Reseña: Blackwater VI. Lluvia, de Michael McDowell

Después de cinco novelitas, imagino que no pensaréis que no os iba a reseñar la sexta y última de una saga tan poderosa y bien recibida en toda Europa como ha sido la publicación de Blackwater. Una recuperación, un rescate, que ha sido todo un éxito y que espero que sea (ya me han confirmado que sí) solo el principio de la recuperación de más obras de este autor que lo borda con el Terror. Que es el género por el que yo brindo.

Porque yo fui uno de esos que llegó a Michael McDowell por las recomendaciones que hizo Stephen King. Fue fácil entonces, el de Maine describió a McDowell como el mejor escritor de originales de literatura popular de USA; novelas de costumbres como se llama por aquí pero con esa pizquita de sobrenatural, esa pizquita de terror que tanto mola si está bien elaborado. Y como no, disfruté bastante de este volumen final. Pienso en particular en Sister, que poco a poco se parece a su madre, o en Lilah, que toma el modelo de su tía, como lo fue en el cuarto volumen (https://www.cronicasliterarias.es/?p=16070). Imagino que es una manera de mostrar que el bucle está cerrado o que el pasado siempre acaba repitiéndose. Y este es claramente el tema de Lluvia. Repetición, volver a lo malo, volver al horror, pasarlo mal de nuevo, una repetición que nuevamente me lleva a la historias de King. Concretamente a una donde un malévolo de turno comenta a todo un pueblo que:

El Infierno es repetición.

Ay King, como copias y transformas algunas veces, jaja. En fin, qué autor no lo hace. Por otro lado, me ha enamorado por siempre el personaje de Elinor y también me gustó mucho la evolución de Miriam. Claramente, los personajes femeninos son mucho más interesantes que los masculinos en esta saga. Creo que eso está claro. Como en el resto de la saga las relaciones humanas no siempre son las más realistas con relaciones de pareja bastante extrañas y un trato siempre estrafalario a los niños, pero nos estamos empezando a acostumbrar a todo eso y supongo que todo esto viene de toda una serie de autores norteamericanos que abogaron por ello en su momento. Pero lo que mola-mola-mola-mola-mazo de Lluvia es que aquí por fin llega el frontal de terror fantástico que llevas esperando toda la serie. Especialmente con una escena en la casa de Queenie que encontré bastante angustiosa y de la que no contaré nada porque es para “descubrirla” por uno mismo.

Por supuesto, hay misterios que no están exactamente explicados. Pero eso da pie a la imaginación, friends. Deberíais saber algunos que en el Terror, sobre todo, en el género de Terror, no todo tiene que explicarse. Seguramente cometerás el error de decepcionar. De tirar por el retrete toda una ambientación y grandes escenas ganadas anteriormente. A ver si a más de uno o una entiendo esto, que estoy leyendo por ahí cada cosita…

Quedaos con que estáis leyendo una obra costumbrista con tintes de horror fantástico y quedaos con que la conclusión de Blackwater es totalmente satisfactoria. Algunas respuestas hubiesen sido demasiadas. Por eso, mi opinión final es que Blackwater es una saga para el recuerdo. No os arrepentiréis nunca de haberla leído. Y charlar con alguien que haya hecho lo mismo, puede dar a conversaciones muy largas. ¿Es una obra imprescindible que todo el mundo debería leer? Es puro entretenimiento y eso es lo que se estila hoy en día. Creo que ahí está el éxito de su recuperación. Imprescindible, en ese sentido. Pero, por supuesto, obligatoria para todo amante del mejor género del mundo: el que increpa, despierta, impulsa la curiosidad e intriga a seguir al ser humano, como es el siempre maravilloso mundo del género de Terror.

Reseña: Shock SuspenStories Vol.2, de VVAA

La publicación en español de un segundo volumen de Shock Suspenstories solo significa, para los que amamos el género de Terror en todas sus facetas, que volvemos a tener carne en el menú. Carne de la buena, a la brasa, sangre, misterios, asesinatos inesperados y seres idos de olla, la mayoría humanos en serios apuros. Situaciones de apuro y tensión que no son otra cosa que un buen motor para que una historia de Terror funcione a las mil maravillas (tal como se hace ver en esta misma portada). Desde noviembre del pasado año no teníamos noticias de los geniales volúmenes que Diábolo Ediciones estaba trayendo a librerías. Y ya tocaba. Ya tenemos no sólo este segundo Shock Suspenstories, también el primero de The Haunt of Fear (https://www.diaboloediciones.com/the-haunt-of-fear-volumen-1-edicion-en-castellano-1-de-4/), que ando loco por catar. Porque Diábolo Ediciones fue consciente en su momento de lo que nos gustaba a los amantes del Terror en todos sus formatos, de lo que muchos estábamos ansiosos por tener en buenas ediciones, y propuso varios «rescates» de las mejores historias recopiladas por Al Feldstein. Por eso ha vuelto a la carga con el segundo volumen de Shock y con algunas de las historias más recordadas de la colección como son El juego de octubre, ¡Carroña!, ¡El pequeño asesino!, ¡La cita!, ¡La última carcajada!, joyitas ubicadas dentro la genial compañía que fue EC Comics.

