Reseña: Marvels. Ruinas, de Warren Ellis, Terese y Cliff Nielsen, Dan Abnett, Mike Baron, Nicieza y VVAA

Casi cada autor que se topa de pronto con un gran éxito de otros autores, tiene dos opciones: alabarlo o criticarlo. Todo depende después de muchos factores. Pero ante la evidencia de lo bueno, lo normal y siendo honrado es elogiarlo. Y si tienes oportunidad, homenajearlo. Sin imitarlo y sin copiarlo, sacar historias paralelas, parodias, versiones distópicas o spin-offs que gusten. Arlo, -arlo y -arlo. Marvels: Ruinas fue una miniserie de cómics de dos volúmenes escrita por Warren Ellis. La serie es un “-arlo, -arlo y -arlo”, de Warren Ellis hacia la mítica serie Marvels, de Kurt Busiek y Alex Ross. Aquella maravilla que algunos tenemos en nuestra cómicteca y que desarrolla una versión distópica del Universo Marvel, una versión de superhéroes más “reales” vistas hasta el día de hoy. Una alternativa historia del a menudo mordaz Warren Ellis, que continúa con el mismo protagonista, el reportero Phil Sheldon, deambulando por Marvel alternativa, una en la que todo lo que podía salir mal, salió mal.

El QuinJet ha sido derribado matando a Los Vengadores. Más tarde, Sheldon se encuentra con Lobezno en un bar; sus huesos de adamantium le están consumiendo y propinando una terrible enfermedad. Sheldon se dirige entonces a un campo de concentración Kree donde todos están muriendo de cáncer por culpa de la radiación de misiles nucleares que destruyeron su flota después de que fuera expuesta por la energía de Silver Surfer tras un altercado pasado. Y es el Capitán Marvel quien cuenta todo esto. Luego, Sheldon conoce a Nick Furia, que es un viejo caníbal hastiado que se suicida, pero no sin antes asesinar a una mujer prostituta llamada Jean Gray… Uff. Como podéis ver, decadencia tras decadencia.

¿Mencioné la palabra «parodia»? La parodia generalmente implica risas, y uno podría preguntarse dónde están las risas aquí. Si hay alguna, solo proviene del más oscuro humor negro. Ellis quiere y propone decadencia para los superhéroes. De una pesadilla a la siguiente…

Marvels: Ruinas está ilustrada por la pareja Terese y Cliff Nielsen, así como como por Chris Moeller en la segunda mitad del segundo número. Un trabajo que sirve como contrapunto al que realizara el maestro Alex Ross con la obra original. Un desolado paisaje de la trama, totalmente opuesto a la Era de las Maravillas mostrada en Marvels. Un arte abstracto que hace pensar en Bill Sienkiewicz y sus figuras más toscas. No sé si Marvels: Ruinas, que vio la luz por primera vez en 1995, y que tuvo cierto éxito de ventas, cuenta como una sátira. Pero para mí lo es. Tampoco lo considero un What if…?, por que la sensación es que se está contando otra historia diferente con un mismo personaje. Es más bien un reflejo oscuro de la obra de Busiek y Ross. Eso es. Phil Sheldon también reuniendo información para un libro, pero aquí no se retrata a los prodigiosos héroes como estandartes de una nueva época; en vez de eso, seres que promueven lo trágico, lo oscuro, el caos.

Y el dibujo, desaliñado y onírico, ayuda a ello.

Esta nueva edición de Panini Cómics incluye además Tales of the Marvels: Blockbuster, Inner Demons y Wonder Years #1 y #2. En el primero, mola el proceso que viven distintas víctimas de un enfrentamiento entre Estela Plateada y un villano alternativo al Doctor Muerte. Tales of the Marvels: Demonios Interiores nos muestra los últimos momentos de un Namor indigente, antes de recordar quién era. Buenas lecciones para la prepotencia. Y cierra el tomo, dos numeritos de Tales of the Marvels: Wonder Years, que me parece sobradamente lo mejor del volumen. Aunque la historia haya quedado algo pasada de moda y cuando la leáis sabréis por qué.

Buena edición, con una gran cantidad de portadas, una breve introducción y una breve biografía de los autores. Una lectura desasosegante que sorprende.

Reseña: Wild´s End. Primera Luz, de Dan Abnett, I.N.J. Culbard y VVAA

Si tampoco es tan difícil encontrar una buena inspiración. Es leer a los clásicos, empaparse de lo mejor de cada género, para que de un buen creativo parta una historia que como mínimo pueda ser interesante. Y saber trasladarlo. Un ejemplo muy bueno de lo que digo es Wild’s End, este atractivo titulo que recién publica Dolmen Editorial. Escrito por el guionista británico Dan Abnett (Guardianes de la Galaxia, Warhammer 40.000) y dibujado por I.N.J. Culbard (En las Montañas de la Locura, de H.P. Lovecraft), un titulo que recurre de lleno a una de las mejores historias de Ciencia Ficción jamás creadas, pero metiendole esta vez un rollo antropomórfico que le viene de perlas. Provocando que H.G.Wells se encuentre con A.A. Milne en esta obra independiente de la editorial BOOM! Una serie donde unos amenazadores alienígenas mecánicos descienden sobre una comunidad rural somnolienta en la Gran Bretaña de 1930, poblada completamente por animales que hablan. Un glorioso choque de estilos y géneros traídos por los maestros del mash-up, Dan Abnett e I.N.J. Culbard, una asociación creativa que parte de su colaboración en The New Deadwardians (Vampiros y zombies en la Inglaterra victoriana) y Dark Ages (Mercenarios medievales y, ¿monstruos? ¿extraterrestres? Algo horrible, desde luego).

