Reseña: Érase una Vez en el Este, de Julie Birmant y Clément Oubrerie

Érase una Vez en el Este es una canción que hace un guiño a un western ahora famoso. Ya veo que no soy el único al que le gusta basar sus escritos en canciones. Sin embargo, no es nada agradable cuando sabemos que dicha canción cuenta la trágica vida de Isadora Duncan, una famosa bailarina estadounidense que revolucionó la danza gracias a promover el culto al cuerpo… y a como abrazaba el comunismo en el país equivocado. Ya sabéis como era la libertad de pensamiento político en USA allá por el siglo pasado. Y es que Érase una Vez en el Este cuenta la vida de una artista con momentos impactantes a lo largo de su vida, de forma bella pero también sorprendente como siempre es encontrar una historia así elaborada dentro del cómic europeo.

Isadora Duncan abrió una escuela en Moscú bajo los auspicios de Lenin, apoyando abiertamente sus políticas. Tendrás que tener la mente muy abierta políticamente para seguir leyendo o te dará un patatus… jajaj. Nah, basta simplemente con ser apolítico o gustarte saber de personajes y su modo de ver la vida independientemente de cómo pensaran. La empatía por encima de todas las cosas. Ponerse en el lugar de otro, que se llama. Pues Isadora tuvo momentos desconcertantes en su vida incluyendo su propia muerte. Muy famosa por el hecho de que su pañuelo de seda se atascó en la rueda trasera de su descapotable en 1927, en Niza y muriendo estrangulada y arrojada de su vehículo de la peor manera posible. Uff. Pero eso no lo veréis aquí. O no tan detallado. Eso os lo cuento yo que tras un cómic tan atrapante de leer que acaba de publicar Ponent Mon, me puse rápidamente a investigar más sobre la vida de esta mujer.

Isadora Duncan fue una mujer muy hermosa que no dudó en bailar desnuda con un ligero velo. Era una estrella de Hollywood con todos sus excesos (excéntrica, amante libre, bisexual y comunista). Un bomba de libertad humana y existencial, insisto, con una muerte estúpida para quien encarnaba tanta gracia y belleza. Te sientes víctima de una broma macabra cuando te topas con estos hechos que tras medio-verlo al inicio, ya no se te van de la cabeza en toda la lectura. Pero de todas formas, en Érase una Vez en el Este no nos encontramos su vida al completo. El volumen se centra en saltos temporales de sus vivencias, pero, sobre todo, en su episodio soviético donde seduce con sus poses al brillante y atormentado poeta Serguéi Essenin. Con quien vive un intenso romance, pese a ser dieciocho años menor que ella.

Pasajes de una bailarina revolucionaria, que sentó las bases de la danza contemporánea con coreografías liberadas del corsé del ballet clásico. La primera parte del tomo se centra en su relación con el joven poeta y en momentos contrariados de pareja por culpa de la bebida y la depresión del poeta. Así serán conocidos sus estallidos de violencia en hoteles y en particular por los medios de comunicación. Se podría decir que son una de las primeras parejas de la tele-basura de la historia moderna.

Después nos sumergimos de lleno en la Unión Soviética de entre-guerras. La década de 1920, muy acertado el apodo de «los locos años veinte”. Un escenario ideal para esta historia a las puertas del surrealismo. Surrealista, de hecho, es el destino de los dos personajes principales. Y es cierto que tuve algunas dificultades para entrar en la historia. El primer capítulo tras el drama, confunde un poco. Pero, rápidamente, la historia empezó a encajar. Su aspecto histórico es interesante mientras que las anécdotas a veces divertidas, a veces desmoralizantes y a veces dramáticas, terminan por darle vida al hilo conductor de las viñetas. Con una narración peculiar, los autores no dudan en hacer dialogar a sus personajes de forma muy artificial para sumergirnos en su pasado. Pero estos diálogos, incluso improbables monólogos, son interesantes. Entonces llega el encanto del cisne que tienes entre manos y ya cada personaje empieza a participar con lógica al visualizar a ese ángel en la tierra que baila. Es como ver un drama en televisión que creías que no te iba a gustar y terminas viendo la peli hasta el final, incluso con palomitas.

Una trama reservada a lectores liberales, abiertos de miras, amantes del arte en su sentido más amplio.

En este cómic resaltan las ilustraciones de Oubrerie, en especial, en las secuencias de danza, con trazos que llenan el cuerpo de Isadora de movimiento, agilidad y elegancia. El guion de Julie Birmant muestra las circunstancias en las que crece la bailarina y sus influencias expresivas. Además, sus encuadres y paisajes están inspirados en las películas de Sergio Leone, como refleja su título. Como anécdota, me pareció curioso que no se cuente nada sobre los dos hijos de Isadora Duncan, lo cual es bastante sorprendente cuando se sabe lo que sucedió.

Personas diferentes que realmente tienen mala suerte en la vida.

Reseña: Las Ciudades Oscuras. El Archivista, de Benoît Peeters y François Schuiten

¡Ah, El Archivista! Me está encantando tanto Las Ciudades Oscuras que este álbum no iba a pasar desapercibido. Del que no podía prescindir, pues siempre está la opción de que oculte información sobre el Continente Oscuro… Y sí, una vez que te hayas embarcado en Las Ciudades Oscuras, sabrás a qué me refiero. Solo podrás ceder a la atracción. Como Isidore Louis, nuestro archivista favorito, de esta genial serie de cómic europeo que está publicando Norma Editorial con gran éxito de ventas.

