten en los protagonistas de otro, ofreciendo diferentes perspectivas sobre una misma historia. Eso me encantó como me encanta cualquier serie de TV que hace concretamente esto. Cada capítulo arroja nueva luz y mejora nuestra comprensión de la trama y los personajes, por lo que tenemos un verdadero juego de rompecabezas en el que las piezas encajan gradualmente para formar una imagen compleja y cautivadora… al final.

El estilo semirrealista de Roger se inspira en los duros gráficos propios de ciertos cómics americanos. Los rasgos son claros, los personajes (especialmente Sin Voz, al inicio de la historia), están representados con sorprendente expresividad, enfatizando así la intensidad de las emociones que atraviesan. Unos colores apagados y oscuros, refuerzan la atmósfera opresiva y trágica que impregna toda la obra. Esta elección cromática crea un sorprendente paralelismo con la dureza de las situaciones vividas por los protagonistas, reforzando así el impacto emocional en el lector. Traslada de todas-todas a esa época pasada.

Por último, añadir que El Dios Salvaje delata ciertas obsesiones que encontramos, en menor medida, en otras obras de Fabien Vehlman. La dureza del mundo en el que vivimos y las relaciones y enfrentamientos de sus seres vivos. Pero también la insignificancia del poder por el hecho de que un simple evento puede cambiarlo todo en un instante. Un poco Juego de Tronos en el sentido de que nadie está realmente a salvo de nada.

Pura poesía.

Reseña: Shangri-La, de Mathieu Bablet

Cuando el Hombre quiere convertirse en Dios, sólo puede quemar sus alas…

Después de descubrir a Mathieu Bablet con Adrastea con el tema mitológico, no dudé un momento en ponerme con este maravilloso tomo de cómic que trae space-opera, una diferente, que atenta con la idea de marcar un hito en el campo de la ciencia ficción. Del cómic europeo de CF, mejor dicho, porque Shangri-La es una historia que sigue siendo clásica en esencia pero que logró mantener mi interés desde la primera hasta la última página. Una narrativa controlada que visita el racismo con animosidades y publicidad muy sexualizada, una distopía realista que te hace pensar en el valor de proteger nuestro hermoso planeta, el mismo que se está yendo a pique y no hacemos casi nada por salvarlo.

Es difícil no enamorarse de Shangri-La nada más coger el volumen que recién publica Tengu Ediciones. Magnífico cómic grueso (220 páginas) con lomo encuadernado en tela y cubierta majestuosa, con una excelente relación calidad-precio. Donde la obra de Mathieu Bablet hipnotiza incluso antes de ser abierta. La impresión de grandeza que transmite la portada ya atrapa. Y cuando lo abrimos, no nos decepcionamos…, cada página es una oportunidad para Mathieu Bablet de ofrecernos composiciones suntuosas, con decoraciones colosales y líneas extremadamente dominadas. Y de hecho, el estilo gráfico del autor-diseñador es, sin duda, lo que más atrae. Cómic para dejarte llevar, hechizado por el don de Bablet, y así descubrir los entresijos de un mundo futurista tan terrible como fascinante. Sin embargo, persisten dos grandes errores en mi opinión. Como leí en ciertos sitios, los diseños de personajes son muy cuestionables. Por mucho que los escenarios sean de un rigor y majestuosidad imponentes, los personajes son algo simples, esquemáticos; Todos lucen casi iguales. Y la otra incomodidad es quizás más grave: al querer interferir (y nosotros con ello) en los códigos de la novela de anticipación. Bablet cae en todos los clichés en los que esperamos no verlo caer. Por lo tanto, nos encontramos ante una situación que ya hemos visto en cientos de historias de CF: la humanidad reducida a vivir hacinada en entornos metálicos y espacios restringidos, una organización grande y abrumadora que gobierna el mundo (o lo que queda de él), una rebelión que intenta organizarse en secreto que cumplen sabiamente su misión sin conocer todos los aspectos del género.

Una descripción mordaz de una humanidad que no tiene sentido que siga existiendo, que discrimina y martiriza a los más débiles para establecer mejor su orgullo…, pero que quede claro que este argumento no es desagradable en sí mismo, pero sí peca de ser refrito de refritos, y obviamente Bablet corre el riesgo de enfrentarse a las grandes obras de ciencia ficción -de otras muchas- que ya lo hicieron mejor.

