Reseña: Moonshadow, de J.M. DeMatteis, Jon J. Muth y VVAA

Moonshadow fue una de las series de cómics más aclamadas de los 80s cuando salió por primera vez en Epic. Una secuela, Farewell Moonshadow, vio la luz en la siempre recomendable Vértigo en 1997. Ahora, muchos años después, Dark Horse y Panini Cómics a través del sello Evolution Cómics, acaban de publicar en nuestro país una lujosa edición en tapa dura que reproduce la serie original. Encima, con una sección de material adicional. A ver, por si aún no me habéis entendido: ¡Sí! ¡Llegó el momento! ¡Tenéis qué haceros con esta maravilla ahora que por fin vuelve a estar disponible! La obra que llevó a lo más alto a su escritor y creador J.M. DeMatteis, una obra que muchos años después sigue proyectando una enorme sombra sobre su carrera. Algo muy parecido a lo que le sucede a Neil Gaiman con Sandman.

Conoce a Moonshadow, el hijo de una joven hippie judía y un globo de luz alienígena alocado y sonriente. Esta serie, originalmente producida en doce partes, fue escrita y editada en lo maravillosos años 80, pero reeditada en 1994 y 1995, que es cuando yo la conocí por primera vez. Eres joven, sin dinero para todo lo que deseas, series que tristemente tienes que dejar pasar, y para colmo, ningún amigo cercano la continúa; que era el método entonces para poder leer algo que no coleccionabas. Pero recuerdo que me gustó mucho y que tuve esa espinita clavada largo tiempo. Además, enganchaba. Una historia de un viaje hacia la madurez y el despertar. Ideal para aquellos maravillosos años.

Moonshadow es un cómic perspicaz, brillante y absolutamente hermoso. Con impresionantes obras de arte pintadas en acuarela, cortesía de Jon J. Muth. Las palabras y las imágenes fluyen y se mezclan en perfecta armonía. La serie está bien escrita, es tranquila, dulce y conmovedora a la vez. Al releer el inicio, bonitos recuerdos afloraron en mí y ciertos momentos me encogieron el corazón. Moon deambula por el universo, ve morir a su madre, pasa tiempo en un manicomio, se une al ejército, pierde su virginidad, encuentra brevemente un hogar y luego lo pierde… Una trama constante que no para, con un protagonista que le va sucediendo una cosa tras otra. Su padre (componente de una raza de seres aparentemente omnipotentes pero completamente impredecibles) aparece a intervalos aleatorios y a veces solo para burlarse de Moon. Según como te coja el cuerpo, los encuentros y desencuentros con este ser, te ponen de los nervios. Una serie narrada por un viejo señor Moonshadow, del que te compadeces después de todo lo vivido, sentimientos hacia un narrador afligido.

Por otra parte, varios mini arcos argumentales. Con cierta mención al Viaje al Despertar, de Moonshadow, te mantienen totalmente intrigado (cómo lo estás ahora) sobre la naturaleza de esta idea. Bien, pues deciros, que al igual que todos ustedes y después de leer los primeros doce números en aquellos años, muchos lectores movieron este tema tanto que se le tuvo que preguntar al autor sobre su significado. Me parece curioso, por que los que hemos leído mucho sabemos que es una idea general creada por el autor, qué únicamente debe quedar como referente en tu subconsciente (o en la retina, como se dice ahora) durante la lectura. Ella sola debe evolucionar para que comprenda a qué se refiere. Pero no es dificil, mi opinión es, que quizás fuera una idea demasiado madura para niños lectores de entonces. Sólo hay que poner atención a cuando Moon y sus compañeros llegan al planeta Shree-Quack-Quack, y dan con un profeta que afirma haber descubierto el significado de la vida. Uno por uno, sus compañeros se unen a la multitud de seguidores de H’onnka, marchando felizmente en círculos hacia el profeta. Ese que tiene acciones ilógicas y ridículas, pero sus seguidores aparentemente tienen total fe en conocerlo. Sin embargo, Moon se aparta, solo, dirigido por el fantasma (o el recuerdo) de su madre muerta. Y es allí, en una cueva solitaria donde llega al final de su viaje.