Pero si aún no conoces Las Ciudades Oscuras, aquí tienes un resumen rápido (no puedo decir demasiado, eso sería desflorar la margarita antes de olerla): resulta que hay un mundo paralelo, el Continente Oscuro, con el que la Tierra mantiene portales, enlaces, a menudo ocultos, pero muy potentes. Hay puntos de contacto entre estos dos mundos, ¿pero hay más? ¿Estamos en medio de algo imperceptible? Incluso ciertos contrabandistas… ¡Pero shhh! ¡No puedo contar más! Se spoilea con poco que se cuente. Pero lo reafirmo, la existencia de este mundo paralelo está probado. ¿Verificado? ¿El inconsciente? ¿El subconsciente? ¿Ese sexto sentido que te advierte que hay una presencia junto a ti pero, en realidad, no hay nadie a tu lado que puedas ver con tus propios ojos? Ahí lo tienes.

No obstante, existen ciertas personas de poder, con intenciones dudosas, que sostienen que las ciudades oscuras son solo inventos idiotas de la gente. Desean ocultarnos la verdad, a toda costa. Aquí es donde entra en juego la historia de Isidore Louis y su descubrimiento de Las Ciudades Oscuras. Investigador del mismísimo Instituto Central de Archivos Kafkianos, Subsección de Mitos y Leyendas (instituto del cual, curiosamente, no encontrarás rastro en internet, aunque a veces se menciona aquí y allá en ciertos sitios a poco que prestes atención); Isidore, especialista en Mitos y Leyendas, el archivista fue un funcionario pacífico hasta que un día se le encomendó un expediente sobre las Ciudades Oscuras. Un mito creciente y una completa mistificación según las autoridades del Instituto, material considerado además muy peligroso por parte de ciertas autoridades, por razones inexplicables.

Se requería un informe de Isidore Louis, un informe destinado a poner fin a los desvaríos más salvajes del populacho sobre las ciudades oscuras. Sin embargo, este informe no dio exactamente los resultados esperados. Desde entonces, cuantos más documentos recaba este hombre sobre lugares como Xhystos, Calvani, Brüsel, Alaxis o Mylos; más se convence de la existencia de ese mundo existente al otro lado. Y perseguido por diferentes entes, el archivista terminará entrando en contacto total con las Ciudades Oscuras…

Espero haberos convencido de sola una cosa: El Archivista es parte esencial para comprender lo que se cuenta en Las Ciudades Oscuras. Variaciones en la realidad, mutaciones en la propia ciudad de Bruselas, el urbanismo y la arquitectura, en especial, ahí tenéis para reflexionar bastante. Divagaciones sobre el arte que visualizamos en ciertas urbes, la terrible imaginación de algunos artistas, el inconsciente o el mundo de las apariencias, vagabundeos oníricos e introspectivos, magistrales columnas o gárgolas deformes que no tienen ningún sentido en algunas catedrales… El Archivista os hará saber sobre eso. Y un poco más: una idea extraída de su matriz para convertirse en una obra que no sólo cumple, también sorprende, de dos grandes autores de la BD como son Benoît Peeters y François Schuiten.

Fue en 1987 cuando Peeters y Schuiten se juntaron por primera vez para crear dos álbumes del ciclo. Exactamente, Las Ciudades Oscuras: La Torre (el tercer número de la serie que permite descubrir una nueva ciudad en forma de historieta), y El Archivista, este volumen especial que os reseño hoy. La peculiaridad de este último es que no se trata de una historieta tradicional.

En cuanto lo abráis, os sorprenderéis.

Reseña: La Verdadera Historia de Futurópolis (1972-1994), de Florence Cestac

Hacía mucho tiempo que quería leer La Verdadera Historia de Futurópolis, y cual fue mi sorpresa cuando vi que la traía por estos lares la nada desdeñable en cuanto a cómic europeo, Dolmen Editorial. Aparte de historias y tramas, a uno ya también le gusta leer todo aquello que lleva el prefijo meta-. Es decir, todo aquello que está “junto a”, “después de”, “entre”…, lo que sea. En este caso, el metacómic. Lo que habla de todo lo que concierne a la creación de un cómic, contado en formato cómic. En definitiva, leer un cómic que habla sobre como hacer un cómic o los procesos que llevaron a él. Sobre su historia, todo el proceso, hasta que llega al lector. Pero también le tenía muchas ganas a este titulo por que Futurópolis fue una editorial de la que sé poco y de la que había leido solo un par de álbumes hace años. Y creo que eran reediciones de otras editoriales. No obstante, estamos hablando de una editorial que quizás sea la más influyente de la BD francesa, la misma que hace medio siglo cambió la forma de concepción de los cómics y firmó ciertas pautas a seguir para llegar al formato que tenemos hoy.

Florence Cestac junto a su marido eran los dueños de Futurópolis, un tienda especializada que posteriormente pasó a ser editorial. Cestac además era una buena dibujante y llegó a ser la editora principal de la editorial. De hecho, fue la primera mujer que ganó el prestigioso Gran Premio de Angoulême en el 2000; el galardón francés más prestigioso del noveno arte europeo. Yambién el Gran Premio Saint-Michel en el 2014. De hecho, fue la única hasta Rumiko Takahashi en 2019.