Este segundo hermoso volumen reimprime los números #7 al #12, con veinticuatro historias en total escritas por un elenco estelar que incluye a Bill Gaines, Al Feldstein, Wally Wood, Joe Orlando, Reed Crandall, Al Williamson y Jack Kamen, George Evans, John Severin, Bill Elder, Jack Davis, Johnny Craig y Marie Severin. Y es que siempre es un placer para mí leer una de estas ediciones recopiladas de la EC. Nunca dejo de sorprenderme el nivel de arte e historia de estos cómics clásicos donde la buena escritura y los finales sorpresa hacen que este hermoso arte sea aún más agradable. Recomendado por siempre. Ya deberíais saber que la EC es una de mis debilidades; nací, leí y escribí siempre con la idea de estas historias en la cabeza. Lo mamé y me encantan estas historias gráficas del EC Archive y las extrañé cuando dejaron de estar presentes en librerías. Por lo que leerlos ahora es un placer.

¿Y qué tengo que decir de este volumen? Pues que puede ser seguramente de los tres, el que contenga las historias más aterradoras, así como algunas circunstancias “divertidas”. Por eso agradezco muy mucho a Diábolo Ediciones este PASO ADELANTE que está dando en nuestro país. Si alguna vez te preguntaste porqué la EC recibió tanta crítica por sus cómics a mediados de los años 50, no tienes que ir más allá de este volumen de Shock Suspenstories. Las historias son espantosas, horror puro, cualquier cosa que se haya mostrado en la televisión en horario estelar durante décadas posteriores o en telediarios, ni se les acerca. ¿Exageración? Bueno, ver de lo que es capaz de hacer el ser humano siempre es motivo de asombro. Somos el ser más deleznable que ha pisado la tierra y en estas historias se cuenta mucha verdad aunque algunos no quieran aceptarlo. En este volumen, vemos a un soldado que regresa reprende a sus padres y a su pueblo por negarse a enterrar a su camarada fallecido (que es negro) en la parcela familiar en su pueblo rural predominantemente blanco. Un niño y sus padres cuentan la historia de su crecimiento a través de sus propias perspectivas y vemos cómo eso conduce al niño a la silla eléctrica. Un hombre sospecha que su esposa le engaña con su mejor amigo y planea su asesinato solo para descubrir que en realidad estaban escondiendo una fiesta sorpresa de aniversario de “Vas a ser papá».

Ufff… ¿no? Y estos son sólo algunos de los grandes cuentos incluidos en este otro/nuevo volumen magnífico que no deberíais perderos.

Reseña: Agujeros Espeluznantes. Donde Nace el Terror, de Junji Ito

Uno de los libros autobiográficos que más ganas tenía de leer era Bukimi no ana, el tomo donde el maestro del Terror, Junji Ito, narra su vida y cómo en él nacen las ideas de horror que propone en formato manga.

Como escritor, al menos a mí, me encanta ver, leer y saber cómo a otros les llegan las ideas. Y eso es concretamente Agujeros Espeluznantes que recién edita ECC Ediciones en nuestro país. La vida e influencias, desde los primeros contactos con el miedo a través de las experiencias y lecturas de su más tierna infancia, pasando por sus años escolares y su introducción en el mundo adulto como técnico dental, hasta que por fin pudo dejarlo todo para dedicarse exclusivamente al manga como profesión.

Cuando conoces la obra de Junji Ito y amas el género de Terror, quedas impresionado con sus pinceladas. Y te das cuenta como es una persona, en realidad, miedosa que expone sus miedos de forma brillante. Las locuras más inusitadas aparecen como monstruos en sus historias. Y sus mujeres protagonistas siempre son hermosas con caras de víctimas, que saben que lo peor se le vendrá encima en breve. Muy de pelis de Terror de los 80. Pero también son maravillosos los fondos de ambientación e ideales para las tramas. Es alguien muy cuidadoso… como solo lo puede ser alguien que estudió para dentista. Por eso ha sido muy interesante aprender sobre su pasado y cómo se convirtió en un artista de manga de terror, así como sus pensamientos sobre lo que hace y cómo lo hace.

