Reseña: Tif y Tondu. En los Límites de Lo Irreal, de Maurice Tillieux y Will

Tif y Tondu son de esas series, de esos personajes, que vas a llevar contigo toda la vida. En mi caso, incluso cuando escribo algún relato y todo se torna en algo detectivesco pero el personaje principal, se me vienen a la cabeza el modo de actuar de estos dos; el calvete y el de barbas y sus reacciones ante lo desconocido. Por eso insisto en que el dibujo de Will siempre es excelente y marca de por vida, además de crear atmósferas maravillosas para las historias como pocos.

Catalogué en su día a Tif y Tondu como puntal de lanza del cómic franco-belga y me reitero en ello. Es por eso que no voy a dejar pasar la oportunidad ahora que Dolmen Editorial nos está trayendo la serie en estos preciocérrimos tomos recopilatorios de su Colección Fuera Borda. Llega el tercer volumen de aventuras, tres nuevas hazañas de Tif y Tondu que contiene este En los Limites de Lo Irreal. Totalmente inéditas en castellano (que esa es otra), historias en las que he flipado porque se tocan los fenómenos ocultos que tanto amamos por aquí. No es por nada -y quizás hubiese sido retrasar mucho una publicación para gente que sigue con fervor esta serie y me consta-, pero estamos ante un tomo ideal para Halloween. Ahí lo dejo.

En Los resucitados encontramos a nuestros personajes perdidos en medio de la Bretaña, acompañados por un representante comercial de jabones que recogen y al que su coche le ha dejado tirado, cuando llegan a un pequeño pueblo llamado Kermez Er Oïc en el que son recibidos con bastante frialdad. La población les tiene miedo: o le tiran baldes de agua o les amenazan con un fusil. Finalmente encuentran refugio con una anciana quien les explica la situación. El pueblo no quiere saber nada de extranjeros. Los muertos del pueblo han empezado a levantarse. De hecho, los dos últimos fallecidos tienden a caminar por las calles por la noche…

En Un plan diabólico nos vamos a la Alemania profunda donde el calvo y el barbudo también se sumergen en una historia de Terror pero algo «pulp». Ayudando a la policía en todo momento, aquí se topan con un autómata gigante que fue creado en la Edad Media pero también contra un gorila invisible con cerebro humano… ¿Cómo? Hay un tipo que está creando aberraciones orgánicas a los que injerta consciencia con cerebros de gente difunta.

Cierra el tomo El retorno de la Cosa, una nueva historia a lo Mary Shelley. Aunque bastante diferente a la anterior. Pues a veinte kilómetros de la ciudad de Grimsby, costa este de Inglaterra, una noche, a altas horas de la madrugada, Smitty sale del pub después de beber mucho. Tropezando con farola por aquí, farola por  allá, se encuentra con algo increíble: cuatro esqueletos cubiertos con capucha portando un ataúd. Vuelve al pub corriendo y nadie le cree. De hecho, son Tif, Tondu y Kikí quienes le escuchan. Andan por la zona pues vienen a echar una mano a su amigo el inspector Fixchusset, con un negocio bastante inusual. Pero la pregunta es: ¿cómo diablos cuatro esqueletos portan un ataúd y cruzan las calles del pueblo sin problema?

Maurice Tillieux haciendo lo que mejor sabía hacer. El maravilloso pincel Will creando ambientación. Un volumen con extras que desvelarán a su vez más datos y anécdotas sobre las historias y sus autores. Serie que no puedes dejar de querer, tenerlo todo-todito-todo de ella. Ediciones para el amante del mejor cómic europeo de todos los tiempos. Excelente tomo una vez más, que mola ver reposar en tu cómicteca. Por otro lado, no sé porqué, me da la sensación que la edición de Dolmen Editorial está siendo un poco dirigida a construir estos volúmenes por temáticas. No me había dado cuenta hasta ahora pero En los Límites de Lo Irreal es bastante obvio. Sí había percibido entonces que para nada los álbumes iban correlativos en años de publicación como en otras colecciones Fuera Borda. Pero oye, no me parece mala idea. De hecho, mola. Todo esto siempre que nos traigan todo lo posible de esta espectacular serie de la BD, por supuesto.

Una serie de aventuras con una atmósfera cautivadora y un encanto fascinante con autorazos como Will, Dineur, Rosy, Tillieux, Desberg, Lapière y Sikorski, de por medio.

Insisto: un volumen ideal para el próximo Halloween.

Reseña: Corto Maltés. La Casa Dorada de Samarcanda, de Hugo Pratt

Cuando leí el primer cómic de Corto Maltés, una de las cosas que recuerdo es, el prometer hacerme con toda la colección. Esto figuraba tener que buscar títulos en librerías y mercadillos de segunda mano. No obstante, a poco que investigues, rápidamente te das cuenta que Norma Editorial, en realidad, siempre lo tiene catálogo. O al menos por entonces empezaron a salir los títulos de la serie y cada uno en diferentes formatos; blanco y negro y color. Fue toda una alegría. Lo que digo siempre y lo que tanto requiero a editoriales. La oportunidad a un paso. Lo mejor de lo mejor siempre en stock debería ser siempre una cláusula indispensable en la producción y edición de obras literarias. Es de lógica. Y Corto Maltés es, sin duda, una obra indispensable para cualquier lector de cómics que se precie. Por eso es de rigor que sus álbumes sigan publicándose casi de forma mensual. Que sehaga, es siempre-siempre una buena noticia. Leer guiones tan buenos casi como si fuesen una novedad es algo que pone y mucho.