Pero Cestac trabajó inicialmente como ilustradora. Y cuando en 1972 se hizo cargo de la librería con su esposo Étienne Robial, la transforma en la Editorial Futurópolis (Maison D’Édition). Y durante esos años, entre muchas otras, creó las divertidas historias de detectives de Harry Mickson para las revistas de cómics L’Écho des Savanes, Charlie Mensuel, Pilote y Ah! Nana. Y después de venderle la editorial a Gallimard en 1994, creó la serie Les Déblok para El Diario de Mickey (Le Journal de Mickey), que fue donde la conocí yo.

La Verdadera Historia de Futurópolis es un auténtico documental sobre un episodio importante del cómic francés: el nacimiento, el ascenso a la cumbre y luego la muerte de una editorial que influyó bastante en el panorama del cómic de la época. Descubrimos en este tomito hechos interesantes, divertidos y los inicios de muchos autores que desde entonces han demostrado su valía (Tardi, por ejemplo). Y esto me encantó. Siempre me resulta esclarecedor seguir las vidas y las luchas de quienes tienen influencia en la industria y, sobre todo, de quién no deja de perseguir sus sueños pase lo que pase.

Incluso si el tema no es lo tuyo, La Verdadera Historia de Futurópolis es una historia interesante bastante divertida de leer. Es como tener delante una de esas biografías de alguien que te importa un pepino, pero a cuya “vida” acabas enganchándote y queriendo saber más. Pues Florence Cestac ofrece en este ejemplar una curiosa biografía o monografía de la Editorial Futurópolis entre los años 1972-1994, donde evidentemente, el estudio no es unilateral, ya que Cestac estuvo involucrada en la aventura, con sus dos cómplices Etienne Robial y Denis Ozanne. La historia comienza con la adquisición de la librería (homenaje a una obra de Pellos) por Robert Roquemartine en 1972 y continúa hasta la debacle en 1994. La portada recuerda inevitablemente a la Colección Copyright que rememora a los viejos clásicos norteamericanos: Popeye, Superman, Hombre Murciélago…

Es toda una parte de la historia de los cómics lo que se transfiere en este formato único. Así como lo bien representada que está la obra que por diversos motivos la empresa sacó adelante como editorial. Muy bien desarrollado. Muy bien transcrita. Se deduce, por ejemplo, que Futurópolis ya en esos años estaba mucho más influenciada artísticamente por la cultura pop, el punk y otras modas del momento. Muy alejada del conservadurismo y las series interminables que en los 80 profesaba editoriales como Glénat. Así, vemos con gusto a todos los grandes nombres del cómic de la época, ya sean Bilal, Crumb, Tardi, Charlie Schlingo, así como la irrupción de los recién llegados: Menu, Trondheim…

Ya solo el ver a la autora y sus amigos pasando su tiempo libre en mercadillos buscando cómics antiguos, me puso los pelos de punta.

Reseña: Aldebarán (Edición Deluxe), de Leo

Leer las obras de Leo es sinónimo de querer leer la mejor Ciencia Ficción hecha cómic en el país galo. Gracias a ECC Ediciones estamos viendo que sus obras están cruzando la extinta frontera para nuestro bien. Un autor que le gusta elucubrar o vaticinar sobre los terribles acontecimientos que nos vendrán algún día por evitar cuidar nuestro planeta como se merece. Disfruté bastante de su Mermaid Project (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2870) allá por diciembre del año pasado y ahora toca volver aprovechando esta chula edición deluxe que publica ECC y que viene en tapa dura con ese protector-carcasa de plástico transparente que permite guardarlo en modo vertical y que, en mi opinión, todo volumen de este tamaño debería traer. Porque es maravilloso. Los Mundos de Aldebarán, Kenia, Tierras Lejanas o Centaurus son obras maravillosas de Leo y ahora tenéis una nueva oportunidad de haceros con estas joyitas del cómic europeo. Por que, sin duda, para ellos van dirigidos estos cómics, para el buen amante de la Ciencia Ficción, en especial, estos ciclos de Los Mundos de Albarán.

Una obra que dan ganas de volver a leer cada no mucho. Un universo creado por Leo que se relee y encanta. Pocas obras son capaces de eso. En tan solo dos o tres páginas ya vuelves a sentir que estás frente a una magnifica historia, la magia, la ambientación, vuelve a surtir efecto. La historia, el corte, el guión gráfico, el ritmo tan acertado que se crea automáticamente y que da paso a esa sinergia con el dibujo… Wow! Y sé que puede no parecer perfecto en cuanto a dibujo. A primera vista, echa algo para atrás. Estoy de acuerdo. Pero cuando te pones, de repente, te encanta. Se acaba amando esta obra, os lo digo muy en serio. Me recuerda en sensaciones a lo que me pasó en su día con el Bone, de Jeff Smith; aunque no tengan nada que ver una obra con la otra.

Aldebarán es el primero de los ciclos que recoge la obra Los Mundos de Aldebarán. Cinco tomos que comprenden la obra al completo (Aldebarán, Betelgeuse, Antares, Supervivientes y Retorno a Aldebarán). Donde el guionista y dibujante brasileño crea un magnífico universo por descubrir. Un inicio donde una especie de dictadura religiosa hace estragos en la colonia de Aldebarán. Planeta descubierto hace menos de un siglo y cuya tres cuartas partes del entorno aún es virgen. Y aunque Aldebarán lleva años esperando la llegada de nuevos terrícolas, siguen sin noticias del planeta madre. O bien ha ocurrido algo o quizás se hayan olvidado de ellos…

Kim y Marc son dos adolescentes que viven en Arena Blanca, un pequeño pueblo costero sin historia. Hasta el día en que Driss, un extranjero del norte, llega a advertir a los aldeanos de una inminente catástrofe debida a una misteriosa entidad procedente del mar. Pero muy pocos le hacen caso. Sin embargo, los únicos sobrevivientes al ataque serán Kim, su hermana y su padre, que han ido a ver a la familia fuera del pueblo, y Marc con un periodista que intenta comunicarse con Driss. Un grupo de personas que comienza un viaje iniciático a Anatolia, la capital. Una aventura donde Kim y Marc descubrirán los misterios que oculta dicho planeta. Con una extraña chica que parece estrechamente vinculada al misterio de ese ser monstruoso que mató a todas los habitantes de su pueblo.

