Reseña: Superman. Año Uno, de Frank Miller y John Romita Jr.

Con todo el escándalo con respecto a las continuas dificultades de Batman: Damned, DC avanza firmemente con su sello Black Label. Quizás para sofocar los humos, se hizo otro recuento; los primeros años de Superman. Y ahora algunos diréis, ¿cuál es el punto? No hace mucho tuvimos el fantástico Superman: American Alien que cubre un terreno similar (en intención). Se llegó a valorar como un fallo de inicio de El Hombre de Acero, de John Byrne, pero el caso es que a todo el mundo gustó. Y lo digo ya: Superman Año Uno va por el mismo sendero. No defrauda a nadie.

Nada más y nada menos que Frank Miller, es el guionista que lleva a Clark Kent a través de sus primeros años. Pero es un Clark diferente. Casi desde el principio, hay una silenciosa arrogancia en él, ya que se da cuenta de lo diferente que es de sus adoptados Ma y Pa, sus amigos de la escuela y los matones necesarios de turno. Este Clark no es tan simpático como el Clark al que estamos acostumbrados. Y eso mola. Que sí, que sí, que basta que cambies algo y tanto conservadores como gente de a pie se quejará. No obstante, por mucho que mole, se quejarán. Pero lejos de esas almas innrenovables, Miller siempre demuestra ser como mínimo diferente a sus semejantes. Y bueno, siempre me han gustado las historias de Superman que cuestionan cuánto poder puede usar realmente la persona más poderosa del planeta.

Al igual que Miller, el ilustrador John Romita Jr. ha tenido varios detractores por su estilo a veces pesado, pero por mi parte seré breve: cuando lo borda, lo borda. Y en Superman: Año Uno un buen costurero es. Entonces, ¿cómo los duetos en las canciones? ¿Qué fue antes? Bueno, da igual. De todos es sabido, que uno siente atracción por lo que de dos grandes artistas pueda surgir. Y si es una historia corta y con un personaje de renombre…, todo suma.

Magnífica esta edición y en este nuevo formato del Superman Año Uno, de los consagrados Frank Miller y John Romita Jr, los cuales cuentan a su modo, desde la huida in extremis del agonizante Krypton hasta el aterrizaje en las bucólicas tierras de Smallville. El viaje emprendido por Kal-El durante su atípica infancia le obliga a descubrir y perfeccionar el dominio de sorprendentes poderes y a tratar de averiguar el papel que debe desempeñar en un nuevo mundo… Hasta aquí todo bastante conocido, ¿no? Pero el viaje de autodescubrimiento de Clark Kent continúa, y vamos junto al poderoso joven a la costa del Pacífico y más allá. A un lugar tan sensacional e inspirador como es… ¡Atlantis! Donde conoce gente nueva, encuentra el amor y se topa con grandes aberraciones que sacan de él la fuerza inusitada para descubrir al hombre que quiere ser. El Libro Tres cierra con su estancia en la Marina, Clark Kent llega a Metrópolis, donde encontrará un nuevo hogar y desarrollará todo su potencial. Son muchos los desafíos que le aguardan en la gran ciudad: el inicio de su carrera profesional en el Daily Planet, el primer encuentro de Superman con Lois Lane, el nacimiento de su rivalidad con Lex Luthor… y la irrupción de un imprevisible villano…

Muy al estilo de los álbumes de la BD llega este tríptico, la versión a ojos vista de dos legendarios autores; Frank Miller (Batman: El Regreso del Caballero Oscuro) y John Romita Jr. (All-Star Batman: Yo, mi peor enemigo) cierran uno de los proyectos más ambiciosos y esperados de la línea DC Black Label, tras colaborar en la novela gráfica El Regreso del Caballero Oscuro: La Última Cruzada. Donde debieron hablar sobre tal proyecto y el futuro ha querido que se reencuentren para las páginas de este Superman: Año Uno que nos cuenta una historia en conjunto de tres, cuanto menos curiosa. Una nueva mirada, más espectacular y actual, al personaje con el que casi ningún autor quiere trabajar, por lo difícil de llevar a un superhéroe que todo lo puede.

Reseña: Ahora y Siempre, de Ray Bradbury

La mayoría de lectores dicen que en Ahora y Siempre ya no es el que era, que no tenía la fuerza y el poder de atracción en sus escritos como cuando estaba en su mejor momento… A ver, a ver, a ver. El maestro de lo fantástico Ray Bradbury nos dejó en 2012 con noventa y dos años de edad. Fue un escritor estadounidense de misterio, terror y ciencia ficción, uno de los más laudeados escritores de géneros. Con joyitas en su haber como Crónicas Marcianas o Fahrenheit 451, entre cientos de relatos, fuentes de ideas para otras muchas novelas, cómics y películas… No sé, no sé, estaría bien saber valorar las cosas según su momento, década o lugar. Ninguno, repito, ningún autor -y diría que nadie en su profesión-, será aclamado y creará maravillas por siempre. Está claro que si te gusta un autor mucho, siempre-siempre debes intentarlo con un nuevo titulo suyo que te atraiga. Por que ya lo dijo alguien: «Leer a los maestros consagrados es siempre una garantía».