La Casa Dorada de Samarcanda es la vigésimo sexta aventura de Corto Maltés creada por el maestro italiano Hugo Pratt. Una historia que abarca un largo periodo de tiempo pues comienza en diciembre de 1921 en Rodas y termina en septiembre de 1922 en la frontera entre Afganistán e India. Una trama con cantidad de viajes por el Medio Oriente, entre países exóticos donde la muerte ronda casi cada viñeta donde encontramos olores diferentes, licores de colores extraños o una cama sugerente donde reposar o retozar. Como siempre cantidad de personajes transitan por esta aventura de Corto que es, sin duda, otra indispensable. Tiene de todo. Diría incluso que te enseña mundo. Acumula giros y vueltas al más puro estilo aventura clásica mientras despoja el argumento de su carácter convencional, pues casi todos los misterios generalmente se resuelven en el acto. Pero me pareció muy curioso ver que en esta aventura Corto Maltés está más perdido que en álbumes anteriores. Es objeto de múltiples cargas irónicas por parte de Pratt, quien lo retrata lleno de incomprensión frente a la miríada de personajes secundarios que van apareciendo. Como si el autor estuviese molesto con él por alguna razón y hubiese decidido hacérselo pagar. Lo pone a veces incluso como compañero no digno usando drogas cuando no toca. Una aventura por momentos bastante onírica.

En La Casa Dorada de Samarcanda, Corto busca el tesoro del rey persa Ciro II que fue escondido por Alejandro Magno siglos atrás. Eso por un lado, pero esto a la vez le sirve como pretexto para intentar liberar al prisionero Rasputín de donde se encuentra encerrado. Para ello, atraviesa tres estados emergentes y en eterno conflicto como son la República Turca, la Unión Soviética y el Irán, de Reza Pahlavi. Recordemos que al final de Fábula de Venecia (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6143), Corto Maltés cruzó el umbral de un patio secreto en Venecia para entrar en otra historia. Las cúpulas de San Marcos, todavía presentes en su mente, confunden sus primeros pensamientos mientras se encuentra en los muelles del puerto de Rodas, Grecia… Volviendo a la conciencia, inmediatamente se pone en marcha en busca de un manuscrito que ha descubierto que existe, mientras lee las notas del barón Corvo. Así se entera de que el escritor Edward Trelawnay habría escondido los recuerdos de su amigo Lord Byron «bajo la luna de la mezquita de Kawakly». Después de encontrar el manuscrito, es detenido por un individuo que lo toma por un tal Timur Chevket. Sus negaciones son inútiles, porque el parecido es tal que no da a lugar a ninguna negación. Por lo tanto, es llevado a una reunión de un movimiento nacionalista donde hace tiempo se espera a este tal Chevket. El comandante Bahiar dice que el general Enver Pasha, derrocado por Kemal, que se ha convertido en presidente de Turquía, quiere vengarse. Para ganar el poder, rompió con los bolcheviques y se unió a los musulmanes anticomunistas. Chevket (Corto) debe ir a buscarlo a Bahiar en Adana (Turquía), antes de partir con ellos hacia Turquestán. Pero al salir de la reunión, Corto piensa en una sola cosa: desaparecer lo antes posible. Y es que alojado con su amiga Cassandre, ella le advierte que corre un gran peligro. Por la noche, estudia el mapa y el manuscrito encontrado, que lo pone en la pista del tesoro escondido por Alejandro Magno en Asia Central y se larga.

Según Hugo Pratt, no es Corto el personaje principal de esta historia sino Rasputín. Por lo tanto, su liberación es el objeto de la búsqueda de Corto, quien desea salvar a su amigo encarcelado de una sentencia de muerte. Estamos ante un álbum que fue analizado incluso en programas de TV franceses porque sigue de una forma muy visual la antigua Ruta de la Seda. Evoca el nombre de Samarcanda, ciudad uzbeka que fue un paso importante de esta ruta, y así tenemos delante una ocasión ideal para ver a un héroe atravesar cantidad de países mientras descubre una fuerte diversidad étnica y religiosa.

Un cómic fascinante.

Reseña: B.O. Como Dios, de Ugo Bienvenu

Preferencias del Sistema me demostró que Ugo Bienvenu era un tío diferente. Amante de la Ciencia Ficción pero de un modo especial a la hora de ser creativo. Capaz de idear perspectivas un tanto aterradoras a la vez que curiosas, de las que si te paras a pensar, seguramente el ser humano pasará por ellas antes de su extinción. Historias diferentes como la que podéis encontrar en B.O. Como Dios, el nuevo titulo de este autor que publica Ponent Mon este mes entre sus novedades. Y ahora decidme si no, un robot que viaja por el universo para satisfacer sexualmente al todo sexo femenino que lo requiera, no es una idea tan curiosa como aterradora. ¿O quizás solo sensual y sugerente?

Desde La Survivante, de Paul Gillon (1985), sabemos que los robots también pueden alimentar y despertar sentimientos en los humanos y compartir placeres sexuales con ellos. Ya está pasando aunque de una forma un tanto primaria. Sobre el mismo tema, también leí en su día la hermosa Sixella. Así que estoy de nuevo ante un tema que no me pilla de nuevas. Tema tremendamente atractivo y más con un autor como es Ugo Bienvenu que de algún modo siente algo al mezclar en sus tramas humanos y robots.

Ugo Bienvenu presenta en B.O. Como Dios a un humanoide muy particular. Una especie de gigoló intergaláctico que viene a proporcionar a pedidos a las hembras de todo el universo. ¡Viaja en una nave con forma fálica! ¿Los servicios? Servicios de alta gama para aquellas hembras que lo deseen y puedan pagar por sus trabajos. Un álbum que está compuesto casi en su totalidad por escenas de sexo, pero con una presentación de viñeta muy curiosa porque toda la historia parece estar como “retratada”, por el protagonista. Como si solo se estuviera ilustrando el discurso de B.O. por el universo, su vida artificial, la presentación de su oficio… B.O. es el narrador aunque apenas hay diálogo. Presenta a sus clientas lo que es capaz de hacer mientras analiza todo de una manera bastante fría y funcional. Esa frialdad acentuada por una coloración impersonal muy distinta y es porque a B.O. le gusta el trabajo bien hecho. Un ser artificial muy concienzudo.