¿Cuál es la fuente de la exquisita armonía que crea una sensación un tanto hastiada al añadir una nota menor a un acorde mayor? Se dice que durante su infancia leyó muchos mangas de terror de Kazuo Umezu y Hideshi Hino. ¿No es ésta la educación perfecta para superdotados? Después de todo, las experiencias y la acumulación de la infancia son importantes. ¿Qué he acumulado? ¿Qué me encantaba? Me gustaría mirar un poco atrás. No, es sólo un juego… Entonces, ¿cómo crear un mundo único?

Agujeros Espeluznantes habla sobre un artista, sobre su educación, en qué pensaba y qué le influyó, además de aportar algunas notas creativas. Al igual que me ocurrió con Mientras Escribo, el libro donde Stephen King cuenta su infancia, de dónde nacieron las ideas para sus libros… es decir, lo mismo que en este caso; leer Agujeros Espeluznantes ha sido toda una aventura. Un tomo realmente interesante para quien ame escribir y saber de otros, de maestros, que pasan o pasaron por lo mismo. Que no eres el único loco o loca en el mundo que ve cualquier detalle y le viene a la mente una idea para convertirla en historia. La mitad del tomo es autobiográfica, la otra mitad restante explica cómo generar historias, ideas y cómo crear personajes.

Creo que lo necesitas.

Reseña: Los Vigilantes, de A. M. Shine

Los Vigilantes (The Watchers), de A. M. Shine comienza rápidamente, con la sección inicial siguiendo a un marido y una mujer que, en busca de aventuras, dan un paseo en coche por las tierras perversamente encantadoras de Connemara, en el oeste de Irlanda. Los acontecimientos de este viaje marcan un viaje intenso a lo que se suma la descripción del escenario…

Y así durante toda la historia. Una novelita de trescientas y pocas páginas que no hace falta decir que me enganchó. Para luego conocer a nuestra MC, Mina, quien junto con un copiloto inusual, una hermosa cotorra dorada, también viaja por esas mismas tierras salvajes. Y es que Mina está intentando ganar dinero rápido. Debería ser fácil entregar el loro de forma segura a su nuevo dueño. Sin embargo, cuando su coche se avería en la carretera abandonada, su tarea de repente se vuelve de todo menos fácil. Por lo que Mina sale del coche con el pájaro y busca ayuda…

Los bosques son bastante espeluznantes, pero los gritos de fondo lo hacen todo mucho peor.

Sin señal de teléfono móvil ni idea de dónde está, Mina tiene que seguir adelante. No se sabe cuánto tiempo podría tardar otro automóvil en pasar por allí. Hasta que finalmente se encuentra con una mujer que le grita y le hace señas para que entre en un búnker. Asustada por el entorno, el frondoso bosque y la oscuridad, Mina hace lo que le dicen y entra al refugio. A partir de ahí, queda cautiva de ese espacio aparentemente seguro. Un rehén de lo que acecha más allá de los arbustos…

Si esperas respuestas rápidas a esta trama, no las tendrás. Sí. Es la típica historia que pone nervioso/a por una situación simple que nos podría pasar a cualquiera, y a partir de ahí todo es terror psicológico ante el miedo de no tener ni puñetera idea de lo que está pasando. Por eso parte del éxito de esta historia es la forma en que Shine genera esa sensación de incertidumbre e inquietud. La cabeza te da vueltas desde el primer momento en que Mina entra al refugio. Sabes que la ha cagado de algún modo. Y sabes que aquel lugar es todo menos refugio. ¿O estamos equivocados?

¿Y qué diablos estaba pasando? Los otros residentes del refugio, Madeline, Daniel y Ciara, parecen haber estado allí desde hace un tiempo, pero cuánto tiempo no está nada claro. ¿Y qué los observa? ¿De qué tienen miedo? Con el paso de las páginas nos centramos más en los personajes y en sus interacciones forzadas en el pequeño refugio. Una parte de mí sintió que eso pudo haber sido intencionado por parte del autor. Quizás como una forma de adormecer al lector y darle un poco de complacencia, porque justo cuando olvidas el peligro que corren estos personajes, vuelve a asomar su fea cabeza y ese miedo y suspense regresa. Sin embargo, incluso con este cambio de ritmo, todavía sigues intrigado y comprometido en descubrir cuál es la verdad. Y al final la novela toma una dirección que no esperas.

Una conclusión que me pareció inteligente a la vez que inquietante.

Una muy buena historia que veo normal que la familia Shyamalan se haya encargado de llevarla al cine. Se estrena en junio. Papá Michael Night Shyamalan (El sexto sentido, El Protegido, Señales, El bosque…) a la producción y su hija Ishana Shyamalan a la dirección. Ganazas de ver en pantalla esta genial y sólida historia de terror popular irlandés. Y maravillosa siempre Nocturna Ediciones publicando estas joyitas de Terror.