Ambientada en la Inglaterra de 1930, Wild’s End: Primera Luz gira en torno a un grupo improbable de héroes que deben unirse para salvar a su comunidad rural de ciertos “postes de lámparas extraterrestres” que vienen empeñados en matar a todas las criaturas vivas con las que entran en contacto. Los visitantes no deseados disparan rayos de combustión brillante. En cuanto a los protagonistas, consisten en Clive, un perro sensato con un misterioso pasado militar; Gilbert, un conejo elegante rico y con prestigio, y también está Peter, periodista y ojito derecho de Gilbert. Pero esperad, esperad, la estrella de la trama es Faukes, un zorro residente al que le gusta empinar el codo, personaje que disfrutas cada vez que aparece en viñeta.

A pesar de ser una historia antropomórfica, los personajes son muy humanos en sus maneras y rasgos, y no lleva mucho tiempo desarrollar una conexión con ellos. Sus historias particulares simplemente se insinúan a lo largo de la serie, pero todo pinta a que obtendremos más información sobre ellos en próximos volumenes. Hay un aire de misterio sobre ellos, especialmente en Clive, el viejo perro de la marina, que no se asusta tanto y dice haber visto ya en su vida » algunas cosas». Mi única queja con Wild´s End (algo menor), es que el flujo de la historia se interrumpe ocasionalmente con relleno como recortes de periódicos, entradas de diarios y cartas. Y eso me pone de los nervios, sobre todo, por que la trama esencial está súper interesante y se para. Por supuesto, le dan algo más de significado a la historia y agregan algo de sustancia, pero surge en momentos puntuales en los que narración principal va viento en popa. Pero se nota que es un cómic hecho por profesionales y se recupera el suspense pronto. Algo parecido a lo que sentía cuando me topaba con Relatos del Navío Negro, en Watchmen.

Se ve fácilmente que Wild’s End: Primera Luz es una excelente introducción a una saga que puede dar mucho que hablar. Es apasionante leerlo, y cuando terminas, ya tienes ganas de leerlo otra vez. No quiero contar nada-nada de lo que va sucediendo, lo siento. Al inicio, se nos presenta a los habitantes de Iglesia del Cuervo de Abajo, donde visualizamos una comunidad pueblerina tranquila y también vamos conociendo a los principales protagonistas; personajes fuertes y distintivos, y para ser honesto, muy pronto olvidas que son animales que hablan. Tienen más personalidad que muchos otros. Lo cual, en muchos sentidos, resume el verdadero atractivo de Wild’s End. Y hasta aquí.

Eso sí, el hecho de que la historia se desarrolla en lo que generalmente consideramos un ambiente seguro y amigable agrega una emoción adicional a procedimientos que de otro modo estarían ausentes. Esto no es Will Smith con una Uzi defendiéndose de invasores extraterrestres; aquí lo que mola es el suspense, el ambiente, el entorno, el escenario, la introducción de una amenaza tan violenta para este mundo relajado que da a la trama un gancho atractivo. Debido en gran parte a la excelente construcción del mundo, una gran cantidad de personajes bien llevados y una narración imaginativa y absorbente que es una alegría leer. Una aventura antropomórfica que recuerda a El Viento en los Sauces, de Kenneth Grahame, fusionada con La Guerra de los Mundos, de H.G.Wells. Si esto suena atractivo para vosotros, que sepáis que el cómic está a la altura de la premisa. Pero resumiendo, Wild’s End: Primera Luz, es uno de los mejores ómnibus que he leído en mucho tiempo. Y eso que sólo es el primer volumen.

Reseña: Los Vengadores. Primer Signo, de Mark Waid, Mike Deodato Jr., Jimmy Cheung y VVAA

Si no sabes nada de nada de cómo está el tema ahora, te contaré que a raíz de The Crossing, los superhéroes más poderosos de la Tierra estaban desunidos, casi perdidos. Thor no tiene poder y Iron Man ha sido reemplazado por él mismo. Pero cuando el grupo terrorista Zodiac invade la ciudad de Nueva York, el Capitán América decide intentar reunir a Los Vengadores una vez más. Además, después de ser lanzada una bomba nuclear sobre Hulk y Thor… Ufff, Los Vengadores deciden pararlo todo y empezar a buscar todo tipo de bombas (las Gamma, por ejemplo) plantadas por toda USA. Y ahí es entonces dónde empezarán a dar con toda una serie de planes paramilitares que se estaban proponiendo en la oscuridad y de los que no estaban al tanto.

En su “vuelta a la normalidad”, Panini Cómics publica este tomito llamado Los Vengadores: Primer Signo, del siempre recomendable Mark Waid. Un volumen que recopila los números de las diferentes colecciones Capitán América #449, Thor #496, Iron Man #326 y Avengers #396, que en su conjunto forman el arco argumental de cuatro capítulos First Sign. Una historia donde se explora el nuevo status-quo después de los eventos de The Crossing. Aquel donde se contaba como un extraño campo de fuerza separó a Manhattan del mundo exterior, ideado por el retorno de un grupo terrorista muy conocido. Una historia además que comienza con las aventuras del Tony Stark (en edad universitaria), ocupando el lugar de su futuro adulto. Un genial inicio y tranquilo, antes de meternos en vereda.