Insisto, al igual que en Preferencias del Sistema (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1642), Ugo Bienvenu consigue mostrar con muy poco un comportamiento muy real de lo que viene a ser una inteligencia artificial con una misión o destino concreto. No diría tanto una obra pornográfica sino más bien existencialista pues casi en cada página que sale B.O. se siente el deseo pero también la aceptación de su reto, tan certero, que siempre consigue mostrar en su trabajo una máquina.

Pese a todo, en la segunda parte del álbum se puede decir que B.O. se vuelve más humano, ganando en profundidad, personalidad, cuando comienza a explicar su origen contando porqué es el único ya que hace este trabajo. Repasa el porqué su existencia y como no debe ser conocida por las autoridades, ni por los machos de cada existencia interplanetaria. Se ve inmerso en una orgía que asume como un gran profesional, pero en la que nos analiza cada comportamiento erótico-festivo. Por que B.O. es el último de los robots sexuales. Es de la época en la que los bisabuelos de estas hembras ardientes de pasión aún no habían nacido. Una época en la que los seres humanos llegaron a apreciar tanto a los robots sexuales que la natalidad cayó en picado, y sólo se brindaba por liberar tensiones independientemente de con quién y con uno de ellos de por medio. De como los humanos ya solo querían a robots para el sexo. Y las prácticas se desataron en las más lujuriosas escenas y comenzó a haber accidentes. Una parte donde B.O. se vuelve menos cerebral y más carnal.

Ugo Bienvenu nos ofrece una pequeña joya narrativa y gráfica. La historia autobiográfica de B.O, un robot potente en personalidad, un verdadero juguete sexual viviente para mujeres humanas o alienígenas ricas y solitarias, una visión del amor bastante fría, clínica y desilusionada para algunos, pero terriblemente excitante para otros.

Desde luego, vive como Dios.

Lectura original como pocas.

Reseña: La Inmersión, de Séverine Vidal y Víctor L. Pinel

A parte de la familia, ¿qué nos puede tocar más la fibra que la vejez, la llegada y sus consecuencias? Cuando algunos ya tenemos una edad y empezamos a ser conscientes de lo que se nos viene encima, es hermoso pero triste. saber que un día dejamos de existir. Que ya nos estamos en este plano y queremos por encima de todas las cosas (algunos sin saberlo) que se nos recuerde. Pero así es la vida. Todo lo que nace, muere, que dice mi madre. Para colmo, de este tema surgen diferentes ramales, diferente vías, de esta enorme tristeza que es el fin de la vida, la pérdida, el hundimiento en el olvido. En mi opinión, dejando de lado las enfermedades dolorosas, no hay nada peor que olvidar tus propios recuerdos. Tus grandes momentos (los malos se olvidan solos) porque con ellos obviamente te desprendes de tus allegados. Pero si somos optimistas, si luchamos por desaparecer con gracia cual mago en plena apoteosis de su público, los momentos tristes se disipan.

Y cada minuto en esta vida es una fiesta.

Algo así nos cuenta La Inmersión, el cómic novedad de Nuevo Nueve Editores para estas fechas. Una obra que nos llega de la mano del guionista Séverine Vidal y los geniales dibujos de Víctor L. Pinel. Un historia muy hermosa que conmueve enormemente, y eso que el tema a priori no es una broma. Pero se convierte en ella. Especialmente porque seguimos a Yvonne, una mujer que tras cuarenta años en la misma casa ahora con ochenta se va a una Residencia. Sin embargo, el mundo no se le cae encima a una mujer que siempre fue una entusiasta de la vida. Al principio, los cambios asustan, no son fáciles, es normal, pero Yvonne es mucha Yvonne y a su nueva vida le va a dar un toque conmovedor, delicado y divertido; para socavar las ideas preconcebidas que dicen que “retirarse” a una Residencia, es para caer en soledad, miseria y melodrama.

¿Qué ocurre entonces? Que como siempre pasa en esta puta vida cuando te va bien y vuelves a ser feliz, te vienen los palos. Yvonne se hace amiga de un grupo de residentes divertidos y lúcidos e incluso se enamora. Pero de pronto la vejez vuelve hacer acto de presencia y empieza a no poder controlar el habla y su mente confunde cosas. El torbellino que fue su vida se escapa en ese huracán oscuro que se acerca por el horizonte e Yvonne decide regalarse un último momento. Por lo que concreta con su nueva pandilla una tarde de paseo por la naturaleza. Una última tarde, quizás..

Los personajes son entrañables sin ser demasiado malos o demasiado agradables. Muy reales, diría, y reconocibles para los que hemos visitado alguna vez entornos así. Yvonne también nos lleva a sus reflexiones y recuerdos personales, colocados juiciosamente tras la historia principal. El diseño está en consonancia con la trama y las características de las personas mayores se contraponen a las de los más jóvenes que están cerca con líneas claras. Lo que coloca al ilustrador Víctor L. Pinel como un gran detallista. Pero el álbum, en general, tiene un tono muy apropiado, no es una llorera constante para que te hundas con tristeza en el sofá. Es más divertido que otra cosa. Es una oda a la vida, al último aliento que a uno le gustaría exaltar como un último desaire a la muerte.

Con un final que rebosa libertad por los cuatro costados.

Con una intrigante portada que quizás anime a algunos a abrir el tomo y explorarlo más.

Irónicamente, La Inmersión es un cómic para el recuerdo.

