Reseña: 1984, de George Orwell

Retomar una de las obras que más te han marcado, siempre es bien. 1984, de George Orwell, fue uno de los libros que recuerdo leer por primera vez en el instituto, en aquella ansia febril que me dio por leer los mejores clásicos de Ciencia Ficción. Es curioso pero con este libro maté dos pájaros de un tiro porque la profesora de Literatura aunque le sorprendió mi elección, sí que me lo dejó leer como objetivo del trabajo de ese año para comentario de textos y tarea de lectura del curso. Yo era así, mientras los demás leían La Celestina o El Sombrero de Tres Picos, yo intentaba hacer ver a los profesores que había otros argumentos más atractivos para un alumno, dentro de novelas igualmente dignas de ser analizadas. Y 1984 me cautivó como pocos libros de aquella época. Tenía quince años, leí 1984 entre idas y venidas e incluso a la hora del recreo del instituto. Fue uno de esos libros que siempre llevas encima y que parece que si te alejas, lo podrías perder para siempre. La descripción clásica de George Orwell era un mundo en el que la propaganda y la intrusión del gobierno impregnaban la sociedad. ¿Ciencia Ficción? Sí, de la buena y absorbente como pocas. Pero había mucho más. Bastante más…

En palabras de adultos, 1984 es una novela distópica que fue publicada en 1949. Seguimos con ella la vida de Winston Smith, un miembro de bajo rango de «El Partido», que se siente frustrado por los ojos omnipresentes del movimiento al que pertenece y su ominoso gobernante, el denominado Gran Hermano. Sí, Gran Hermano, dos palabras que aún a día de hoy son muy conocidas gracias a Telecinco, aunque fuera del mensaje o la metáfora que supone el titulo, no sé si debiéramos dar la gracias a un canal de televisión que brinda tanto por la vulgaridad y la ordinariez. En fin. Fuera de eso. En esta gran novela que tanto inspiró a otros y que es lo que nos atañe, el Gran Hermano controla todos los aspectos de la vida de las personas. Ha inventado un nuevo lenguaje en un intento de eliminar por completo la rebelión política verbal, crea un sistema para evitar que la gente piense en cosas consideradas rebeldes y El Partido controla lo que la gente lee, habla, dice y hace, con la amenaza de que si desobedecen, serán enviados a la temida Habitación 101. Con el castigo correspondiente, por supuesto. ¿Qué ocurre? Que como es de prever cuando un ser vivo se siente acosado hasta la saciedad, algo se rompe en la mente de Winston Smith, el cual comienza una rebelión sutil contra El Partido al llevar encima un diario de sus pensamientos secretos. Hecho que se considera un crimen, por supuesto. Winston, con su amante Julia, comienza una lucha predestinada por la libertad y la justicia, en un mundo donde nadie más parece ver lo terrible del asunto, o no gustarle, la acción que se propone el protagonista.

Quizás la noción más poderosa, efectiva y aterradora de 1984 es que el control completo de una nación entera bajo un estado totalitario es perfectamente posible. Se huele el miedo y sabemos que ¡En 2021! esto podría suceder. De hecho, existe algo muy parecido en algún que otro país que ya sabemos, ¿no? También sabemos, de algún modo, que solo hay que analizar la historia del ser humano reciente para ver que, si el mundo cayera bajo el control de uno o incluso varios dictadores como el Gran Hermano, el futuro podría convertirse fácilmente en un mundo retorcido y cruel como el que aparece en 1984. Donde cada movimiento, palabra y respiración es examinado por un poder omnipotente y omnipresente que nadie puede detener. Y las posibilidades de «desaparecer», aumentan.

Orwell hace una exploración eficaz sobre el control. Nos avisa de la capaz infinita a la que se puede llegar a través de los medios de comunicación, la vigilancia del gobierno, el totalitarismo y cómo un dictador puede manipular y controlar la historia, los pensamientos e incluso influir en nuestras vidas de tal modo que nadie puede escapar. Os cuento más. Se reescribieron libros y artículos para convertir los hechos en los que el gobierno quería que los ciudadanos creyeran. Gran Hermano estaba en todas partes, dictando incluso cómo había que pensar. Winston Smith lideró una lucha por la libertad y la justicia… Aun asi, 1984 envía un poderoso mensaje sobre los peligros de una manipulación excesiva sobre la sociedad y la intromisión en la vida privada de las personas. A día de hoy este tema sigue vigente pues es obvio pensar que internet es una herramienta poderosa para el «proyecto». Además, la política actual, a través de noticias falsas o ciertas (poco se puede saber ya), hacen uso de este sistema de forma subliminal. Se puede ver, por ejemplo, a ciertos países utilizando acusaciones mutuas de intromisiones en su país por parte de rusos o chinos…, etc, etc. Cualquier cosa vale con tal de manipular al pueblo en su beneficio. Nos lo enseñó la antigua Roma, ¿no?

Sin duda, estamos ante uno de los títulos a los que más referencia se hace a la hora de hablar de censura y de sentirnos vigilados. La novela de Orwell es una advertencia para la raza humana. Dentro de la genial Minotauro Clásicos se vuelve a publicar.

Reseña: El Nombre del Mundo es Bosque, de Ursula K. Le Guin

Si quieres leer una novela de Ciencia Ficción que te empuje a cuestionar el mundo y la sociedad que te rodea, no puedo pensar en mejor sugerencia que El Nombre del Mundo es Bosque, de Ursula K. Le Guin. Con el paso de los años me estoy convirtiendo en firme partidario de la escritura de Le Guin y sus ideas. Todo lo que ha escrito parece tan relevante en la actualidad, que da miedo. Creo que su tipo de CF tiene el don de no envejecer. Permanecen, siendo válidas las historias, sus teorías y filosofías, pese al tiempo. Es literatura breve y nítida y se resume mejor, simplemente, por sus títulos. Exempli gratia: El Nombre del Mundo es Bosque (The Word for World is Forest); novela que enfatiza el hecho de que los habitantes del planeta Atshe son uno con la naturaleza que los rodea. Seres que no ven distinción entre bosque y mundo natural. Civilizaciones que se han desarrollado con el tiempo para coexistir con la vida silvestre. Al compararlos con los colonos, es fácil ver los puntos de vista opuestos. Todo queda al descubierto en la superficie, pero eso no lo hace menos efectivo.