Los Heroes Reborn, con nuevas historias que intentan centrarlo todo de nuevo en los cómics tras los parámetros seguidos en los films; Capi, Thor y Iron Man formando de nuevo Los Vengadores, Manhattan yéndose a la m… Pero aquó el renovado Zodiac ataca. Los terroristas empiezan parapetándose dentro del Lincoln Memorial y exigiendo sólo como recompensa al Capitán América.  Y si no se cumple su demanda. explotarán todos los que están dentro del monumento-edificio…, ¿qué os parece? La Encantadora le echa una mano a Thor en la batalla, mientras que las maquinaciones malvadas del grupo Zodiaco continúan desarrollándose. Además, en un mundo sin energía, ¿cómo puede Stark recuperar su traje? Mientras Los Vengadores se enfrentan a los terroristas, un adolescente Tony Stark hace un valiente intento de crear un portal temporal con el terrible problema que si algo falla, pagará todo Manhattan. Un alto precio impuesto por el plan maestro de Kang.

¿Quién diría no a una aventura moderna pero dentro del clasicismo que Waid suele crear en sus cómics actuales?

Todos los requisitos, todos los contrapuntos, para que guste tiene este Primer Signo son: entretenido, bastante, un cómic que además sirve como reflejo del estado de la editorial Marvel. Con una parte creativa e ilustrada que asusta de lo buena que es. Encontramos a dibujantes como Mike Deodato Jr. con su megapotente Thor, o a un Jimmy Cheung en Iron Man con un curioso toque de semirrealismo a lo Sandman. Además, estamos hablando de una historia, de un cómic, que tiene cierto valor histórico por lo que se cuenta. Heroes Reborn tenía unas buenas ideas y buenos puntos de partida pero no acabaron de cuajar. Eso me contaron. Puede ser. No lo discuto, ya que no soy muy de cómics “actuales”. Sin embargo, en mí sí que ha despertado algo este Primer Signo. Algo que no sé que es, y que ha provocado que quiera leer más arcos del estilo.

Recomendable. Te hace sentir lo que uno siempre espera como mínimo de un cómic.

Reseña: Batman. Yo Soy Bane, de Tom King y David Finch

Batman: Yo Soy Bane está ilustrado por David Finch. El trabajo de Finch es fascinante. Su obra de arte es fascinante, especialmente las escenas de lucha entre Batman y Bane. Y la historia nunca abarata la batalla. La lucha es larga pero nunca se prolonga, las ilustraciones de Finch son tan poderosas que los lectores pueden sentir cada golpe y cada mueca de sangre. En resumen, tras una historia con un clímax fantástico, ya merece la pena muy mucho comprarse este tomo.

Bane es un villano muy singular en la galería de malos-malutos del Caballero Oscuro. No solo le destrozó la espalda a Batman en La Caída del Caballero Oscuro a principios de los 90, también es uno de los raros villanos que lograron prominencia fuera de la Edad de Oro de los cómics donde el Joker, el Pingüino, el Acertijo, Catwoman y El Espantapájaros eran toda una serie de villanos que surgieron sobre 1940 y desde entonces han seguido atormentando al orejas picudas hasta el día de hoy. Pero es raro que aparezca un enemigo y se coloque en la categoría de dicha lista clásica (Ra’s al Ghul llegó en los 70s) y se quede, como Bane se quedó, para volver a grandes arcos donde se brinda por la venganza en sus más altas cotas.

Escrito nada más y nada menos que por el tan de moda Tom King, Batman: Yo Soy Bane (números de Batman #16-#20) es para muchos de nosotros el clímax al King’s Rebirth of the Batman. Eventos anteriores como Yo Soy Gotham y Yo Soy Suicida forman junto a Yo Soy Bane una trilogía con un clímax que muy pocas historias consiguen en conjunto. La espera ha valido la pena.

Batman: Yo Soy Bane comienza con el Cruzado de la Capa capturando al que capturó a su vez al Psico-Pirata y lo colocó en los cálidos confines del Arkham Asylum. No obstante, Batman necesita al Psico-Pirata. Es el único que puede salvar a Gotham Girl, aunque necesitará cinco días para hacerlo. Bane quiere recuperar su premio. Y no se detendrá ante nada para recuperar a su colega. Su primer ataque demoledor es contra los confidentes más cercanos a Batman; Nightwing, Capucha Roja y Catwoman, por nombrar algunos. Un terrible ataque que sacará a Batman de las sombras… Aunque también a un Caballero Oscuro que ya viene con su propio plan. Lo malo es, que ese plan propone enfrentarse cara a cara con Bane, una vez más. Y en su territorio. Dentro de la fría pesadilla conocida como Arkham Asylum…

Una excelente miniserie. Claro, que se complementa con los dos arcos de la historia anterior, pero Batman: Yo Soy Bane se entrega en cada página, dentro de cada viñeta y se puede disfrutar de forma independiente sin ningún problema. Tom King hace un gran trabajo elevando la tensión entre los dos combatientes antes de que ninguno de ellos haya lanzado un golpe. Y cuando los golpes comienzan a volar, es pura armonía ilustrada para cualquier fan del género de superhéroes. Además, en uno de los números se trata un tema muy interesante. En él, los pasados individuales de Batman y Bane se desarrollan a la vez pero a distintos lados de cada viñeta. Aquí, los lectores obtienen una visión comprensiva de ambos personajes cuando eran niños, después de haber perdido a sus madres, sin embargo, la vida de uno es nadando en la riqueza y la comodidad, mientras que el del otro rasga todos los aspectos de la pobreza. Quizás, Tom King sea capaz de conseguir que tengas cierto feeling por Bane durante este tramo.