Reseña: 11 de Septiembre de 2001. El Día que Cambió el Mundo, de Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois

Para un día como hoy pega una reseña como ésta. Una que trata el aniversario del famoso 11-S que sacudió al mundo en 2001. Yo estuve allí en la medida de ser persona consciente de lo que estaba sucediendo por momentos a través de los noticiarios españoles. Ya había nacido, no era un bebé, ni siquiera un adolescente. Sufrí el miedo que desprendía casi cada canal de TV que emitía el atentado en nuestras horas de almuerzo; primeras horas de la mañana en Manhattan (Nueva York). Como amante de la ciudad que nunca duerme, y unos cuatros años antes de visitarla por primera vez, viví el miedo. Escenas, rostros, situaciones que recordaban a esas películas de catástrofes en las que los protagonistas visualizan un ataque al mundo por parte de extraterrestres. Fue nuestro fin del mundo. La gente corriendo por las amplias avenidas de Manhattan sufriendo DE VERDAD. Eso sin contar las noticias que iban llegando del secuestro de otros aviones en diferentes puntos del país y que presagiaban algo mucho peor…

Cada persona consciente de la situación vivió el miedo. Entiendo que no, pero si por casualidad algún lector de Desde New York – Crónicas Literarias no sabe muy bien de qué estamos hablando, aporto una parte de la sinopsis de Norma Editorial que hace un buen resumen:

«Nueva York, 11 de septiembre de 2001. Dos aviones se estrellan contra las Torres Gemelas en Manhattan las denominadas World Trade Center. Un atentado sobrecogedor que se atribuyó la organización terrorista Al Qaeda que tenía como líder a un famoso talibán llamado Bin Laden. Se cobró casi 3000 muertos. Terrorismo global, Irak en el punto de mira, Guantánamo, vigilancia masiva en aeropuertos y fronteras, Afganistán, el Estado Islámico…».

En el cómic 11 de Septiembre de 2001: El Día que Cambió el Mundo descubriremos una historia más con el atentado como fondo. Una historia más de las muchas para las que ha dado esta catástrofe que hoy mismo celebra aniversario. Veinte años ya, madre mía, de esta locura. Cómic europeo donde los franceses Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois revisan los hechos a través de la vida de una chica llamada Juliette. Un volumen en cuya portada hay un edificio consumido por las llamas y justo al lado la sombra amenazadora de un avión acercándose a un segundo edificio… Una foto, la ilustración de un segundo que ha quedado marcado en nuestras consciencias. Pues ahora, veinte años después de los atentados del World Trade Center, recuerdos e imágenes de lo sucedido, a poco que te pares a pensar, siguen muy vivos. Y ya desde las primeras páginas del cómic, Baptiste Bouthier y Héloïse Chochois, hablan de un hecho al que todo el mundo hace referencia cuando este tema sale a debate. Es decir, hablar sobre «dónde estaba cada uno y qué estaba haciendo cuando la tragedia se dió». Pero vamos a lo que vamos.

Desde el principio, descubrimos a Juliette. Es septiembre de 2021 (¡Más actual imposible!) y está a punto de abordar un vuelo a Nueva York para ir a ver a su prima. Allí, en el avión, todo se remonta al día en que como dice el título «el mundo se puso patas arriba». Un espectáculo hipnótico, un momento de desconcierto e incomprensión, a través de este personaje, adolescente en el momento de los hechos, con la cual seguimos el transcurso del día, cuidadosamente documentado y compartido entre el viejo y el nuevo continente.

Pero hay más. Por un lado, el punto de vista de un estudiante universitario francés, recordando el impacto mundial de esta tragedia. Por otro, el horror vivido en el lugar, a la sombra de las dos torres, todo retransmitido en pantallas de todo el mundo: la bola de fuego y el humo negro que se eleva en el cielo, los cuerpos que saltan al vacío. las llamas, el derrumbe de las Torres Gemelas, la nube de humo que recorre la ciudad, el miedo y el pánico que se apoderan de las calles… Todo, mientras que en esta niña de catorce años, este espectáculo hipnótico provoca un momento de desconcierto e incomprensión -compartido por adultos igual de perdidos- en toda Nueva York. Y el mundo quieto. Apenas se moviliza por el susto. Pero un cómic algo coral que se detiene brevemente en varios destinos: el de Brian Clark, uno de los cuatro supervivientes que se encontraban por encima del punto de impacto de la Torre Sur, Joseph Pfeifer y Frank Campagna (bomberos) y Suzanne Plunkett, fotógrafa de prensa que realizará una de las tomas más famosas de los hechos.

11 de Septiembre de 2001: El Día que Cambió el Mundo es interesante y pedagógico. Publicado antes de la retirada de las tropas estadounidenses en Kabul hace unas semanas. Lo que explica bien los riesgos de la intervención USA en este país. Echádle un ojo.

Reseña: A Fake Story, de Jean-Denis Pendax y Laurent Galandon

Es famosa la historia -muy famosa- que cuenta que el 30 de octubre de 1938, Orson Welles transmitió por radio una breve narración de la novela La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells. Con ello creó el pánico en la población. Lo hizo de forma narrativa pero con tanto énfasis y de forma tan verídica que la gente aterrada comenzó a huir y hacer cosas sin sentido creyendo que de verdad la Tierra estaba siendo atacada por marcianos. ¡Pánico! Una guerra falsa aterroriza a todo el país, titulaban los diarios al día siguiente. Pero el mismo día de la transmisión, ocurrió un crimen…

Antes que nada, no quieras saber mucho más sobre lo que se cuenta en esta reseña o no disfrutarás el nuevo cómic que publica Ponent Mon denominado A Fake Story. No lo disfrutarás. Solo confía en que diga que estamos ante un buen thriller que se ambienta en aquellos intensos años 40 con una reflexión sobre la credulidad del público frente al poder de los medios de comunicación. Dicho esto, Jean-Denis Pendax y Laurent Galandon hacen un trabajo de adaptación maravilloso de la novela de Douglas Burroughs. Y no diré más. Un trabajo genial. A Fake Story se presenta como una historia de detectives con la atmósfera típica del thriller estadounidense, novela policíaca o de género negro como se les llama ahora. Con un personaje principal que es el propio Douglas Burroughs, un ex-periodista que se ha dedicado a la escritura, aunque acepta respaldar una investigación de campo a instancias de su ex-jefe, el mandamás de la cadena CBS.