Reseña: Blackwater IV. La Guerra, de Michael McDowell

Muchos ya lo sabréis, pero como otros quizás no, y habéis llegado a esta reseña por casualidad o por la fama que están teniendo ahora Michael McDowelll y sus novelas en nuestro país; deberíais saber que en 1983, su saga Blackwater se publicó en seis entregas, apareciendo un volumen cada mes, desde enero a junio, como si se tratara de una serie de televisión. Fue un absoluto pionero en esto. El éxito fue inmediato, e inspiró a Stephen King para escribir Rita Hayworth y la redención de Shawshank (La Milla Verde) en este formato, más de una década después.

Tras leer y reseñar los anteriores, hoy os traigo la cuarta entrega de esta genial saga con la que las buenas palabras se me acaban de tanto alabarla. Titulada La Guerra, en ella una nueva era amanece para el clan Caskey: los años de implacabilidad de Elinor finalmente darán sus frutos; los enemigos de ayer están a punto de convertirse en los amigos de mañana; y los cambios surgen de donde nadie los espera. El conflicto en Europa ha traído sangre nueva a Perdido. Ahora los hombres van y vienen como marionetas en la propiedad de los Caskey porque cronológicamente nos situamos entre 1940 y el final de la Segunda Guerra Mundial. Fueron los años en los que el panorama económico y social cambió de manera drástica en USA, y estos personajes casi que no se dan cuenta que sus vidas penden de un hilo.

En esta parte, McDowell se vuelve a centrar en los personajes y en las dinámicas familiares y de poder tras el giro que dio la novela en la tercera entrega La Casa. El ritmo es más pausado que en las anteriores, y el giro final más previsible. Miriam y Frances, las dos hijas de Elinor toman un papel mucho más relevante. Me ha alegrado volver a saber de Grace y conocer algo más de Lucille. Y Óscar y James (muy envejecido), siguen teniendo un papel secundario supeditado al de las mujeres del clan. Y vamos a conocer algo más sobre la naturaleza de Elinor y Frances, cosa que mola.

La Guerra se centra principalmente en los miembros más jóvenes de Caskey y, en general, es menos fascinante que los otros libros, siendo sincero. Pero no está exento de intriga. Hay una escena “deliciosamente” espantosa, aprendemos un poco más sobre la misteriosa Elinor, y sucede el paso del tiempo necesario a medida que la epopeya se intensifica lentamente hacia lo que espero sea un clímax apoteósico e inolvidable. Todo lo que sé es, que  sigo obsesionado con esta saga, con estas lecturas en las que con cada libro me urge a pasar a la página siguiente. Libritos llevaderos, con portadas chulas que se ha marcado en nuestro país la editorial Blackie Books, una saga de terror, folk-horror, novela costumbrista del medio-oeste, una historia que en cuatro volúmenes que llevo funciona terriblemente bien.

Y ya queda menos para el desenlace.

Ya no hay vuelta atrás.

O quizás si.

Para releer toda la saga de nuevo.

Reseña: Blackwater III. La Casa, de Michael McDowell

La casa corresponde a la tercera parte de la saga Blackwater, uno de las sagas literarias más intensas que se pueden leer ahora mismo como novedad en librerías. Y… ¡Nos adentramos cada vez más en la madriguera del conejo! Los hilos argumentales anteriores se están alineando, las tensiones nunca han sido tan altas y hay escalofríos y sucesos extraños en todas partes. La intrigante preparación de La riada (https://www.cronicasliterarias.es/?p=15734) y El dique (https://www.cronicasliterarias.es/?p=15776), los dos libros anteriores, demuestran que vale la pena seguir en este thriller el cual difícilmente podrás parar de leer una vez que empiezas. Pues llegas a La casa en un momento en el que McDowell aprovecha al máximo el enconado del drama familiar y el inquietante entorno para atraparte y situarte como un espectador más dentro de la trama.

Seguimos en el pueblo de Perdido, Alabama, corre el año 1928-1929 en plena depresión económica pero esto será algo secundario comparado con los hechos que se van a relatar, y es que los problemas familiares de los Caskey cobrarán más relevancia que la propia crisis monetaria. Las distintas familias crecen a la par que los resentimientos…

He sentido esta tercera entrega algo más oscura y turbia, donde sigue prevaleciendo ese horror gótico que rodea a la verdadera cuestión de los hechos. La intriga de quién es quién realmente y qué se proponen. Esa lucha de poder entre las mujeres de cada clan que a cada capítulo va ganando en intensidad, dejándote con la boca abierta con unos cuantos giros imprevistos y momentos de mucha acción. Aunque reconozco que me sigue desesperando que las escenas de terror sean tan escasas y que se deje lo mejor para el final, tampoco me extraña que McDowell lo ideara así porque hablamos de una serie narrada en nada más y nada menos que seis entregas. Y no pueden ser escenas terroríficas todas las escenas, una tras otra, o cansaría. Pero teniendo en cuenta que aún me/nos quedan tres entregas más…, esto es pura adicción, un no parar, hay que disfrutarlo a tope. McDowell supo darle el final perfecto a cada novela para que quisieras ir a por el siguiente.