Cuando descubrí esta serie por primera vez, la historia me cautivó de inmediato. Posteriormente, con cada re-lectura encontré el mismo placer y las mismas ganas de seguir a los personajes en todo lo que iba aconteciendo. Leo nos lleva a un universo desconocido, a un planeta colonizado por el hombre y por animales extraños (en particular, lo que habita en el mar). Ocurrirán sucesos extraños que cambiarán radicalmente las tranquilas vidas de Marc y Kim. Luego, sabremos más del planeta Aldebarán. Una historia bastante bien escrita que crea incertidumbre, suspense y de la que constantemente quieres saber más. Se hace difícil no querer/poder saltar al siguiente volumen tras terminar. Pues Leo es un verdadero guionista de cómics. Un gran narrador, capaz de lograr una perfecta armonía entre narrativa/guión y gráfico/dibujo. Sus historias son una inteligente mezcla de aventuras, exotismo alienígena, pura ciencia ficción.

Una obra de la que quedaréis prendados.

Reseña: ZOO (Integral), de Philippe Bonifay y Frank Pé

ZOO tiene ese regusto a film francés moderno pero de época, con una gran historia detrás. Un ambiente grisáceo que se mueve entre la dura realidad y la ficción que posiblemente fuera verdad. Al leerla, sentí lo mismo y vino a mí de nuevo ese regusto que sentí con films de la talla de Amélie, o incluso más del tono de ZOO podría ser otra joyita del cine francés como es Largo domingo de noviazgo.

Este portentoso volumen integral de ZOO que publica Norma Editorial nos lleva a saber de Célestin, que vive en una pequeña aldea normanda y ha transformado su propiedad en una especie de zoo repleto de animales exóticos. Y es que, como me suele pasar con este tipo de obras de cómic europeo, quedé asombrado por la calidad gráfica de dicha trilogía. No solo por la alta calidad de los dibujos, sino también por el coloreado, la elección del encuadre o la increíble expresividad de la línea de Frank Pé. Maestro ilustrador como pocos. Nos vamos entonces al zoológico propuesto y encontramos una especie de edén frágil y atemporal e increíblemente representado. La atmósfera en constante cambio variará según el estado de ánimo de los cuatro protagonistas de la historia. Estos últimos, muy interesantes, son personajes marcados por la vida. Todos han sufrido (o sufren) de alguna forma, pero ahora, reunidos como una familia, son los protectores de un lugar amenazado, un lugar que los tranquiliza, tanto como los aleja del mal que procesa el mundo de los hombres fuera. Junto a Célestin conviven su hija adoptiva Manon, el escultor Buggy y la misteriosa Anna, una mujer desfigurada que procede de las estepas rusas. Fuera, llamando a su puerta, el inicio de la I Guerra Mundial y gente huyendo de sus casas y pidiendo misericordia…

La gran fuerza de este cómic son los personajes. Tras el guión de Philippe Bonifay, Frank Pé da vida a algunos personajes conmovedores en su humanidad (a menudo heridos), y al mismo tiempo muy característicos. Hay vida propia en cada uno. En un tiempo así, cada uno de ellos podría ser tu vecino, tu primo o incluso tú mismo. Todos y cada uno bajo la sombra de una guerra en ciernes que solo trae pobreza, mejor dicho, más pobreza de la que ya existe en esta época en los vastos campos del continente europeo. ZOO es de esas historias que me trasladan unos personajes posiblemente reales antes de su construcción. Una vez vivieron. Agreguemos a todo ello una historia simple, ya vista en bastantes films bélicos, pero siempre tan efectiva como real. No hay grandes revelaciones o misterios colgando en este guión, solo una serie de personas que viven al margen de una sociedad que colapsará repentinamente. Y la historia tiene ese toque de calma antes de la tormenta, que tanto asusta.

En su conjunto, ZOO es una bella novela gráfica, una enorme historia en tres partes, fina y melancólica, que rinde homenaje a todos aquellos que malvivieron por culpa de naciones sin miramientos, miembros todos de una especie que nunca es capaz de caminar junta en la misma dirección. Pongo este cómic en la estantería de cómics “atmosféricos”, porque en realidad es una ventana a otro mundo, una trama capaz de atrapar, evadirte y embrujarte por el fuerte poder de sus viñetas. Un dibujo lleno de detalles históricos gracias a Frank Pé, aparte de dinámico y acertado para con personajes, decorados e incluso con los animales que rondan el escenario.

Frank Pé es definitivamente un autor atípico. ZOO es una prueba más de su forma de estrujar y ofrecer al lector algo de la vida que no todo el mundo consigue captar. Su arte es tierno y hermoso, a la vez que cruel y severo. La vida. Simplemente. A través del noveno arte. Por lo que ZOO se ha convertido para mí en una grata lectura que me sorprendió con una historia conmovedora y con unos “actores” principales dotados de una gran profundidad de los que conoceremos sus virtudes y sus defectos. Célestin, doctora de gran generosidad e inmensa ternura, Anna que intenta curar sus heridas, Buggy, el escultor desollado vivo y una mujer y un niño que rondan el zoológico con algúna intención…

Sabed de ellos y veréis.