Como os decía, Burroughs es también el autor de la novela de la que se extrae esta historia, y se muestra a sí mismo como un personaje misterioso e ideal como detective privado con carácter. Pero, ¿este relato es verídico o Douglas Burroughs se introdujo a sí mismo en una ficción que le encantaba? Desde el comienzo nos sumergimos en el corazón de un juego de naipes en el que los bulos, las verdades y las mentiras (otra vez) se combinan hábilmente para crear una nueva realidad. Este es el principio mismo de las noticias falsas. Se debe dar en primero de Periodismo. Mezclar elementos tangibles y declaraciones gratuitas con hechos totalmente falsos, pero creíbles. Guionista e ilustrador nos impulsan con la obra aún más, ya que toda la trama se construye sobre uno de los engaños más famosos de la historia de la radio y sobre esta base históricamente sólida (el programa de Orson Welles y el pánico resultante) se desarrolla una apasionante investigación policial en la que Douglas Burroughs tendrá que separar lo verdadero de lo falso para finalmente descubrir la verdad sobre un asesinato. Una investigación en la que se aprovecha para pintarnos una USA de finales de los 30 donde abundaba el racismo, el auge de los medios, la fascinación por las armas pero también el miedo conspiranoico.

Francamente, el contexto es fabuloso. Los personajes son creíbles, la investigación ofrece más de un giro y tiene bastantes toques literarios a lo Dashiell Hammett. El dibujo de Jean-Denis Pendanx aporta la atmósfera esperada. Y acerca. Siendo algo exagerado, casi se puede inhalar el aroma del cuero viejo mojado y las cenizas de los cigarrillos en los despachos…  Insisto, para un amante de la novela policíaca clásica, A Fake Story es un pedazo de recomendación. Y en formato cómic que es más ligero y visual que cualquier novela que se quiera destacar. Más sorpresivo, si cabe, de ahí que no quiera contar mucho del argumento. Pero más allá del aspecto detectivesco, tras la lectura de A Fake Story me surge una reflexión sobre el poder de los medios y la credulidad del público, ese siempre tan dispuesto a tomar cualquier afirmación como cierta sin mirar que provenga de una fuente que inspire confianza. Fiarse gratuitamente del boca a boca o las tan temidas leyendas urbanas que siempre son contadas por el amigo de un amigo y que llegan a tener tanto peligro a veces, que los propios medios las dan como ciertas y alertan a la población sin necesidad. Hoy en día pasa.

Los que me conocéis imagináis que tan pronto como terminé de leer A Fake Story quise saber más sobre Douglas Burroughs y su famosa novela. Durante la lectura tuve esa sensación rara de cómo algunas revelaciones del cómic hacían referencia a algo que no aparecía. ¿Hechos no completos? Bueno, por lo menos, daban la sensación que había más. No sé si os pasa pero esto lo capto rápido. Y ahí supe que Galandon y Pendanx me habían creado una necesidad. Investigar por mi cuenta.

Reseña: La Estrella del Desierto (Integral 1), de Stephen Desberg y Enrico Marini

La Estrella del Desierto es (en mi opinión, por supuesto) la obra visual más hermosa de Enrico Marini. Pasé dos tardes maravillosas leyendo este primer integral…, los dos primeros capítulos de la trama. Una historia que deleita cual buena peli del Oeste. Y dos tardes porque decidí extender el tiempo de disfrute, de gusto y regusto. Alargar el sabor del manjar que tenía entre manos. Se daba todo: buen cómic europeo, western, acción y tiros por doquier tras una buena trama. Os puedo decir que ha pasado bastante tiempo desde que leí un western de esta calidad. Cuando hablo de calidad pienso obviamente en el dibujo endiabladamente bueno de Marini que en mi opinión con esta serie ha alcanzado la casi perfección gráfica. Por decir que no existe la perfección al cien por cien… No obstante, conviene recordar que La Estrella del Desierto no es solo un cómic con un diseño suntuoso sino que también es una historia con un escenario seductor, que posiblemente es obvia y clásica; pero que nunca deja de gustarme. Y es que Stephen Desberg utiliza todos los códigos típicos del western y los ejecuta bien. Incorpora una historia de venganza y esto nos brinda un thriller ambientado durante la conquista de Occidente por parte de los «nuevos americanos». Además, da la sensación que el guionista se ha documentado enormemente bien para darnos de manera magistral, ese ambiente tan especial que reinaba en aquellos años. Fue toda una epopeya hacer aquella travesía por parte de las empresas ferroviarias que querían llegar al Pacífico.

¿Y qué más se puede pedir sino que esté bien hecho, un cómic que se lee con tanto placer? Lo único que no me gustó es que Marini nos puso un protagonista de rostro muy parecido a cierto actor tan famoso. Cuyo nombre no mencionaré. Más que nada porque nunca asocio a ese actor con una peli del Oeste y bueno, siempre cabe que algún afortunado no lo vea claro y así no le corta el rollo. Pero por lo demás el cómic está de lujo. Nos trasladamos a Washington en 1870. Un hombre de edad avanzada llamado Mathew Montgomery es funcionario en el Ministerio de Defensa. Tiene esposa, hija, amante…, todo lo que uno puede obtener en un alto cargo. Pero tras el asesinato y violación de su mujer e hija…, su perfil cambia. Abandona todo su mundo para seguir la pista del asesino, el cual dejó un extraño simbolo indio grabado con un cuchillo en el púlpito de sus seres queridos…

La Estrella del Desierto es una historia íntima. De una íntima venganza. La América de Occidente aquí solo un escenario grandioso en el que un hombre busca sentido a su vida, si es que ya queda tiempo para ello. Al principio, la violencia -exceptuando la tragedia- está cotenida pero luego…, se desata la ira, la locura de una búsqueda que llevará al protagonista a Topeka, a la llamada antecámara del infierno. Busca venganza contra los asesinos de su mujer e hija. Y luego la conmoción. Pues atrapado en un torbellino de salvajismo y macabra realidad, Matt Montgomery muestra al mundo lo que de verdad lleva dentro. Lo que yo diría que muchos de nosotros llevamos dentro y nunca nos queremos ver en ese papel.

