Reseña: Érase una Vez…, de Esteban Maroto

En belleza y estética comiquera, ir a lo seguro, es ponerse con un cómic del maestro Esteban Maroto. Capaz de trasladar los más lindos sueños, los bellos paisajes y los más terribles pero a la vez chulísimos monstruos. Todo, directo a nuestras cabezas, a nuestros ojos, y si se puede, a lo grande, que es como se gozan las mejores ilustraciones. En Érase una Vez…, tal como dice la sinopsis editorial, vais a encontrar los cuentos clásicos que pensabas conocer, pero de la forma que nunca te los habían contado. ¡Dibujazos!, añado yo. Enmarcables muchos del maestro Esteban Maroto, láminas, así como historias, versiones de personajes conocidos por todo el mundo con un giro final propio del estilo del dibujante. Planeta Cómic publica esta nueva joya ilustrada, un delirio visual tras pelotazos del autor como lo fueron Vlad Drácula o Los Mitos de Cthulhu, editados hace nada. Ahora, Caperucita Roja, La Bella Durmiente, La Sirenita, El Lago de los Cisnes y algunos más. Pero con otra visual. Una maravillosa con historias independientes como Caza de Lobos o Alas de Venganza.

Un diseñador que forma parte de la generación de maestros como De La Fuente, Ortiz, Brocal o Carlos Giménez; y es cierto que su dibujo es bastante parecido al de este último. Un dibujo que hoy puede asustar a lectores treintañeros, pero que es menos serio como muestran sus historias cortas y una sucesión de secuencias sin demasiada conexión donde recuperar clichés de cuentos populares pero con una alta inclinación hacia la fantasía heroica. Mundos bizarros, semi-medievales, donde los protagonistas se mueven, sufren y son aterrorizados con “coherencia” y no con los finales felices que nuestras abuelitas o madres nos contaron. Relatos que tiran más para el lado original, cuentos más crudos y realistas, donde la diferencia es que Maroto renueva de algún modo las versiones conocidas y les da su toque, su potente estilismo personal. Una Caperucita Roja sensual convenciendo al cazador para que la acompañe a casa de la abuelita donde se lía parda…

¿Negativo? Una vez abres el tomo, descubres que la obra esta en blanco y negro en su totalidad, con la salvedad del manto exótico de Caperucita Roja. En ocasiones, dije que ciertas historias en blanco y negro esplenden. Pero sinceramente la obra de Esteban Maroto suele ganar muchísimo conel color. Creo que en base a su estilo tan detallado. Al igual que en Vlad Drácula, Érase una vez… hubiera sido mucho más recomendable en color. Sólo hay que ver la espectacular portada coloreada por Santi Casas (Red Sonja: La Balada de la Diosa Roja), un cuadro en sí mismo.

Esteban Maroto Torres (Madrid, 1942) es un historietista español, uno de los ilustradores mejor valorados mundialmente del que tenemos que sentirnos orgullosos de tenerlo como paisano. Desde 1955 lleva abocetando a lápiz y en otros muchos estilos series y obras independientes a cual más bellas. Fue amigo del gran Carlos Giménez con el que tuvo estudio propio mientras desarrollaban series como Buck John o El Príncipe de Rodas. En su día, firmó contrato con Seccionas Ilustradas y allí dibujó historietas bélicas y románticas para el mercado inglés. Para colmo, ha trabajado con grandes maestros del noveno arte y a finales de los 60 se hizo famoso con series como La Tumba de los Dioses y Wolff, de gran éxito en USA. Pero, sobre todo, es conocido por bordarlo en los 70 en el mejor género de todos como es el Terror, en los cómics de la Warren Publishing, maravillas como Creepy, Eerie o Vampirella; donde lo conocí yo. Planeta Cómic publicó sendos integrales de estas revistas comiqueras en su día.

Enamorado de su don, lo siento, pero siempre voy a recomendar leer y degustar la pluma del maestro Maroto.

Incluso los bocetos que vienen como extras son enmarcables, friends.

Reseña: Superman. Arriba en el Cielo, de Tom King, Andy Kubert y VVAA

Tras leer Invencible (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4971) y alucinar un poquito, quise retomar Superman. Alguna buena historia suya pero no para comparar. Más bien, contrastar sensaciones. Pero no me iba a ir a una de sus grandes aventuras o arcos súper famosos que si tal que si cual… Quería algo nuevo. Así que (ya sabéis) uno pone el ojo en ECC Ediciones y casualmente encontré que publicaban un tomito chulo llamado Arriba, en el Cielo, de Tom King. ¡De Tom King! El creador de geniales guiones en Batman, The Sheriff of Babylon, Mister Miracle, La Visión…, entre otras muchas. Pero, ¿cuándo este autor tan de moda había hecho algo con El Hombre de Acero y no me había enterado? Pues hace unos años, claro. Y en USA. No obstante, ya está aquí entre las novedades un volumen, como poco, diferente

Superman: Arriba, en el Cielo es un inicio independiente que no continúa ningún otro cómic. La mayoría de las historias brindan una mirada única e individualizada del Superman como personaje. La trama, o mejor dicho, las subtramas que encontraréis en este volumen son en su mayoría convincentes. En general, es un volumen con un atractivo único pero que inicia nuevos planteamientos. El enfoque principal es examinar y discutir los rasgos del carácter de Superman a través de una serie de historias individuales que terminan por entrelazarse. Pero quiero dejar claro que este tomo es, sobre todo, para fans de Superman, de esos que quieren ver al personaje examinado de maneras únicas. No son aventuras sencillas.