¿Se disfruta? Por supuesto. Porque el amante del buen cómic europeo siempre anda dispuesto a hacerlo con lo que se acaba de comprar. Pero al ver que cuanto más avanza la historia, más nos damos cuenta de que Mathieu Bablet sólo utiliza clichés e intenta ser original en cosas sin conseguirlo. Pero eso si, desarrolla una reflexión sorprendentemente potente sobre la humanidad, sobre la frontera entre el Bien y el Mal, y sobre todo, sobre el voluntariado, al describir una forma de totalitarismo mucho menos heredera de Orwell que de Huxley (véase su brillante Un mundo feliz).

Bablet describe la peor forma de totalitarismo que existe, una forma de totalitarismo consentido en el que la población sería consciente de su servidumbre, pero aceptaría sin problema siempre y cuando sirviera a su comodidad individual. Pese a todo, soy fan del estilo Bablet. Por lo que siempre-siempre seguiré sus obras. Y más, si afortunadamente llegan al español, como es el caso.

Reseña: Space Relic Hunters, de Sylvain Runberg y Grun

Space Relic Hunters fue un título que dividió opiniones en los lectores constantes de la BD. Y es cierto es que después de hojear rápidamente el álbum, pensé que los autores iban a urdir una historia de aventuras arqueológicas futuristas, del mismo tipo que la novela de Jack Seeker McDevitt, o el ciclo de Inhibitors, de Alastair Reynolds; una historia desarrollada en un futuro muy lejano donde la trama se resuelve mediante sucesivos enigmas para al final desenterrar un potencial “tesoro”.

Y así fue. Y eso me gustó. Estoy en ese bando. Porque estamos antes una space-opera en ese sentido trabajada, el tipo de historia que está en las estanterías mentales frikis de muchos de nosotros amantes de la CF: Star Wars, Starship Troopers, Desafío Total…, todo lo que hay para bombear, no nos molesta y nos resulta atractivo con poco argumento que lleve. La evocación a un futuro que no viviremos, el traslado a esas aventuras que solo podemos disfrutar a través de la imaginación de otros o de nosotros mismos. Pero nada de completos disparates. Existen más en la vida real, demasiados sentidos que nos han tocado vivir. Muy aburrida para mí y más si estás tieso normalmente como la mojama. En fin, a lo que vamos. En un imperio galáctico donde la libertad religiosa está prohibida, una de las mejores formas de ganarse la vida es convertirse en un cazador de reliquias prohibidas. A mí, ya está premisa, me enganchó. Tenemos a la humana Xia y Little Mercur, un extraterrestre enmascarado cuya especie se desconoce; los cuales se alían con Vitellius, un ex centurión que ha desertado de las Legiones Imperiales Divinas para llevar a cabo la misión más peligrosas de sus vidas.

Sí que recuerda a pelis como Rebel Moon…, visualmente potente pero donde el guion no es tan épico como podría ser. No obstante, se consigue una obra que da pie a secuelas y a mundo de mundos, universo de universos abiertos. Como me dijo un colega que lo había leído, afortunadamente, está Grun para salvar el barco del hundimiento. ¡Qué artista! Lo vi en Metronom y luego lo redescubrí en On Mars (https://www.cronicasliterarias.es/?p=11824). Un artista que nunca deja de sorprender, una evolución en la dirección correcta, ¿podemos decir que hoy está en la cima de su arte? Para mí tiene todo lo que me gusta: inventiva (si dejo de lado el aspecto a veces kitsch de los personajes), minuciosidad a todos los niveles, una línea limpia y legible, una delicia visual con dibujos a toda página, diversificados y extremadamente buenos. Colores pastel a juego con el lugar o planeta visitado. Ojalá pudiera poner su arte al servicio de uno de mis relatos o futuros libros.

En definitiva, Space Relic Hunters es de esos cómics que se disfrutan, sobre todo, por su arte. E insisto, es una pena porque la ambientación es tan potente que, en mi opinión, se le podría haber sacado más (mucho más) a una premisa en principio muy interesante. Pero como autor tampoco voy a recriminar nada porque sé que es difícil a veces conseguir que la trama llegue. Y aquí el agravante es que Sylvain Runberg nos tiene acostumbrados a cositas mejores y no tramas lineales y sin tensión. Pero mi atención la seguirá teniendo porque como poco, queda un álbum ligerito de leer que tampoco deja malas sensaciones. Quizás me hubiera flipado de adolescente.