Pero ambos les une el impulso del odio. A ambos, los alimenta. Solo sus entornos los distinguen y conducen a elecciones inevitables. Uno busca detener el crimen. El otro busca gobernar sobre aquellos que los cometen. Son dos caras de una moneda similar. Pero solo una cara de la moneda puede quedar sobre la mesa.

Muy disfrutable Batman: Yo Soy Bane, uno de los últimos tomos publicados dentro de Batman Saga. La colección de tomos de franja frontal amarilla de ECC Ediciones; que centran una idea, un todo, una colección de buen ver con la que El Caballero Oscuro celebraba el pasado 2019 sus ochenta años de existencia. Tomos hechos para coleccionar y recopilar sus mejores arcos argumentales.

Reseña: Herbert West. Reanimador, de H.P. Lovecraft y Edu Molina

Herbert West: Reanimador puede ser una de las obras más veces traducidas y remodeladas a los diferentes modos media de diversión (cine, videojuegos, cómic), que hemos conocido. Este cuento del famoso escritor H. P. Lovecraft cuenta la historia de un estudiante de medicina que suele trabajar en la Escuela Superior junto al notorio médico llamado Herbert West…, que ahora anda desaparecido. La notoriedad del Dr. West es conocida gracias a sus experimentos mórbidos realizados con animales muertos. Cree haber ingeniado un nuevo reactivo para su interés constante en su esfuerzo de reanimar a los muertos. En última instancia, el alumno cree que quizás esta sea una solución final para resucitar a un ser humano muerto, como todos hemos soñado siempre. Pero bueno, todos sabemos de sobra que esas ideas nunca llegan a buen puerto. ¿O no?

La siempre genial Diábolo Ediciones nos trae este cómic de Terror. Una fiel adaptación de este chulo relato que el artista mexicano Eduardo Molina ha adaptado fielmente y de forma espectacular, con un ritmo narrativo y un estilo de dibujo clásico muy a lo Creepy. Un blanco y negro de setenta páginas que transmite toda la angustia y el horror de un drama que nunca debiera haber ocurrido.

Contaros que, Herbert West: Reanimador es uno de mis relatos preferidos del maestro de Providence. El loco Herbert West es fácilmente un personaje admirable, a pesar de su fascinación por la muerte y sus perversos experimentos, se le describe fantásticamente como un «…joven pequeño, delgado y de anteojos con rasgos delicados, cabello amarillo, ojos azul pálido y una voz suave…». Su imagen se yuxtapone a ese amigo empollón que todos hemos tenido alguna vez. Un tipo que esplende inteligencia, un amigos al que se le daban bien las ciencias, pero que tras sus gafitas seguramente ocultaba horribles pensamientos… Lovecraft es maestro en contarnos sobre esa «gente que hemos conocido». Especialmente, si has ido a la Universidad. Por ello siempre pensé que hay más lectores universitarios enamorados de la prosa de Lovecraft. Crea monstruosidades grotescas e indescriptibles, sí, eso gusta, pero normalmente Lovecraft se movía entre gente de alta alcurnia y de un alto nivel cultural, y sus personajes lo representan. Te indentificas más con ellos si has vivido, te has movido o conocido gente de este tipo. Como ocurre en Herbert West: Reanimador.

Como dice la sinopsis editorial, probablemente la historia más particular y sangrienta del maestro del horror. De los pocos que se alejan de Los Mitos de Cthulhu. Asesinatos, profanación de cadáveres, zombis, violencia extrema; pocas cosas faltan en esta historia. Estoy de acuerdo.

Si no lo has leído aún, pecado. Si lo leíste en su día pero nunca en formato cómic, blasfemia. Si eres como algunos (yo) que lo necesitas leer cada poco y te gusta tenerlo en tu biblioteca en todas las ediciones posibles; cómo se dice por estos lares, estás peor que el que tiraron al río…

Reseña: Grandes Tesoros Marvel. Hijos del Átomo, de Joey Casey, Paul Smith, Esad Ribic y Steve Rude

El formato asusta. Vale. Pero qué te maravillas de todas-todas al tenerlo entre las manos, esa virtud no se la quita nadie a estos Grandes Tesoros Marvel que está publicando Panini Cómics. Como dijo alguien hace poco, este deleznable virus nos ha robado a seres queridos pero también dos meses de nuestra vida. Aunque parece que volvemos a ver la luz, poco a poco. Siempre fuimos ese tipo de gente que resurge con fuerza, capaz de recuperarse de lo peor, y recordad que los superhéroes están basados, sobre todo, en personas como nosotros. Es por eso que nuestras librerías, nuestros lugares preferidos donde obtener “mundos de evasión”, vuelven al candelero. Con editoriales como Panini Cómics, proporcionándonos lo mejor de lo mejor, con títulos geniales como este nuevo tomo gigantesco que recopila los seis números que compila la miniserie Hijos del Átomo. Esa joyita creada por Joey Casey para el mundo mutante de La Patrulla-X. Y es que las reedicioness así, siempre se recibirán con los brazos abiertos.