El personaje evoluciona de una forma soberbia. Evoluciona, comprende y descubre una América desconocida y salvaje, y con ello un pueblo y un universo que nadie imagina que esté a un paso. Desberg captura el género a la perfección. Los códigos del western están ahí, y bien organizados. La narración es fluida y rítmica, la acción perfectamente equilibrada; la trama es ciertamente clásica, con una oscura historia de venganza, pero perfectamente dominada. El guión nos mantiene avanzando, y eso que aún me queda por leer el siguiente integral que resolverá muchas cosas… entiendo. Ganas tremendas que Norma Editorial lo publique. Revelaciones en el capítulo 3 y 4 se necesitan. Pero la verdadera ventaja la aporta el increíble universo gráfico que Marini diseña para ofrecernos de forma visual dicho mundo, entorno, época… Se trabaja admirablemente la decoración, los colores, los personajes, el encuadre y la atmósfera. El paso de las viñetas muestran también una evolución. La interpretación de este mundo de pioneros sin ley rodeado de amplios espacios abiertos es bastante notable. La Estrella del Desierto es un verdadero cómic del Oeste. Es un western crepuscular de muy alta gama que recuerda en sensaciones a la Sin Perdón, de Clint Eastwood. Un clásico cuento de venganza que mola y que reúne a dos autores en su mejor momento.

Siempre se ha dicho que las mejores aventuras se escriben en el Viejo Continente, ¿no? Este es un ejemplo.

Reseña: La Sabiduría de los Mitos. Heracles, de Luc Ferry, Clotilde Bruneau, Didier Poli, Carlos Rafael Duarte y Annabel

El buen amante del cómic europeo siempre tiene puesto un ojo en Yermo Ediciones y sus novedades. Son una editorial que raro es el mes que no trae una obra recomendable; una joyita, un nuevo tomo más de una serie joyita o un título inesperado que uno no creía poder ver publicado en nuestro país. Es el caso de Heracles. La génesis del que es para mí el mayor héroe de la mitología griega, pese a ser denostado por tantos otros o modificado por los siempre copiotas romanos (Hércules). Heracles es mi favorito. De hecho, intento leer toda obra que lleve como titulo o trate la vida de este héroe que como bien se comenta en el reportaje fotográfico a modo enciclopédico que cierra el tomo: es un héroe bastante paradójico. Y ya mi diréis si no termina de empujar a ello el enorme portadón que trae esta historia en tres capítulos. Un tríptico que viene a enriquecer la colección fundada por Luc Ferry sobre mitología de la que Yermo Ediciones ya se ha pronunciado a que publicará más títulos al ser obras cerradas. Esta en especial, trata sobre el gran héroe de la mitología griega que bien merece que se recuerde su historia y moraleja una y otra vez. Sus hazañas. Y no sabía si Clotilde Bruneau (guionista oficial de la colección) lograría evocar todo lo que me gusta de este ser. Al menos, lo que yo entiendo como más importante. Pues hubiera sido inconcebible que una colección de cómics sobre mitología griega no abordara uno de sus personajes más icónicos de la forma más certera. Pero está hecho. Está aquí. Y en nuestro país. Un volumen que toma bien la historia desde su origen, antes del nacimiento de Heracles y su temprana juventud, para después detenerse justo antes de la prueba de Los Doce Trabajos (o las diez obras que por culpa de Hera se convirtieron en doce). El qué hacer para la remisión de su crimen.

¿Y qué hizo para tal castigo? Heracles, en un arrebato de locura provocado por Hera, mató a su mujer, a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos. Un horror. Tanto que se desmayó y al despertar y descubrir los terribles actos que había cometido, sintió un terrible dolor, y avergonzado, se aisló de la sociedad yéndose a vivir a tierras salvajes. Pero tras una larga búsqueda, fue hallado por su hermano Íficles, que le convenció de que fuera a hablar con el Oráculo de Delfos. Y en penitencia por este execrable acto, la congregada sibila le dijo que tendría que llevar a cabo una serie de trabajos que le impondría Euristeo, ni más ni menos; el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona y a quien más odia Heracles. Pero Hera malmeterá para intentar que no tenga éxito en esta nueva aventura.

Sí que tengo que decir que este cómic trata la historia quizás de forma un poco erudita. O esa es mi impresión. Pero se mantiene fiel a los relatos mitológicos y no muy tarde se vuelve fácil de digerir. Se vuelve interesante, sobre todo, desde el mismo momento en que Heracles demuestra que ya desde la cuna viene para darnos momentos épicos. Como cuando asfixia a las dos serpientes enviadas por Hera a su cuna para matarlo. Desde muy pequeño, Heracles ya muestra la fuerza heredada de su divino padre. Comienza así. Y como lector ya sabes que la mayoría de las hazañas del héroe se mostrarán de forma elegíaca. Pero, esperad, esperad, ¿y si os dijera que aquí se cuentan otras cosas? Dice la sinopsis que para proteger la armonía cósmica, Zeus desea enviar a la Tierra a un hijo que pueda luchar contra los poderes destructores del caos, un hijo que, al crecer, hará gala de unos talentos fuera de lo común, entre ellos una fuerza inusitada. Pero su nombre y muy pronto su vida, se enfrentará a extremos contrapuestos. Un paladín que se enfrentará a su propia naturaleza caótica y violenta para llevar a cabo los doce trabajos con los que Hera, la esposa de Zeus, pretende detener sus avances por el mundo.