Reseña: Ira Dei, de Vincent Brugeas y Ronan Toulhoat

Históricamente, antes de leer sabía que, por ejemplo, Tancredo de Hauteville era el padre de Guillaume (o Guillermo) Bras-de-Fer. En este cómic que os traigo hoy, Tancredo y Guillermo son dos guerreros normandos, sin relación aparente y ese anacronismo me dejó con el culo torcido. Inmediatamente me confundió. Así que me dispuse a leer con muchas ganas este Ira Dei ahora que Yermo Ediciones lo tiene en su catálogo de cómic europeo en un tomo que recoge los cuatro álbumes de los que se compuso la serie.

La sinopsis nos dice que nos vamos al año 1040. El ejército de Bizancio intenta reconquistar Sicilia, en manos de los árabes, mientras la ciudad de Taormina sigue resistiendo a Harald, el terrible jefe varego que lidera las tropas bizantinas. Pero un normando llamado Tancredo y Étienne (un joven monje legado del papa), ofrecen los servicios de su tropa de mercenarios a Harald, con un trato muy peculiar: si logran hacer caer Taormina en tres días, recibirán todas las riquezas que existen. Y eso ya sabemos que traerá consecuencias y nefastas seguramente.

Respecto a mi desincronización histórica con el argumento (sé algo de estos temas porque estoy a un paso de ser un medievalista por amor al arte), además Trancredo desea llamarse Robert. Pero ojo, no creo que «Robert» esté vinculado aquí a la historia real (estaba Robert Guiscard, hijo de Tancredo, medio hermano de Guillaume Bras-de-Fer, precursor del reino normando de Sicilia, y él también llegó a Italia tras la muerte de Guillaume Bras-de-Fer). No, no, desestimé el tema porque creo que Vincet Brugeas se limitó a establecer sólo un vinculo de leyendas. ¡La de Roberto el Diablo! Por eso, a lo largo de la historia contada en este Ira Dei, nos enfrentaremos a un personaje, a veces Tancredo, el legal bueno, a veces Robert, el aterrador y despiadado. Esta ambigüedad confiere una profundidad increíble al personaje principal y eso me encantó, porque asociado al tremendo dibujazo de Toulhoat, tenemos un cómic europeo que es de esos que se disfrutan a tope a poco que ames el tema histórico medieval.

En cualquier caso, el entorno o marco es suficiente por sí solo: Sicilia era un lugar complejo en aquella época, un estilo al Abismo de Helm de El Señor de los Anillos pero con más gente y de diferente índole. Imaginaros: árabes, bizantinos, normandos, varegos… (vikingos mayoritarimente suecos) en Sicilia, un lugar no muy grande gobernado por la presencia del islam, la ortodoxia y el catolicismo, en definitiva. Los credos enfrentados. Ahí es nada. Un lugar así en un cómic donde ver todas las cuestiones de poder para cada civilización reunidas en una región tan pequeña y tan estratégica como fue dicha isla. Por eso tengo que decir que es sumamente ambicioso abordar este tema y felicito a guionista y dibujante por el trabajo realizado. Y quitando esa mezcla de leyenda e historia que no queda muy clara, y que por supuesto solo puede molestar tiquismiquis amante de la Historia como yo, tenemos un cómic que se disfruta una barbaridad.

Un integral chulo de verás que hará las delicias del buen amante de cómic europeo.

¿Conseguirá llevar a cabo su misión Tancredo, este guerrero de pasado misterioso convertido en un arma de la Iglesia?

Tendréis que descubrirlo por vosotros mismos.

Ya el álbum introductorio tiene una fuerza increíble.