La metáfora está servida. La metáfora de la vida.

Moonshadow es un integral que acaba de ver la luz en librerías. La obra definitiva de J.M. DeMatteis, Jon J. Muth, Kent Williams, incluso de George Pratt. Una idea, un mundo, un cómic inspirado en la canción de Cat Stevens del mismo nombre. Una sátira en forma de cuento de hadas ecléctico muy peculiar. Contada por un Moonshadow de ciento veinte años de edad. El trabajo de una vida. Una serie como ésta es un poco como una Prueba de Rorschach: personas hambrientas de misticismo y revelación encontrarán una aventura inolvidable. Las que no, sólo un cómic de Fantasía.

Reseña: Sharkey. Cazarrecompensas, de Mark Millar y Simone Bianchi

No sé si hay compromiso de algún tipo pero en nuestro país, las obras que va pariendo el gran Mark Millar las suele traer Panini Cómics. Son historias curiosas, atractivas, con ese toque de originalidad independiente que sólo los que tienen el don saben crear. Lo que se ha dado en llamar el Millar´s World. Ha estado trabajando con Netflix durante algún tiempo en el desarrollo de sus títulos en formato peli, de ahí que muchos de su cómics los conozcáis más por el formato film. Como guionista, a muchos nos tiene ganado desde hace años. Estamos hablando del creador de The Authority, Wanted, Kick-Ass, entre otras muchas obras, pero sobre todo el que ideó la famosa y potente etapa de Marvel denominada Civil War. Ah, y también la saga de Kingsman: The Secret Service, tan de moda ahora en cines. Vamos, que como autor, os debería sonar a casi todos. Y como seguidor de todo lo que hace este hombre, ahí estoy siempre al quite por que ya os digo, son historias que no dejan indiferente.

Y con Sharkey: Cazarrecompensas lo vuelve hacer.

La historia se centra en un cazarrecompensas calvo y de piel azul, portador de un malvado mostacho setentero y una actitud sin pretensiones llamado Sharkey. Ex-miembro de una división de élite de operaciones especiales, Sharkey ahora se gana la vida como cazarrecompensas, viajando por el espacio con su camión de helados propulsado por cohetes, y cazando a los criminales más notorios de la galaxia. Después de prender y recoger la recompensa por el criminal Multiple Jax, Sharkey queda como responsable del bienestar de su sobrino, el niño de diez años llamado Extra Billy. Sharkey, a regañadientes, acepta llevar al crío con sus familiares al planeta Odag. Pero por el camino al sector de Sin Atholl se le brinda la oportunidad de pillar la mayor recompensa de su carrera. Mil millones de kodonas por Edra Deering, la mujer más buscada y peligrosa de toda la galaxia. Una recompensa tan alta que seguramente atraerá a los cazarrecompensas de todos los rincones del cosmos, lo que mete a Sharkey en una carrera contra el tiempo. Y contra un polizón que es puro coñazo.

Pues eso. Mark Millar haciendo lo que mejor sabe hacer. Un guión magnífico con una premisa básica, o mejor dicho, un cliché bastantes veces visto, pero que el tío retuerce para hacer que te enganches. En solo un par de páginas, proporciona atractivo con la “colorida” actitud y arrogancia de Sharkey, y cómo reacciona ante el mundo que le rodea con cierta irreverencia y sarcasmo. Sharkey es un tipo rudo, machista y un tanto perverso con los demás, pero respecto al tema niño, su corazón aún mantiene ese puntito de esperanza. La segunda parte del problema es la alineación de los astros para presentar ante sus narices el premio definitivo, no sin antes saber que obviamente va a haber un cazarrecompensas rival que aún no se ha nombrado. Este otro cazador parece ser tan astuto y mortal como Sharkey, y Millar mantiene al lector pendiente hasta el final por un drama existente entre los dos, con una trama humorística que a muchos os encantará. Crea suspense, especulación y efectiva.