Joe Casey es un prolífico guionista de cómics estadounidense. Ha trabajado en títulos como Wildcats 3.0, Uncanny X-Men, The Intimates, Adventures of Superman y G.I. Joe: America’s Elite. Además, como parte del grupo creador de cómics Man of Action Studios, Casey fue  uno de los creadores de la serie animada Ben 10. Pero, sobre todo, ha elaborado numerosos títulos para DC y Marvel. En su día, Joe Casey solía promocionar Hijos del Átomo jurando que no era un nuevo reinicio mutante. Ni siquiera quiso escuchar esas palabras. Y se aprecia que fue muy cauteloso para que Hijos del Átomo no contradijera abiertamente cualquier cómic anterior, a esos inicios que todos conocemos. Pero finalmente tuvo que admitir que sí que quería cambiar cosas. Por ejemplo, los orígenes del elenco original estaban fuera de continuidad (a excepción de Ángel, que ese origen le encantaba). Y Casey defendió el tema en su día, citando a otras veces que se habían hecho mal, títulos que encima había sido reimpresos una y otra vez o incluso referenciados en otros cómics. Por ello, diseñó Hijos del Átomo. Algo diferente, en ese punto…

El agente del FBI Fred Duncan, un personaje olvidado del pasado, sirve principalmente como punto de vista para el lector. Duncan no parece tener una opinión muy sólida sobre el tema mutante, que es una de las razones por las cuales el Profesor Xavier considera necesario formar una sociedad con él antes que sea demasiado tarde. Es entonces cuando Casey retrata a Duncan como un cínico, pero no como un fanático, usándolo como portavoz plausible para el ciudadano promedio que acaba de descubrir que los adolescentes, aparentemente normales, tienen poderes horribles y los podrían usar de manera irresponsable. Pero los fans incondicionales de estas historias sabemos que Duncan es un tipo que sirve como contacto gubernamental para La Patrulla-X, así que el maestro guionista Joey Casey agrega una intriga para cogernos por la pechera… ¿Por qué Duncan habla constantemente con un amigo imaginario llamado «Bill»? Esperad, esperad, un momento. Me centro y lo cuento bien: El agente Duncan del FBI y su jefe están viendo un informe de noticias sobre mutantes. William Metzger es el líder de la Milicia Anti-Mutante. Discuten sobre el tema y éste indica a Duncan que investigue un poco. Cuando llega a su oficina, Duncan descubre que Charles Xavier también está allí y los dos tienen controversias sobre la verdadera intención del FBI. Mientras tanto, Warren Worthington III se pone su traje y patrulla la ciudad de Nueva York. Es entonces cuando percibe un atraco a punta de cuchillo, lo detiene y “deja caer” al agresor sobre un coche de policía… Warren se va volando y Magneto observa en las sombras.

Intrigas y desavenencias con el estado, son siempre los temas que perseguirán la vida de mutante. Me encantan las historias de inicio, pero en especial las que cuentan a modo de anécdotas la verdadera historia de lo que se quiere contar. Un ejemplo: se cuenta que los primeros X-Men solo fueron unas pocas docenas de mutantes en todo el mundo y ahora sólo se conocen tres que van a la misma Escuela Secundaria. Nos parece todo prosperidad. Hasta que aparecen los malos con malas intenciones. Es el tipo de conveniencia de la trama que no solo increpa a los personajes, sino también al lector. Y en estos detalles es muy bueno Joey Casey como guionista. Pues podría haber usado cualquier cantidad de artilugios para llevarnos a la historia de siempre. Sin embargo, recurre a un poderoso suspense y nos integra en una historia bastante profunda en Hijos del Átomo. Y esto, con un arte memorable de Paul Smith, Esad Ribic, Steve Rude, y en formato lienzo grande…, pues todo esplende.

Reseña: Deathstroke. Arkham – Primera Temporada, de Christoper Priest, Fernando Pasarín y Carlo Pagulayan

Lo interesante del lanzamiento de este nuevo arco de Deathstroke es que estamos retomando las tramas en curso de las series del personajes más potentes DC. Con esta nueva oleada de TPBs recopilatorios, que a mi modo ver recogen los arcos argumentales más interesantes del momento; quedé con ganas de más después de haber reseñado en su día el Deathstroke vs. Batman, que tanto moló.  Y que además hizo que reparara en su guionista. Por lo que pude saber entonces, Chistopher Priest se había tomado un descanso prolongado desde aquella historia, que fue una retrospectiva ambientada en la supuesta muerte de Tim Drake. Sí. La última vez que dejamos Deathstroke, era un hombre destrozado, dañado en el alma por un antiguo amigo, traicionado por su esposa, y finalmente prisionero en el famoso Arkham Asylum… No obstante, ahora Priest regresa al personaje y nos lo sirve en medio de una brutal pelea en la cárcel con famosos villanos de Batman, incluidos el Dr. Destino, Victor Zsasz, Mr. Frío, etc. Escenas impactantes que terminan con un acto gráfico de violencia, hasta que Slade se despierta, despojado de sus armas, en una celda de Arkham con solo Wintergreen como compañía.