Y es que ha pasado bastantes años desde que en Secundaria (fueron los años que más CF clásica leí) me topé por primera vez con El Nombre del Mundo es Bosque. Y ahora pensé que con esta reedición que acaba de hacer Minotauro Esenciales en su genial colección, era el momento ideal para volver. Volver a un mensaje que todavía podía recordar. Le Guin no trata de ocultar el punto subyacente de la historia. Esta novela cuenta una historia trágica de colonización y opresión proponiendo la eterna pregunta sobre sacrificios que se requieren hacer para prosperar. Es una crítica a la sociedad, a los seres humanos, pero también una historia que te lleva a la empatía y revela el lado feo y cruel de lo que somos. La cara fea con la que quizás estamos demasiado familiarizados. Muestra un mundo pacífico siendo conquistado por una colonia terrestre sedienta de sangre, que alterarán la existencia de los athstianos (seres humanos evolucionados a partir de una antigua colonización humana); obligados a la servidumbre y a la merced de sus brutales amos. Pero la desesperación hace que los athstianos, liderados por Selver (uno de los nativos que desarrolla una insólita inclinación a la violencia, y contagia esa inclinación al resto de la población originaria), tomen represalias contra sus captores, abandonando sus restricciones contra la violencia. No obstante, al defender sus vidas, han puesto en peligro los cimientos de su sociedad. Porque cada golpe contra los invasores es un golpe a esa humanidad con la que nacen los seres nacidos en dicho planeta. Y una vez que comienza la matanza, no hay vuelta atrás.

Hablamos de un planeta cubierto de bosque. El objetivo comercial de la colonia humana (yumana) es la exportación de madera de este planeta hacia la Tierra. Un planeta que, para colmo, y pese a estar todavía en sus inicios, ya ha provocado una deforestación completa de parte de una de las grandes islas del planeta. El Nombre del Mundo es Bosque puede ser difícil de leer a veces para un jovenzuelo de catorce años, como podía tener yo la primera vez que la leí. Sin embargo, ahora entra de lujo, se entiende y mola de verdad. El problema es que Le Guin se agarra al antagonista principal, Davidson, para simbolizar el prontuario de una muy dura colonización por parte de la humanidad. Su opinión es que este nuevo mundo no es más que un lienzo para la expansión humana. Davidson es malvado hasta la médula y tiene una total indiferencia por la vida de los nativos del planeta. Y es cierto que al principio todo esto se hace muy fácil para Davidson, y para aquellos como él, por el hecho de que los athstianos son por naturaleza una especie dócil y pacífica. Para ellos, causar dolor es sacrificar quiénes son.

La escritura de Le Guin es extremadamente eficaz para transmitir esta idea. Nunca hay una sensación de victoria en ningún momento del libro:

«La ecología forestal es delicada. Si el bosque perece, su fauna (nosotros) puede irse con él. La palabra de estos seres para su mundo debe ser también la palabra para nuestros bosques». – Ursula K. Le Guin.

No hay más palabras, señoría.

Reseña: La Estirpe de Lilith (Trilogía Xenogénesis), de Octavia E. Butler

En el maravilloso Día del Libro que, por supuesto, todos debemos celebrar pues siendo un/os tesoro/s que tienen el poder de movernos, trasladarnos y evadirnos sin movernos de nosotros mismos. Cómo no querer aprender a leer, a soñar y despedirnos de lo que no queremos ser y tener a paso de página convertirnos en lo que sí deseamos. Hoy amigos hay que celebrar el mejor día del año con un buen libro. Uno potente. ¿Mi consejo? Ciencia Ficción de la buena. Y por eso os reseño esta mega-obra que publica Ediciones B dentro de su glorioso sello NOVA. Una trilogía completa en un solo tomo, una edición maravillosa de la buenísima idea escrita que dio fama a la consagrada escritora Octavia E. Butler. Obra que se publica este mes, obra muy esperada que por fin se reedita en nuestro país en una maravillosa edición como se merece, nada más y nada menos, que treinta años desde su primera publicación en castellano.

Octavia Estelle Butler (1947 y se nos fue en 2006), una escritora estadounidense de las pocas que recibió Premios Hugos y Nebulas (las más altas consideraciones en CF), en más de una ocasión. De hecho, en 1995 se convirtió en la primera escritora de Ciencia Ficción en recibir el título «Genius» de la conocida Fundación MacArthur (una fundación privada que otorga subvenciones e inversiones de las gordas para apoyar a organizaciones sin fines de lucro). Y ahora voy a ser directo. Por que quizás pueda abrumar en una reseña que se comente o se aconseje leer toda una trilogía por muy condensada que esté en un solo volumen. ¿La trama principal de La Estirpe de Lilith? La Tierra y la mayoría de sus habitantes han sido mermados por una guerra nuclear y una especie alienígena promete salvarlos. Pero solo a cambio de un mestizaje. ¿Edad recomendada? Novela para adultos, recordando que yo considero lector adulto a un niño que lea novelas desde muy pronta edad, como éste mismo que escribe. Aunque aquí hay violencia y discusiones certeras sobre el tema de la reproducción. Pero, ¿en qué obra actual no lo hay?