Siendo sincero, realmente disfruté esta novedad de Minotauro. No entendía tan mala crítica americana, en general, y decidí dar mi opinión de primera mano. Pero lo que realmente me preocupaba saber, era por qué Bradbury decidió agrupar estos dos cuentos bajo el título Ahora y Siempre. Ambas historias son muy diferentes, por lo que parecía extraño lanzarlas en un solo volumen. Así que más haya de las críticas (que cada culo tiene su raja), tenía que enterarme… Y es cierto que este delgado volumen muestra elocuentemente dos lados del venerado Bradbury. Dos contrastes del autor y de su forma o estructura para contar historias. En Algún Lugar Toca una Banda, es la pieza más tranquila, explora la inesperada atracción del periodista James Cardiff por la ciudad rural de Summerton, Arizona. Los secretos de Summerton se desarrollan con el característico ritmo de Bradbury, suave e inexorable, y la trama arquea con la misma delicadeza antes de que lo fantástico sobrevuele al propio Cardiff. Enmarcada por un verso lírico cautivador y melancólico, esta fantasía de Bradbury, clásica y atractiva, está claramente en desacuerdo con el espinoso e inquietante Leviatán 99. Un homenaje especial a Herman Melville y su famosa Moby Dick, pero cambiando la ballena y el gran azul por un temible cometa y esa belleza serena desde el espacio en la que vivimos, el tercero a partir del Sol.

En Algún Lugar Toca una Banda…, me recordó un poco a dos de mis historias favoritas de Stephen King; You Know They Got a Hell of a Band y Rainy Season. Si has leído ambas historias, sabrás porqué me hace pensar en ellas. Es una historia de misterio perfectamente ambientada en una ciudad inusual en medio de la nada. Me gustó el hecho de que no se responden muchas preguntas antes de que los residentes se levanten y vuelen hacia lo desconocido… Una maravilloso relato.

Os tengo que confesar que nunca he leido Moby Dick. Es de los grandes clásicos que creo que devoraré en mi vejez cuando ya casi renuncie a lo fantástico. Así que no tengo idea de cómo se compara la versión de Ciencia Ficción de Bradbury, Leviatán 99, con esa famosa novela. Tenemos una historia que trata sobre un tipo que acaba loco a cargo de una nave espacial y que obliga a su desventurada tripulación a localizar un cometa renegado que lo ha dejado ciego. También me gustó.

Ahora y Siempre también cuenta con algo que me encanta en una selección de relatos. Algo que de hecho introduciré en una antología propia cuando se alineen los astros y consiga publicarla. Me refiero a esos breves resúmenes de cómo, cuándo o dónde, le llegaron al autor las inspiraciones para escribirlos. Me inspiran mogollón.

Ray Bradbury es el gran cometa que una vez pasó por la Tierra. Leerlo, revisitarlo y disfrutarlo, es aprender y deleitarse con algo inusitado cruzando el firmamento. Cero críticas a esta maravilla de la naturaleza, por favor.

Reseña: Hal Jordan y los Green Lantern Corps. La Ley de Sinestro, de Robert Venditti, Rafa Sandoval y VVVA

Retornando a lo verde, de vez en cuando, un poco de verde, eso recomienda el médico. Y tiene más razón que un santo. No lo dejes, de vez en cuando, un poquito de Green Lantern, del mejor de ellos, del que sacó adelante un autorazo como Geoff Johns, un personaje que se notaba que amaba y que se preocupó por que no quedara en el olvido en su paso por DC. Y para colmo, en última instancia, otros autores actuales lo han llevado y no lo han hecho nada mal. Por que Green Lantern cuanto más lo lees, no solo se vuelve interesante el personaje, sino todo lo que le rodea. Siempre me encantó de Green Lantern (del ochentero, no aquel de sus principios que eran casi de chiste las cosas que hacía con el anillo), fueron sus innumerables aventuras intergalácticas. Y eso se ha mantenido. Un ejemplo de lo interesante que rodea a la cultura Lantern es Thaal Sinestro; originalmente un antropólogo del planeta Korugar, con afinidad natural por el orden, como lo demuestran sus meticulosas reconstrucciones de ruinas antiguas. En uno de estos yacimientos arcaicos se topó con un Linterna Verde herido llamado Prohl Gosgotha, le otorgó su anillo y mostró el poder del objeto. Cuando Gosgotha solicitó su anillo después de la batalla para que pudiera mantenerlo vivo, Sinestro le permitió morir y tomó su lugar. Los Guardianes, sin darse cuenta de sus acciones, permitieron que Sinestro se convirtiera en el Linterna Verde del Sector-1417 y ahí se creó un personaje la mar de interesante con miles de aristas, creado por John Broome y Gil Kane como enemigo para Hal Jordan y todo el Green Lantern Corps en 1963. Un personaje que mola mucho cuando es el tema central de un cómic.

Tal como se cuenta en la sinopsis editorial de ECC Ediciones, al comenzar Renacimiento, el guionista Robert Venditti (Hawkman) siguió al frente de las crónicas del Gladiador Esmeralda. Y cuando parecía que iban a terminar de manera agónica, las reavivó gracias a giros inesperados que perpetuaron el legado dejado por Geoff Johns. Pues yo no lo habría dicho mejor. Este primer recopilatorio de Hal Jordan y los Green Lanterns Corps contiene dos buenos arcos argumentales; el que inicia y da nombre al tomo, La Ley de Sinestro, y otro muy interesante, sobre todo, para gente amante de los buenos cómics de Ciencia Ficción llamado Luz Embotellada. Bien, pues me alegra decir que La Ley de Sinestro, de Robert Venditti, me ha dejado alucinado. Un comienzo tremendamente positivo para esta Era que pone en marcha la serie con un volumen de apertura increíble. La colección comienza de una forma que funciona tanto para lectores nuevos como antiguos. Luego, continúa representando escenas fantásticas de acción y escenas apasionantes de suspense, creando una narración dinámica en todo momento, y mientras todo esto sucede, personajes como Hal Jordan, Sinestro, John Stewart, Guy Gardner y Soranik tienen momentos para mostrar lo que los hace geniales. Todo un volumen que se siente como una celebración de los conceptos que impulsan a Green Lantern…, que se vuelve agradable por diversas razones.