En la superficie, trata sobre como Superman intenta salvar a alguien mientras se encuentra con numerosos obstáculos en el camino. Sin embargo, al mirar más profundamente, queda claro que todo el volumen es un examen único al Superman como personaje. Se puede decir que cada historia, individualmente, destaca al más poderoso héroe de todos los tiempos. La mayoría de las veces, el examen es interesante y conduce a una historia bien escrita y reveladora. Pero hay algunos capítulos en los que el guión se siente un poco deslucido. Estos efectos ocasionales y la falta de una narrativa general significativa en el volumen pueden no ser interesantes para un nuevo fan. Por eso, es más probable que este volumen atraiga a los fans acérrimos de Superman de toda la vida. Se deconstruye a El Hombre de Acero de manera convincente.

Como se mencionó anteriormente, Superman: Arriba, en el Cielo, se compone de varias historias individuales que intentan examinar a Superman como un personaje y, en la mayoría de los lugares, estos exámenes son muy interesantes. La decisión inicial de Superman de buscar a una niña muestra que nunca podría dejar que a un inocente se le escape el alma mientras él tenga oportunidad de hacer algo. El combate contra Mighto muestra que nunca se rendirá. La historia del médico alienígena muestra su increíble capacidad de inspiración. Y su encuentro con Darkseid muestra que, siempre que le sea posible, encontrará la manera de hacer lo correcto. Cada uno de estos capítulos es convincente desde el punto de vista de la narración y, al mismo tiempo, logran comunicar algo intrigante sobre Superman. Sin embargo, también hay algunas historias que no funcionan. El encuentro entre Superman y Clark Kent separando las personalidades de estas entidades de una manera raruna…, pues no la sentí fiel. Además, la historia final del volumen no es tan intensa como cabría esperar, ya que Superman es capaz de derrotar al villano principal sin muchos problemas. Sin embargo, las historias mediocres de la colección son una minoría; la mayoría son geniales.

No puedo irme sin mencionar a los ilustradores. Varía bastante. Tienen un atractivo mixto. Hay lugares donde la combinación artística de los lápices de Andy Kubert, las tintas de Sandra Hope y los colores de Brad Anderson producen páginas realmente impresionantes. Grandes extensiones centradas en Superman realizando una loca hazaña de fuerza o montajes que destacan personajes de los mitos del Hijo de Krypton. Páginas donde esta colección alcanza su punto máximo visual. Sin embargo, también hay páginas que simplemente terminan luciendo raras. Algunas escenas presentan cuerpos extrañamente contorsionados o proporciones que no parecen correctas. Estos defectos no son demasiado importantes, pero impiden que el libro logre un nivel de pulido que toda fan hubiese deseado. Así que, fifty-fifty.

Un volumen que enmayor proporción hace referencia a la tesitura de, si es correcto salvar a una sola persona en lugar de centrarse en salvar a miles.

Echadle un ojo.

Reseña: Krieg Machine, de Jean-Pierre Pécau, Mavric, Andronik y Fernandez

No digáis que no atrae una serie de cómics basada en tanques específicos o máquinas de guerra que tuvieron su historia en particular durante la Segunda Guerra Mundial. Algo chulo y original, al estilo de aquel film llamado Fury (Corazones de Acero) donde Brad Pitt y toda su tropa nos hacía amar los tanques de una forma distinta. Tras Esta Máquina Mata Fascistas (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/maquinas-de-guerra/esta-maquina-mata-fascistas), Norma Editorial vuelve a publicar otra chulada de álbum como es Krieg Machine. Otro de los titulos donde Pécau y Mavric relatan una nueva historia donde hombre y máquina tienen su historia. ¿Y ahora? Ahora le toca homenajear a la obra de arte tecnológica que era el Panzerkampfwagen VI Tiger alemán. Desarrollado por la industria de guerra nazi, una de las máquinas más temidas por los Aliados. Capaz de derrotar a todos los otros tanques (así de claro), el Tiger entró rápidamente en la leyenda de los carros blindados. Y hablo con conocimiento de causa por que este que os habla, hizo maniobras en uno de ellos durante mis años en el ejército profesional. Aunque no uno exactamente como se describe en Krieg Machine, sino la copia americana que se hizo años después. Ya sabéis, USA y la U.R.S.S rápidamente copiando lo que los nazis idearon.

Krieg Machine nos traslada a 1942, a Renania, en el norte de Westfalia, donde Otto Von Sholtiz y Kurt Seibel se encuentran en el centro de entrenamiento de tropas blindadas en el castillo de Paderborn. Lugar donde se hará la presentación del último tanque de la Panzerwaffe. Por fin se puede mostrar al mundo, el famoso Tiger. Un máquina que es una bestia que devorará el alma de toda tripulación que se meta dentro y se fundirá con una ideología nazi poderosa, celestial, que los llevará a ser, allá por donde vayan, invencibles. Y al igual que el primer tomo, este álbum parece contar una historia sobre la Segunda Guerra Mundial, que es mucho más que eso. La originalidad aquí es haber colocado una máquina en el centro de la historia, un tanque, el mejor tanque que ha conocido y creado el ser humano, para después ponernos en la piel de los dos protagonistas. Pues más que una docuficción sobre el conflicto, o sobre la máquina, trata, sobre todo, la relación fusional entre hierro y carne que hay con sus porteadores. Con un dibujo curioso que aplica un animismo fantástico e ¿improbable? Pero que la máquina Krieg fue capaz de realizar…

Los dos años de invencibilidad de esta gran y malvada bestia favoreció el surgimiento del afán de muchos por estas maravillas de la ingeniería industrial de la época. Permanece, a día de hoy. Eso si, un álbum que se centra en la tripulación: un capitán, hechizado por su morbosa misión, y un ayudante, fiel “escudero” que pierde ilusión con cada avance. Seguimos a ambos desde 1942 hasta 1945, hasta un final crepuscular y apocalíptico.