La Estirpe de Lilith o la Trilogía Xenogénesis, en definitiva, promueve la diversidad racial. Lilith es una mujer de color y muchas razas están representadas en el elenco. ¿Género? Los personajes existen fuera de la simple dicotomía de sexo y género. Tres novelas incluidas aquí que comienza con Amanecer, sigue con Ritos de Madurez y termina con Imago. ¿A quién le encantará esta serie? A los amantes de la CF sociológica, a aquellos a los que les gustan los relatos post-apocalípticos y a los que tengan ese fuego interior, sean optimistas o no, pero siempre amantes de vivir una época que no les tocó. Lo que mola también es que cada uno de los tres libros sigue la vida de un miembro diferente de la misma familia. Cada uno menos humano que el anterior. ¿Los Oankali? Butler debió pensar mucho en esta especie alienígena, su biología y su cultura, antes de escribir sobre ellos. Por que el resultado es fascinante. La exploración de la humanidad, sus defectos, su adaptabilidad (y algunas veces la falta de ella); aquí no encontraréis un simple mundo en blanco y negro con malvados alienígenas y colaboradores contra nobles resistentes o todo lo contrario. Butler aborda el tema con matices y consideración. Es una novela que cambiará cosas en ti como lector al igual que sucede con La Mano Izquierda de la Oscuridad, de otra poderosa autora como es Ursula K. LeGuin. Otra novela de CF que trata sobre extraterrestres que no tienen un sexo binario y un género asignado al nacer. Aquí seguimos a Lilith Iyapo que despierta en una nave espacial Oankali, la raza alienígena que salvó a la humanidad de la extinción, seres que han mantenido a Lilith y a otros supervivientes dormidos en hibernación durante siglos. Ella (y su descendencia) son los elegidos para liderar la vuelta de la humanidad al planeta madre. Ese mismo que hemos destruido, ahora dominado por una poderosa naturaleza salvaje, lugar ideal para aprender a vivir y reestablecer la semilla de una nueva estirpe semi-humanizada desde el principio.

Decía un profesor de inglés que tuve en el instituto y muy fan del género: «Cada vez que estoy cansado de leer y empiezo a preocuparme por mi pasatiempo favorito, aplico a Octavia E. Butler. Una autora que engancha y que es perfecta para recomendar a la gente que quiera empezar con el género». Estoy de acuerdo. ¿Se cansa uno/a al leer una historia escrita por Butler? La respuesta siempre es nunca. Butler crea un mundo extraterrestre imaginativo para que lo descubran sus lectores. Los Oankali son fascinantes por su carácter grotesco, sus órganos sensoriales son tentáculos en lugar de ojos, oídos, narices o bocas humanas; se comunican a través de estos tentáculos, lo que es un espectáculo inquietante digno de ver/imaginar/leer. Estos extraterrestres son vegetarianos y su nave es un organismo vivo que come desechos y crece para crear nuevas habitaciones y pasillos. Diría que la nave es uno de los personajes más chulos y distintos de la historia, desempeñando su papel en el desarrollo de las relaciones diplomáticas entre humanos y los Oankali. Lilith es solo un ejemplo de la capacidad de Butler para contar historias a través de lo gris de un ser humano.

La Trilogía de Xenogénesis cambió mi forma de ver la Ciencia Ficción. Y de paso, cambiando de tema, recordad otra cosa que nunca se olvida. El olor interior de un libro.

¡Feliz Día del Libro!

Reseña: El Placer de Quemar (Historias de Fahrenheit 451), de Ray Bradbury

Para los amantes de la obra Ray Bradbury llega un poco tarde El Placer de Quemar. Yo al menos no conozco otra edición en nuestro país de esta obra. Aunque tampoco he mirado mucho. Para ser sinceros hablamos de una recopilación de relatos que se publicó en 2010 por primera vez y cuando la conocí no pensé en algo mega-clásico como la novela Fahrenheit 451, obra culmen de la Ciencia Ficción, a la que va referenciada. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, dicen, y la verdad es que sí. Se encuentran aquí más de una historia «que-pa-qué», como se dice en la tierra donde vivo.

Los editores Donn Albright y Jon Eller reúnen dieciséis historias que abarcan seis décadas de la extraordinaria carrera del maestro dios literario Bradbury. Una profunda expansión temática de su famosa novela que ahondaba en el tema de la quema de libros aprobada por un estado totalitario y donde unos bomberos «muy salerosos” tenían mucho que decir. La novela Fahrenheit 451 es una obra maestra perdurable de la literatura estadounidense del siglo XX: una visión escalofriante de un futuro distópico construido sobre los cimientos de la ignorancia, la censura y la represión brutal. Tras dicha joya surgieron cantidad de ideas en otros autores y se han visto tramas muy similares y se han copiado formas estructurales de la historia hasta la saciedad. De hecho, es una novela que sigue siendo estudiada en cursos de escritura creativa, de lo que doy fe de primero mano. Y ahora los orígenes y la evolución de la oscura y magnífica historia de Bradbury se exploran en El Placer de Quemar, una colección de cuentos interrelacionados temáticamente que de algún modo prefiguran la magnífica novela del maestro.

Las historias más extensas…, los dos cuentos largos de la colección que se incluyen son quizás el requisito indispensable para obtener el libro. Mucho después de medianoche (Long After Midnight) y El Bombero (The Fireman) son las dos historias más importantes o conocidas aparte de ser precursoras y reveladoras de Fahrenheit 451. Pero en mi opinión, las dos joyas que más me han alucinado ya que no los conocía son dos relatos cortos. El Reencarnado que abre la antología; en la que un hombre recientemente muerto experimenta una resurrección y busca desesperadamente a su viuda y Los genios locos de Marte, que cuenta como el planeta rojo está habitado por todos los autores y personajes de la literatura que es destruida en la Tierra.

Solo por leer estas maravillas, merece la pena la compra.

También hay tres piezas intensas e interconectadas como El Dragón que se mordía la cola, Antes del amanecer y Al futuro, que aparecen en una sección final del libro llamada Otros Relatos y que son aporte esencial a la estantería de todo fan de Bradbury. Tres historias de viajes en el tiempo, el tema favorito del autor. Con el tema del escapismo de gobiernos opresores muy presente como ocurre en Fahrenheit 451.