La primero es que la Ley de Sinestro transita muy bien sus personajes de Los Nuevos 52 a la era Renacimiento. En lugar de dejar todo y comenzar con una nueva pizarra, este cómic recoge hilos de trama ya intrigantes y los presenta bien para nuevos lectores. La acumulación de poder de Sinestro, la pérdida de las Linternas Verdes y la lucha de Hal Jordan contra sus propias habilidades; son puntos interesantes de la trama que continúan aquí. Sin embargo, ninguno de ellos se incluye en la historia de una manera que los haga inaccesibles para lectores iniciados. Lo segundo es, que la Ley de Sinestro cuenta con mucha acción pero simple y llana. Un cómic simplemente (reitero) emocionante que cautiva sin mucha profundidad. De principio a fin. E inmediatamente presenta a los lectores una gran premisa: Sinestro tiene casi el control del universo y está listo para llenarlo de miedo, mientras que los Green Lanterns están en uno de sus puntos más bajos. En el transcurso de este volumen, los Green Lanterns pueden superar probabilidades casi abrumadoras debido a la fuerza de voluntad y al conocimiento de que lo que están haciendo, es correcto. Esto lleva a un momento épico hacia el final.

Luz Embotellada cuenta como los Green Lantern Corps vuelven a funcionar pero, ¿cómo protegerán el universo con el Sinestro Corps como socios? Una idea curiosa.

Una vez más, un buen tomo de ECC, con páginas de diseño gráfico de un Rafa Sandoval (Flash) deslumbrante, ayudado de las tintas de Jordi Tarragona, y combinado con dibujante experimentado como es Ethan Van Sciver. La etapa Renacimiento supuso terminar con las propuestas planteadas en los últimos años de Los Nuevos 52 y recuperar el “status-quo” de todos los personajes de la editorial. Incluso respetando los equipos creativos que estaban teniendo hasta la fecha. Gracias a los cielos que Robert Venditti, tras la marcha de Geoff Johns, mantuvo enormemente bien a los centinelas de la Luz Esmeralda. Cosa que se demuestra aquí.

Reseña: Malasangre, de Michelle Roche Rodríguez

Una vez me dijeron: La narrativa de Michelle te deja embelesado… Y entonces me interesé por su obra. Me encantó ver que uno de los títulos que más ha llamado la atención de esta autora hace referencia a un libro sobre vampiros. A mi normalmente las historias de vampiros de estilo clásico, o que se comportan de forma diferente a todas las demás, me llaman mucho la atención. Y en Malasangre se usa más bien como hilo conductor de la historia pero cuando ya estás enganchado a su trama, en realidad, pasa a segundo plano y te adentras en la Venezuela de 1920, en los comienzos de poder económico como fuerza petrolera. Ah, y no olvidemos la corrupción humana y política que empezaba a despuntar, la cacicada a las mujeres pero también a toda la gente del pueblo que pensara diferente a lo que el gobierno empezaba a imponer. Pero cuando un libro está bien escrito, lo está, y muchísimo se tiene que alejar de mis gustos para que no acabe devorándolo. Y es que Michelle Roche Rodríguez escribe con un ritmo y una tensión durante toda la novela Malasangre, que impone. La historia termina por envolverte. Es como esas veces que juegas a un juego de mesa temático, lees un cómic basado en hechos reales, o incluso cuando ves una película histórica… Te quedas con ganas de saber más y acudes a internet.

Denominada como deslumbrante historia vampírica cargada de violencia y erotismo, como amante del género de Terror, Malasangre llamó mi atención por el tema, sinceramente. Pero rápidamente me advirtieron que nada del tema que me interesaba había. Pero una devora-guiones como yo de vez en cuando también lee novela histórica, y pese a ser un declarado amante sobre todo del Medievo, hay ciertos momentos o rasgos de la historia en general, o mejor dicho, de cierto países que me interesa saber. Y Venezuela siempre fue una gran desconocida para mí. En especial, me llamó la atención esa ambientación tan particular: la Venezuela de los años veinte. Y a partir de ahí, quedé embelesado.

En Malasangre, Diana es la hija de catorce años de una familia de arribistas de Caracas. Ha heredado la hematofagia de su padre, un prestamista y hacendado con serias ocupaciones desempeñadas gracias a su relación con la dictadura. Hablamos de un país que comienza, año 1921, y las enfermedad de la chica la inclina a la violencia contra algunos hombres y comienza a alejarla de su madre, señora de estrictas convicciones católicas. Mientras madura, Diana se enfrentará al maltrato psicológico de un novio con el que se empeñan en casarla, la brutalidad de su familia y a la tiranía del patriarcado militarista y religioso. Inquieta como es, no sale de una cuando se mete en otra; se verá involucrada en actividades ilícitas y conspiraciones políticas de los socios de su padre que incluso la llevarán hasta las recámaras privadas del palacio presidencial. Son tiempos de revolución petrolera, pero también tiempos muy peligrosos en los que muchos buscan el poder sin miramientos. El general al mando se llama Juan Vicente Gómez, un hito en la historia venezolana, y no porque durara tres décadas en el poder, sino porque bajo su mandato se instauraron y fortalecieron las fuerzas armadas y la economía rentista. Diana navegará en esa poderosa alegoría nacida de lo fantástico y cierto toque costumbrista. La lucha por afirmar su identidad como mujer en una sociedad machista y el vampirismo como trasfondo. Una enfermedad que la define.

