Reseña: La Horda del Contraviento Vol.1, de Eric Henninot y Gaétan Georges

La Horda de Contraviento es una novela de Alain Damasio que me atraía bastante leer después de ver el éxito que tuvo en el país galo. Pero no sé tanto francés como para leer un libro. Mucho menos, de Ciencia Ficción. No obstante, Damasio puede ser el escritor francés de literatura fantástica vivo más famoso del momento. Un autor además que es guionista de cómics, radio-ficciones, películas y series de televisión. De Damasio sólo he leído uno de sus cuentos que se publicó en una revista de moda, y que también vio la luz en su antología Aucun souvenir assez solide (No hay recuerdos lo suficientemente fuertes); donde descubrí un universo original y una escritura precisa. Pero ahí quedé. Bien (ya os digo), por no saber mucho del idioma y, sobre todo, por lo difícil que es en este país (¡qué estamos al lado!) que se publiquen libros interesantes del país vecino. Pero es a través de los cómics que estas chuladas sí que consiguen cruzar los Pirineos. Es, en este caso, Yermo Ediciones quien está detrás de la publicación en nuestro idioma de La Horda de Contraviento en formato cómic. Trasladada por Eric Henninot quien hace un trabajo chulo, aunque no sé qué adaptó realmente o si ha modificado mucho la idea original. Lo que sí sé es que la escritura de Damasio, no es fácil de ser llevada a otro medio, ya sean cómics o películas. Creo que, como en Dune, hay toda una parte del texto que la imaginación complementa muy bien y que a los medios «más visuales» les cuesta transmitir.

A partir de una historia de la corriente imaginaria de ópera filosófica y política de narración múltiple -al estilo de Reinos del Muro, de Robert Silverberg-, se nos cuenta la historia de una tropa que siendo aún niños abandonaron Aberlaas, la ciudad de las fronteras, para caminar de oeste a este hasta llegar a Extremalto, donde supuestamente surge el fuerte viento que azota a todo el planeta y que barre a este mundo día y noche, sin tregua. Ahora la 34ª Horda del Contraviento se pone en marcha como nueva expedición para impedir o al menos descubrir al pueblo el secreto de aquel Mal acosador. Con un líder potente como es Sov, El Escriba, sobre cuyos hombros descansará pronto el futuro de toda la Horda…; la misión se cruza en el camino de los Freóles, unos seres voladores bastante extraños. En una inmensa estepa llegan a Physalis, nave nodriza de estos alienígenas, y una Escuadra Freólica que es capaz de actuar como transporte para proteger a los pueblos más desvalidos, actúa. Recibidos por una multitud jubilosa, la Horda finalmente disfruta de ese descanso que da el haber salvado a todo un pueblo. Sin embargo, a pesar de la fiesta, el malestar en Sov sigue creciendo: ¿Son los Fréoles realmente aliados? ¿El encuentro fue fruto de la casualidad?

La Horda de Contraviento fue en un díptico de la BD que se publicó en 2004 y que ahora por fina nos llega gracias a la siempre recomendable editorial de cómic europeo Yermo Ediciones. Una historia, un primer volumen que te deja súper intrigado. Una maravilla de cómic. Ciencia Ficción de la buena. Y es que me dijeron que Henninot se ha esforzado por mostrar los eventos mencionados pero no vividos en la novela (sin traicionar el espíritu), lo que permite dinamizar el comienzo del cómic. Se hizo bien. Me comentaron también que se agradece que el guionista colocara una escena de apertura que da contexto, cuando la novela, por lo visto, te pone directamente al frente de la Horda sin apenas información. Pero en esta adaptación, no hay narración múltiple ni pos-modernismo enrevesado. El diseñador, uno de los talentosos herederos del inmenso Mathieu Lauffay, trabaja aquí por primera vez en solitario haciendo guión y dibujo. Tan maravillado estoy que ya he puesto a Eric Henninot en mi lista de autores de la BD a seguir.

Paisajes maravillosos y terribles, una fauna y una flora extrañas, las diferentes formas de viento contra el que luchar y misteriosas reliquias conceptuales propias de la Creación. Pero, sobre todo, vais a ver la 34ª Horda enfrentándose a su peor enemigo: ¡Ellos mismos! Eric Henninot ha producido aquí una ópera planetaria muy eficaz en su encuadre. Los tonos oscuros, predominantemente marrones, dan una ambientación tremenda que incluso provoca ansiedad a aquellos que hemos vivido días de viento insoportable. Las sensaciones son que Henninot lo clava. No por la adaptación, que por tanto no puedo juzgar, sino por la interpretación. Los escenarios son grandiosos y llamativos a los ojos, al igual que la trama y los personajes miembros de la Horda y el vínculo entre todos ellos es súper realista. Una aventura a seguir, sin duda. La mejor CF hecha cómic.