Así comienza el viaje de Slade hacia el bienestar mental. O al menos eso es lo que Arkham está anunciando. Y es que amigos míos Christopher Priest es conocido por derribar los estereotipos de la DCU. Si a este guionista en potencia se le otorga poder absoluto sobre el Centro de Salud Mental de Gotham, sabemos que la va a liar parda. Mientras tanto, Slade intenta ubicar su situación actual y si hay una salida, queda claro que está lejos de ser el único recluso que ha quedado atrapado tras este confuso desastre. Todos los villanos que encontró en el segmento inicial también estaban allí, despojados de sus poderes. Arkham estaba experimentando un nuevo sistema de terapia: terapia grupal realizada completamente a través de realidad virtual, lo que permite que los internos se reúnan sin poner en peligro a nadie… O esa era la idea.

Genial este punto de partida. Hemos visto Arkham antes, hemos visto a estos villanos del Orejas Picudas antes y hemos visto a Slade escapar antes… Pero, ¿qué nos impide disfrutarlo de otro modo? El guionista Christopher Priest (Liga de la Justicia) y los dibujantes Fernando Pasarín (Batgirl) y Carlo Pagulayan (Convergencia) nos traen una nueva aventura de Slade Wilson que no será la única de este volumen, ya que también se aportan tres numeritos relacionados (#27-#29) en la cabecera de los Teen Titans.

Deathstroke: Arkham – Primera Temporada nos devuelve un personaje a sus retorcidas raíces «noir». Regresa a Arkham sin recordar lo que sucedió, y gente diciéndole que el interno con el que dice convivir no existe. La situación es solo un poco mejor para sus aliados y la familia de Deathstroke en el exterior. Aunque Priest deja claro que tiene muchas más ideas en mente para la carrera de este villano que con poco, cada vez parece más interesante. Además, no ha perdido nada el ritmo tras el arco con Batman. Sí es cierto que se necesita mucha atención para analizar lo que está sucediendo, en ocasiones, pero no porque la historia sea confusa, más bien, tiene muchas capas. La cabeza de Slade es un lugar aterrador e incluso él lo sabe. La progresión de Slade como villano-sociópata, a alguien que cuestiona su propia cordura, se ha desarrollado ya a cargo de algunos guionistas que se han topado con el personaje. Pero es Priest (ayudado en este caso por Adam Glass) quien sitúa a Slade finalmente en el peor lugar en el que una mente tan desquiciada puede estar.

Un lugar para criminales dementes, justo después de que su amigo más cercano deje de hablarle… Un espejo que emitirá el peor reflejo. Slade abriendo la puerta a todo el Mal que lleva dentro.

Muy buen cómic.

Reseña: Aquaman. Primera Temporada. Aguas Silenciosas, de Kelly Sue DeConnick, Rocha, Henriques, Sunny Gho y Viktor Bogdanovic

El Aquaman de Kelly Sue DeConnick, es decir, el arco llamado Aguas Silenciosas, a estas alturas, es una toma inusual del personaje. Un cómic editado por ECC Ediciones como Primera Temporada, pero también un inicio, un comienzo, un TPB genial para nuevos lectores o para aquellos que tienen una cuenta pendiente con Aquaman, del que solo conocen pequeños detalles sobre su identidad y tienen escasas referencias a la continuidad pasada. Y aunque en ciertos momentos lectores me di cuenta que DeConnick desconectaba de los elementos primordiales que hacían de Aquaman para mí un verdadero disfrute, tenía curiosidad por ver cómo terminaría por integrar los rasgos principales del Aquaman más tradicional. En esos que no hace mucho, tanto insistió DC para volver al personaje un superhéroe súper serio.

En Aguas Silenciosas encontramos a un personaje principal, alejado de la Justice League/Aquaman: Drowned Earth. Aquí es un depositado amnésico en las costas de El Pueblo de Aguas Silenciosas. Lo que finalmente se revela como una isla (a lo Perdidos) en la que varias deidades acuáticas parecen haber sido exiliadas. Aunque aquí a DeConnick le va bien usando una variedad de dioses indígenas en lugar de los de la mitología griega/ romana que generalmente pueblan los cómics de superhéroes. Dándonos así una trama bastante atractiva y también sin muchas complicaciones: se le pide a Arthur que negocie la paz entre unos dioses y otros. Y nuestro Aquaman lo hace, aunque eso lleva a una batalla entre seres de poderes divinos y ultra-maravillosos. Me moló ver como los acantilados animan a este perdido Aquaman a redescubrir sus poderes acuáticos, una sorpresa para él, aunque no para sus fans de siempre… Pero iré a lo que verdaderamente me ha gustado de ese TPB que recopila los números del #43-#49 de la serie regular. Se cuenta una leyenda extendida de estos dioses, que se presenta en el tercer número. Es inesperadamente apasionante y contiene ese poder de convencimiento que tenían las antiguas leyendas mitológicas. No os la voy a descubrir. Tendréis que leerla. Cuando todo aquí se extiende al alcance del Rey de los Océanos, todo más allá de la típica Atlantis, Arthur, completamente inconsciente de su vida como héroe y rey, antes por lo general, estaba empantanado de política y responsabilidades. Todo el santo día tratando de descubrir cuál era su papel entre dos mundos en disputa. Pero aquí DeConnick nos lleva a una aventura más clásica, diferente y disfrutable. Todo ello para explorar qué tipo de persona es, sin el peso de Atlantis sobre sus hombros. ¿Y adivina qué? Aquaman es un tipo genial cuando no está preocupado por un reino a sus espaldas.