Reconocida claustrofóbica por no poder dormir en un ataúd, Michelle Roche Rodríguez (Caracas, 1979) contó en una entrevista que se interesaba por Elizabeth Báthory, ya que fue una persona-vampiro real: una condesa húngara que en el siglo XVI mató a unas seiscientas doncellas para utilizar su sangre en tratamientos rejuvenecedores. Y no soy la única conmovida por ella, dijo. Michelle es narradora, crítica literaria y periodista. Ha publicado Álbum de Familia: Conversaciones sobre identidad y cultura en Venezuela (2013), Madre mía que estás en el mito (2016) y la colección de cuentos Gente Decente, que fue Premio de Narrativa Francisco Ayala en 2017. Además, colabora con varias revistas literarias españolas y medios culturales venezolanos.

Si esperas una historia de vampiros con acción, derramamiento de sangre, muertes y venganzas en  Malasangre; no lo encontrarás. Es otro tipo de historia y no debería venderse como un libro de Terror. Aunque quizás sí sea una novela que trata el horror y la desesperación en sus más amplios significados. Esas «virtudes» tan poderosas del ser humano.

Reseña: La Patrulla Condenada. Libro Uno, de Gerard Way, Nick Derrington, Tom Fowler, Mike Allred y VVAA

Los átomos están zumbando, revolucionados como lo están los soñadores que se amontonan en calles inteligentes. El equipo original ha sido advertido: ¡Volved ahora o sufrid la poderosa consecuencia del caos psicoanalítico! Los pirómanos de dicha generación se unen y entonces un nuevo amanecer azul verdoso, y algo metalizado, como pinchos de puerco espín azul celeste se blanden en horizontal. Toda esta muestra de psicodelia imaginativa es la nueva visión futurista y atractiva de La Patrulla Condenada… Pero claro, eso no quita que el Dios de los Superhéroes esté sangrando en el suelo de la habitación.

Robotman. Crazy Jane. El Hombre Negativo. Flex Mentallo. Juntos forman La Patrulla Condenada, el más extraño grupo de superhéroes que afrontará desafíos inaudito. Una reimaginación renderizada se podría decir, de la última serie de lo extraño; la posible llegada del Juicio Final, la comercialización de un misterioso producto que hace que «todo sea mejor ”, el nacimiento de una nueva Hermandad de Nada y el papel que parecen destinados a jugar el gato Loción y Terry None en esta delirante historia. La nueva revisitación de la gloriosa Patrulla Condenada ahora traída a nuestros días. Donde los autores, bien conocedores de «la base», encaminan este nuevo grupo hacia elementos de carreras clásicas, nuevas direcciones y cosas que no podrían ser…, pero serán. Sin duda, serán en un porcentaje muy alto, sí o sí, en un futuro. Ya el mismo guionista Gerard Way lo advirtió en una entrevista: – Las tramas, al poco tiempo, se volvieron extrañas en mí -dijo -, con el artista Nick Derington agarrado a mi brazo, no podíamos parar aquella alocada ambulancia. ¿Nuestra comunicación para crear la serie? Gritar por las ventanas abiertas a alta velocidad. ¿Quién necesita un nuevo compañero de cuarto? ¿Quién llama a un gato «Loción»? ¿Y cuándo hemos podido ver tanto alto-estrés-acción-post-traumática junta?

Nuestro punto de entrada es Casey Brinke, una joven paramédica en el turno de noche, con un pasado tan extraño que la pobra no está del todo segura de lo que es real y lo que no. Junto con su compañero, Sam Reynolds, la pareja se abre camino a través de la ciudad y sus habitantes, encontrando que el único silencio que existe a las tres de la madrugada es el caos del cerebro. Cuando este duo responde a una llamada de golpe y fuga, se encuentran cara a cara con una figura familiar: Cliff Steele, también conocido como Robotman. Pero no sólo él, los tipos con los que se van encontrando os dejarán con el culo torcido: Crazy Jane, Niles Caulder, Hombre Negativo o Flex Mentallo; todos están más pallá que pacá… Seres increíbles que han redefinido lo que significa ser un superhéroe y han ampliado las metafronteras del cómic hasta dejarlas irreconocibles.

Pero, ¿qué le pasó a Larry Trainor? El héroe conocido como Hombre Negativo todavía está por ahí. Pero no es exactamente el mismo tipo que fue cuando la Doom Patrol aún formaba grupo… Como una muñeca rusa, hay un hombre dentro del hombre, y quién sabe cuántos más hombres o demonios dentro habrá. La constante Casey intenta reconstruir a Robotman, a pesar de que todavía no sabe exactamente cómo Cliff Steele terminó cruzándose en su camino por primera vez. Y así Brinke llega al otro lado. Pero, ¿qué es exactamente eso? Teniendo en cuenta todas las cosas extrañas e inexplicables que han aparecido en su vida en los últimos días (hombres-robot y ambulancias que hablan y un tipo que literalmente se nutre de energía negativa) seguramente este mundo nuevo y sorprendente que ha descubierto no puede ser más raro aún… ¿O se equivoca?

