Un thriller de la mano del siempre recomendable Zidrou. Con una premisa de esas de búsqueda que pone el corazón en vilo. Sobre todo, si eres padre, o ya no te digo, madre. Un tomo integral que además recoge el díptico de unos álbumes que dieron mucho que hablar al otro lado de los Pirineos. Y ahora os puedo decir que es un volumen de éxito. Con un Zidrou en su máxima expresión. La historia es de las que dejan sin aliento y es imposible no pasar páginas, una tras otra, para intentar saber qué diantres pasa. Simpatizamos con esta madre que lleva buscando a su hijo durante veinte años, y la pregunta constante de quién demonios son Los Mentores, no se te va del tarro. Con una introducción de gran efecto (que posteriormente, bajará un poco el ritmo porque si no…), comienza el primer álbum llamado Ana. Pero muchas preguntas quedan sin respuesta y se van sumando más y más a tu nerviosismo lector. Encontramos personajes de casi todos los ámbitos, cada uno en su papel, sus traumas, pero seguimos sin saber absolutamente nada cuando termina el primer álbum. Con un ritmo así, me hubiera gustado ver ciertas caras de aquellos lectores que siguieron la historia número a número entonces. Es de esas historias que te alegra saber que está leyendo el integral. Pero con Zidrou en el guión, nunca se sabe realmente qué esperar.
Eso si, tenemos tiempo para simpatizar con las dos heroínas a las que todo parece ponerse en contra cuando deciden empezar una búsqueda certera. Esta madre de familia que intenta encontrar a su hijo desaparecido y la chica llamada Joyce tan dinámica. Una historia súper ágil cuando realmente empieza, construida al principio con un poco desbarajuste (creo que intencionado para desubicar al lector) que nos lleva a una investigación que se vuelve común para dos almas que quizás no sean tan diferentes. El argumento troncal: Hace casi veinte años que la hija de Ana fue secuestrada violentamente por un comando armado mientras ella se encontraba en la sala de partos. Desde entonces, nunca ha dejado de buscarlo. Joye es una escort. Una chica que huye de su proxeneta y sus secuaces que han jurado matarla. El encuentro casual de estas dos mujeres con personajes y luchas dispares servirá a las causas de ambas.
“Una vez me encontré con una mujer que llevaba una muñeca. (…) Estaba en camisón y le hablaba a esta muñeca como si fuera su bebé. ¿Por qué? ¿Quién era ella? No lo sé ”.
Zidrou
De ahí surgió la idea inicial del nuevo díptico que publica de forma integral Ponent Mon. Benoît Drousie, alias Zidrou, nos estampa en toda la cara una historia que huele a film o serie de Netflix. Aunque, ¿qué historia podría no serlo a día de hoy con tantas productores rascando del noveno arte? El autor vuelve a privilegiar una narración de dos historias dramáticas por el precio de una. Un guion que logra cautivar y mantenerte en guardia por lo que pueda pasar. Un autor que se enfrenta de manera brillante a un par de personajes femeninos, con diferentes orígenes y temperamentos, uniendo fuerzas y determinaciones para intentar salir de situaciones de pesadilla. Mientras una busca liberarse de un «jefe» mafioso la otra no morirá tranquila por saber, al menos, quienes son aquellos seres que cogieron a su hijo. Roles asumidos que son contundentes, reales y están sacudidos por una atmósfera particularmente oscura. Además, el modus operandi del cómic no está cargado de detalles que distraigan del objetivo. No hay desvíos innecesarios. El guionista va al grano y conserva todo el suspense dejando la puerta abierta a muchas posibilidades. Y eso desestabiliza. Ahora que está tan de moda revisitar la serie Perdidos (Lost); es esa sensación. No saber a dónde va cada cosa por muchas clases de guion que uno haya cursado.
Entiendo que el público francés, en general, se haya quejado del dibujo. En ocasiones, aparecen pequeñas imperfecciones en los decorados y segundos planos que parecen menos refinados. El diseño de Francis Porcel es solo persuasivo. Quizás no tenga el poderoso don (¿aún?) para destacar en la BD. Pero no dejan de ser gráficos efectivos.
Los Mentores es un cómic irritante pero adictivo.