Reseña: Veneno. Planeta de Simbiontes, de David Michelinie, Hoover, St. Pierre, Hotz, Robertson y Lightle

Hasta el momento no había leído estos grandes arcos que son pura acción y que está publicando Panini Cómics casi cada mes. Planeta de Simbiontes, en especial, se publicó en los 90, la década de mi bajona con el cómic por centrarme en los inicios de una vida adulta sin tiempo. Pero como el Universo es esa cosa que se expande y se contrae, cual elástico lleno de secretos que viven los tiempos, resulta que todo vuelve y gracias a los cielos vuelve a estar disponible y en novedades este Planeta de Simbiontes de forma recopilada (porque la historia se tuvo que seguir en su día en varias colecciones), uno de los grandes arcos argumentales donde Veneno y algunos arácnidos más, lo pasan mal, pero mal de verdad. Contra invasores-aliens-usurpadores de cuerpos que atacan la Tierra y adoptan a humanos como anfitriones. Una horda llegando a nuestro planeta a mansalva… Cierto y verdad es, que nunca conocí a nadie en mi infancia que siguiera todas las historias de Veneno. Tampoco os puedo decir a ciencia cierta si a nuestro país de kioscos comiqueros en los 80 y 90 llegaba todo lo que uno podía desear de este antihéore. Diría que no. Veneno como mucho, lo podíamos ver dentro de otras cabeceras donde actuaba como villano. Como mucho. Fue una época donde solo los superhéroes más conocidos, los más famosos mundialmente, tenían cabida en esos resquicios que quedaban libres entre revistas y periódicos. Nada de especializarse en poner en mostrador series independientes de antihéroes. Impensable innovar así en este país de pandereta. Pero el tiempo nos pone en el candelero la posibilidad de recuperar esto. Panini Cómics en su labor de seguir trayéndonos las mejores historias de este ser con tantos puntos grises; en mi opinión, acaba de publicar, la mejor de todas las tramas en las que participa. Planeta de Simbiontes vuelve a estar en librerías.

Todo comenzó en el The Amazing Spider-Man Super Special #1 donde Spiderman está tratando de evitar que un grupo terrorista destruya un nuevo modulador de ondas Clystron. No muy lejos, Eddie Brock está en comunión con su simbionte. Ha comenzado a cuestionar su unión por primera vez, y habiéndose finalmente dado cuenta de lo violento que lo ha vuelto; duda. Pero sus pensamientos se interrumpen cuando un trozo de muro es lanzado hacia él desde una batalla que tiene a Spiderman enfracado contra los Neo-Luditas. Al convertirse en Venom, Eddie va a investigar y se topa con el trepamuros. A Spidey no le gusta nada que Veneno se una a la pelea, y ahí se percata que algo anda mal pues su antiguo enemigo está discutiendo con su simbionte sobre qué hacer con uno de los terroristas que tiene entre manos… Cuando todo acaba, Peter Parker anda dándole vueltas a la situación vivida y percibe que quizás acaba de ver en primer plano un medio para derrotar a Veneno de una vez por todas.

Pero no os voy a contar número a número todo. Sí os diré que el planeta azul (el nuestro) comienza a ser invadido por un ejército de simbiontes invasores del espacio exterior. Un presentador de noticias informa a la audiencia que mientras el ejército lucha por contener a estas criaturas, héroes como la Antorcha Humana y Rayo Negro pueden hacer retroceder algunos de los invasores pero otros como el Capitán América han caído y han sido poseídos por dichos parásitos alienígenas. La transmisión se interrumpe repentinamente cuando el presentador de noticias es poseído por uno de estos simbiontes. Mientras tanto, Mary Jane se ha instalado en la casa que comparte con su esposo Peter Parker y desea que su nuevo maridito regrese ya. Muy preocupada por lo que le pueda pasar a ella y a su hijo por nacer. Pero en el norte del estado de Nueva York, Spiderman huye de una horda de personas poseídas por simbiontes. Los atrae a través de una tubería de drenaje donde Veneno y Scarlet Spider le esperan. Pero todo se torna en desgracia: cada vez más ataques, más muertes, un mundo apocalíptico a un paso. Hasta que Spidey cae en la cuenta y dice a sus nuevos aliados que necesitan obtener todos los dispositivos de fuego y sónicos que puedan encontrar. Hay una posibilidad de que todas esas mentes corruptas estén comunicándose a raíz de una mente maestra, o quizás, lo hacen como mente colmena. Tiene ese presentimiento.

Un evento donde a Veneno y Spiderman no les queda otra que unirse para derrotar a Matanza (Carnage) y sus simbiontes. Toda una raza atacando nuestro mundo.