Para el recuerdo.

Que me ha provocado sensaciones extrañas. Krieg Machine muestra un clasicismo desgarrador. La historia cuenta con una serie de explosiones «magníficas», cargas «heroicas», crímenes de guerra y una fascinación inquietante por los valientes petroleros germánicos que tanto miedo dieron a las naciones ganadoras del conflicto.

El dibujo de Sénad Mavric y Philip Andronik (dos chicos bosnios) es realista y tira bastante a film clásico. Además, de estar muy bien documentado, como pega, no me gustó que en algunas partes del cómic algunos rostros fueran esbozados apresuradamente. Como si hubiera prisas.  Eso no me gustó, por que hablamos de un cómic de la BD, donde el detalle debe ser una virtud casi impuesta. Pero, en definitiva, una gran historia del maestro Jean-Pierre Pécau que se basa muy mucho en los personajes.

Segundo de cuatro álbumes muy recomendables y de tramas independientes. Ideal para todo lector de cómic bélico. Se aprende bastante, esplende la sensación de estar allí y seguramente provocará que quieras saber más de esta poderosa arma y sus usuarios.

Reseña: La Horda del Contraviento Vol.1, de Eric Henninot y Gaétan Georges

La Horda de Contraviento es una novela de Alain Damasio que me atraía bastante leer después de ver el éxito que tuvo en el país galo. Pero no sé tanto francés como para leer un libro. Mucho menos, de Ciencia Ficción. No obstante, Damasio puede ser el escritor francés de literatura fantástica vivo más famoso del momento. Un autor además que es guionista de cómics, radio-ficciones, películas y series de televisión. De Damasio sólo he leído uno de sus cuentos que se publicó en una revista de moda, y que también vio la luz en su antología Aucun souvenir assez solide (No hay recuerdos lo suficientemente fuertes); donde descubrí un universo original y una escritura precisa. Pero ahí quedé. Bien (ya os digo), por no saber mucho del idioma y, sobre todo, por lo difícil que es en este país (¡qué estamos al lado!) que se publiquen libros interesantes del país vecino. Pero es a través de los cómics que estas chuladas sí que consiguen cruzar los Pirineos. Es, en este caso, Yermo Ediciones quien está detrás de la publicación en nuestro idioma de La Horda de Contraviento en formato cómic. Trasladada por Eric Henninot quien hace un trabajo chulo, aunque no sé qué adaptó realmente o si ha modificado mucho la idea original. Lo que sí sé es que la escritura de Damasio, no es fácil de ser llevada a otro medio, ya sean cómics o películas. Creo que, como en Dune, hay toda una parte del texto que la imaginación complementa muy bien y que a los medios «más visuales» les cuesta transmitir.

A partir de una historia de la corriente imaginaria de ópera filosófica y política de narración múltiple -al estilo de Reinos del Muro, de Robert Silverberg-, se nos cuenta la historia de una tropa que siendo aún niños abandonaron Aberlaas, la ciudad de las fronteras, para caminar de oeste a este hasta llegar a Extremalto, donde supuestamente surge el fuerte viento que azota a todo el planeta y que barre a este mundo día y noche, sin tregua. Ahora la 34ª Horda del Contraviento se pone en marcha como nueva expedición para impedir o al menos descubrir al pueblo el secreto de aquel Mal acosador. Con un líder potente como es Sov, El Escriba, sobre cuyos hombros descansará pronto el futuro de toda la Horda…; la misión se cruza en el camino de los Freóles, unos seres voladores bastante extraños. En una inmensa estepa llegan a Physalis, nave nodriza de estos alienígenas, y una Escuadra Freólica que es capaz de actuar como transporte para proteger a los pueblos más desvalidos, actúa. Recibidos por una multitud jubilosa, la Horda finalmente disfruta de ese descanso que da el haber salvado a todo un pueblo. Sin embargo, a pesar de la fiesta, el malestar en Sov sigue creciendo: ¿Son los Fréoles realmente aliados? ¿El encuentro fue fruto de la casualidad?

La Horda de Contraviento fue en un díptico de la BD que se publicó en 2004 y que ahora por fina nos llega gracias a la siempre recomendable editorial de cómic europeo Yermo Ediciones. Una historia, un primer volumen que te deja súper intrigado. Una maravilla de cómic. Ciencia Ficción de la buena. Y es que me dijeron que Henninot se ha esforzado por mostrar los eventos mencionados pero no vividos en la novela (sin traicionar el espíritu), lo que permite dinamizar el comienzo del cómic. Se hizo bien. Me comentaron también que se agradece que el guionista colocara una escena de apertura que da contexto, cuando la novela, por lo visto, te pone directamente al frente de la Horda sin apenas información. Pero en esta adaptación, no hay narración múltiple ni pos-modernismo enrevesado. El diseñador, uno de los talentosos herederos del inmenso Mathieu Lauffay, trabaja aquí por primera vez en solitario haciendo guión y dibujo. Tan maravillado estoy que ya he puesto a Eric Henninot en mi lista de autores de la BD a seguir.