Esta nueva visión de La Patrulla Condenada me ha recordado bastante, en cierto modo, a las sensaciones que tuve cuando leí por primera vez el Transmetropolitan, de Warren Ellis. Una joyita del cómic de Ciencia Ficción muy particular. Esa obra maestra futurista con ciertos guiones contados de boca en boca casi sin sentido pero que cuando la encauzas como lector, en primera persona, te sumerges de lleno en un mundo distópico, atractivo y cómico a raudales. Ahora el joven guionista y cofundador de My Chemical Romance, Gerard Way (The Umbrella Academy) y el dibujante Nick Derington (Catwoman, X-Statix) dan el pistoletazo de salida al sello Young Animal de DC con La Patrulla Condenada. Una reinvención disparatada de una de las franquicias más alucinantes en su día del Universo DC, que ahora vuelve a la carga.

ECC Ediciones lanza este genial Libro Uno que recopila los primeros doce números de la serie. De una sentada quedarás sorprendido.

Reseña: Convictos (Integral), de Patrice Perna y Fabien Bedouel

Una historia diferente… Para alejarnos de todo…

Guayana Francesa, 1923. Han pasado más de diez años desde que Eugène, un libre-pensador, fuera condenado por un delito que no cometió. Un recién llegado para una serie de informes, el conocido Albert Londres, tiene varios encuentros con Eugène. Dándolo todo por perdido, el libertario-encarcelado se prepara para contar todos los horrores que se están cometiendo en dicha colonia penal. Por el camino, Albert Londres forja una gran amistad con ese hombre franco y probablemente inocente. Londres fue para completar unos escritos certeros sobre la prisión, y termina interesándose rápidamente por lo que cuenta el convicto Dieudonné; ya culpable de dos fugas y encerrado injustamente por haber pertenecido a una banda mafiosa. Lo que él niega abiertamente. Pero, ¿el destino le permitirá escapar una vez más? Cuando los esfuerzos de Albert Londres para pedir la liberación de Eugène finalmente están dando sus frutos, llegan las malas noticias: su libertad será otorgada para dentro de dos años. ¿Y quién soporta dos años más en un lugar así? Escapar. Escapar y llegar hasta Brasil. Pero antes de terminar la lucha por la rehabilitación del convicto, el famoso periodista quiere tener una conciencia limpia y se embarca en ese viaje a América del Sur tras él…

Pat Perna y Fabien Bedouel retoman la fórmula de ficción histórica que tan bien les fue en la tan recomendada por todos Kersten, El Médico de Himmler. De hecho, y por lo que me han comentado, nombres, y una buena parte de los hechos descritos en Convictos hacen referencia al otro álbum también publicado por Ponent Mon. Pero Convictos desprende un enorme trabajo periodístico detrás. La colonia penal de Cayenne y el asunto Dieudonné como fueron llamados en los medios y ampliamente publicitados y documentados, dieron al guionista la opción y aliento para tejer una buena historia. Aunque en ciertos momentos se percibe algo de recreación, como la escena larga de la huida al principio y algunas escenas así. Pero bueno, así es la ficción, ¿no? El disfrute mediante la acción. Ningún reproche. Ningún buen lector de cómics debería ser, ni acercarse a ser, un elitista histórico o jamás disfrutará con un cómic o libro.

Convictos qué es. ¿Una historia de acción? ¿Didáctica? ¿Militante? Puedo decir que en la frontera de esos temas anda, siempre que la situemos en el lado carcelario. El infierno de lo que fueron, o son a día de hoy en ciertos países tercer mundistas, una prisión. El extremo se muestra en casi todos sus aspectos en estos dos álbumes que forman el integral publicado por Ponent Mon. Con un guión de calidad que no está en duda, Perna domina perfectamente el tema. Simplemente, con su entusiasmo, me mantuvo enganchado a una trama que conocía pero jamás vi ilustrada.

Lo que sí me ha gustado mucho es como el ilustrador Fabien Bedouel cambió algo su estilo, para adaptarse, o adaptar mejor dicho, sus viñetas a la situación. Mostrando de un modo más sugerente los horrores de lo que fue aquella aislada prisión de principios del siglo XX. Una con las más terrible reputación de la historia, por cierto. Trazos más densos, un completo de blancos sobre negros lo que provoca una atmósfera constantemente pesada, como puede ser el agobiante sol en las zonas del ecuador… Un ambiente sofocante en la que ciertas almas luchan constantemente por sobrevivir, rozar la libertad, ese gran derecho fundamental que hoy mismo muchos estamos echando de menos.

La inmersión total en Convictos está garantizada. La vida de la prisión se describe en todo su horror. Todos los principios básicos de su creación son ignorados por hombres desvergonzados que son poco mejores que el Diablo. Las humillaciones del director, los guardias o los «llaveros», que son los convictos mejor vistos por la gerencia, son la vida cotidiana de quienes vienen a pagar su deuda con la sociedad. Convictos una historia dura, de algo que sucedió mucho antes que la famosa trama de Papillon se hiciera famosa en todo el mundo. Un cómic inmersivo y aterrador, un primer volumen que impresiona y un segundo que pierde algo de tensión en pos de contar lo que realmente sucedió, una vez conseguida la tan deseada libertad.

Convictos ofrece un excelente testimonio de prácticas intolerables, de la lucha por la libertad, de la esperanza y fuerza que hay que tener para no rendirse nunca.

Nunca.