Reseña: Notre Dame de París, de Victor Hugo y Georges Bess

Con sus dos adaptaciones anteriores (Frankenstein: https://www.cronicasliterarias.es/?p=13176y Drácula: https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/dracula-v1), Georges Bess ya goza de una buena calificación por nuestros lares. Si bien tengo sus tomos, cada no mucho los admiro como pequeñas obras de arte que son. Del mundo del cómic, de ese noveno arte que tanto se acerca a los lienzos de los mejores museos europeos. Por tanto, mi mirada estará libre de comparaciones y estoy muy feliz de descubrir el trabajo de Georges Bess con este clásico de Victor Hugo en este nuevo volumen publicado por Norma Editorial (la que siempre sabe traer el mejor cómic europeo). Así que ojo, no me malinterpretéis, no tengo ninguna afinidad con esta historia (como otras a priori, ya que aún no estaba publicada, pero cuando veo la calidad y el mimo puesto en el trabajo, me dije antes de leerlo, disfrutaré aún más si cabe porque no voy a una obra tantas veces leída como puede pasar con el vampiro o el moderno Prometeo).

Insisto, no soy un gran conocedor de la obra original y debo decir que todavía no seré un gran admirador de ella después de los años. Pese a ello, creo que esta versión entierra todas las demás, acaba con las versiones aguadas de Disney, los musicales… aquí estamos con algo auténtico y fiel, el autor hace honor al material básico, sin digresiones innecesarias. Porque Bess pone su talento gráfico al servicio de la historia, la que está perfectamente secuenciada y producida. Quasimodo es tan feo como hermosa Esmeralda, mira sus apariciones en la galería y honestamente, es el candidato perfecto para este fresco romántico hecho para que disfrutemos y nos sumerjamos en este clásico de una manera muy hermosa.

No obstante, tengo una pequeña queja sobre el final. No me dejó tan conmovido como quería, ¡¿y no puedo decidir si simplemente es culpa de este volumen o es así en la novela?! Así que solo me queda señalar que fuera de las obras de arte que se muestran en casi todas las páginas, tenemos un volumen, un cómic, muy bien escrito. Los numerosos encartes están ahí para recordárnoslo, y bueno, también reconozco el mito aunque me cueste convencerme completamente en su desarrollo.

Notre Dame de París, en un tomo prestigio, de tapa dura, un volumen gráfico que es una maravilla y que disfrutará bastante el que muere por el buen cómic europeo. El gran formato y la ausencia de aguada en el fondo lo convierten ciertamente en un objeto bello, y el dibujo incita a la imaginación como suelen hacer siempre los autores que laboran con el estilo de punta fina en perfecto blanco y negro. Donde curiosamente las viñetas más recargadas o barrocas quedan más sublimes todavía.

Una muy buena sensación lectora y un paso más hacia la afinidad por el hermoso trabajo de un autor, que entrega un clásico de un clásico.

Grande Georges Bess.

Reseña: La Carretera, de Manu Larcenet

Que me diga alguien que no se siente atraído por ver en formato cómic (y más en cómic europeo) una enorme historia como fue la novela de Cormac McCarthy o la película que protagonizó Vigo Mortensen. Y más aún cuando lo entendidos de los BD vean que el encargo de tal adaptación ha ido de la mano del siempre genial Manu Larcenet, y porque además de los ademases este podría ser uno de los mejores cómics y de los más esperados del año.

Al adaptar esta oscura obra del maestro McCarthy, Manu Larcenet ha vuelto a conseguir una hazaña. Con Blast me asombró con su talento narrativo, y aquí repite la hazaña de Los combates cotidianos con sus magníficos gráficos. Un anterior álbum (El Informe Brodeck) que también se basó en el blanco y negro para sacar lo mejor de la trama, quizás la fuente inspiradora gráfica para La carretera.

Larcenet nos ofrece toda una tonalidad de grises, propia de la atmósfera de la novela, con sus incesantes lluvias de cenizas y nos ofrece además numerosas viñetas mudas que nos trasladan a la soledad absoluta de un mundo donde ya no queda ruido alguno. Un dibujo tal que merece nuestra atención, que aisla, que evoca la muerte cercana.

Se consigue toda la atmósfera pesada y lúgubre de McCarthy en este cómic. Si no la conocéis aún, esta es una de las mejores post-apocalípticas escritas. Largos años después de un apocalipsis global, el mundo sigue en ruinas; el aire es gélido, llueve ceniza y la tierra está contaminada. En medio de la devastación, un niño y su padre recorren una autopista interminable cruzándose con los últimos restos de la civilización humana: locos, caníbales, desesperados… Y ahí se van a topar con todo lo malo del ser vivo, lo peor de este planeta como siempre la propia raza humana.