Paisajes maravillosos y terribles, una fauna y una flora extrañas, las diferentes formas de viento contra el que luchar y misteriosas reliquias conceptuales propias de la Creación. Pero, sobre todo, vais a ver la 34ª Horda enfrentándose a su peor enemigo: ¡Ellos mismos! Eric Henninot ha producido aquí una ópera planetaria muy eficaz en su encuadre. Los tonos oscuros, predominantemente marrones, dan una ambientación tremenda que incluso provoca ansiedad a aquellos que hemos vivido días de viento insoportable. Las sensaciones son que Henninot lo clava. No por la adaptación, que por tanto no puedo juzgar, sino por la interpretación. Los escenarios son grandiosos y llamativos a los ojos, al igual que la trama y los personajes miembros de la Horda y el vínculo entre todos ellos es súper realista. Una aventura a seguir, sin duda. La mejor CF hecha cómic.

Reseña: Veneno. Planeta de Simbiontes, de David Michelinie, Hoover, St. Pierre, Hotz, Robertson y Lightle

Hasta el momento no había leído estos grandes arcos que son pura acción y que está publicando Panini Cómics casi cada mes. Planeta de Simbiontes, en especial, se publicó en los 90, la década de mi bajona con el cómic por centrarme en los inicios de una vida adulta sin tiempo. Pero como el Universo es esa cosa que se expande y se contrae, cual elástico lleno de secretos que viven los tiempos, resulta que todo vuelve y gracias a los cielos vuelve a estar disponible y en novedades este Planeta de Simbiontes de forma recopilada (porque la historia se tuvo que seguir en su día en varias colecciones), uno de los grandes arcos argumentales donde Veneno y algunos arácnidos más, lo pasan mal, pero mal de verdad. Contra invasores-aliens-usurpadores de cuerpos que atacan la Tierra y adoptan a humanos como anfitriones. Una horda llegando a nuestro planeta a mansalva… Cierto y verdad es, que nunca conocí a nadie en mi infancia que siguiera todas las historias de Veneno. Tampoco os puedo decir a ciencia cierta si a nuestro país de kioscos comiqueros en los 80 y 90 llegaba todo lo que uno podía desear de este antihéore. Diría que no. Veneno como mucho, lo podíamos ver dentro de otras cabeceras donde actuaba como villano. Como mucho. Fue una época donde solo los superhéroes más conocidos, los más famosos mundialmente, tenían cabida en esos resquicios que quedaban libres entre revistas y periódicos. Nada de especializarse en poner en mostrador series independientes de antihéroes. Impensable innovar así en este país de pandereta. Pero el tiempo nos pone en el candelero la posibilidad de recuperar esto. Panini Cómics en su labor de seguir trayéndonos las mejores historias de este ser con tantos puntos grises; en mi opinión, acaba de publicar, la mejor de todas las tramas en las que participa. Planeta de Simbiontes vuelve a estar en librerías.

Todo comenzó en el The Amazing Spider-Man Super Special #1 donde Spiderman está tratando de evitar que un grupo terrorista destruya un nuevo modulador de ondas Clystron. No muy lejos, Eddie Brock está en comunión con su simbionte. Ha comenzado a cuestionar su unión por primera vez, y habiéndose finalmente dado cuenta de lo violento que lo ha vuelto; duda. Pero sus pensamientos se interrumpen cuando un trozo de muro es lanzado hacia él desde una batalla que tiene a Spiderman enfracado contra los Neo-Luditas. Al convertirse en Venom, Eddie va a investigar y se topa con el trepamuros. A Spidey no le gusta nada que Veneno se una a la pelea, y ahí se percata que algo anda mal pues su antiguo enemigo está discutiendo con su simbionte sobre qué hacer con uno de los terroristas que tiene entre manos… Cuando todo acaba, Peter Parker anda dándole vueltas a la situación vivida y percibe que quizás acaba de ver en primer plano un medio para derrotar a Veneno de una vez por todas.

Pero no os voy a contar número a número todo. Sí os diré que el planeta azul (el nuestro) comienza a ser invadido por un ejército de simbiontes invasores del espacio exterior. Un presentador de noticias informa a la audiencia que mientras el ejército lucha por contener a estas criaturas, héroes como la Antorcha Humana y Rayo Negro pueden hacer retroceder algunos de los invasores pero otros como el Capitán América han caído y han sido poseídos por dichos parásitos alienígenas. La transmisión se interrumpe repentinamente cuando el presentador de noticias es poseído por uno de estos simbiontes. Mientras tanto, Mary Jane se ha instalado en la casa que comparte con su esposo Peter Parker y desea que su nuevo maridito regrese ya. Muy preocupada por lo que le pueda pasar a ella y a su hijo por nacer. Pero en el norte del estado de Nueva York, Spiderman huye de una horda de personas poseídas por simbiontes. Los atrae a través de una tubería de drenaje donde Veneno y Scarlet Spider le esperan. Pero todo se torna en desgracia: cada vez más ataques, más muertes, un mundo apocalíptico a un paso. Hasta que Spidey cae en la cuenta y dice a sus nuevos aliados que necesitan obtener todos los dispositivos de fuego y sónicos que puedan encontrar. Hay una posibilidad de que todas esas mentes corruptas estén comunicándose a raíz de una mente maestra, o quizás, lo hacen como mente colmena. Tiene ese presentimiento.

Un evento donde a Veneno y Spiderman no les queda otra que unirse para derrotar a Matanza (Carnage) y sus simbiontes. Toda una raza atacando nuestro mundo.

Flipante.