Reseña: Corto Maltés. Fábula de Venecia, de Hugo Pratt

El no dejar a los grandes clásicos de lado, tanto de libros como de cómics, hará que tu vida lectora sea mejor. Creedme. Es así de sencillo. Por que lo mejor de lo mejor siempre entra bien, cualquier día, casi a cualquier hora. En cómic, hago referencia a la colección de cómics de un grande como es Corto Maltés. El fenómeno mundial del noveno arte que fuera diseñado por el talentoso Hugo Pratt. Una colección que he retomado (bueno, retomar sería si alguna vez la hubiera tenido), mejor dicho, una colección que por fin puedo obtener para degustarla ahora que Norma Editorial vuelve a editar todos y cada uno de sus números en el formato clásico de álbum al más puro estilo cómic europeo. En color o en blanco y negro. A gusto del consumidor. Fábula de Venecia correspondería al séptimo álbum de la colección. Aunque vuelvo a insistir en que Corto Maltés no es un serial propiamente dicho en el sentido que los argumentos van enlazados. Son más bien historias independientes que, eso si, tienen en común personajes y algún que otro comentario de referencia a aventuras vividas pasadas. Pero se puede empezar por donde uno/a quiera. Eso está claro. De hecho, yo nunca había leído los dos primeros números de la colección hasta este nuevo “regreso”. Y como bien dice su anuncio: Fábula de Venecia es una inolvidable aventura en la Ciudad de los Canales… y yo añado: «Al más puro estilo Indiana Jones«. Y dejo dicho ya también que, sin duda, una de las mejores historias que he leído del personaje. Si no, la mejor.

En Fábula de Venecia, Corto nos sumerge en la atmósfera veneciana nocturna, con una trama salpicada de rompecabezas, tesoros, túnicas negras y masones. Un escenario teatral, en principio, extraño y absurdo pero que se va volviendo más y más tenebroso con el paso de las páginas. Corto Maltés recibe una invitación para recorrer los rincones secretos de Venecia en busca de una esmeralda fabulosa: la Clavícula de Salomón. Pero Corto no es el único en esta búsqueda y a poco que se desplaza a la zona, surgen disparos y emboscadas sobre una ciudad bella pero que en la noche no es más que un oscuro pozo sin fondo. En la curva de un callejón, apenas iluminado por la luz de una farola, en el silencio marcado por pasos más lejanos, en la noche, una noche sin estrellas, oscura y dulce, tal vez adivinemos, apoyado contra una pared, la silueta de Corto. Silueta furtiva, inmóvil, apenas vista, apenas un fantasma tras los callejones de Venecia. En esa lejana noche veneciana, encontré esta aparición del firme marinero que venía tras el humo para infiltrarse en las calles, puentes, callejones, recovecos, en la noche oscura de una luna creciente y tan fina que brinda con whisky en un cielo sin estrellas. Y pasos que se alejan. Y la expectativa de un misterio, el sueño de un enigma, una fábula. Bajo las órdenes del barón Corvo, Corto Maltés se propone encontrar la Clavícula de Salomón. Pero los que la buscan, ¿buscan la piedra preciosa o los grimorios mágicos? Es un desafío que el difunto barón le lanza desde el Más Allá.

A través de los misterios de Venecia, Hugo Pratt nos lleva a “su» Venecia. Los patios secretos, puentes mágicos, las enigmáticas fachadas de palacios decrépitos, las puertas del gueto, estatuas de eruditos, la niebla que se eleva desde los canales… ¿Quién mejor para recrear una historia en ese lugar que un oriundo del lugar? Un diseño elegante donde los dibujos acentúan la luz y la sombra. Historia mezclada con personajes de fábula, reales y ficticios, encuentros inverosímiles para un hereje aunque para un verdadero fan de lo fantástico, una buen cómic de aventuras. De escuadristas a masones, de una joven que se cree la reencarnación de Hipatia al poeta D´Annunzio, de una joven que se parece a Louise Brooks al erudito Melchisedech, especialista en escritos antiguos. Corto Maltés no para e intenta desenmarañar el sueño de los justos. Es un tío contemplativo, siempre dispuesto a actuar, poco hablador, que escucha, observa, lo que no le impide correr por los tejados, pelear, pero adormecido y repentinamente animado como un gato en un tejado; Venecia respira en el oído de Corto misterios que se pierden en las brumas del tiempo.

Fábula de Venecia se publicó por primera vez en 1977. Un titulo que vuelve a apoyar mi teoría (varias veces comentada) que todo guión o novela que devoro del año que nací, termina por maravillarme. Me flipa.

Reseña: Papyrus (1984-1986), de Lucien De Gieter

Papyrus es una de las colecciones de cómic europeo clásico que está publicando Dolmen Editorial. De esas que intento no perderme ningún número. Es un cómic que tiene ese sabor añejo que tanto nos gustan a los amantes del buen cómic europeo y que dio su proclama al otro lado de los Pirineos allá por los benditos 80, cuando en nuestro país, como mucho, de cómic extranjero solo podíamos disfrutar de superhéroes que habían llegado para quedarse. Es por eso del atractivo de cómics como Papyrus que tienen su gustoso poder en aventuras del Antiguo Egipto y en lo que este joven pescador que da titulo a la obra, vivió durante la época de los faraones.