Me parece una lectura perfecta para los que no tenemos mucho tiempo para dedicarle a esta gran pasión que nos une como es leer. Pero para la cual hay que buscar/encontrar momentos donde casi no los hay. Leer y escribir son una pasión conjunta que nunca dejaré hasta que me vaya para los pinos, como dicen por aquí. Porque disfrutar de obras como la saga Blackwater hace que ames esto aún más. Son historias fluidas, cargadas de secretos y dramas familiares junto con elementos sobrenaturales que McDowell supo dosificar a la perfección, pasando de relatar momentos cotidianos del lugar, llegando a describir escenas escabrosas que son capaces de hacerte estremecer y dejarte con una sensación de desasosiego e intranquilidad tremendas. Y saber cuando te dará la siguiente bofetada.

La categoricé en su día de folk-horror y algunos me dijeron que no era completamente eso. Ahora la voy a describir como novela costumbrista de terror, a ver qué me dice la people… jajaj A lo que vamos es que si quieres conocer a esta poderosa familia en una historia llena de secretos, manipulaciones, mentiras, venganzas y todas las incógnitas que rodean a Elinor, McDowell es tu escritor y Blackwater es seguramente una lectura que no olvidarás jamás. Blackwater es mucho más que un drama gótico sureño, tenemos todos los ingredientes de una buena novela de terror: asesinatos, desapariciones, un gran caserón de la época en el que extraños sucesos ocurren al caer la noche, y por supuesto el río Perdido, cuyos efluvios siguen enturbiando al pueblo y a nosotros mismos. Además, no conozco lector aún, que no haya caído rendido ante las bonitas ediciones que Blackie Books ha editado en nuestro país. En librerías, en tus manos, son una gozada; llevaderos, económicos, de lectura fácil y la historia es tremendamente buena. Creo que poco más se puede pedir a un libro.

Y una de las mejores ambientaciones que he visto en años.

Reseña: La Canción del Superviviente, de Paul Tremblay

Los libros de Tremblay en nuestro país están pasando entre los arbustos, tras el follaje de un bosque al que solo parecen acceder los que andamos siempre en busca de buenas historias de terror. Y no lo entiendo porque es un autor súper recomendable, del cual ya han partido muy buenas tramas las cuales algunas ya han sido llevadas al cine incluso por el maestro M. Might Shyamalan como fue La cabaña del fin del mundo (el film se llamó en nuestro país Llaman a la puerta). Muy buenos libros también en su haber como Una cabeza llena de fantasmas, que fue ganadora del prestigioso Premio Bram Stoker. Todos estos títulos publicados en nuestro país por Nocturna Ediciones. Desde entonces me enganché a este autor que tanto recomienda Stephen King al otro lado del charco.

Por eso y por mucho más deseaba leer La canción del superviviente. Desde la primera página del nuevo libro de Paul Tremblay (Survivor Song), sabes exactamente cómo terminará. Lo sabes porque lo sabes. Porque has visto esta película antes, leído estos libros antes, escuchado estas historias antes. Lo sabes porque está en tus huesos saber cómo terminan ciertas historias incluso antes de que realmente hayan comenzado. Esto no es un cuento de hadas. Este es Tremblay hablándote directamente a ti, al lector, desde la página uno, párrafo uno, sabes cómo va a terminar esto porque él te dice cómo va a terminar. Y luego sigue adelante. Sin embargo, no sé porqué yo, que soy tan listillo a veces por haber leído ya lo que nadie leerá en lo que le queda de vida; no me percaté que el título ya indicaba que estaba ante una historia de zombies. Una historia de un virus, una historia de desastres y un drama intenso y personal centro en los personajes y solo en ellos como quise hacer yo en mi novela Cuando Susanah llora. Pero no vi a Tremblay escribiendo una novela zombie. Y empezó a encantarme muy pronto porque la historia, toda la novela se desarrolla exactamente durante tres horas, quizás cuatro. Y esas originalidades me encantan.