Reseña: Los Dementes, de Cullen Bunn y Jack T. Cole

Y ahora uno de Terror. Un cómic de Terror por Cullen Bunn. El guionista de moda. Aunque esta recomendación en realidad viene a través de un colega que tiene una tienda de cómics especializada y que como súper amante de Marvel/DC de toda la vida, rara vez le gusta un cómic de Terror. Pues va el tío y me recomienda Los Dementes. Nerviosamente, me lo recomienda, como si estuviese rompiendo sus principios. Y os cuento: este colega no es un tontolaba cerrado de miras. Sigue a todo buen autor que se precie y ya desde que se publicó en USA viene hablándome de Los Dementes (The Unsound) el titulo que BOOM! Studios que ahora publica Norma Editorial. Un cómic que encantó a todo fan del género. El más atrapante y más primigenio que posee el ser humano. Ya lo dijo Lovecraft. Y mi colega el tendero dijo: ¡Pelotazo, nen! Así lo definió. Aunque también me dijo que Cullen Bunn como guionista siempre aporta un grado de humor negro a su narración, que es interesante experimentar esta conjunción que puede parecer sencilla, a priori, pero que no es del todo así.

Terror del bueno, señores. Los Dementes se desarrolla desde el punto de vista de Ashli Granger, una enfermera que comienza un nuevo trabajo en St. Cascia, un manicomio con más pacientes que personal y más misterios que ambos. Una atmósfera extraña en la que te adentras, extraña e inquieta donde Ashli te lleva de la mano, por lo que su miedo es el nuestro. ¿Lo importante en el género de Terror? Crear una atmósfera es clave en un cuento de terror y Jack T. Cole (el ilustrador) lo consigue. Lo es todo si encima es realista. En casi cada escena de Los Dementes obtenemos una versión distorsionada de la realidad pero lo suficientemente cercana como para ser inquietante. El apartamento de un vecino extraño, un viaje al trabajo poblado de vagabundos despotricando y un hombre que lleva extraños frascos de órganos. Madre mía… No recuerdo una historia en cómic que me diera tanto mal rollo. Una vez que llegamos al hospital, el ambiente (los tonos gráficos también) se vuelven grises y azules de la mano del ilustrador Jack T. Cole, que hace un gran trabajo para dotar a los pacientes como si fuesen seres de otro mundo. Donce los celadores pasan a ser personas de trajes oscuros y monstruos sin rostro burlones. Un lugar para mirar, observan, fuera de los diálogos que se están produciendo.

Adivinar quién está cuerdo y quién no.

¿Y por qué he pasado directamente a hablar del dibujo? Por que es lo que consigue de todas-todas increpar en esta historia. Ponerte de mal rollo, hacer que de vez en cuando, si estás solo en casa, mires por encima del hombro a esa esquina de tu hogar en la que antes no te habías fijado. Desde la primera entrada incómoda a St. Cascia, donde la prota encuentra una hoja de afeitar en recepción, Ashli tiene una inquietud que solo aumenta con cada interacción. Páginas de último capítulo que actúan como introducción a las imágenes inquietantes que te va entregando a la trama. El desconcierto de Ashli ante algunos hechos inexplicables (un adicto conducido por hombres extraños a habitaciones sin identificar, un paciente que siempre usa una máscara de plato de papel…); escenas que desconciertan tanto a la prota como al lector.

Un buen thriller psicológico en gran parte porque toca muchas pautas del género de Terror. Pacientes que afirman que no deben estar allí, el amable vigilante de seguridad, un misterioso médico-jefe que aún no ha sido visto. Pero el giro impresionante que toma Cullen Bunn es usar lo que podrían ser tropos básicos y convertirlos en algo nuevo y escalofriante. El guion de misterio y atmósfera de Cullen Bunn se fusiona terriblemente bien con el dibujo de Cole. Una cosa que hace muy bien Bunn también es, saber cuándo dejar el diálogo en segundo plano para dar paso a las imágenes. Que trabajen y actúen por su cuenta. Pero al final, el viaje al que lleva Los Dementes se convierte en un solo tema.

Un desenlace que comienza a tener sentido dentro del sinsentido.

Reseña: Carta Blanca, de Jordi Lafebre y Clémence Sapin

Carta Blanca puede ser uno de los cómics más bonitos que se pueden encontrar ahora mismo en novedades. El más preciocérrimo, desde luego, porque no se me ocurre un calificativo mayor. Pero, ¿basta sólo con eso? Obvio que no. Preciosa historia, entrañables personajes, guion y dibujo de Jordi Lafebre para el delirio que logra sentirlos vivos, conmovedores…, salgo de mi lectura encantado. Conmovido. A uno también le gusta que de vez en cuando le pongan el vello de punta, ¿no? Además, el ingenioso proceso de contar la historia…, bueno, bueno, vamos por partes. Pero sí que funciona de maravilla también esta vez. Y es cierto que conocemos el final de la historia de Ana y Zeno desde el principio, pero curiosamente -o magistralmente, según se mire- eso de ninguna manera estropea el placer de descubrir cómo y por qué estas dos personas se han amado durante tantos años y no se encontraron antes. Carta Blanca es una de las bonitas novedades que Norma Editorial trae este mes desde el siempre atractivo cómic europeo. El título y la portada me convencieron de que lo pasaría bien, esa extraña certeza que a veces surge cuando piensas que un volumen te molará y eso que no sabes de que va. Ocurre también con títulos así, que temes que te decepcione. Por alguna razón quieres que te guste, y es como tener la posibilidad de probar una tarta de naranja y rezas por que no esté amarga. Entonces, sin prestar mucha atención a los detalles leo el primer capítulo; bonito ronroneo, paso la página y ¿dónde estoy? Retrocedo. ¿Pero cómo diablos el capítulo 19 y acabo de leer el 20? Empieza el juego. Toda una lucha de ansias por no querer leer el Capítulo 1, o sea, el final… Que sería el principio. Uff…