Anoche mismo terminé de leer esta maravilla que se devora en nada. El Placer de Quemar que publica Minotauro este mes, tengo que decir que el copyright de 2010 es algo engañoso. Son16 historias pero 9 se publicaron originalmente entre 1940 y 1950, una en los 60 y las otras seis entre 2002 y 2007. Es una buena colección. Curiosa. Había leído varios relatos del maestro aquí incluidos pero los disfruté de nuevo. Por supuesto, soy fan de Bradbury, ¿y qué lector de fantástico y aspirante a escritor no lo es? Disfrutas sus obras cada vez. Y sé que muchos de vosotros quizás queráis poseer este volumen solamente por conseguir sus dos cuentos largos (El Bombero y Mucho después de la medianoche), que son actualmente difíciles de conseguir. Vale, de acuerdo, pero sabed que dentro se encuentra más de un pastelito gustosito de leer como, por ejemplo, El grillo en la chimenea. No digo más…

Como anécdota contar que El Bombero es el relato de 1951 que se amplió y se revisó (este tema ocurre más de lo que creéis dentro de la CF) para convertirse en Fahrenheit 451, en 1953. Fahrenheit 451 es uno de los pocos libros junto a El Señor de los Anillos que se leen en clase de literatura en las High School Secondary de USA. Y ahora, lo cierto es que fue divertido leer la versión anterior al famoso libro, donde compruebas los elementos básicos de la trama, aunque algunos de los nombres de los personajes cambian. Oscuro, extraño y macabro. Compañero indispensable de metro, autobús y asiento que se precie, El Placer de Quemar es una maravillosa confirmación del inimitable brillo, magia y fuego del maestro Bradbury.

Reseña: Hijos del Mundo Mutante, de Richard Corben y Jason Strnad

¿Una edición en tapa dura recopilada de historias que han estado agotadas durante treinta (casi cuarenta diría yo) años? ¿De los grandes maestros de la industria del cómic Richard Corben y Jan Strnad? ¡Caramba, Paco, no lo pillas! ¿Dónde andas? ¡Llámame y hablamos de esto! Que él dirá: «¿Y dónde encontrarlo antes que debatirlo?». Échale un ojo a lo que está publicando ECC Ediciones, melón, que ya publicó Mundo Mutante (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3249) y ahora nos trae su secuela…

Mutant World fue creado en 1978, escrito por Richard Corben y Jan Strnad, con ilustraciones del propio Corben. La serie fue publicada originalmente en las revistas de Ciencia Ficción de la Warren que a nuestro país trajo su asociada Ediciones Toutain allá por los años 70 u 80. Contaba en la otra reseña que en particular, yo llegué a las obras de Corben por el camino del miedo, del buen Terror que publicaron revistas como Creepy, Eerie, Vampirella o 1984. Toda una serie de revistas geniales que en USA publicaba Warren Publishing y que aquí… Bueno, ya lo he dicho. Donde Richard Corben era referente. Revistas de historietas en blanco y negro, algunas en color para imponer más, “Fantasía para Adultos”, que provocaban a saltarse las normas como niños y trepar hasta lo más alto del ropero de tus padres.

Resumiendo: Mundo Mutante fue (en palabras de Jan Strnad)… una historia post-apocalíptica sobre un mutante llamado Dimento y su búsqueda del amor y la supervivencia en un mundo que ya no alberga apenas cariño por los seres vivos. Pero en el transcurso de su aventura, se enfrenta a bestias salvajes, un fanático religioso, criaturas del alcantarillado, científicos locos y mutantes deformados decididos a estafarlo, en especial, con esos escasos alimentos que uno gana con tanto esfuerzo. Cuentan que a Richard y Jan no les gustó nada cómo los editores de 1984 retocaron la serie para la revista. El diálogo se cambió y las viñetas se movieron de sitio sin ningún aporte creativo. Por lo que, posteriormente, se publicó una versión en formato novela gráfica de la historia, restaurando todos los cambios editoriales y agregando varias páginas para desarrollar la historia entre capítulos.

Hijos del Mundo Mutante fue una continuación que se imprimió en una serie de cinco cómics de la editorial clandestina, Fantagor Press. Los primeros problemas fue el color, la calidad de impresión no fue la mejor, los siguientes problemas se encontraron en el blanco y negro. Un formato que también se reimprimió en formato de novela gráfica para Europa pero nunca en inglés. Bien, pues ahora nos llega esta nueva edición restaurada y en color que junto a su hermana mayor Mundo Mutante queda genial en la cómicteca física pero también en la de nuestras cabezas. Comprender la historia como un todo se hace brillante con esta obra.

Hijos del Mundo Mutante se centra en la hija mayor de Dimento, Dimentia, su compañero oso, Ollie, y un puñado de otros supervivientes en un viaje por encontrar refugio seguro en una isla. Una historia que se resume en dos frases pero que hay que vivirla. Un proyecto que ahora podéis encontrar en librerías en dos ediciones de tapa dura, en un formato económico y llevadero, una obra que proviene de una versión deseada (y ansiada) por fans que salió adelante en Kickstarter. Donde por primera vez se rescató las obras en inglés en un solo volumen integral de esta maravilla del noveno arte contemporáneo.

Explosivamente violenta, mordaz, cargada de fatalidad, erotismo y brutalmente divertida, esta mini-saga.

Richard Corben siempre será uno de mis tres ilustradores favorito. Se centró en mi amado género de Terror y por eso tengo que quererlo más que a los demás. Pero siempre tuvo muy presente la CF y eso merece mis respetos. Tener por fin este volumen y su predecesora Mundo Mutante en mi poder después de tantos años, se resume en la bonita palabra que empieza por F y acaba por -dad. Una minicolección en tapa dura a un precio imbatible que nadie debería perderse si de verdad ama el buen cómic hecho en USA en las mejores décadas creativas que ha conocido el noveno arte.

Reseña: El Hombre Hembra, de Joanna Russ

Uno de los clásicos que nunca he tenido la oportunidad de leer y que gracias a la nueva edición de NOVA así ha sido, es la ópera prima El Hombre Hembra, de Joanna Russ. Os puedo decir que ni tan siquiera, jamás, en mis más de cuatro décadas de existencia, había visto una edición física en nuestro país. Nunca la había tenido a mano, aunque sabía de su existencia por que desde muy jovencito soy seguidor de la famosos Premios Hugo y Nebula norteamericanos, los más altos galardones que puede conseguir una obra dentro del mundo de la Ciencia Ficción. De hecho, soy ese forofo que desde chaval sigue la lista de nominados por categorías de ambos premios todos los años y disfruto leyendo títulos de autores y ganadores. Títulos que inspiran. Pero como suele pasar, hay obras que quizás no ganan, que quizás únicamente estuvieron nominadas y se acabó. Y después, con los años, se han convertido en clásicos gracias a la opinión del público. Le pasa a El Hombre Hembra, que tan solo fue nominada al Nebula del año que salió (1975), y que después, cualquier amante de la literatura fantástica que se precie, conoce.