¿Qué queda? A un Manu Larcenet sabiendo permanecer fiel a la obra original, que no la distorsiona sino que la sublima añadiendo su toque personal. Conmovedora, terrorífica, brillante, insuperable, etc… Me voy a quedar ahí con los superlativos porque podría ensartarlos uno a uno como perlas.

Larcenet cumplió totalmente su reto, incluso me dio ganas de releer el libro nuevamente, cosa que haré seguramente este verano. Estamos ante una obra maestra absoluta, una historia inspiradora como pocas. Al otro lado de los Pirineos ya lo categorizan como el cómic del año.

Reseña: Las Guerras de Lucas, de Hopman y Roche

No engaño a nadie ni descubro un nuevo mundo si digo que Las guerras de Lucas es de visita obligada para los fans de la saga de ciencia ficción cinéfila más grande de todos los tiempos. Una novela gráfica que trae a librerías Norma Editorial, una novela gráfica súper bien elaborada que, sobre todo, será del interés de los fans del cine de esos que quieren saber más y más de lo que hay o hubo tras cada escena, cada grabación, cada momento vivido por los afortunados que alguna vez hicieron acto de presencia en estas historias eternas.

Obra llena de anécdotas y al mismo tiempo con narración fluida y asimilable para cualquiera. Porque Las guerras de Lucas se lee como si fuera un auténtico pasapáginas, engancha de principio a fin y creo que puede ser uno de los tomos que más rápido he devorado en los últimos tiempos. Y lo he dicho muchas veces, no fui de los primeros en engancharme a Star Wars. Sí que fui un niño de esa época (nací el año que se estrenó en USA el Episodio IV), pero en principio algo no me llegaba ni sobrepasaba mi amor por el género de Terror, que ese sí casi que me llegó al nacer. Pero no mucho después vi las primeras seis películas decenas de veces cada una, he leído cómics, novelas y he jugado a videojuegos del Universo Expandido. Con la edad me volví un auténtico fan. Entré en la religión hay que decirlo y se puede decir que a estas alturas conozco bastante bien el universo de Star Wars en comparación con el ciudadano medio aunque no llego al nivel de algunos ni tampoco quiero. Serían ya demasiadas especializaciones y por eso creo que disfruto más. Mola que de vez en cuando te sorprendan.

No sabía, por ejemplo, que los intérpretes de C3PO y R2-D2 no se llevaban bien en el set, no sabía nada sobre el infarto de Lucas, su juventud rebelde de la que no tenía la más mínima sospecha (siempre hemos visto a George Lucas como un tío tranquilo, incluso de más joven, ¿o no?). Pero tranquilos, no voy a estropear tu placer de lectura, no contaré ninguna anécdota más de las que aporta este volumen que es una auténtica maravilla.

Lo endiabladamente interesante, y la proeza de los autores, es haber conseguido combinar una biografía íntima de George Lucas y al mismo tiempo una historia sobre la producción de la primera peli, el deseo del director de crear algo que se le parezca y que se saliera de lo común con el estreno de dicha película y la corriente cultural que ideó. Una auténtica aventura paralela a esta fantasía espacial que se nos cuenta, y de una manera muy bonita: Lucas, este hombre taciturno y afable, me conmovió con su reserva, la gente de la 20st Century Fox, por el contrario, parecen los villanos de James Bond, personas venales y calculadoras (puede ser ficticio o quizás demasiado cerca de la realidad). Y con noticias que decepcionan. No sabía, por ejemplo, que Alec Guinness encontraba los diálogos de la saga infantiles, o que Ford, Fisher o Kenny Baker, se burlaron abiertamente de esta película de “mierda”.

Fue más que una carrera de obstáculos hacer lo que hemos visto con los años, lo que a todo el mundo le ha terminado por entrar. Historias que envejecen muy bien. Esta misma mañana hablaba con unos amigos que ahora todo el mundo lleva camiseta friki sin saber exactamente qué es o qué significa lo que tienen en el pecho. Hoy en día mola ser friki, antes no, era raro. Y de eso tiene mucha culpa Star Wars.

¡Ah si! Y el dibujo es simplemente perfecto, con gran detalle, sirve perfectamente a la narrativa, el código de colores es brillante, no hay nada de qué quejarse, es muy agradable de ver.