Es, en otra vida, una historia corta. Un capítulo de la historia de fondo de la novela de otra persona. Una historia eliminada de la edición final de la película por tiempo porque era «agradable». Eso es lo que es. Incluso cuando es lenta, es una novela de acción que es, al mismo tiempo, atemporal. Es una historia de brote que fue lanzada en medio de una pandemia global como la que hemos pasado pero que, en su terrible realidad, eclipsa por completo la ficción contenida de las portadas de los medios. Es una historia de terror sin sustos porque sabes (sabes) qué tan malo, qué horrible, qué triste y qué sangriento se pondrá todo antes de que termines. Y todo funciona. Todos estos parámetros hacen que La canción del superviviente sea lo que es, una novela claustrofóbicamente pequeña y dolorosamente real de terror cotidiano que parece (repugnante y deprimentemente) y que podría haber sido una larga historia de no ficción si las cosas de hoy y de ayer hubieran salido bien. Y además, los zombies.

Al principio, está Natalie, muy embarazada, que vive en una casa tranquila en Massachusetts con su esposo Paul durante los primeros días de un brote de rabia viral que ha dado el salto a los humanos. Cuando menciona su aburrimiento y ansiedad después de cuatro días de encierro (cuatro días a nosotros puede darnos hasta risa, ¿no?). La confusión. La preocupación. Natalie tiene miedo de encender las luces porque podría atraer la atención de animales infectados. No tira de la cadena del váter porque hará demasiado ruido. Y ella, en todos los sentidos, vive dentro de su propia pequeña película de terror, operando bajo suposiciones apocalípticas.

Paul está en el supermercado. Haciendo largas filas. Tratando de conseguir suministros. La rabia, dicen, puede infectar a las personas. Los vuelve agresivos. Violentos. Locos. El gobierno ha lanzado paquetes de cebo para vacunar a los animales. La Guardia Nacional está dirigiendo el tráfico. Los hospitales se están llenando de gente aterrorizada que cree que se ha contagiado porque su perro les lamió la cara o su gato estornudó en su boca. Cuatro días. Natalie nacerá en dos semanas. Paul llega a casa. Paul es atacado por un hombre infectado en la sala de estar. Paul muere. Natalie es mordida. Natalia huye. Está a cinco minutos de… Ya sabes lo que va a pasar. Pero la ayuda que viene parece que va a cambiarlo todo… O no.

Una pequeña historia de terror que conoces pero gusta leer por los diferentes sucesos dentro un apocalipsis que ya has vivido. O eso crees. Sabes lo que hay en el tráiler, ¿no? Por supuesto que sí. Sabes como sucederá todo. Pero Tremblay te termina dando una sorpresita. Pienso leer TODO lo que este señor publique.

Reseña: El Horror del Túmulo. Los Diez Relatos Weird Western, de Robert E. Howard

Costas de Carcosa, que nos tenía algo abandonados con esta colección en tapa dura que tan buenos momentos nos viene dando, regresa a lo grande con una tremenda antología, una publicación a manos del maestro del fantástico como fue el gran Robert E. Howard. Relatos de horror dentro del género western. Una mezcla que siempre he dicho que bien elaborada, puede ser una cazuela con un olor tan rico como sorprendente. Porque no es muy común ver que el genero western se mezcle con otro, y mucho menos con el Terror, y salga un buen resultado. Y en las manos y mente de este hombre brotaba… En Los Diez Relatos Weird Western vais a ver que esto se trata maravillosamente bien. Y es que el maestro escribió una de las primeras historias del Weird Western jamás creadas como fue El horror del túmulo, que junto a Las palomas del infierno, es uno de mis cuentos favoritos del creador de Conan, Kull o mi amado Solomon Kane. Porque Robert Ervin Howard fue un escritor pulp estadounidense de ficción fantástica, terror, aventuras históricas, boxeo, western y detectives. Howard escribió más de trescientas historias y setecientos poemas de pura emoción desenfrenada. Y aquí está la prueba exacta de como también hizo sus pinitos en tramas con el Lejano Oeste de fondo.

Todo lo que hacía o escribía Howard se convertía en oro puro.

Tras otro poderoso Prólogo como nos tiene acostumbrados el maestro Javier Jiménez Barco para la ocasión, tenemos a El horror del túmulo que es el relato que lidera esta antología. Y el más potente. Donde un codicioso vaquero de Texas busca un tesoro en un túmulo indio y despierta algo antiguo y malvado. Pero este tomo tiene otras maravillas como El hombre en el suelo o El corazón del viejo Garfield, un cuento de 1933 y una de las mejores historias extrañas que he leído en mucho tiempo porque no recordaba nada de nada y no estoy seguro de haberla leída en el pasado. Aunque creo que sí porque me recuerda a un relato que escribí, así que seguramente “bebí de este río”. Aquí lo siniestro y el horror están plenamente integrados en la puesta en escena de la frontera asentada. Personas que sentiréis que son o fueron verdaderos tejanos que se enfrentan a un misterio, pero que responden a ello con verdadera determinación. Nada de intelectuales sino de hombres prácticos enfrentándose al horror en las llanuras. Y La muerta recuerda es una historia casi perfecta de venganza y una excelente caracterización de la mentalidad de los vaqueros y de la sociedad ruda y dispuesta del Oeste de allá por 1870.