Un libro que incluso me duele no haber leído antes como fan de la buena CF clásica que soy. Probablemente deambulara muy cerca de mí en aquellos años en los que disfrutaba saliendo de mi casita del bosque y yéndome a echar toda una mañana a la ciudad, entre librerías de viejo o segunda mano que también las llaman. Pues investigando para la reseña, consta que la eterna editorial Bruguera y alguna otra, sí que le sacaron edición en español. Pues seguramente una copia nadaría entre libros de bolsillo usados de los 60, 70 y/o 80 y al ver mi cara de tiburón desesperado, buscador de manjares de CF y Terror, huiría hacia el fondo. Pero da igual. Como decía al principio, NOVA, el sello editorial referente de la mejor CF en nuestro país, ha tenido a bien publicar esta joya en una edición en tapa dura con sobrecubierta súper chula que nadie debería perderse.

Debo admitir que inicialmente El Hombre Hembra me confundió. Sin saber nada de la historia, me enfrenté a ella pero asumí que sería una historia bastante directa y orientada a la acción que exploraría el feminismo por lo que había oído. No obstante, El Hombre Hembra es, sobre todo, una novela mucho más personal. Mirad, no se trata de cuatro mujeres, como descubrimos al final de la novela, se trata de la misma mujer en cuatro encarnaciones muy diferentes. Está Joanna, una feminista de los 70s que podemos decir sin miramientos que es la propia Russ y que vive en un mundo y época similar a lo que era la Tierra entonces. Jeannine, una mujer tímida que vive en un mundo donde la Gran Depresión nunca terminó y donde la Segunda Guerra Mundial nunca sucedió porque Hitler fue asesinado en 1936 pero donde Chiang Kai-shek sí que controla Hong Kong, dado que el imperialismo japonés domina aún sobre el continente chino. Bien. Janet es una mujer que vive en un mundo llamado Whileaway, un futuro donde todos los hombres han muerto a causa de una plaga, una sociedad utópica en un futuro lejano donde se sugiere que para procrear, las mujeres en relaciones lésbicas utilizan una tecnología para fusionar genéticamente los óvulos mediante un proceso al que llaman partenogénesis. Una sociedad que por el contrario a su evolución científica es principalmente agraria. Y por último, Jael, un asesino de un futuro en el que hombres y mujeres están en guerra.

Pero Janet y Jael se cruzan como les place, mientras que Joanna y Jeannine están al capricho del universo.

No digáis que la idea de estos cruces temporales entre utopías y distopías no es como mínimo atractivo. En resumen, El Hombre Hembra es una meditación sobre género y feminismo ejecutada a través de cuatro lentes, en principio, diferentes, en principio, iguales. Este dolor, de la feminista recién iluminada que intenta forjarse una identidad completa, verdadera y segura para sí misma, está en cada palabra. Hay capítulos que simplemente son una lista de todas las cosas que se han dicho sobre los escritos de Russ, precedido por una declaración de que si ella hubiera expuesto su caso con delicadeza, la habrían escuchado. (Difícil leer esa letanía sin reflexionar mirando al horizonte). En otro breve capítulo se detalla la supremacía entre las mujeres. Y toda una serie de apartados y capítulos que unidos, sinceramente, molan.

Sí que es verdad que la novela termina con cierto grado de conformismo que a mí por ejemplo, no me hizo gracia. Después de todo lo que se propone durante casi trescientas páginas, aceptar un destino obsoleto y ridículo, uno donde no eres feliz, pues como que no. Y esto vale para cualquier aspecto de nuestra vida, friends. Sé feliz donde vayas. O no vayas. El Hombre Hembra es en gran medida un producto del movimiento feminista dominante de aquellos momentos. Mucho más inclusivo que la homosexualidad, pero combina género y sexo de formas extrañas hasta el punto de ser binario. Por ejemplo, los hombres del mundo de Jael ocasionalmente se convierten en mujeres (o se detienen en algún punto intermedio), momento en el que se convierten en una propiedad llamada «hombre de verdad»… Ufff. Me quedé ahí, como historia, y no quise pensar en repercusiones políticas. No me va eso.

Lo que está claro es que estamos ante una novela que es una pieza importante de la historia de la Ciencia Ficción. Y una lectura obligatoria.

Reseña: S.H.I.E.L.D. (Integral), de Jonathan Hickman, Dustin Weaver y VVAA

El magistral título en Marvel de Jonathan Hickman y Dustin Weaver, S.H.I.E.L.D. llegó como Integral por fin a nuestro país. Un Ómnibus más bien, que muchos esperábamos para poder sumergirnos en una trama que ha dado bastante que hablar al otro lado del charco. La historia comenzó, en 2010 y se relanzó en 2011, en un momento en que Hickman y Weaver tenían un futuro brillante en la editorial y menos material en desarrollo. Cuando la publicación se volvió más esporádica, la reputación de la serie se vio afectada por cierta temática que después comentaré, pero al igual que casi todos los cómics escritos por Jonathan Hickman, juntar las piezas narrativas para discernir la trama con el esperado número final, hace fácil que haga ¡Click! tú cerebro y entonces asientas diciendo palabrotas en voz baja del estilo: Joo-deeeeeerrrr…

Y es que obtener una historia que haga preguntas y desafíe al lector es exactamente lo que los fans deben esperar de S.H.I.E.L.D. Una obra que por cierto contiene unos fantásticos cliffhangers e ideas dibujadas por el increíble talento del noveno arte, Dustin Weaver. Es interesante ver dónde Hickman comienza a insertar su punto de vista de la historia en los personajes y cómo en este volumen vais a decubrir bastantes aspectos de la historia, especialmente con los momentos finales de esos personajes. La combinación de guión, orígenes sobrenaturales y superhéroes…, creo que es la primera vez que he visto este desarrollo en un cómic. Al menos, tan bien elaborado. Tened en cuenta además, que lo que se cuenta en S.H.I.E.L.D., ha jugado un papel importante en el Universo Cinematográfico Marvel (UCM).