Reseña: Hildegard Von Bingen. Las Estrellas Extinguidas, de Sére Skuld

Hoy nuestra reseña diaria va para uno de esos libros que no dejan indiferente. Mejor dicho, que habla de una persona especial. De esas personas que vinieron al mundo para ser diferentes. El don para desmascarse un poquito de la muchedumbre… Hablo del libro basado en la referente señora alemana Hildegard Von Bingen. Y ahora diréis: ¿Un poquito diferente? Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179) fue compositora, escritora, filófofa, científica, naturalista, médica, polímata, abadesa, mística, líder monacal y profetisa alemana. Ah, y Santa. La llamaban la sibila del Rin. Bien, pues Hildergarda fue considerada una de las personalidades más influyentes, polifacéticas y fascinantes de la Baja Edad Media. No estoy hablando de ayer mismo… Y aparte de estar bien considerada entre las mujeres más ilustres del mundo, también lo fue entre el monacato femenino, y eso es mucho decir. Fue un ejemplo de inteligencia y cultura, fuera de lo común. Una de las escritoras más prolíficas de su tiempo. Además de ser considerada por muchos expertos como la madre de la historia natural.

Ahora otro personaje singular. La escritora Sére Skuld, autora de este libro llamado Las Estrellas Extinguidas, que publica la editorial Aurora Dorada. Una novela que homenajea en la ficción a la maravillosa Hildergard Von Bingen. Tal y como aporta la sinopsis editorial: la señorita Sére Skuld es bruja del caos, cantante, música, artesana y performer. Se expresa a través de música ritualista y performance-art inspirada en tradiciones remotas y realidades alternativas. Complementa todo eso con la escritura, el modelado y la reproducción de piezas rituales y chamánicas. Es miembro de la Academia de las Artes Escénicas, coautora del libro Salvator Rosa y colaboradora habitual del programa La Escóbula de la Brújula, del maestro Jesús Callejo, del que soy fiel seguidor de su trabajo. En resumidas cuentas, Sére Skuld va camino de convertirse en una Hildergarda contemporánea.

En Las Estrellas Extinguidas se realiza un escrito ligero (que no llega siquiera a las doscientas páginas), una narración bastante curiosa y entretenida que gira en torno a la multifacética monja y sus “encuentros”. Pero no es una biografía al uso, diría que es más bien una serie de situaciones a modo de ficción, para con su vida, su mística, sus secretos, sus profecías… Skuld, sí es cierto que consigue -como alega el maestro Jesús Callejo en su Prólogo-, realizar un acto de magia que convierte una narración muy personal y valiente en puro sentimiento íntimo de empatía. Una lectura que se vuelve casi mística al leerla y te lleva a pensar en lo maravilloso de una mente diferente y en su modo de ver las cosas; en aquellos años oscuros de hambre, guerras y miedos constantes a lo desconocido como fue la Baja Edad Media.

Una experiencia. Un argumento que en ocasiones llega a impactar, incluso se toca el Terror en diferentes momentos, pero siempre busca la luz, la esperanza, como al parecer solía hacer la polifacética señora Hildegarda, al final de los miles de túneles que tiene el Mal. Las Estrellas Extinguidas (Hildegard Von Bingen) es este escrito, manuscrito, novelita que se lee de una sentada y aporta ideas muy chulas sobre una figura mística, como pocas.

Como curiosidad, sabed que a Hildegarda la hacen santa en 2012. ¡En 2012, la Iglesia le hace honor a tan polivalente alma! Como dice ese personajillo del reciente film El Hoyo: «Obvio». Era mujer. En tiempos en los que era difícil serlo. Su persona, sus ideas, su mente abierta, caminaba entre la linea fina de lo sagrado y la tan denostada alquimia. «Obvio». Ahora se han dado cuenta de lo potente que es y la atraen hacia su bando…

Si eres una mente inquieta, obvio que tienes que leer Las Estrellas Extinguidas.

Reseña: Los Muertos Vivientes. Descanse en Paz, de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard

Cero spoilers.

Y llegó, lo que algunos pensábamos que nunca llegaría. Se mató a la gallina de los huevos de oro. El final de The Walking Dead. El cómic que lanzó a la fama al señor Kirkman y que puso de moda nuevamente los zombies en el mundo…, Bueno, diría que trajo de nuevo a la actualidad aquellos lejanos años 80s, la idea de muertos vivientes por doquier, el apocalípsis sin una idea clara, no hay un porqué, el mejor subgénero de todos. Una historia que desde el principio llega a lo más profundo y que con poco se vuelve formidable. En el mundo de los cómics, el boca a boca, arrastra verdades. Los Muertos Vivientes viene siendo aclamado por la crítica desde que vio la luz en 2003 de manos del casi por entonces desconocido Robert Kirkman y el dibujante Tony Moore.

Como decía en su primera introducción, nacía una historia de zombis sin pretender asustar a nadie, y que sin intentar ahondar en el gore y en las vísceras al por mayor, nos presentaba un enorme elenco de personajes en situaciones límite. Reflejando su comportamiento moral y social a ojos de los demás. Y, sin duda, ese ha sido su fuerte. Su éxito. Pues que duda cabe que un cómic bien escrito y bien dibujado que enganche, si encima lleva al lector a evolucionar junto a los personajes… Tiene el cielo ganado.