Pero hay más relatos con la mejor ambientación de finales del XIX en el verdadero Far West. Como Por el amor de Barbara Allen, El secreto del valle perdido (un lúgubre relato subteosófico de antiguas razas depravadas que descienden a toda velocidad en la escala evolutiva), El extraño caso de Josiah Willbager (que cuenta como nativos americanos le arrancaron el cuero cabelludo y lo dieron por muerto, pero sobrevivió milagrosamente gracias a una visión), El jinete del trueno, El horror en la noche, La sombra de la bestia (el hombre sureño defiende a su mujer de piel clara de amenazas bestiales sólo para encontrar algo aún más bestial y oculto rondando una casa; todo esto sin olvidar que cada relato viene con alguna ilustración y el volumen cierra con unos Apéndices; el primero, contenedor de unos poemas que el autor lanzó también con esta temática; y el segundo, artículos sobre cómo algunos de estos relatos también vieron la luz dentro de los cómics de la EC.

Siempre diré que con la lectura de una obra de Howard es muy difícil no ganar. En sus cuentos de terror, en el peor de los casos, es pulp. En el mejor de los casos, es un digno heredero al menos de Poe, incluso si hay gente que dice que nunca llega a igualar a Lovecraft (para mí lo supera); Howard aquí ambienta sus historias en la Texas que conocía, hace obvio como podía profundizar en el corazón del hombre blanco pobre y con problemas de aquella época y deja historias inolvidables en lo que es uno de los grandes libros publicados este año.

El horror a lo desconocido en el Lejano Oeste que, como en cualquier lugar del mundo, está ahí fuera. Aunque muchos se nieguen a creerlo retirando la mirada.

Reseña: Blackwater I. La Riada, de Michael McDowell

Fui uno de esos que llegó a Michael McDowell por las recomendaciones que hizo Stephen King. El de Maine describió a McDowell como el mejor escritor de originales de literatura popular de USA. De hecho, a su mujer Tabitha King, se le pidió que completara la novela inacabada de McDowell, Candles Burning, que se publicó en 2006 con buenas críticas. Pero en cuanto a su carrera, McDowell nunca intentó ser algo fuera de lo común. Atestiguó que era solamente un escritor comercial e incluso estaba orgulloso de ello. Escribir era un trabajo para él. Lo dice en su libro Faces of Fear: «Escribo cosas para ponerlas en librerías el próximo mes. Creo que es un error intentar escribir para ciertas edades.» Un tío tan sincero como diferente. Y uno que anda por aquí y que ama el género de terror por encima de todas las cosas, tiene en su más alto podio su novela Los Elementales (que rezo porque Blackie Books la rescate). Y es que nunca tuve oportunidad de leer su saga Blackwater pese a que me atraía mogollón toda la trama que había detrás y la forma en que se decidió publicarla (inspiración para La Milla Verde, de Stephen King). Sin embargo, como soy de esos que piensan que las cosas ocurren por una razón, el destino hizo que tuviera la oportunidad de empezar a leerla AHORA en las bonitas ediciones llevaderas y económicas (ideales para clubes de lectura), las mismas que ha colocado en librerías Blackie Books en nuestro país con portadas maravillosas que están haciendo estragos en internet.

Hoy os traigo para reseña el primer volumen, La Riada, pero que sepáis que pienso hacer lo mismo con los seis tomitos que comprenden la saga. Porque pocas atmósferas se pueden crear tan adictivas como la que vais a encontrar aquí. Desde la primera página. Y no sé porqué se le está llamando de todo, ahora tan de moda en su nueva publicación en toda Europa, menos lo que es. Friends, esto es puro folk-horror. Un retrato realista con toques sobrenaturales, sí, pero un pueblo con problemas que ha sufrido una catástrofe donde cuyos habitantes empiezan a desvelar poco a poco (como bien sabe hacer Mc Dowell) su lado más oscuro. Una crónica de una familia sureña atraída por lo sobrenatural. Porque en este primer volumen las oscuras aguas del río Blackwater han inundado Perdido, un pequeño pueblo al sur de Alabama donde los Caskey, un gran clan de ricos terratenientes, intentan hacer frente a los daños causados por la riada. Y comenzando con el rescate de una mujer misteriosa encontrada en un hotel parcialmente inundado y terminando con otra inundación en la misma ciudad, aquí hay una simetría que no se encuentra a menudo en el terror. Y quizás sea porque Blackwater no es realmente una novela de fantasía oscura. Lo describiría más como una telenovela o saga familiar del gótico sureño, con elementos sobrenaturales y terroríficos. ¡Lo que viene a ser folk-horror! ¿Recordáis la primera temporada de True Detective? Pues de ese palo aunque bastantes años antes.