Hay una extraña estructura no lineal en S.H.I.E.L.D. que se desarrolla (principalmente) en 1953, pero también en un pasado ancestral y en un futuro lejano. La mayor parte de la historia se desarrolla antes de la Edad de Oro de Marvel, esa época de los 60s cuando aparecieron personajes como Spiderman o Los 4 Fantásticos; pero Hickman parece estar enseñándonos un punto filosófico más amplio. Para aquellos que de alguna manera estén familiarizados con el Universo Marvel, ya sea desde su infancia o desde las películas, el concepto de S.H.I.E.L.D. es bastante sencillo: sirven simultáneamente como una fuerza policial mundial, visten de negro, subvencionados por varias potencias mundiales, por lo general, sirven para dar un toque de espionaje a cualquier historia o tramas de superhéroes. Eso sí, también otorgan a los eventos un alcance mayor. Es una función narrativa bastante sencilla: cuando el problema es demasiado grande para que un/a tío/a lo resuelva vestido de spandex simplemente agregamos salsa…, quiero decir, S.H.I.E.L.D y… ¡Qué venga la Caballería! De repente, aumentan las apuestas, el héroe tiene que lidiar con una nueva dinámica y la historia se vuelve más interesante o al menos, dinámica a más no poder. S.H.I.E.L.D. es una organización que ha servido como base de historias y series ocasionales (como la muy querida serie de Nick Furia, que os recomiendo), pero esos son otros temas. Por lo tanto, es absolutamente fascinante ver a Hickman tomar un concepto relativamente simple y expandirlo con tanta libertad. De repente, no solo tratan con artilugios geniales como portaaviones flotantes, sino que también incursionan en la profecía y el misticismo. No son un grupo de trabajo reactivo creado para hacer del mundo un lugar mejor, son una orden masónica que data de antes del nacimiento de Cristo y que lleva artefactos históricos de gran importancia. Es extraño ver dicha institución representada de esa manera, pero es sorprendente lo bien que Hickman nos lo/a encaja.

Da nueva vida a un concepto antiguo. Y sinceramente me sorprendió lo bien llevado que está el humanismo de la «historia secreta» en este gigantesco universo compartido. El Universo Marvel tiende a ser un lugar muy oscuro donde le suceden cosas horribles a la gente buena. Por eso me sorprendió el crudo optimismo de la historia que se lee entrelineas en S.H.I.E.L.D., cuando se nombra a la organización secreta: «No es así como acaba el mundo», declaran los héroes de todas las épocas.

Jonathan Hickman es una estrella en ascenso en Marvel, una supernova que de vez en cuando estalla y crea mundos nuevos a partir de simples rocas espaciales. Su aclamado trabajo en Secret Warriors, Fantastic Four, Ultimate Thor y Ultimate Hawkeye, hizo que quisiera leer esta obraza, tan diferente en todos los sentidos. Muchos vais a flipar. Y más, con un Dustin Weaver que presenta un espectáculo visual conmovedor, un “cuento” que presenta a personas violentamente divididas en varias capas diferentes y contiene meditación sobre psicología. En otras palabras, Hickman le pide mucho a Weaver en este portentoso guión, pero Weaver saca pecho y lo logra con resultados increíbles. Hay pliegos detallados de doble página llenos de extraterrestres, máquinas y páginas obsesionadas con imágenes-espejo -incluso los momentos finales con Howard Stark conectando estas ideas presentan elaboradas ilustraciones de maquinaria cargada de detalles pequeños e insignificantes-, ilustraciones que dan miedo de lo trabajadas que están. Enorme, lo laborioso de esta obra. Y la colorista Sonia Oback agrega elementos finales y remarca una obra llena de talento en todos los sentidos. Un titulazo que, sin duda, debería tener la grandeza de ganarse un buen sitio en la balda de grandes obras apoteósicas de nuestra cómicteca.

No hubo en su día suficientes personas que leyeran o hayan leído S.H.I.E.L.D., pero ahora que el ciclo está completo, la recomendación es muy alta. Pocos títulos tienen este nivel de ambición y esta cantidad de artesanía en todas y cada una de sus páginas. En vosotros está comprobarlo.

Reseña: Space Bandits, de Mark Millar, Matteo Scalera y Marcelo Maiolo

A las novedades de Millar en nuestro país hay que estar siempre atentos por la sencilla razón de porque sí. Y más cuando se meten en algo tan rancio, tan ochentero, tan nuestro como es el argumento de Space Bandits. Una primera escena: dos bandidas, una de ellas famoso en toda la galaxia y la cosa poniéndose fea cuando ambas son traicionados y abandonadas a su suerte. Del tirón. ¿Un homenaje en toda reglas a Tango & Cash? Madre mía, madre mía, ahora tienen que encontrar una manera de escapar de cárcel espacial para poder vengarse de sus antiguos «amigos». ¿Y sabéis lo gracioso? Que muchos de los que estáis leyendo esto no sabéis ni quienes eran Tango & Cash… Madre mía. Como suele pasar, quedas enganchado con Mark Millar al momento. Da igual la obra con la que te inicies. Millar presenta bien la narrativa en Space Bandits, te lanza un argumento que se dispersa en varias direcciones, pero aun así nunca te sientes perdido mientras pasas de un escenario a otro. La caracterización es otro punto fuerte. Aunque como mencioné, rinde un homenaje demasiado evidente cambiando únicamente el trasfondo, este hombre tiene el don (junto al enorme dibujo de Matteo Scalera) de aportar personajes frescos en un contexto rimbombante. Los eleva a otra dimensión, y por encima de los arquetipos genéricos, Millar es un grande entre los grandes.

Space Bandits es de todas-todas el cuento de una venganza que involucra a un elenco de personajes convincentes centrados en Thena Khole y Cody Blue. Se le puede acusar de lo mismo de siempre: se ve a leguas que es un guión básicamente escrito para serie de televisión (ya sabemos del hermanamiento de Millar con Netflix), pero es que es así, puedo imaginarme toda y cada una de las páginas de Space Bandits en la pantalla. Un cyberpunk y western espacial mezclados, al estilo Blade Runner haciendo un mix con Firefly o Cowboy Bebop; y un poquito de Akira, por que no. Todos esos elementos que siempre estuvieron para los niños de los 80 en el futuro, y definitivamente están en el futuro, porque, como todo el mundo sabe, los 80s son el verdadero futuro.