Un cómic atípico ya que comenzaremos la historia con su conclusión y retrocederemos en el tiempo, como habréis podido imaginar. La historia de un amor platónico que dura casi cuarenta años. En Carta Blanca seguiremos el destino de esta pareja que los llevó a convertirse en quienes son pero siempre viviendo las consecuencias antes que las causas. Un guion hecho de manera inteligente -hay que tener muchas cosas en cuenta-, y con el tono ligero que tan bien fluye en las comedias románticas. Extrañaría muchísimo que no se convirtiera en peli. Pero también contiene temas dolorosos (en el amor verdadero qué no lo es), temas como la romantización de la infidelidad, por ejemplo. Durante casi cuarenta años, el personaje de Ana le ha mentido a su esposo y su hija. Son situaciones que pueden doler moralmente a ciertos lectores. No voy a desarrollar más este tema pero soy consciente que para muchos/as el amor se rompe en mil pedazos si tras una familia existe una mentira así. En especial, para ciertas mentes “vintage”, sé que una historia de engaño no puede ser encantadora y puede resultar dolorosa. No obstante, es preciosa en muchos sentidos. Con el detalle ese de, ¿cómo terminará?, ¿cómo empezó?

La mayoría de vosotros ha pasado por esto. Tenéis en vuestro interior amores, cosquilleos en la barriga, recuerdos con los que vibráis al rememorarlos. Historias que os perseguirán hasta vuestro último día, alzheimer mediante. Gente con la que soñaste estar y terminaste con ella o no. Quizás, si que te acercaste un tiempo pero por una cosa o por otra vuestro corazón se rasgó para siempre. La destreza del autor en Carta Blanca es la construcción de una historia invirtiendo el tiempo pero encadenando eventos de una manera coherente y apoyando un marco fluido. Cierto es que no me gustó que Lafebre intentará explicar el porqué es posible retroceder en el tiempo. Explicaría que esta novela gráfica empiece por el final pero hay cosas que no se cuentan y quedan mejor, señor. Como en las historias de zombies. Mejor dejar en el aire la idea del porqué y dónde parte todo. Si tocas temas científicos puede que algún lector especializado sonría por incredulidad.

Eso si, lo que enamora totalmente es el dibujo. Muy Disney pero sazonado de cómic europeo. Es una mezcla extraña pero enamora. Es increíblemente eficiente la línea dinámica y expresiva que consigue el autor para transmitir a la perfección los sentimientos de los personajes. Especialmente, a través de su apariencia. Desde las primeras páginas, cuando Ana tiene lágrimas en los ojos, os juro que yo también las tenía… Y es que apenas conozco la obra de Jordi Lafebre. No he leído nada de sus cómics anteriores y, sinceramente, no esperaba quedar tan encantado. La guinda al pastel, la pone el colorista y ayudante Clémence Sapin que permite establecer súper bien los estados de ánimo a través de esos tonos pastel que contiene la historia.

Una fábula moderna sobre el paso del tiempo y los sentimientos que quedan. Hermoso cómic, para leer y releer.

Buen finde a todos.

Reseña: Deadwood Dick. Black Hat Jack, de Joe R. Lansdale, Mauro Boselli y Stefano Andreucci

Algunos lectores de Terror no lo saben pero Joe R. Lansdale no sólo ha escrito novelones del género súper recomendables, también es un amante del género Western. Es una rara combinación de gustos o de estilos para un escritor, sin embargo, más que raro, yo lo veo original. Y no porque pueda mezclar ambos géneros(que yo sepa solo lo hizo en un relato, fue genial y sirvió de inspiración para mi relato Andad de día que la noche es mía); el tema es que me parece muy, muy difícil ser bueno en dos temáticas tan diferentes. Pero Lansdale lo es. Joe Richard Lansdale (1951) es un escritor estadounidense además experto en artes marciales y de vez en cuando aporta su don a los cómics. Alucino con este hombre: ¡Tiene todos mis gustos! Ha sido autor de más de cuarenta novelas y ha publicado unas treinta antologías. Incluso alguna de sus historias han sido llevadas al cine. Envidia pura. Además, ha ganado varios premios por su labor en las letras entre los que está, por supuesto, el glorioso Premio Bram Stoker. En definitiva, aquí uno que va a leer siempre todo-todito-todo lo que se publique en español de este hombre.

Es por eso que fue un gusto ver que Panini Cómics, dentro de ese hermanamiento y publicación de grandes títulos de Sergio Bonelli Editore, recién publica Deadwood Dick: Black Hat Jack. Si aún no conocéis Deadwood Dick, os diré que es un personaje de ficción que apareció por primera vez en viñetarios o las que fueron llamadas novelas de diez centavos, publicadas entre 1877 y 1897 por Edward Lytton Wheeler en USA. Un exitazo de venta en el lejano siglo XIX. De hecho, el nombre se hizo tan conocido en la época que varias personas, incluidos famosos de renombre que residían en Deadwood (Dakota del Sur), adoptaron dicho apodo. Incluso tuvo una serie televisiva antológica como fue Death Valley Days que presentó un episodio en 1966 titulado La Resurrección de Deadwood Dick, con el presentador Robert Taylor y con el popular actor Denver Pyle en el papel principal. La historia mola. Si podéis echadle un ojo. Deadwood Dick es presentado por los dirigentes de la ciudad por que muchos turistas vienen a Deadwood y piden conocer al legendario hombre de la frontera. Pronto Buffalo Bill invita a Deadwood Dick a unirse a una refriega en ciernes y al final Dick, fortalecido por el gran dueto, termina por salvar al banquero de la ciudad en un atraco y promete regresar a Deadwood algún día, donde resulta que pasará sus últimos años hasta su muerte en 1929.