Otra maravilla de esta obra son las ilustraciones de Simone Bianchi. Su firma de tinta lavada, estilo de arte de acuarela, agrega una riqueza y un sentido espectacular a esta fantasía steampunk. Es una técnica que ha usado antes en títulos de Green Lantern y Detective Comics, así como en Marvel’s Wolverine. Sin embargo, aquí, no sé por qué, la veo superior. Como si hubiese evolucionado. La lleva a un nivel completamente nuevo, y representa un mundo maravillosamente extraño y colorido con calidad surrealista y onírica. Me encanta.

En general, Sharkey: Cazarrecompensas es otro titulo del maestro Millar que nadie debería perderse. Además de una excelente manera de entusiasmar a la gente sobre la próxima colaboración del autor con Netflix. Pues obviamente se prepara película y esta miniserie sirve como introducción. Ese es el detalle. No digáis que no mola.

Reseña: Viuda Negra. Witsi Witsi Araña, de Grayson, Rucka, Jones, Hampton y Kordey

Una de las oleadas más esperadas antes de que tuviéramos que confinarnos, venía provocada por el personaje de Natasha Romanoff; miembro potente de Los Vengadores desde su alzamiento en las primeras películas. Gracias a que la calma (o la alegría de volver a ser lo que fuimos) regresa, Panini Cómics retorna al personaje publicando sus mejores aventuras en formato cómic, aquellas de las que una vez gozó la espía soviética que desertó y se marchó a Occidente para convertirse en superheroína y vengadora.

Marvel Knights fue un sello fundado a finales de los 90s que permitía a los creadores tomar los personajes más oscuros de Marvel e involucrarlos en historias más afiladas y adultas. Viuda Negra recibió tres títulos, una especie de trilogía ordenada donde Greg Rucka e Igor Kordey demostraron que se podía sacar bastante de la reparte-patadas-voladoras rusa. Las tres miniseries (Black Widow #1-3 (1999), Black Widow #1-3 (2001) y Black Widow: Pale Little Spider #1-3 (2002)) reposicionaron a Viuda Negra nuevamente en el candelero y ahora Panini Cómics nos trae todo-todito-todo en un sólo volumen para todo aquel que desee acercarse a la verdadera figura de Natasha Romanov.

Donde una sorpresa le espera al principio a Natasha al ver que es reemplazada por una nueva chica-modelo llamada Yelena Belova. Rusia ha continuado el entrenamiento y la tecnología que originalmente dieron como resultado a la designación de Natasha como primera espía en potencia rusa, y ahora obviamente Natasha ya no sirve a la patria, así que un nuevo juego comienza. Un juego de acción efectivo que deliberadamente infunde confusión de identidad entre ambas Viudas Negras. Un thriller de espías que comienza, tal vez para nunca parar y con un potencial de suspense e intriga como en pocos thrillers he visto. Dos miniseries de Marvel Knights para el personaje que con el tiempo se recopilaron y pasaron a denominarse saga de Witsi Witsi Araña (Black Widow: The Itsy-Bitsy Spider).

Pálida Arañita (Pale Little Spider) es la tercera miniserie que se incluye en este tomo recopilatorio. Y para mí, donde confluye todo. Greg Rucka nos lleva de vuelta a los primeros días de la carrera de Yelena, cuando dicha alumna fue conducida a su primera misión. Nada más y nada menos que investigar a la persona que la acogió cuando quedó huérfana y la ha apoyado y alentado desde entonces. Pero que ahora aparentemente se revela como filtrador de secretos rusos después haber sido encontrado muerto en un club sexual. Una historia muy oscura que muestra el deseo reprimido en el corazón de muchos, presenta un alto contenido para adultos y que asusta por la cantidad de sorpresas que aporta. Una mirada inusualmente franca a los apetitos sexuales o a un sórdido revolcón en la depravación. Rucka comentando sobre el fetichismo de los disfraces, y otras visicitudes… Un escenario creíble y brutal como pocas veces Marvel muestra.