Los Muertos Vivientes (Tomo 32: Descanse en Paz), fiel a su nombre, puede ser el volumen más tranquilo y melancólico que ha tenido la serie. Si bien ciertamente hay mucha acción para cerrar la serie, las ochenta páginas adicionales con las que este volumen trabaja le permiten ser un guión más reflexivo y contemplativo, que otra cosa. Lo que me parece adecuado, pues me encantan esas conclusiones que tras la acción final se muestran cantidad de escenas entre pasado y presente y una música evocadora a lo Enya…. ¿Es el tipo de finalización que Kirkman andaba buscando? Alguna sorpresita hay.

Terminar una serie como Los Muertos Vivientes nunca iba a ser fácil. Si bien no ha sido para mí absolutamente perfecta, Descanse en Paz, sí que tiene bastante satisfacción para lo que se podía llamar una línea de conclusión remarcable teniendo en cuenta lo que es. Una serie de larga duración y que ha mantenido un nivel alto y atractivo a lo largo de casi doscientos números. Estando a la altura, aportando identidad, giros sorprendentes, muertes súbitas y momentos desgarradores. Muchos sabíamos que los creadores dedicaron un buen tiempo a pensar en un cierre lo más sorprendente posible (se tomaron la molestia de crear portadas falsas y anuncios para futuros números que nunca hicieron, hay un buen frikerío sobre esto en internet), pero la conclusión ha sido… bueno, tendréis que comprobarlo por vosotros mismos. De lo que no hay ninguna duda es, de la sensibilidad de Kirkman como escritor y del nivel de confianza que se ha ganado de otros creativos que trabajaron con él. A pesar del enorme empresario que es hoy, cuida a sus productos y a su gente como nadie.

En 2003, cuando se lanzó el primer volumen de The Walking Dead, Kirkman lamentaba la brevedad de las historias de zombies. La insatisfacción de Kirkman con el subgénero era que andaba deseoso de más, que cuando terminaba una buena peli, quería más. Que el deseo de hacer una historia larga con este trasfondo apocalíptico surgió, sobre todo, de querer ver que sucedía después de los créditos finales de muchas de aquellas películas viejas e inconclusas. Su objetivo al principio con Los Muertos Vivientes, era escribir una película de zombies que nunca terminara. Pero después de dieciséis años, la historia interminable de Kirkman, ha llegado a su conclusión. Por que nada es eterno.

¿O sí?

Reseña: Bad Girls, de Alex de Campi y Víctor Santos

Una buena novela gráfica tenía ganas de leer. Y buscando y buscando, tenía dos opciones: en primer lugar mis flechas apuntaban a un título que no pude conseguir en su día por estar agotado doquiera que fuera (más adelante lo conseguiré, no lo dudéis); y en segundo, un compi que tengo que actualmente reside en Queens, me habló muy bien hace poco de Bad Girls. Ah, y de cómo, viviendo donde vivía, la había pasado por alto aún. Pues sí friends, toda la razón. Y aunque soy muy de aconsejar que sigáis siempre-siempre vuestras intuiciones, es cierto que un porcentaje muy alto (debe estar escrito en algún sitio), alega que también hay que seguir las recomendaciones que os hacen vuestros amigos. Más bien, aquellos con quién compartís el gusto por leer.

Resultando que, me he topado con una novela gráfica maravillosa en historia y con dibujo deslumbrante. De colores crudos y visualmente impactante. Un script seguido de una máxima en principio básica dentro de las tramas de acción, pero que ha resultado ser una genialidad: tres mujeres tienen doce horas para salir de Cuba con seis millones de dólares en la noche de Nochevieja de 1958… Eso es Bad Girls. Una historia que evoca muy bien aquella vitalidad que tuvo La Habana en los 50s del pasado siglo. En Bad Girls vais a encontrar un activo thriller que sigue a un grupo de personas inquietas que bien podrían transitar un salón de jazz… Intentando escapar de un club nocturno el día de Año Nuevo de 1958. La misma noche en que el dictador cubano Fulgencio Batista renunció y Castro tomó el poder.

Carole, dirigente de la mafia de a pie, es el dueño del punto caliente llamado El Edén. Esa noche, cuando llega al club, descubre un enfrentamiento tenso con un intercambio de dinero sucio de por medio… Eso por un lado, por que por otro, entre diversos tejemanejes, se van sucediendo hechos entre los que destaca el rescatar a su amiga Taffy, una de las bailarinas, de su esposo malhumorado. Pero las cosas se van complicando con el paso de las horas, y las mujeres del local tienen poco tiempo para salir de allí y escapar de una Cuba en medio de una revolución política. Y tras cometer asesinato tras asesinato ya me diréis si no es para darse prisa.

Ah, y con un maletín con seis millones de dólares.

Chicas malas, malas, ¿qué harías en la víspera de Año Nuevo de 1958 en Cuba cuando tengas doce horas para escapar de un país en medio del caos? ¡Y con seis millonacos en una maleta! Esas son las preguntas que se debieron hacer los creadores Alex de Campi y Víctor Santos, a las que se propusieron responder con esta novela gráfica llamada Bad Girls. Una forma elocuente y estilística, además de una emocionante historia de un grupo de mujeres que intentan dejar atrás el caos de sus vidas y desear, aunque solo sea por un momento, el poder gozar de la riqueza y la no preocupación por el mañana.

Alex de Campi (No Mercy) ofrece un guión repleto de mujeres fatales, llenas de ingenio y emoción. Quienes, según Taffy: «Nunca se enfrentan a una crisis sin lápiz labial». La magistral escritura de De Campi está marcada por la frescura de las obras de arte en el sombreado cambiante que aporta Víctor Santos. De trazos sencillos que recuerda el estilo pop art de aquella controvertida década.