Para los amantes de la mitología como yo, es un placer leer tomos así. Es obvio que para el que conozca bien la historia, no aprenderá nada exceptuando algún que otro detallito que los autores aportan como propio y original. Pero para otros que no estén familiarizados con las hazañas del héroe, este es cómic genial. Y también para los que desean gozar una y otra vez de esta trama diseñada y/o dirigida por diferentes autores, con un dibujo potente, muy del estilo anime clásico que Annabel (Capítulo 1: La Juventud del Héroe) y Carlos Rafael Duarte (Capítulo 2 y 3: Los Doce Trabajos y La Apoteosis del Semidiós) entregan a los lectores. Dibujos que dan a la trama mucha fluidez.

Luc Ferry es el creador de la colección La Sabiduría de los Mitos donde se adaptará de forma profesional y hermosa los grandes mitos del paganismo clásico europeo. Que una editorial haya decidido traer estos titulos a este lado de los Pirineos, sin duda, es algo para celebrar.

Reseña: Libertalia, de Rudi Miel, Fabienne Pigière y Paolo Grella

En veranito, no digáis que no pega una de piratas. Apetece, sobre todo, cuando tienes frente a ti al Gran Azul y su constante oleaje. Para colmo, me inspira muchísimo el lugar onde me encuentro pues un par de kilómetros mar adentro, se ve desde la orilla los restos de un barco semi-derruido que lucha cada día, cada hora y cada minuto por no bajarse al fonde a morir. Son los restos de un pequeño buque granelero que traía arroz al pueblo en el pasado siglo y encalló por esa zona. Nunca más pudieron sacarlo de ahí. Desde entonces, y ahora, lo utilizan algunos pescadores como fondeadero para trincar ciertos moluscos que se apegan a la base, proa, popa, a todas y cada una de las zonas pues se podría decir que es uno de los baluartes de moda entre cierto pequeñezuelos marítimos. Por lo que es un reclamo alimenticio y no solo hablo del ser humano. Dicen que por lél se inventó el dicho: Más lento que el barco del arroz…, que traía comida al pueblo en malos años y nunca llegó. En fin, que me voy por la barandilla. Que en sitios así dan unas ganas tremendas de leer una buena historia de piratas. Eso quiero decir. Y di con un precioso cómic europeo que recién publica Norma Editorial. Donde encontré, sin duda, mi «barco del arroz». Un titulo con una pinta tremenda tanto por dentro como por fuera. Libertalia, un nombre que evoca alta mar, navegantes y pirateo por lo cuatro costados. Y más ahora que sus tres álbumes se recogen en un integral.

Una utopía pirata, una ciudad de hombres libres, así se denomina Libertalia, pues la idea surge nada más y nada menos que del propio Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, el cual, en uno de sus escritos, habla de una colonia, un paraíso libertario fundado por piratas y Defoe lo situó cerca de Madagascar a principios del siglo XVIII. O quizás fuera la propia isla. Pero ahora los guionistas Rudi Miel, Fabienne Pigière y el ilustrador Paolo Grella van a trasladarnos a ella, y a la locura de un caballero francés destrozado, Misson, y de un sacerdote italiano desaliñado llamado Carracioli, ambos luchando contra los esplendores de la Iglesia.

Pero ¿existió realmente esta colonia pirata? ¿O nació, como muchos defienden, de la imaginación de Defoe y el sueño de muchos? Dicha mítica colonia en la que los piratas crearon una sociedad de justos e iguales, sí que existe en Libertalia, donde la podremos conocer muy bien desde dentro. Es la ciudad utópica por excelencia, la oscuridad y la luz chocan en una lucha a muerte, sin vencedores, ni vencidos. La trama de este cómic se centra en la historia de un caballero francés y su amigo, un sacerdote que incumplió las Sagradas Órdenes; mas, se puede decir que realmente es una recopilación de los sucesos acaecidos a la tripulación de un barco…, al menos, al principio. Todo centrado en dos personajes que se llegan a desarrollar más que otros. Una ciudad libertaria fundada por piratas, con un caballero francés venido a menos y un sacerdote como compañero de dramas. Pero en esencia, un joven noble perseguido por sublevarse y disparar contra un vizconde que traficaba con esclavos y los torturaba y un cura que se opone a los abusos de la Iglesia contra los más pobres. Ambos se embarcan (nunca mejor dicho) en una historia que los llevará a las Indias Occidentales para fundar una ciudad de ensueño.

O eso desean.

Entre piratería, aventura y reflejos que presagian el Siglo de las Luces, Fabienne Pigière y Rudi Miel nos hacen viajar más rápido que el viento, sobre todo, en el primer álbum. No hay tiempo para aburrirse en Triunfo o Muerte. Parece que los autores tienen mucho que contar y así empiezan, de este modo, se esbozan rápidamente las motivaciones de los dos personajes principales para sumergir rápidamente al lector en la acción. De este lado, las batallas, las batallas navales, los encuentros con nativos amenazadores, se suceden a ritmo frenético. Acompañados de la presentación del «villano de servicio», el innoble Dalbarade. Pero si eres capaz de abstraerte un poco del alto ritmo, verás que también hay tiempo para la aclimatación a dicho mundo, a dicho siglo, a un entorno exótico donde la humedad se vuelve agobiante… Genial inicio.

¿Libertalia nació en 1697, en Madagascar, de la imaginación de Daniel Defoe o de la locura de dos hombres rompiendo con su tiempo? Esa es la premisa que se mueve en el segundo álbum de este tríptico que se llama Las Murallas del Edén. El Edén de Misson y Caraccioli que se va construyendo poco a poco. Ambos hombres ven sus ideales materializados en un modelo de sociedad igualitaria. Pero no están solos en la isla. Además, la pereza natural de algunos, la violencia de otros y el resurgimiento de los viejos hábitos están minando gradualmente el funcionamiento de la colonia. A todo esto hay que sumar la amenaza externa personificada en el corsario Dalbarade que es porculero como pocos.