El dibujo en cada miniserie es diferente. Jones tiene un estilo de acción de superhéroe refinado, respaldado de una historia interesante, aunque objeta a ambas Viudas Negras, deleitándose en sus trajes brillantes y ajustados. La sección central de Scott Hampton es muy diferente, por ejemplo, hace un ejercicio de narración dispersa con un curioso uso de fondos blancos brillantes. Y los métodos de Kordey difieren nuevamente, con ubicaciones y fondos muy detallados, donde observamos a los personajes desde una distancia mayor. Tres historias que ya en el pasado eran bastante recomendables de leer cada una por su lado, y que ahora, en un solo volumen y en tapa dura, se vuelven imprecindibles con la calidad que le precede a los Tomos Únicos de Héroes Marvel. Un compendio de tramas desafiantes donde Greg Rucka demuestra su sofisticación y don para la novela negra así como las técnicas de espionaje en formato viñeta.

Guionistas que se basaron posteriormente en este trabajo, rara vez lo han mejorado.

Reseña: Chandara. El Rayo y el Trueno, de Roberto Recchioni y Andrea Accardi

Después de las dos aventuras recogidas en Chanbara: El Camino del Samurái, el anterior cómic publicado de esta serie por Panini Cómics y Bonelli Editore, Roberto Recchioni y Andrea Accardi regresan a nuestras librerías con un nuevo volumen. Una serie de tomos donde ambas editoriales pretender publicar las mejores novelas gráficas de la editorial milanesa en español. En este caso, regresamos y gozamos de una aventura que nos lleva al Japón feudal nuevamente, con el anciano verdugo y ciego Ichi reuniendo a Tetsuo y Jun (protagonistas de El Camino del Samurái) y al nuevo personaje Daisuke, para formar un cuarteto variado cuya tarea es enfrentarse al despiadado ronin Ryu Murasake. No obstante, Chanbara: El Rayo y el Trueno cuenta con todos los elementos necesarios para aparentar ser el primer volumen de una serie, pues cuenta con todos los elementos necesarios para su presentación e inicio de trama, que incluso sin referirse a los dos episodios anteriores, funciona.

Todo un conjunto de tramas que nos envuelven y se disfrutan de inmediato. Diálogos nítidos, gags entre los personajes que confiesan sucesos pasados casi sin necesidad de retrospectiva… El escenario, los tonos de la historia, el ritmo narrativo utilizado en Chanbara: El Rayo y el Trueno, representan la síntesis perfecta a las sugerencias, todas aclaradas en el epílogo del volumen, esas mismas que animaron al guionista italiano a la creación de esta saga. Grandes referencias al western, desde Akira Kurosawa a Sam Peckinpah, si me permitís la comparación. Homenajes a lo bueno-bueno, a las raíces del género negro. Así que, tras un tiempo de incertidumbre en publicacaciones que salen o no salen por culpa del tema-que-quema; llega por fin a librerías el tercer episodio de las historias de samurái creadas por Roberto Recchioni con los diseños de Andrea Accardi.

En las historias precedentes, en ambas, tuvo que intervenir el maestro de espada ciego y anciano Ichi, que es para mí el personaje potente de Chandara. Pero empecemos por ahí. «Chanbara», es un término japonés que significa «lucha con espadas». Aunque también proviene de una especie de subgénero de libros o films de caballeros de la Edad Media Oriental donde se habla bastante de los valores y las bases de la cultura del país del Sol Naciente. Bien, pues El Rayo y el Trueno, es donde mejor vais a ver reflejado lo que digo. Es una demostración perfecta del término. La Espada del Samurái hace sus evoluciones letales continuamente con un gusto cinematográfico verdaderamente notable y en el sentido etimológico de la palabra “cine”, que en griego significa “movimiento”.

En Chanbara: El Rayo y el Trueno, Ichi debe enfrentar la amenaza del loco espadachín Ryu Murasaki, el Diablo Blanco, que intenta crear terribles obras de arte cortando cabezas, piernas y brazos y abriendo heridas en el abdomen a sus desafortunadas víctimas. Sin embargo, para poder hacerle frente, Ichi necesita recuperar antes, a Tetsuo y Jun para su equipo. Al que decide agregarse un nuevo héroe: Daisuke Nagata. Llamado la bestia atronadora (El Trueno, del título), una fuerza de la naturaleza y de sus designios más profundos. En los inicios del tomo intentarán reagruparse, luego empieza un viaje donde les designios del camino les llevarán a un oscuro final. Con el regalito del enfrentamiento al Diablo Blanco.