Black Hat Jack nace a partir de un relato de Joe R. Lansdale. Un relato épico que ya me doy patadas en el culo por encontrar en formato literario tras ver lo guapo que está y para comparar… Aunque es Mauro Boselli quien adapta esta historia a cómic. Guion narrado en primera persona donde a través de la propias palabras del protagonista nos cuenta como junto al montañés Black Hat Jack decidieron probar suerte en la caza de búfalos y…, donde tras una serie de investigaciones y pesquisas que van encontrando por el vasto páramo con un puñado de cazadores de búfalos, terminarán luchando en la famosa batalla (la segunda) de Adobe Walls, que se dio en junio de 1874 y que enfrentó a cientos de guerreros comanches, cheyenes, kiowas y arapahoes contra unos veintiocho cazadores de bisontes estadounidenses que defendían el asentamiento, en lo que ahora es el condado de Hutchinson, Texas.

Otra de esas batallas épicas históricas de unos pocos contra muchos. Lugar para ver que Lansdale leyó bastantes “novelas de diez centavos” como inspiración para esta historia. De algún modo, es muy parecido a ese formato; sin contar, por supuesto, con las geniales ilustraciones de Stefano Andreucci que son soberbias. Acción trepidante en un relato que rebosa suspense y nervio con el avance lento hasta que se desata el infierno. Por lo que he podido encontrar: sí, realmente Bat (Murciélago) Masterson estuvo presente y fue uno de los parapetados que hizo unos disparos increíbles. Tiene detalles así. Después de eso, hay cosas que se contradicen pero el Sr. Lansdale y Mauro Boselli (tengo que comprobar de quién es la culpa, por eso lo de leer el relato original). Aunque los fans de los spaghetti-westerns alucinarán de lo lindo con este cómic.

Reseña: Proyecto Hail Mary, de Andy Weir

Y ahora Ciencia Ficción de la molona, de la más realista posible. Y es que después del gran éxito de El Marciano (The Martian), que culminó con una superproducción de Hollywood de gran presupuesto dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Matt Damon que llamaron Marte (¿¿??); las expectativas se han elevado para cada nuevo libro de Andy Weir. En USA desde entonces siempre anda en el punto de mira. Sin embargo, su segundo trabajo Artemis, fue un cambio de ritmo -thriller de CF ambientado en una ciudad en la Luna-, que no gustó mucho. Yo diría que no fue tan potente como su novela anterior. Pero sí le tenía bastantes ganas a Proyecto Hail Mary ya que utiliza un lienzo más amplio como telón de fondo para una carrera interestelar contra el tiempo. Uno de los temas favoritos de Weir y, por supuesto, mío. La competencia frente a la adversidad y la voluntad de luchar por la supervivencia. Sólo los que nos hemos visto en esa terrible situación, sabemos lo importante que es que tú cerebro trabaje rápido.

Otra clave es, que hay más en juego en el Proyecto Hail Mary que en sus anteriores novelas. El maluto de esta historia amenaza con acabar con toda la raza humana y con otras civilizaciones galácticas. Ahí es nada.

Un día Ryland Grace se despierta, sale del coma, en un lugar blanquecino y junto a dos cadáveres. Tubos sobresalen de su cuerpo y sigue sin tener ni idea de quién es o cómo subió a bordo del navío estelar en el que se encuentra a miles de kilómetros de la Tierra. A medida que se desarrolla la trama, Grace comienza a recuperar lentamente la memoria y no solo descubre lo terrible de la crisis que está viviendo, también a la que se enfrenta la humanidad. También percibe que no es exactamente el tipo de hombre que cree que es. Grace es profesor de ciencias, más que astronauta. Esa fue una decisión consciente, dijo Weir durante una entrevista reciente: «Mark Watney (protagonista de The Martian) era un idiota, ¿verdad? Era humilde, divertido y modesto, y cosas así, pero era un astronauta seleccionado para ir a Marte, Debía haber vencido cientos de pruebas  y a unos 10.000 candidatos, por lo que aún idiota, era la flor y nata de la cosecha. Sin embargo, para Proyecto Hail Mary, quise a alguien más común». Y añadiendo que cree que es fuerte en las tramas pero débil en los personajes, Weir alega en esa entrevista que tiene como meta desarrollar protagonistas más matizados con cada nuevo libro. Y en este que os reseño hoy, definitivamente lo logra. Lejos del tipo entusiasta y súper motivado, Grace es en gran medida un héroe lacio, uno con vulnerabilidades reales que ayudan a humanizarlo y agregar tonos grises. Una persona normal. Por eso el personaje más potente del libro es Rocky, la contraparte alienígena de Grace.

Crear un extraterrestre literario convincente puede ser un desafío, pero Weir nos da un personaje memorable que pronto se hace querer. Rocky se ha convertido ya en uno de los alienígenas literarios inolvidables para mí. Muy al estilo de Prot en K-Pax. The Martian requería poco para la construcción del “mundo”, pero Proyecto Hail Mary nos da una raza alienígena bien construida, con un mundo natal muy diferente al nuestro. Y es que Weir es un fan confeso de Star Trek, y comentó que tenía grandes deseos de crear una especie alienígena original y diferente. Y eso que no hay un traductor universal que proporcione una comunicación rápida y conveniente entre los dos protagonistas. Pero Weir se toma tiempo para idear una forma lógica e intuitiva para que Grace y Rocky conversen y luego lo deja pasar a un segundo plano una vez que el lector ha llegado a aceptarlo. Un ingenioso dispositivo narrativo que nunca se interpone en su camino para contar la historia.

