Retomar una de las obras que más te han marcado, siempre es bien. 1984, de George Orwell, fue uno de los libros que recuerdo leer por primera vez en el instituto, en aquella ansia febril que me dio por leer los mejores clásicos de Ciencia Ficción. Es curioso pero con este libro maté dos pájaros de un tiro porque la profesora de Literatura aunque le sorprendió mi elección, sí que me lo dejó leer como objetivo del trabajo de ese año para comentario de textos y tarea de lectura del curso. Yo era así, mientras los demás leían La Celestina o El Sombrero de Tres Picos, yo intentaba hacer ver a los profesores que había otros argumentos más atractivos para un alumno, dentro de novelas igualmente dignas de ser analizadas. Y 1984 me cautivó como pocos libros de aquella época. Tenía quince años, leí 1984 entre idas y venidas e incluso a la hora del recreo del instituto. Fue uno de esos libros que siempre llevas encima y que parece que si te alejas, lo podrías perder para siempre. La descripción clásica de George Orwell era un mundo en el que la propaganda y la intrusión del gobierno impregnaban la sociedad. ¿Ciencia Ficción? Sí, de la buena y absorbente como pocas. Pero había mucho más. Bastante más…
En palabras de adultos, 1984 es una novela distópica que fue publicada en 1949. Seguimos con ella la vida de Winston Smith, un miembro de bajo rango de «El Partido», que se siente frustrado por los ojos omnipresentes del movimiento al que pertenece y su ominoso gobernante, el denominado Gran Hermano. Sí, Gran Hermano, dos palabras que aún a día de hoy son muy conocidas gracias a Telecinco, aunque fuera del mensaje o la metáfora que supone el titulo, no sé si debiéramos dar la gracias a un canal de televisión que brinda tanto por la vulgaridad y la ordinariez. En fin. Fuera de eso. En esta gran novela que tanto inspiró a otros y que es lo que nos atañe, el Gran Hermano controla todos los aspectos de la vida de las personas. Ha inventado un nuevo lenguaje en un intento de eliminar por completo la rebelión política verbal, crea un sistema para evitar que la gente piense en cosas consideradas rebeldes y El Partido controla lo que la gente lee, habla, dice y hace, con la amenaza de que si desobedecen, serán enviados a la temida Habitación 101. Con el castigo correspondiente, por supuesto. ¿Qué ocurre? Que como es de prever cuando un ser vivo se siente acosado hasta la saciedad, algo se rompe en la mente de Winston Smith, el cual comienza una rebelión sutil contra El Partido al llevar encima un diario de sus pensamientos secretos. Hecho que se considera un crimen, por supuesto. Winston, con su amante Julia, comienza una lucha predestinada por la libertad y la justicia, en un mundo donde nadie más parece ver lo terrible del asunto, o no gustarle, la acción que se propone el protagonista.
Quizás la noción más poderosa, efectiva y aterradora de 1984 es que el control completo de una nación entera bajo un estado totalitario es perfectamente posible. Se huele el miedo y sabemos que ¡En 2021! esto podría suceder. De hecho, existe algo muy parecido en algún que otro país que ya sabemos, ¿no? También sabemos, de algún modo, que solo hay que analizar la historia del ser humano reciente para ver que, si el mundo cayera bajo el control de uno o incluso varios dictadores como el Gran Hermano, el futuro podría convertirse fácilmente en un mundo retorcido y cruel como el que aparece en 1984. Donde cada movimiento, palabra y respiración es examinado por un poder omnipotente y omnipresente que nadie puede detener. Y las posibilidades de «desaparecer», aumentan.
Orwell hace una exploración eficaz sobre el control. Nos avisa de la capaz infinita a la que se puede llegar a través de los medios de comunicación, la vigilancia del gobierno, el totalitarismo y cómo un dictador puede manipular y controlar la historia, los pensamientos e incluso influir en nuestras vidas de tal modo que nadie puede escapar. Os cuento más. Se reescribieron libros y artículos para convertir los hechos en los que el gobierno quería que los ciudadanos creyeran. Gran Hermano estaba en todas partes, dictando incluso cómo había que pensar. Winston Smith lideró una lucha por la libertad y la justicia… Aun asi, 1984 envía un poderoso mensaje sobre los peligros de una manipulación excesiva sobre la sociedad y la intromisión en la vida privada de las personas. A día de hoy este tema sigue vigente pues es obvio pensar que internet es una herramienta poderosa para el «proyecto». Además, la política actual, a través de noticias falsas o ciertas (poco se puede saber ya), hacen uso de este sistema de forma subliminal. Se puede ver, por ejemplo, a ciertos países utilizando acusaciones mutuas de intromisiones en su país por parte de rusos o chinos…, etc, etc. Cualquier cosa vale con tal de manipular al pueblo en su beneficio. Nos lo enseñó la antigua Roma, ¿no?
Sin duda, estamos ante uno de los títulos a los que más referencia se hace a la hora de hablar de censura y de sentirnos vigilados. La novela de Orwell es una advertencia para la raza humana. Dentro de la genial Minotauro Clásicos se vuelve a publicar.