Una de las cositas curiosas y chulas de Papyrus es, que desde 1978 hasta aproximadamente 2015 (aunque Lucien de Gieter decidió parar en 2013 en el número #33), en todo ese tiempo, se fue publicando un álbum por año. Uno por año. Se dice rápido. Estamos hablando de casi cuarenta años de publicaciones y todos y cada uno de los fans teniendo su ejemplar para degustar cada trescientos sesenta y cinco días. Un aventura al año para disfrutar entre otras tantas colecciones que uno tenía por leer cuando apenas tenía suficiente «money» para comprar todo lo que quisiera. Pero ahora Dolmen Editorial publica estos semi-integrales con tres álbumes por tomo, que son ideales para poder disfrutar de la colección. Los clasifica por años para tener un seguimiento visual que se agradecen una vez puestos en nuestra cómicteca.

Papyrus 1984-1986 contiene los títulos La venganza de Ramsés, La metamorfosis de Imhotep y Las lágrimas del gigante. El primero de los álbumes es bastante sencillo al principio, pero se va complicando el tema cuando la familia real va al templo milenario de Abu Simbel, y durante la revisión del lugar por parte del grupo que dirige Papyrus, caen en una trampa cuando se dan cuenta que dentro del lugar hay una pugna entre dos bandas que pelean por el tesoro más antiguo que existe.

La metamorfosis de Imhotep nos lleva a saber del clero de Memphis y sus intrigas por intentar desacreditar al faraón porque el sumo sacerdote Chepseka quiere convertirse en mandatario del reino (¿Estribillo conocido?) pero aquí, para frustrar el complot, Papyrus y su equipo debe trabajar en varios frentes abiertos: ahorrar tiempo recurriendo al doble del Faraón que debe realizar el Heb-Sed, recuperar la hierba de cocodrilo para curar al verdadero Faraón, y por supuesto, desenmascarar a esos instigadores que tratan tan odioso complot.

Las lágrimas del gigante correspondería al noveno ejemplar de la serie y es el volumen con guión más adulto que he encontrado hasta ahora. ¿Por qué? Porque se percibe que Lucien De Gieter se basa en gran parte en Sinuhé El Egipcio, novela de Mika Waltari, súper referencia de esta ambientación. donde nos encontramos con un faraón pacifista que desea mantener la paz con el Imperio Hitita, y un general ambicioso que desea reconquistar el Este aprovechando la guerra entre hititas y asirios. Aunque eso signifique desobedecer los acuerdos de paz firmados por su país. Pero una princesa hitita que guarda el secreto del acero -ese metal mágico contra el que las armas de bronce ceden-, va a decidirlo todo. Y eso que el odioso Menehetet desea utilizar los poderes mágicos del sumo sacerdote de Sekmet para secuestrar y hacer hablar a la futura esposa del faraón.

Un volumen cuyas historias brindan bastante por las pociones, los encantamientos y el belicismo. Tramas bien interpretadas y con suspense bien añadido. También «deus ex-machina” como guindas de pastel. Pero es normal. Estamos hablando de historias ochenteras, como os dije antes, y una serie que claramente iba dirigida al público juvenil de la época. O sea, nosotros. Papyrus, del autor belga Lucien de Gieter, huele a buena voluntad y humor. También a género de aventuras propiamente dicho. En estos números aplica, una vez más, todo lo que concierne al Antiguo Egipto y sus arquetipos del héroe. Conocimiento a la vez que disfrute. ¿Un principio de cómic de aventura histórico? Por supuesto. Recoge muy bien los mitos, leyendas y cuentos que se utilizaron para sacar adelante la seductora fantasía egipcia.

Demonios y maravillas a partes iguales.

Reseña: Inhumano, de Valérie Mangin, Denis Bajram y Thibaud De Rochebrune

Las historias de CF (¡Del Espacio!) me parecen súper apetecibles de leer en verano. Estas del tipo viajes espaciales donde de pronto sucede algo inesperado y se ven abocados a un planeta donde todo es desconocido y donde por ninguna de las razones debieran haber aterrizado. Eso es precisamente el atractivo, o al menos, lo que me atrapó a querer leer Inhumano, una de las novedades de Ponent Mon para este mes caluroso y agobiante en el que nos adentramos. Un one-shot, en definitiva, que cruza los Pirineos y que ya se puede disfrutar en nuestro idioma, co-escrito por Valérie Mangin y Denis Bajram e ilustrado por Rochebrune, un dibujante de la BD con un estilo sencillo pero más que propio.

Inhumano nos lleva a un planeta perdido en el borde del universo. Una especie de waterworld donde se torturan humanos… jajaj. Bueno, no es tan así. Aunque muy aproxiamdo. Pero un álbum que sigue un ritmo constante de desarrollo y que me mantuvo en fuerte suspense, tanto que no pude parar hasta terminarlo. El escenario es coherente y las puertas abiertas (argumentales) se cierran, una a una, para llevar a uno de esos finales que no se ve venir. De los que se hacen cada vez más raros de encontrar en este género, por cierto. Inhumano se aleja de los tópicos en los que hubiera sido fácil caer. De todos modos, aquí tenemos un cuento de CF muy clásico en su forma. Como os decía, una misión de exploración termina en un planeta que parece haberlos atraído a propósito. Y nuestros astronautas irán descubriendo de forma gradual a sus habitantes y su comportamiento extraño… O quizás no tanto cuando se sepa qué demonios sucede.