La escritura de Recchioni es breve y esencial. Lo que muchos les piden a un cómic. Estoy de acuerdo siempre y cuando la trama fluya y sean tramas como en este caso, donde se brinda por la acción y los golpes a mansalva. Además, percibes que es un género que el guionista italiano ama y conoce bien. En el artículo que cierra el volumen, Recchioni hace sus confesiones: Kurosawa, Frank Miller, Star Wars, así como una enorme lectura de textos sobre la Edad Media Japonesa (siglos XVI y XVII), propiciaron el nacimiento de Chanbara. Y otra cosa que se detecta y que confiesa, es que ha disfrutado escribiendo esta historia, sobre todo, haciéndola clara desde el punto de vista narrativo. Hermosa e hiperbólica; inspiradora, diría yo. La figura de Daisuke y sus excelentes escenas humorísticas que actúan como divertido contraste a las escenas de acción, hacen de Chanbara: El Rayo y el Trueno un cómic referente para todo lector/escritor que busque una buena aventura dinámica en la que perderse una buena tarde de lectura.

Reseña: Los Vengadores. Primer Signo, de Mark Waid, Mike Deodato Jr., Jimmy Cheung y VVAA

Si no sabes nada de nada de cómo está el tema ahora, te contaré que a raíz de The Crossing, los superhéroes más poderosos de la Tierra estaban desunidos, casi perdidos. Thor no tiene poder y Iron Man ha sido reemplazado por él mismo. Pero cuando el grupo terrorista Zodiac invade la ciudad de Nueva York, el Capitán América decide intentar reunir a Los Vengadores una vez más. Además, después de ser lanzada una bomba nuclear sobre Hulk y Thor… Ufff, Los Vengadores deciden pararlo todo y empezar a buscar todo tipo de bombas (las Gamma, por ejemplo) plantadas por toda USA. Y ahí es entonces dónde empezarán a dar con toda una serie de planes paramilitares que se estaban proponiendo en la oscuridad y de los que no estaban al tanto.

En su “vuelta a la normalidad”, Panini Cómics publica este tomito llamado Los Vengadores: Primer Signo, del siempre recomendable Mark Waid. Un volumen que recopila los números de las diferentes colecciones Capitán América #449, Thor #496, Iron Man #326 y Avengers #396, que en su conjunto forman el arco argumental de cuatro capítulos First Sign. Una historia donde se explora el nuevo status-quo después de los eventos de The Crossing. Aquel donde se contaba como un extraño campo de fuerza separó a Manhattan del mundo exterior, ideado por el retorno de un grupo terrorista muy conocido. Una historia además que comienza con las aventuras del Tony Stark (en edad universitaria), ocupando el lugar de su futuro adulto. Un genial inicio y tranquilo, antes de meternos en vereda.

Los Heroes Reborn, con nuevas historias que intentan centrarlo todo de nuevo en los cómics tras los parámetros seguidos en los films; Capi, Thor y Iron Man formando de nuevo Los Vengadores, Manhattan yéndose a la m… Pero aquó el renovado Zodiac ataca. Los terroristas empiezan parapetándose dentro del Lincoln Memorial y exigiendo sólo como recompensa al Capitán América.  Y si no se cumple su demanda. explotarán todos los que están dentro del monumento-edificio…, ¿qué os parece? La Encantadora le echa una mano a Thor en la batalla, mientras que las maquinaciones malvadas del grupo Zodiaco continúan desarrollándose. Además, en un mundo sin energía, ¿cómo puede Stark recuperar su traje? Mientras Los Vengadores se enfrentan a los terroristas, un adolescente Tony Stark hace un valiente intento de crear un portal temporal con el terrible problema que si algo falla, pagará todo Manhattan. Un alto precio impuesto por el plan maestro de Kang.

¿Quién diría no a una aventura moderna pero dentro del clasicismo que Waid suele crear en sus cómics actuales?