Mientras sus recuerdos no regresen, eso se mantendrá.

Un nuevo equipo creativo toma las riendas de este Aquaman que engancha. Y no es por sus referencias a la última película. Tiene mucha culpa su atractivo visual, los lápices de Robson Rocha, las tintas de Daniel Henriques y los colores de Sunny Gho son maravillosos a los ojos. Una aire manga preciosista dan entre todos y el dibujo es puro deleite. Con una guionista en estado de gracia que trabaja diligentemente en la elaboración del misterio que se origina en El Pueblo de Aguas Silenciosas. Una historia que a medida que avanza, se revelan distintos detalles que no se perciben a simple vista, en especial, cuando se trata de la aldea y sus habitantes. Con los que, sin duda, quieres profundizar y de los que quieres obtener todas las respuestas posibles a lo que en tu cabeza se está removiendo.

Soy uno que hace mucho que está cansado de tanta política en la Corte de Atlantis. O al menos de las historias de Aquaman que ven a Arthur principalmente bajo el agua. Prefiero aventuras aleatorias así, más mundanas, con su intriga y su resolución. Dentro y fuera. Tramas anteriores en la carrera de Dan Abnett, con Arthur jugando con el FBI o abriendo una estación diplomática sobre el agua están bien, de vez en cuando, pero uno cada vez más, quiere complicarse menos su vida lectora y dedicar su lado del cerebro activo a sólo disfrutar con la trama-simple. Lo palomitero, que se dice. Con ese fin, la historia de DeConnick es digna de guión de película o miniserie de TV. Un guión fresco y emocionante para todos los públicos. Y muy gustoso para el fan de Aquaman de toda la vida.

No se necesita más, señoría.

Reseña: Subterráneos, de Romain Baudy

Hace tiempo que supe que uno de los pocos lugares mágicos donde encontrar buenas historias, era en la BD, también llamada Cómic Europeo. Un magnífico sitio donde poder dar con mil y un cómics bastantes originales a poco que busques o te informes. Y no es como antes que tenías que leer en francés o inglés, o esperar a que las poquísimas editoriales de entonces decidieran lanzarse con algún titulo. Hoy es fácil. Tenemos algunas editoriales que de forma mensual traen BD. Específicamente, Ponent Mon, que sinceramente solo publican calidad, pues aún no he leído un cómic malo publicado por esta editorial. Más atractivos o menos, a mis gustos, pero siempre interesantes. Subterráneos es una de esas novedades que Ponent Mon tiene ya para reserva en librerías ahora que parece que todo está volviendo a la normalidad. Una muy buena lectura de un tomo que me ha dejado fascinado por contener una trama muy cambiante. Comenzando en aquella época en que los hombres comenzaban una dura lucha por sus libertades laborales, para no vivir sólo para trabajar. Dejar a un lado la pobreza que se convertía en tristeza sin posibilidades de futuro, allá por la década de los años 20 y 30.

Nos vamos entonces a una mina donde el capital burgués ve la mano de obra como un mal necesario y donde los accidentes son habituales. Henri y Lucien son familia. El primero, es representante sindical, es virulento y siempre está atento a las señales de advertencia de las batallas que se librarán. Lucien parece ser una fuerza de la naturaleza; tranquilo, fuerte, parece lo suficientemente confiable como para ser apreciado por todos. Para él, la familia tiene prioridad y acepta su condición para ofrecer lo mejor a su hija pequeña. Henri parece presentarse como el personaje central, pero desaparecerá y es Lucien quién se hará primordial en la trama…

Subterráneos comienza como una historia ordinaria de lucha social, un drama sobre las condiciones de vida del populacho, encargados rebeldes, tensiones entre trabajadores, la lucha milenaria de quienes confían y entran gradualmente en el sistema. Y por supuesto, de quienes luchan contra él. Siempre se ha dicho en el mundo de la minería (y creo que esto vale para todos) que los trabajos tienen dos categorías: «Los que están con el jefe, y los que cavan…». Pero a lo que vamos. La historia. Un minero desaparece de la mina, pero la gerencia no hace nada para encontrarlo. Sabotajes tuvieron lugar al mismo tiempo y continúan incluso después de la desaparición del cabeza de turco. Lucien no está preocupado, pero Henri el sindicalista, sí que lo está, sobre todo, por el estado de la mina, las máquinas y todo el material. Los transportistas se apresuran por las bifurcaciones a retirar su carga preciosa y misteriosa, hasta que Henri cree haber visto salir una mano enorme y metálica de la carga…

Realismo social, y de pronto, todo cambia. Primero con una máquina futurista, luego con criaturas de las profundidades, dominantes y dominadas en una especie de relación religiosa, algo que parece una similitud mágica al mundo de la superficie. El guión de Romain Baudy es atractivo, eficiente como el infierno y tiene un ritmo perfecto. Pues cuando crees que estás leyendo una historia, te sorprende con otra. Aunque viendo la portada del cómic, obviamente guardas expectativas de cuándo podrás ver a ese enorme bicho-robot en acción… Y las secuencias lo permiten en una buena variedad de tomas. Con una línea clara y efectiva, la coloración de Subterráneos puede ser de las más chulas vistas últimamente. Pero en su conjunto, Romain Baudy reunió una auténtica historia política, un maldito género si se le puede llamar así, que se vuelve inteligente y emocionante cuando se torna en fantástico. Especialmente, los fragmentos de steampunk introducidos, con la entronización de la máquina (¡Y qué máquina!) en las galerías mineras. Pero también con ese aire Heroic Fantasy subterráneo que provocó que pasara de una otra página rápidamente por lo fresca y dinámica que se volvió la historia de repente.