Cierra Los Caminos del Infierno. Donde su titulo es más que obvio para describir como hay que luchar por algo, duramente, si no quieres que se vaya a pique. Aunque ciertas cosas, en esta vida, son inevitables.

El dibujo de Paolo Grella es particularmente atractivo. Inspirado en los grandes de la época dorada del cómic italiano, también evoca a veces el del discreto René Follet. La elección de sus colores, cosa del pasado, puede sorprender. Pero en conjunto, llevado por un corte muy dinámico, encontramos un dibujo muy efectivo, tanto que despertó mi curiosidad por buscar más trabajos de este diseñador.

Una gloriosa vuelta al género filibustero.

Reseña: Los Hombrecitos (2004-2011), de Pierre Seron

Los Hombrecitos (2004-2011) cierra una colección que a muchos nos empujó a enamorarnos de nuevo por el cómic europeo. Amor que quizás muchos nunca perdimos, pero eso no quita que por una cosa o por otra, tuviéramos esa pasión latente o en hibernación y no tan al día como queríamos. Y mejor aún, como se puede tener hoy en día si uno quiere. Los Hombrecitos fue una de las series traidas a este país que me devolvieron la ilusión. Sólo hay que mirar en derredor, títulos así, en nuestro país, en ediciones en tapa dura ideales para coleccionar en la cómicteca…, y más en formato integral abogando por la calidad editorial. El mejor cómic europeo en el mejor formato. Decidme si no estamos en una nueva época dorada en nuestra país. Por no decir la mejor. Porque este viejoven no recuerda un momento donde tener tanto donde elegir en el idioma de Cervantes y en tan diversas editoriales nacionales.

Cuatro álbumes más para cerrar una serie gloriosa del cómic francobelga.

En Operación C.I. nos encontramos a bordo de portaaviones/submarinos, seres mutantes mitad-elefantes, mitad-cocodrilos… seres que traman un plan para robar toda la materia gris de las luminarias más eminentes del país. Entre sus objetivos, el profesor Hondegger, que conducirá a Los Hombrecitos a una nueva aventura.

Me gustó. Creo que es el álbum con más acción de toda la colección. Una aventura-disparate que se vuelve chula con el paso de las viñetas.

Esto se cuenta en el siguiente álbum llamado En Nombre del Hermano: En un hermoso día alguien toca una una cuerda floja que resulta ser un cable de acero del tendido entre las paredes del valle. A pesar de todas las medidas de seguridad, Oliver desaparece… Se organizan búsquedas constantes, pero no se puede encontrar su cuerpo. Stan, el hermano gemelo de Oliver, responsabiliza a Renaud, el jefe de seguridad de Eslapión, y tiene la intención de hacerle pagar por la desaparición de su hermano. No escatimará en los medios implementados para desestabilizar a Renaud y desacreditarlo a ojos de Los Hombrecitos.

Buena historia de intriga y suspense con giros inesperados. Homenaje al género detectivesco, sin duda.

Castillo Monterrugoso ocurre unos veinticinco años después de En las Garras del Señor (álbum de los principios de la serie), donde Seron decide volver a escenificar al barón de Montrigu y al señor de Crapulay. El odio y la rabia entre estos dos personajes aún ruge. Las batallas y el ajuste de cuentas marcan el día a día entre estos dos Señores y sus Reinos. Seron pone en escena de nuevo este pequeño mundo vecinal tan divertido. Enfrentando a hombres grandes y pequeños entre sí y mezclando aventuras y humor, ofreciendo un nuevo álbum tan divertido como dinámico. ¡Uno de mis favoritos de toda la serie! Una historia distinta a su precuela, con grandes personajes -en principio, secundarios- que dan para novela gráfica independiente.

La quincuagésima y última aventura de Los Hombrecitos es Eslapión 3. Donde toda la comunidad de Los Hombrecitos se va a asentar en una nueva ciudad submarina para escapar del ejército que quiere volar los acantilados que albergan a Eslapión 2. La cual, aparte, no para de ser amenazada por extraños fenómenos que ocurren en la región. Es por eso que Renaud toma todas las medidas para garantizar la seguridad de Los Hombrecitos y decide llevar a cabo un proyecto que lleva elaborando más de diez años. Un proyecto secreto que bien podría ser la última salvación de los habitantes de las cuevas.

Y aquí termina. La aventura llega a su fin más de cuarenta años después de haber comenzado en la famosa Spirou. A menudo mencionado como el sustituto de Franquin, en mi opinión, el trabajo de Seron rara vez ha sido debidamente juzgado. Para mí es un ídolo a tener en cuenta, muy aparte de otro grande como es Franquin. Este integral que cierra la serie culmina como toda buena historia, con una vuelta al principio. Empezó con un éxodo y termina tal cual. Pero ahora es definitivo. Seron utiliza esta elipse para despedirse de sus personajes y de sus lectores. Círculo completo cerrado. Fin. Y a otras cosas. Da pena, pero tampoco disgusta. Pocos cómics podréis encontrar tan bien cerrados.

Han sido quince tomos con éste que comprende los publicados por Dolmen Editorial en su magnífica Colección Fuera Borda. Un regreso a una joya de la BD del maestro Seron, miles de páginas después, Los Hombrecitos, decenas de aventuras después, una de las mejores obras de todos los tiempos del cómic francobelga. Venid a ver mi colección y así podréis contarlo a quién os apetezca. La tengo al completo. Ahí quedará por siempre, para mí, para mi familia, para quien le apetezca.

Oro puro.