Así que hablemos de la trama: Thena Khole y Cody Blue se encuentran entre los criminales más buscados del universo. Cody lidera su propia banda de forajidos a sueldo para cometer robos, pero también es conocida por ser blanda porque siempre lo hace de manera que nadie resulte gravemente herido o muerto. Bastante inusual para el líder de una pandilla, pero solo es una razón más para ser increíblemente adorada por sus fans. Al otra lado, están Thena y su novio, Yiggo Lust, que usan sus recompensas como herramientas para elaborar aún más. ¿Cómo? Finge ser una cazarrecompensas, entrega y recoge la pasta, luego ella lo manda todo a la mierda con una explosión y en la puerta le espera su conductor para la fuga. Es una forma bastante rápida de ganar mucho dinero, y también es fácil, si tienes a Yiggo, por supuesto. Piloto a batir. Todo va según el plan para Cody y Thena, hasta que ambos son traicionadas, puestos sus pellejos en un plan maquiavélico, para que acaben en la trena. Y a partir de ahora, dos chicas furiosas, llenas de odio que claman venganza. Nada va a ser bonito. Patear traseros es una frase que se va a quedar corta en el Universo…

Este genial volumen, disfrutable a tope para los que amamos los Ciencia Ficción dinámica de acción y diseño y ambientación por encima de todo, recopila los cinco numeritos de esta miniserie que es todo un espectáculo. El artista Matteo Scalera lo es con sus lápices, se ponga en el contexto que se ponga. Además, cuenta aquí con los colores de Marcelo Maiolo que son absolutamente hermosos. My friends, en Space Bandits, se junta todo. Pero la verdadera fuerza de esta obra es la construcción del diseño estelar, digna de una buena serie de TV o de un buen libro de rol. Que sí, que tiene sus elementos estrafalarios que rinden homenaje a tópicos clásicos, no obstante, eso que hace que sintonices y admires lo que va sucediendo, y tus ojitos también repararán en el conglomerado exterior.

Dicen que Millar es siempre resultón. Me parece un insulto. El cyberpunk aquí creado no es solo digno de pantalla, es digno de ser ampliado en cualquiera de las facetas frikis que conocemos. No soy fanático de Millar pero con esta obra me ha tocado la patata por que ha sido capaz de llevarme a ese lado del disfrute de cuando vi por primera vez El Imperio Contraataca, El Quinto Elemento o la mismísima Tango & Cash. Además, el tito Millar deja siempre en el lector esa sensación de anhelo. ¿Estamos ante el Prólogo de una historia mucho más amplia?

En Netflix, dicen.

Veremos.

Reseña: El Libro del Día del Juicio Final, de Connie Willis

Creo recordar que estaba en la extinta B.U.P. cuando leí mi primera historia de Connie Willis. Por No Mencionar al Perro, es un titulo que atraía de por sí a alguien que leía bastante Ciencia Ficción entonces, en especial, uno que pretendía o tenía como reto, leer todos los Premios Hugo y Bram Stokers de la historia. Locuras de la juventud. Pero retos que engrandecieron, sin duda, mi formación literaria independiente, y ni que decir tiene que Por No Mencionar al Perro me encantó y cuando la revisité hace unos meses pregunté a nuestros seguidores en redes sociales qué novela de Connie Willis recomendarían leer a continuación, o simplemente, cuál aconsejarían leer antes de morirse. El 99% recomendó El Libro del Día del Juicio Final. Novela que curiosamente regresa al panorama actual gracias a Ediciones B, en su siempre recomendable sello Nova, en una buenísima edición en tapa dura.

A mediados del siglo XXI, Kivrin Engle es una joven historiadora adscrita al programa de viajes en el tiempo de la Universidad de Oxford. Siente pasión por la Edad Media y ha estado tratando de estudiar este período durante largo tiempo. Pero es casi imposible. La Edad Media (especialmente, el siglo XIV), se cerró a los viajeros en el tiempo después de obtener el puntaje más alto posible en la escala de siglos que no se deben visitar debido a los hechos peligrosos que suceden en dicha época como la violencia contra las mujeres y epidemias como la Peste. Pero el jefe interino del Departamento Medieval ha logrado eludir el razonamiento tras la regla de No Acceso. Y después de mucha preparación que incluye lecciones exhaustivas clases de inglés antiguo, vacunas contra todas las enfermedades posibles y entrenamiento cultural y religioso; Kivrin está dispuesta a vivir su sueño. Su caída será en el año de nuestro señor 1320, un año que en principio es seguro, y bastante antes al que comienza la Peste, que supuestamente fue en 1348. Además, “aterrizará” en los días previos a Navidad y su viaje al pasado debe durar dos semanas como mucho, hasta que el portal se vuelva a abrir nuevamente.

Sin embargo, su tutor y amigo, el profesor Dunworthy, no está completamente convencido de que haya estado lo suficientemente preparada y piensa que varias cosas podrían salir mal. Además, él cree que el Jefe Interino del Medievo es un tontolaba que no ha tomado todas las precauciones necesarias al prepararse para el descenso. Y las cosas salen mal, pero tal vez no de la manera que Dunworthy esperaba. Tan pronto como Kivrin es enviada al pasado y antes de que puedan obtener una confirmación final de “dónde” fue enviada, el técnico a cargo de obtener la solución a tiempo, cae enfermo, increíblemente enfermo. Es en cuestión de horas, que muchas otras personas enferman, Oxford queda en cuarentena y el laboratorio cierra. Dunworthy ahora está convencido de que algo salió mal, y la gota que colma el vaso es Kivrin, que está en peligro y se debe hacer todo lo posible por recuperarla. ¿Pero cómo, cuándo todos los que trabajaron en el proyecto se han visto afectados de una forma u otra por la epidemia?