Subterráneos, una genial obra de orfebrería en formato cómic.

Reseña: Marvel Limited Edition Spider-Woman. Origen, de Archie Goodwin, Sal y John Buscema, Marv Wolfman y VVAA

Siempre que hablemos de una buena época en la que la mayoría de los cómics tenían su aquel, y gracias a grandes autores que iban picando de personaje en personaje, se pueden encontrar aventuras muy chulas en series de personajes que sin haberlos leído nunca, te pueden gustar. Y eso que en ciertos casos puedes llegar a pensar que son un invento más, un copy/pasteo más que otra cosa; y aún así te equivocas. El que no prueba, no descubre. Y el que lo intenta o busca, encuentra. Pues eso, sorpresa total con la lectura del nuevo Marvel Limited Edition especial de Spider-Woman: Origen, pero cuyo contenido abarca bastante más. Un volumen de la linea de los demás especiales pero contenedor, nada más y nada menos, de sus primeras apariciones en Marvel Spotlight #32, Marvel Two-In-One #29-#33 y su genial arranque de cabecera propia con los primeros ocho números de su serie particular. Un personaje que, a priori, muchos piensan en “una-versión-del-hombre-araña-en-mujer-y-ya-está”, pero donde los ineptos (grupo en el que me incluía hasta hace poco) se equivocan. Pues anda que no tiene tramas detrás la perseverante Jessica Drew.

La superheroína Spider-Woman (Jessica Drew) aparece por primera vez en el noveno arte en el Marvel Spotlight #32 (que aquí se incluye) del bendito año 1977. Un personaje con una fuerza tremenda, como en este MLE podréis comprobar. Cuya serie particular llegó a alcanzar exactamente los cincuenta números, con los que llegaría a su fin en 1983. Y aunque las intenciones del gran guionista Brian Michael Bendis fueron buenas agregando a Spider-Woman a la lista de Los Nuevos Vengadores, e incluso realizando en 2009 una segunda serie limitada de siete números para ella, me comentó un amigo, gran fan del personaje desde siempre, que ya nada sería lo mismo. En mi opinión, merece mucho la pena conocer al personaje clásico de Spider-Woman. Al ochentero. A poco que te pongas, vas a encontrar aventuras atractivas y bien curradas de aquellos buenísimos años del cómic. Aventuras como ¡Batalla en la cima del Big Ben!, Desde Stonehenge… ¡Con muerte! O la genial, ¡El Hombre que no podía Morir!, donde hay una buena trama de un ex-soldado maldecido con la inmortalidad. Historias dentro de historias, pues de todos es sabido que esta chica no ha sido picada por nada ni por nadie, fue criada en el seno de la terrible organización H.Y.D.R.A, donde aprendió a ver el mundo desde el odio y la desazón. Hasta que un día por casualidades (o no) del destino se cruza con Nick Furia. Y en esa búsqueda de identidad que algún día tenemos todos, decide alejarse de su antiguo sino, dejar atrás el ser una vil mujer.

Jessica Drew, hija del antropólogo Johnatan Drew y su esposa Merriam, cuando era pequeña, su padre y su amigo descubrieron uranio en una propiedad y se enriquecieron rápidamente con ello. Pero la pequeña Jessica enfermó mortalmente debido a la exposición y a la radiación del uranio. Y para salvar su vida, su padre tuvo que inyectarle un suero experimental de sangre de araña, de una investigación que llevaba en esos momentos y que se había demostrado que las arañas poseen mayor resistencia a la radiactividad que los seres humanos. Sin embargo, Jessica no respondió inmediatamente al tratamiento, de modo que el doctor Wyndham, que llevaba aquella investigación, la introdujo en un acelerador genético, para un tratamiento más avanzado. Y poco después que su madre muriera y su padre se fuera, Wyndham se hizo cargo de Jessica, manteniéndola parcialmente criogenizada durante décadas, envejeciéndola a 1/7 de lo normal, y dándole educación mediante grabaciones…

Los años pasaron y Wyndham (convertido ahora en el Alto Evolucionador) decidió liberarla al comprobar que había mutado y ahora poseía una gran fuerza, una enorme resistencia a todo tipo de venenos y radiaciones, además de un exceso de energía bioeléctrica que podía descargar en forma de rayos. Pero consciente de su humanidad, Jessica se obsesionó con encontrar a sus padres y así fue descubriendo toda una serie de seres, superhéroes y villanos que rodeaban su mundo. Hasta que finalmente, en asociación con el criminólogo Scott McDowell, se dio a conocer públicamente como cazadora de recompensas.

La vida de Jessica Drew ha estado marcada por la tragedia: su captura por H.Y.D.R.A, su enredo con el Alto Evolucionador… Pero ahora Jessica es otra. Ha decidido construir una nueva vida, y no pasa mucho tiempo antes de darse cuenta que su araña interior es más fácil de llevar que su humanidad. Un Marvel Limited Edition maravilloso, asequibe y llevadero. Un pedazo de descubrimiento.