La primera parte de Inhumano, con estos “seres de agua”, es donde el comportamiento humano estúpido hace presencia con una escena donde realizan una tarea cuya función ni siquiera intentan entender. Me hizo recordar esto a La Máquina del Tiempo, de H.G. Wells, novelita que me llevé toda la trama preguntándome si ciertos comportamientos de los personajes no son similares más a títeres que a otra cosa. No obstante, el dueto de guionistas de Inhumano demuestra originalidad en ciertos momentos de la trama y finalmente nos ofrece una historia singular y fácilmente comprensible. No obstante, me gustó mucho el uso del humanoide cuyas virtudes están muy bien explotadas. Me gustó el hecho de que esta historia es coherente para con el dibujo que, sin abrumarme, no me desagradó.

No encontré tiempo para la inactividad en el ritmo narrativo y el hecho de que toda la trama de Inhumano se desarrolle en un solo lugar, no me frustró cuando creí que así lo haría, a mí que me gusta tanto el “movimiento”. En definitiva, un grupo de exploradores que llega a un planeta desconocido y que se enfrenta a sucesos y fenómenos inexplicables, antes de explorarlo e investigar por esclarecer todos sus misterios. Momentos algunos muy chulos, de ahí que no quiera contar nada más de la trama.

Los autores logran conciliar todas las pistas que han iniciado, y el mensaje final es interesante y requiere reflexión. Antes no lo encumbraba mucho pero el dibujo de Thibaud De Rochebrune es magnífico en el sentido que te introduce de lleno en la trama. Perfecto, para este tipo de historias donde se brinda más por el entorno que por los personajes. Un universo que tiene un aire falso a los círculos del infierno de Dante en cuanto a su desarrollo.

Inhumano es un cómic que inmediatamente atraerá la atención de un verdadero fan de la Ciencia Ficción. De hecho, a poco que conozcáis las historias de Denis Bajram (Universal War One) y Valérie Mangin (Le Fléau des Dieux), sabéis a lo que os enfrentáis. Se nota el afecto argumental por la mitología antigua ya que la situación de nuestros náufragos espaciales van a pasar por ciertos momentos a lo Ulises en la isla de los Lotophagi. Como buen lector y ansiosos constantes de saber, seguramente, rápidamente se os despertará la curiosidad por descubrir los secretos de este misterioso mundo, sus islas, lo que esconde en sus entrañas…. Para el lector acérrimo de CF puede que sea una historia más, pero nadie le puede quitar a Inhumano la virtud de ser una historia interesante, absorbente y bien construida. Los one-shots de CF de calidad son escasos.

Aquí tienes uno.

Reseña: Ghost Money, de Dominique Bertail y Thierry Smolderen

Empezaré por lo fácil: Ghost Money es uno de los mejores thrillers políticos y de acción que he leído en los últimos tiempos. El escenario es simplemente plausible. Tiene lo indispensable a tener para una historia creíble. Su argumento se basa en algunas teorías de conspiración bastante clásicas pero también otras que muy pocos conocen, si nunca indagaron un poco en el tema. ¿Por ejemplo? En Ghost Money estamos rastreando el cofre de guerra de Bin Laden y las travesuras de expertos sin escrúpulos y ex-militares. Por decirlo coloquialmente, todo lo que rondó USA tras pillar a ese tipo que le dio tantos dolores de cabeza. Pero hay más. Aquí tenemos personajes icónicos: entre bribones inmundos, intrigantes señores, primerizos con problemas y gente notoria desquiciada, también hay mujeres jóvenes atractivas y enigmáticas, genios de la informática y de la medicina. Nuestra puerta de entrada a este universo estará asegurada por un personaje de apariencia ordinaria: una mujer joven que, en principio, no estaba preparada para lo que se le viene encima. Una trama clásica pero siempre efectiva. Por otro lado, en este serial el suspense está bien equilibrado y los autores tienen la virtud de darnos suficientes pistas para que el ritmo no decaiga cuando toca. Y para que nos demos cuenta de que algo anda mal… Cuando menos te lo esperas, se viene todo lo gordo.

Pero vamos a centrarnos. ¿Cuál es la idea? En Ghost Money todo nace en Londres, en noviembre de 2028. Durante un atentado, una exótica desconocida salva a Lindsey y esta quedada prendada de ella. Esa desconocida es Chamza, una multimillonaria que vive de incógnito en su jet orbital (echadle un ojo a la portada). Poco después, una serie de sucesos en todo el mundo, llevan a recordar a los momentos previos al terrible atentado del 11-S en Nueva York en 2001. Todo lleva a pensar que el servicio secreto USA está en añerta y que algo gordo se está gestando. Pero Lindsey no puede dejar de pensar en su “amiga”, la cual, por cierto, es estrechamente vigilada por los norteamericanos ya que se han encontrado indicios de financiación de actos terroristas por su parte.

Otros detalles que me llevaron a apasionarme por esta serie durante la lectura fue la evolución o el funcionamiento de ciertos personajes, en particular, la joven Lindsey. Que de una mujercita emocional de la buena sociedad británica se convierte en una especie de líder de comando. Y adopta esa mirada fría que hay que tener para ello. Este cómic que contó de cinco álbumes y que ahora por fin publica Norma Editorial en un solo integral, después de una larga espera de publicaciones en el país vecino, tiene escenas muy chulas como la de los chinos pilotando una especie de robot destructivo que lleva a pensar en las mejores pelis de CF; tema que se siente cercano porque según estamos viendo en nuestra evolución actual, así podrían ser nuestras futuras guerras. En ciertos momentos, la representación gráfica de Thierry Smolderen tiene ese toque semi-manga o semi-anime, mejor dicho, del renderizado, que no me acaba de gustar dentro del cómic europeo. Lo bueno es que en ciertos momentos cambia de tercio y casi que no te das cuenta porque aquí lo que prima es la historia por encima de todo.