Pero toda novela convincente necesita un antagonista fuerte. Y aquí el malo-malón se presenta en forma de vida extraterrestre que se transmite de estrella en estrella como un virus, apagando lentamente a cada uno en el camino. Y parte de su ingenio es que es completamente indiferente a la existencia de las civilizaciones que amenaza. Además, no se le puede amenazar ni razonar con él. Como tal, la única solución es científica y, como ocurre con otros libros de Weir, el verdadero héroe no es la humanidad, sino la ciencia.

Novelón muy recomendable.

Weir madura a pasos agigantados como escritor.

Reseña: Soy una Mata-Gigantes, de Joe Kelly y Ken Niimura

Soy de la opinión que, como amante del noveno arte, si una obra ha recibido cantidad de premios y no has oído a nadie hablar de mal de ella, precisa un mínimo de atención por tu parte. Después estará el dibujo que puede ser maravillosito o no, el guión que puede pegar tu espalda al sofá de escai o no, pero el mínimo de atención, siempre. Lo que se le dice «echarle un ojo». Eso como mínimo. Otra cosa es que me digas que mejor no, vaya a ser que te encante y no puedes (económicamente) meterte en más líos, de momento. No obstante, recordad una máxima dentro del mundo del cómic: es un hobby que necesita (para tu bien) tener muy cerca amiguetes con la misma afición lectora. Y ahora os cuento mi caso. Me sentí un poco fastidiado tras ver la adaptación cinematográfica de Soy una Mata-Gigantes (I Kill Giants). Comentándolo con un colega este me sugirió que probara el material original. Que recurriera a las fuentes… ¡A las fuentes! Lo que yo más promuevo. Vaya tela. Y resulta que Norma Editorial acaba de publicar una nueva edición en tapa dura de este título que me atrae mil. Por tanto, las coincidencias no existen. ¿O sí?

Bien, os aseguro ya que Soy una Mata-Gigantes, de Joe Kelly y Ken Niimura, es mucho más transparente y atractiva que la versión cinematográfica. A la película le gusta ir a horcajadas sobre lo que está sucediendo y exactamente, eso es lo que no se debiera evitar. No se puede jugar con eso, no con el suspense (ese al que tanta importancia daba Patricia Highsmith); pues pierde fuerza. Ese “suspense” tratado como don de un guión es la sangre que mueve un cuerpo. Un trama con una máxima importante, además: los Gigantes son reales, y sí, la gente puede verlos.

Me enamoré, me encanta la protagonista Barbara, que en el cómic es un poco más joven, más agradable, más vulnerable y un poco más… redonda. La película comete un error porque nos mantiene intentando adivinar cosas sobre Barbara cuando en el cómic Kelly nos cuenta, casi de inmediato, todo sobre la confusión personal que tiene. Importante: sabemos por qué pelea y sabemos contra qué pelea. Al ser tan directo, Kelly crea un arco argumental lleno de emoción en un viñetario que tal como está ideado (blanco y negro, con poco texto, cuasi-manga) impacta y lo devoras en nada. ¿Pero qué cuenta este tomo ganador del Premio Internacional de Manga de Japón, la Mejor Novela Gráfica Indie de 2008 y escogido como uno de los 10 Mejores Cómics Juveniles por las Bibliotecas Norteamericanas en 2010? Cuenta la historia de Barbara Thorson, de diez años, una alumna de quinto grado que es mucho más madura que cualquier chico/a de su edad, pero que decide dedicar la mayor parte de sus preocupaciones a un «mundo de fantasía» en el que lucha contra temibles gigantes con su martillo mágico. Mas, no penséis que esto es un juego, ya que Barbara pasa horas investigando a esos seres, preparando su arma y colocando trampas de manera diligente y estoica. Sin embargo, un día, cuando una nueva estudiante llamada Sophia se hace amiga de Barbara, esa misma que anda en el punto de mira de Taylor, la matona de la escuela que hace miserable la vida de todos… La vida se vuelve más complicada para la joven mata-gigantes.

Soy una Mata-Gigantes sigue la regla de Bechdel, de hecho, a muy pocos personajes masculinos se les da tiempo de página en este cómic y rara vez se los menciona. Los problemas de Barbara con Taylor obligan a la escuela a enviarla a un terapeuta, quien cree que los gigantes son la forma que tiene la pequeña de lidiar con situaciones mucho más serias. Problemas en casa y demás. Y es que a medida que las situaciones tanto en el hogar como en la escuela se intensifican, la línea entre fantasía y realidad se difuminan. Y la conclusión de la historia deja todo totalmente abierto y con satisfacción tanto para fans de los fantástico como para escépticos. Es en esta mezcla de fantasía y realidad que I Kill Giants realmente sobresale (y aprovecha el medio, donde lo fantástico es más común que lo mundano). Obra genial muy en el tono de Un puente hacia Terabithia.

La dedicación de Kelly y Nimura al proyecto se muestra en cada página. Los personajes son absolutamente únicos, tanto conceptual como visualmente. Así que no nos andemos con rodeos: Soy una Mata-Gigantes es uno de los cómics más “regalables” para jóvenes y adultos que podéis encontrar ahora mismo en librerías.