Todos los requisitos, todos los contrapuntos, para que guste tiene este Primer Signo son: entretenido, bastante, un cómic que además sirve como reflejo del estado de la editorial Marvel. Con una parte creativa e ilustrada que asusta de lo buena que es. Encontramos a dibujantes como Mike Deodato Jr. con su megapotente Thor, o a un Jimmy Cheung en Iron Man con un curioso toque de semirrealismo a lo Sandman. Además, estamos hablando de una historia, de un cómic, que tiene cierto valor histórico por lo que se cuenta. Heroes Reborn tenía unas buenas ideas y buenos puntos de partida pero no acabaron de cuajar. Eso me contaron. Puede ser. No lo discuto, ya que no soy muy de cómics “actuales”. Sin embargo, en mí sí que ha despertado algo este Primer Signo. Algo que no sé que es, y que ha provocado que quiera leer más arcos del estilo.

Recomendable. Te hace sentir lo que uno siempre espera como mínimo de un cómic.

Reseña: Merry X-Men – Calendario de Adviento, de Chris Claremont, Charles Soule, Cullen Bunn y VVAA

Cómics interesantes para épocas ideales. Jamás pensé que podría reseñar un cómic así. Aunque de ideas originales sabemos que los guionistas de La Casa de las Ideas andan un poco sobrados a veces. Y es que estamos en esa época del año otra vez; las personas se vuelven locas por meterse en un lugar calentito para un pastel y una taza de café, a otras se les va la pinza gastando dinero en comida y regalos para la familia, y otras solo necesitan para estar a gusto, acurrucarse en el sofá con su ser querido. En resumen, es la temporada de vacaciones de finales de año. Al igual que la mayoría de las compañías de medios, Marvel tampoco evita la posibilidad de que lo pasemos bien leyendo algo acorde a los días que actualmente transitamos.

Y así llega Patrulla-X Especial Navidad o Merry X-Men – Calendario de Adviento. Un especial algo diferente. Un tomo en el que cada página de la historia (salvo el capítulo final), se cuenta en tiempo real y cada página es un día en el siempre maravilloso mes de diciembre. Esto permite más de una docena de historias diferentes y lo que mola es, que están llevadas por equipos creativos diferentes.

Merry X-Men – Calendario de Adviento se centra, sobre todo, en Júbilo y su hijo Shogo. Nuestra mutante intentará llevar a su hijo a Hawái en dichas fiestas tal como hacen muchos norteamericanos que prefieren playa y sol, a la nieve invernal. Lo que deparará en una serie de eventos increíblemente divertidos con robots, explosiones, luchas en las alturas en abundancia, todo durante un mes de diciembre bastante movidito. A groso modo, ese es el resumen y no deseo contar más pues estamos ante un tomo que en general, con poco que cuente, mucho desvelo.

La cuestión es que todo tipo de creadores, conocedores de La Patrulla-X, se han reunido para sacar adelante un cómic ideal (y que siempre lo será) para devorar en la estación navideña. Y no unos cualquieras, hablamos de los maestros Chris Claremont, Charles Soule, Cullen Bunn y Kelly Thompson, entre muchos otros que aunque no son tan consagrados, sí que reúnen un enorme talento como para estar presentes en un volumen así. Lo que incluye además ilustradores muy a tener en cuenta a día de hoy como Terry y Rachel Dodson, Chris Sotomayor, Carlos López y David López, entre una docena de artistas más.

En Merry X-Men – Calendario de Adviento hay suficientes momentos de personajes y chistes sobre los X-Men como para complacer al fan más puntero del reino mutante. Incluso al fanático del cómic más hastiado le gustará este soplo de aire fresco por que no es lo qué se cuenta, sino cómo se cuenta. Y bueno, no sé si me he explicado bien, pero hago constar que no sólo está la historia de Júbilo y su peque, está también la del enfrentamiento entre Santa Claus y la traviesa Domino, la trama de los Braddocks en Navidad y la “reunión” de Brian y Betsy, Gabby rastreando a Santa buscando alegría y conexión familiar, varios X-Men recordando aquella vez que Bobby la lió, Hank en su apariencia mutada capturando la melancolía y la soledad de volver a casa con una familia que puede quererle… Y más. Bastante más.

En definitiva, una obra bastante divertida y bien dibujada para disfrutar estas vacaciones. ¡Felices Fiestas a todos!