El guión que Dominique Bertail establece mucho el atractivo de esta serie anti-políticamente correcta. Encaja perfectamente con ese tono de nueva mirada al espionaje y geopolítica. A pesar de las portadas no muy pegadizas para el tema, Ghost Money es una trama muy digna para el amante de las conspiraciones. Es un thriller político-financiero muy tortuoso (el dinero de Al Qaeda está en el corazón de la trama) que mezcla temas cercanos a lo que vemos en las novelas de Robert Ludlum, por ejemplo, con su ciclo de Jason Bourne. Y todas estas tramas de teorías conspirativas donde el papel de USA y en particular, de la CIA, es como poco, turbio. Sumando el tema del espionaje tecnológico avanzado, que no sé a ustedes, pero a mí cada vez me asusta más, porque pueden hacer desaparecer a una persona en segundos. Y solo tu familia te recordará.

O ni siquiera eso.

Peliculón hecho cómic.

Reseña: Brujeando (Integral), de Juanjo Guarnido y Teresa Valero

Lo que es querer leer un cómic sólo por el dibujante… ¿Os pasa? Ciertamente, no fue una sorpresa para mí descubrir la nueva serie Brujeando que recién publica Norma Editorial en un volumen recopilatorio. Juanjo Guarnido (Blacksad) haciendo lo que mejor sabe hacer pero esta vez uniéndose a la siempre encantadora Teresa Valero para escribir un guión fantástico para todas las edades. Pero de todos modos, no deja de ser un mini-shock el ver a Guarnido cambiar su registro haciendo un álbum muy diferente al del detective-gato-negro. Con esta serie de tres álbumes que ahora se recogen en uno, las principales motivaciones de Juanjo Guarnido son complacer a los jóvenes lectores está claro. Pero, ¿no son a los adultos amantes del buen dibujo a los que reclama casi sin quererlo? Yo he levantado la mano.

Dos autores que presentan un buen título que mezcla humor y fantasía. La historia nos cuenta las aventuras de tres brujas, Brygia, Sortilega y Walpurgis, que adoptarán un hada bebé cuando le dan la bienvenida a su sobrina Panacea y a su pequeña familia. Una historia bastante rítmica que en ningún momento se detiene. Sin embargo, admito que esta historia se ve bastante orientada adolescentes aunque no a los más jóvenes. Algo parecido a lo que ocurre con las pelis de Pixar o Dreamworks que se estrenan actualmente. De ciertas edades hacia arriba, se disfrutan muchísimo. De hecho, el cómic contiene referencias al mundo de la magia y los medios de comunicación que pueden desconcertar a los jóvenes «menos puestos”. Eso, si no sumamos que al comienzo el guión se vuelve algo complejo para un no-lector constante pues trata dos historias paralelas.

Tres álbumes ahora recopilados en forma integral de una serie bastante chula. La primera parte de la historia sirve, sobre todo, para presentarnos a los principales protagonistas, criticar a los medios de comunicación y criticar con humor nuestra sociedad de consumo. La narrativa, en mi opinión, se combina con un poco de diálogo. En cuanto al humor utilizado, se disfrutan muchísimo los momentos de conflicto entre las tres brujas. De hecho, estas tres abuelas me parecieron entrañables. Pero está claro que desde ese día en que la pequeña hada Hazel se escapa de su país y pone patas arriba tanto lo que tiene por delante como lo que deja detrás; ya nada será lo mismo.

En la segunda parte se desarrolla fuertemente la búsqueda. Las hadas no están dispuestas a quedarse con los brazos cruzados mientras la pequeña Hazel anda perdida por esos mundos insondables de seres aterradores como los trolls, los humanos, los enanos o incluso esas mismas que dicen cuidar de ella. ¿O quizás es peor para ellos tenerla? Como colofón del tríptico, Hazel vive feliz en el mundo de las brujas y por nada del mundo quiere abandonarlo. Pero la reina de las hadas sigue obsesionada con traerla de vuelta. Ha diseñado un plan para que uno de sus súbditos se infiltre en casa de Sortilega, Panacea y Brygia y se haga pasar por un bebé abandonado y entonces… Tendréis que verlo y disfrutar de la historia final por vosotros mismos.

Lo digo claramente, una de esas potentes productoras cinematográficas que mencioné antes, con Brujeando harían un peliculón. Gráficamente es un portento -como no espero menos de mi tocayo Juanjo Guarnido-, los tonos han sido elegidos con criterio y son agradables de contemplar. Los personajes son muy expresivos y tuve la sensación de que salían directamente de un dibujo de Walt Disney clásico en ocasiones. De hecho, me enteré que el autor trabajó en un estudio de animación como subcontratista de Disney Pictures en su día. Por otro lado, la narración me pareció muy correcta y disfrutable. Los tres protagonistas principales (las brujas), para el recuerdo. Aunque quizás es que soy tan fan de las brujas como personaje fantástico que todo me encanta. Como poco, si habéis leído hasta aquí, este integral es para vosotros.