Como lector, disfruté bastante de estas viñetas noir, que en su demasía abarca, tanto elegantes detalles de época, como constantes referencias al género pulp. Del escritor nominado a un Eisner, Alex de Campi, y el virtuoso artista Víctor Santos, tenéis disponible esta historia de tres mujeres fuertes y multifacéticas que luchan por dejar atrás su pasado. Una novela gráfica de las que gustan devorar de una sentada, un tomito que cuenta ya Norma Editorial entre sus últimas novedades. Una muy molona historia.

Reseña: El Dios Vagabundo, de Fabrizio Dori

En épocas de incertidumbre, de malos presagios, donde sólo abundan las malas noticias y parece que todo lo bonito que vivimos una vez, nunca volverá; necesitamos leer historias llenas de vida. Lo mejor, el don de la creatividad que sólo tienen algunas personas, refrescarnos junto a ellos. Historias de esperanza que salvó de muchos males en el pasado, gente perdida, por que en muchas de las historias suele haber un mensaje, esa idea psicológica que algunos necesitan para recuperar fuerzas y salir adelante. Disfrutar de lo que creían perdido. Y todo esto sólo se puede encontrar en las buenas historias como os la que os reseño hoy. Un álbum de cómic europeo con un gran mensaje como el que acabo de leer. Tal como anuncia ECC Ediciones, El Dios Vagabundo, de Fabrizio Dori (Gauguin: L’Autre Monde) propone una fascinante inmersión en el mundo antiguo, ofreciendo una mirada diferente de la mitología y el arte para dar forma a una odisea de una extraordinaria belleza. Un modo de verlo. Pero yo he visto mucho más.

La mitología (la griega, además), tiene esa fascinación por cada ser de un poder evocador fabuloso innegable que desafía. Fabrizio Dori no se equivocó al interesarse por una deidad atípica, un sátiro caído, esa alma en pena que con su música y presencia provoca delirio a su alrededor. Confuso, la situación inicial será, sin embargo, solo el comienzo de un magnífico viaje, que comenzará tan pronto como empecéis a leer El Dios Vagabundo. ¿Y quién es esa chica ebria que da consejos en ese campo de girasoles a las pobres almas que vienen a recoger una predicción, mujeres, vecinas casi-patéticas y desconcertadas que necesitan ánimo en cada esquina? Dice una que sólo vale la pena el paisaje…

Cuando el bombín de Eustis emerge de entre las flores doradas y el oráculo comienza a contar su historia, todo el mundo queda fascinado con los extraños poderes de adivinación del que antaño perteneció a la corte de Dionisos, Dios del Vino. Mas, Hécate, Reina de los Espectros, decide enconmendarle una misión. Encontrar su mundo perdido. Al mismo tiempo que Aline, iremos sabiendo de la vida del vida del personaje, íntimo de Pan, y de lo que fue su vida en la casa de Dionisos. A partir de esa existencia hedonista, Eustis mantiene una fuerte nostalgia, lo que lo empuja a aceptar lo propuesto por Hécate. Y es que tras una trifulca con Artemisa, perdió su rango y ahora deambula por la Tierra, en ese campo de girasoles… Un pretexto que sirve como trampolín para el escenario creado por Fabrizio Dori. Un autor al que le gusta reservar muchas sorpresitas ocultas en el cómic. Peregrinaciones a lugares míticos, encuentros inimaginables, acompañar por el camino a un héroe intransigente… El autor (cuyo amor por la Historia del Arte es evidente), convoca en El Dios Vagabundo a pintores que admira. Maestros impresionistas o pioneros de la Nueva Ola. A ojos del profano, la historia contada aquí se queda únicamente en un cuento de ensueño que se lee sin dificultad. Pero el ojo perspicaz reconocerá las selvas de Rousseau en las representaciones de la vegetación, o pensará en los verdes profundos y los rojos extravagantes de Giorgio De Chirico; se codeará con los colores amarillos y dorados de Gustav Klimt, y será capturado por las máscaras de gas de Otto Dix, además de consentir y sonreír levemente ante Los Girasoles o La Noche Estrellada, de Van Gogh. Sin dejar de mencionar los guiños a Warhol o Hokusai, por supuesto. Homenaje tras homenaje. Por que El Dios Vagabundo es un profundo homenaje a la Historia del Arte. Fabrizio Dori se apropia en ocasiones de los estilos, técnicas y obras para reinterpretarlos mejor; si eso fuera posible, claro. Pero lo intenta de forma lúcida y los introduce en un cómic, en formato viñeta y gusta de saber de ellos para con la historia que transmiten. Como cuando vemos en el otro mundo, las figuras rojas (personajes en ocre sobre fondo negro), representaciones de la antigua Grecia de Gauguin.

Un álbum lírico y bien consumado dentro del cómic europeo. Todo un acierto de publicación que no esperaba por parte de ECC Ediciones. Es bueno saber que la editorial DCíta por antonmasia en nuestro país, también piensa en los amantes del cómic europeo y sus grandes logros. Ganadora del Premio Ouest-France 2019, nominada al premio de las librerías de Bande Dessinée de Francia 2019. Nominada al Premio Tour d’Ivoire del festival Á Tours de Boulles 2019. Incluida en la selección de indispensables del verano 2019 de la ACBD (Asociación de Críticos y Periodistas especializados en Bande Dessinée de Francia). Como podéis ver, recomendar este álbum no es sólo cosa mía.