Una de las cosas que adoro de McDowell, y hay muchas de ellas aquí, es cómo trata los horribles eventos sobrenaturales como si no fueran gran cosa. De alguna manera, esto hace que el evento sea aún más horrible, si eso tiene algún sentido. Además de que McDowell escribe sobre dinámicas familiares como nadie, este libro lo demuestra al igual que lo hizo en Los Elementales. Escribe muy bien sobre gente que está en la cima, cae, y viceversa. Y suele repetir con familias de hombres ricos pero con mujeres dominantes detrás. Y con nativos-criados alrededor que tienen una potente personalidad. Pudo ser lo que él mismo vivió en la misma Alabama.

En un porcentaje muy alto, Blackwater no se parecerá a nada que hayas leído o que leerás en mucho tiempo. Aunque está categorizado como gótico sureño y archivado en la sección de terror en USA (cuando no está agotado), desafía el género en casi todos los sentidos. Una epopeya impulsada por personajes que abarcan varias generaciones, haceros una idea de estar leyendo a Harper Lee o William Faulkner cuando de pronto la historia nos recuerda al mejor Stephen King. ¡Estamos enganchadísimos!

McDowell fue un creador de los buenos, además de escribir varios libros proporcionó al cine guiones como el de Beetlejuice y Pesadilla antes de Navidad para Tim Burton.

Arrea.

Reseña: Soy Leyenda, de Hernández, Caballero y Matheson

A una buena historia de Terror, uno siempre quiere volver.

Y más aún si nunca tuviste la oportunidad de verla reflejada en un formato diferente a la que la leíste o viste por primera vez. Hablo de Soy Leyenda, el novelón que se marcó el siempre original Richard Matheson, allá por 1954. Nada más y nada menos. Una versión que nos traslada a una post-apocalíptica ciudad de Los Ángeles (no a Nueva York), en lo que serían unos supuestos años entre 1976 y 1979. Una historia que los quita-méritos del género de terror siempre han querido catalogarla de Ciencia Ficción antes que decir claramente que estamos ante una trama que alcanzó la cima de nuestro glorioso y amado género. Y todo, para llevársela a su terreno. Pero no, my friends, I am leyend es puro horror y para mí no es una trama que produce los clásicos síntomas del vampiro mítico y trata de re-evaluarlo, como he leído por ahí. Para mí es simplemente la versión de Matheson de lo que sería un mundo gobernado por zombies.

Y ahora Sergio Hernández y Toni Caballero (Backhome, Planeta Manga), han convertido esta historia en novela gráfica. Ya la convirtieron en cómic en su día Matheson, Brown y Elman en 2007, pero que duda cabe que era llamativa y atractiva la idea de leer esta versión de dos autores de este país, elaborada al estilo amerimanga.

Si no conocéis la historia, ya tardáis. Tenemos a Robert Neville, el único superviviente de un despiadado virus que ha asolado el planeta, convirtiendo al resto de la humanidad en “vampiros”. Su existencia, se ha reducido a combatir a estos seres sanguinarios, quienes tratan desesperadamente de darle caza, ya que, para ellos, él es el verdadero monstruo. Y con escenas espectaculares, de acción y bastante drama (de esta historia, recordaremos siempre el tema del perrito), van pasando los días, días que Neville intenta seguir a duras penas con el solo objetivo de encontrar a otros que hayan sobrevivido como él. Y salir, poder llegar lejos, alcanzar un mundo nuevo que debe haber tras la ciudad fortificación en la que se esconde…

Neville ha sobrevivido a una pandemia propinada por una bacteria. ¿Os suena? Solo que no fue lo mismo que vivimos hace unos años, ¿no? Gracias a Dios. Pero como veis, casi setenta años antes, Matheson adelantaba acontecimientos con una idea futurista entonces, de lo que podía pasar por culpa de una guerra bacteriológica. Aunque estoy de acuerdo que Soy leyenda, en realidad, trata otros temas como la soledad, la fuerza del ser humano por sobrevivir, ese mismo que flaquea en ocasiones y se piensa seguir viviendo.

Una luz en lo que parecía un largo e interminable túnel.

Lo he dicho. A una buena historia, uno siempre vuelve.