Escribí esta reseña desde un lugar apartado, desolado, triste por la falta de seres humanos en tránsito; lugar donde me aparté con mi familia unos días de vacaciones y donde terminé de leer El Libro del Día del Juicio Final. Un lugar con playa, piscina, pero casi vacío en la lúgubre soledad de un Resort sin gritos de gente en días alegres. En este lugar, con la lectura acabada, me entristecí por los personajes de este libro y lo que pasaron, ya que este podría ser uno de los libros más tristes que he leído y, sinceramente, no sé si es por la situación social actual que estamos viviendo… AFLICCIÓN. Pero también siento pena por mí mismo porque estoy seguro de haber leído uno de los mejores libros de CF que existen y ya nunca volveré a hacerlo por primera vez. Es el sentimiento más extraño que puede tener un lector constante, por que es tristeza, por supuesto, pero es el tipo de tristeza que es casi felicidad y estoy seguro de que es el tipo de sentimiento también que los lectores experimentados conocerán y reconocerán, e incluso darán la bienvenida, porque es el sentimiento que proviene de haber “vivido” una buena historia.

Una historia que progresa in crescendo, llena de tensión, de forma soberbia. Connie Willis hace su magia y nos muestra una historia sobre lo que significa ser humano. Donde, por supuesto, y aún dentro de la Ciencia Ficción, se respetan las reglas para los viajes en el tiempo. Pues alguien dijo que dentro de lo ilógico, todo deber tener cierta lógica o nada brillará. No sé si era exactamente así, pero supongo que entendéis.

Maravillo libro. Indispensable de leer antes de morirse.

Reseña: Wild´s End. Primera Luz, de Dan Abnett, I.N.J. Culbard y VVAA

Si tampoco es tan difícil encontrar una buena inspiración. Es leer a los clásicos, empaparse de lo mejor de cada género, para que de un buen creativo parta una historia que como mínimo pueda ser interesante. Y saber trasladarlo. Un ejemplo muy bueno de lo que digo es Wild’s End, este atractivo titulo que recién publica Dolmen Editorial. Escrito por el guionista británico Dan Abnett (Guardianes de la Galaxia, Warhammer 40.000) y dibujado por I.N.J. Culbard (En las Montañas de la Locura, de H.P. Lovecraft), un titulo que recurre de lleno a una de las mejores historias de Ciencia Ficción jamás creadas, pero metiendole esta vez un rollo antropomórfico que le viene de perlas. Provocando que H.G.Wells se encuentre con A.A. Milne en esta obra independiente de la editorial BOOM! Una serie donde unos amenazadores alienígenas mecánicos descienden sobre una comunidad rural somnolienta en la Gran Bretaña de 1930, poblada completamente por animales que hablan. Un glorioso choque de estilos y géneros traídos por los maestros del mash-up, Dan Abnett e I.N.J. Culbard, una asociación creativa que parte de su colaboración en The New Deadwardians (Vampiros y zombies en la Inglaterra victoriana) y Dark Ages (Mercenarios medievales y, ¿monstruos? ¿extraterrestres? Algo horrible, desde luego).

Ambientada en la Inglaterra de 1930, Wild’s End: Primera Luz gira en torno a un grupo improbable de héroes que deben unirse para salvar a su comunidad rural de ciertos “postes de lámparas extraterrestres” que vienen empeñados en matar a todas las criaturas vivas con las que entran en contacto. Los visitantes no deseados disparan rayos de combustión brillante. En cuanto a los protagonistas, consisten en Clive, un perro sensato con un misterioso pasado militar; Gilbert, un conejo elegante rico y con prestigio, y también está Peter, periodista y ojito derecho de Gilbert. Pero esperad, esperad, la estrella de la trama es Faukes, un zorro residente al que le gusta empinar el codo, personaje que disfrutas cada vez que aparece en viñeta.

A pesar de ser una historia antropomórfica, los personajes son muy humanos en sus maneras y rasgos, y no lleva mucho tiempo desarrollar una conexión con ellos. Sus historias particulares simplemente se insinúan a lo largo de la serie, pero todo pinta a que obtendremos más información sobre ellos en próximos volumenes. Hay un aire de misterio sobre ellos, especialmente en Clive, el viejo perro de la marina, que no se asusta tanto y dice haber visto ya en su vida » algunas cosas». Mi única queja con Wild´s End (algo menor), es que el flujo de la historia se interrumpe ocasionalmente con relleno como recortes de periódicos, entradas de diarios y cartas. Y eso me pone de los nervios, sobre todo, por que la trama esencial está súper interesante y se para. Por supuesto, le dan algo más de significado a la historia y agregan algo de sustancia, pero surge en momentos puntuales en los que narración principal va viento en popa. Pero se nota que es un cómic hecho por profesionales y se recupera el suspense pronto. Algo parecido a lo que sentía cuando me topaba con Relatos del Navío Negro, en Watchmen.

Se ve fácilmente que Wild’s End: Primera Luz es una excelente introducción a una saga que puede dar mucho que hablar. Es apasionante leerlo, y cuando terminas, ya tienes ganas de leerlo otra vez. No quiero contar nada-nada de lo que va sucediendo, lo siento. Al inicio, se nos presenta a los habitantes de Iglesia del Cuervo de Abajo, donde visualizamos una comunidad pueblerina tranquila y también vamos conociendo a los principales protagonistas; personajes fuertes y distintivos, y para ser honesto, muy pronto olvidas que son animales que hablan. Tienen más personalidad que muchos otros. Lo cual, en muchos sentidos, resume el verdadero atractivo de Wild’s End. Y hasta aquí.

Eso sí, el hecho de que la historia se desarrolla en lo que generalmente consideramos un ambiente seguro y amigable agrega una emoción adicional a procedimientos que de otro modo estarían ausentes. Esto no es Will Smith con una Uzi defendiéndose de invasores extraterrestres; aquí lo que mola es el suspense, el ambiente, el entorno, el escenario, la introducción de una amenaza tan violenta para este mundo relajado que da a la trama un gancho atractivo. Debido en gran parte a la excelente construcción del mundo, una gran cantidad de personajes bien llevados y una narración imaginativa y absorbente que es una alegría leer. Una aventura antropomórfica que recuerda a El Viento en los Sauces, de Kenneth Grahame, fusionada con La Guerra de los Mundos, de H.G.Wells. Si esto suena atractivo para vosotros, que sepáis que el cómic está a la altura de la premisa. Pero resumiendo, Wild’s End: Primera Luz, es uno de los mejores ómnibus que he leído en mucho tiempo. Y eso que sólo es el primer volumen.