Flipante.

Reseña: Los Dementes, de Cullen Bunn y Jack T. Cole

Y ahora uno de Terror. Un cómic de Terror por Cullen Bunn. El guionista de moda. Aunque esta recomendación en realidad viene a través de un colega que tiene una tienda de cómics especializada y que como súper amante de Marvel/DC de toda la vida, rara vez le gusta un cómic de Terror. Pues va el tío y me recomienda Los Dementes. Nerviosamente, me lo recomienda, como si estuviese rompiendo sus principios. Y os cuento: este colega no es un tontolaba cerrado de miras. Sigue a todo buen autor que se precie y ya desde que se publicó en USA viene hablándome de Los Dementes (The Unsound) el titulo que BOOM! Studios que ahora publica Norma Editorial. Un cómic que encantó a todo fan del género. El más atrapante y más primigenio que posee el ser humano. Ya lo dijo Lovecraft. Y mi colega el tendero dijo: ¡Pelotazo, nen! Así lo definió. Aunque también me dijo que Cullen Bunn como guionista siempre aporta un grado de humor negro a su narración, que es interesante experimentar esta conjunción que puede parecer sencilla, a priori, pero que no es del todo así.

Terror del bueno, señores. Los Dementes se desarrolla desde el punto de vista de Ashli Granger, una enfermera que comienza un nuevo trabajo en St. Cascia, un manicomio con más pacientes que personal y más misterios que ambos. Una atmósfera extraña en la que te adentras, extraña e inquieta donde Ashli te lleva de la mano, por lo que su miedo es el nuestro. ¿Lo importante en el género de Terror? Crear una atmósfera es clave en un cuento de terror y Jack T. Cole (el ilustrador) lo consigue. Lo es todo si encima es realista. En casi cada escena de Los Dementes obtenemos una versión distorsionada de la realidad pero lo suficientemente cercana como para ser inquietante. El apartamento de un vecino extraño, un viaje al trabajo poblado de vagabundos despotricando y un hombre que lleva extraños frascos de órganos. Madre mía… No recuerdo una historia en cómic que me diera tanto mal rollo. Una vez que llegamos al hospital, el ambiente (los tonos gráficos también) se vuelven grises y azules de la mano del ilustrador Jack T. Cole, que hace un gran trabajo para dotar a los pacientes como si fuesen seres de otro mundo. Donce los celadores pasan a ser personas de trajes oscuros y monstruos sin rostro burlones. Un lugar para mirar, observan, fuera de los diálogos que se están produciendo.

Adivinar quién está cuerdo y quién no.

¿Y por qué he pasado directamente a hablar del dibujo? Por que es lo que consigue de todas-todas increpar en esta historia. Ponerte de mal rollo, hacer que de vez en cuando, si estás solo en casa, mires por encima del hombro a esa esquina de tu hogar en la que antes no te habías fijado. Desde la primera entrada incómoda a St. Cascia, donde la prota encuentra una hoja de afeitar en recepción, Ashli tiene una inquietud que solo aumenta con cada interacción. Páginas de último capítulo que actúan como introducción a las imágenes inquietantes que te va entregando a la trama. El desconcierto de Ashli ante algunos hechos inexplicables (un adicto conducido por hombres extraños a habitaciones sin identificar, un paciente que siempre usa una máscara de plato de papel…); escenas que desconciertan tanto a la prota como al lector.

Un buen thriller psicológico en gran parte porque toca muchas pautas del género de Terror. Pacientes que afirman que no deben estar allí, el amable vigilante de seguridad, un misterioso médico-jefe que aún no ha sido visto. Pero el giro impresionante que toma Cullen Bunn es usar lo que podrían ser tropos básicos y convertirlos en algo nuevo y escalofriante. El guion de misterio y atmósfera de Cullen Bunn se fusiona terriblemente bien con el dibujo de Cole. Una cosa que hace muy bien Bunn también es, saber cuándo dejar el diálogo en segundo plano para dar paso a las imágenes. Que trabajen y actúen por su cuenta. Pero al final, el viaje al que lleva Los Dementes se convierte en un solo tema.

Un desenlace que comienza a tener sentido dentro del sinsentido.

Reseña: Carta Blanca, de Jordi Lafebre y Clémence Sapin

Carta Blanca puede ser uno de los cómics más bonitos que se pueden encontrar ahora mismo en novedades. El más preciocérrimo, desde luego, porque no se me ocurre un calificativo mayor. Pero, ¿basta sólo con eso? Obvio que no. Preciosa historia, entrañables personajes, guion y dibujo de Jordi Lafebre para el delirio que logra sentirlos vivos, conmovedores…, salgo de mi lectura encantado. Conmovido. A uno también le gusta que de vez en cuando le pongan el vello de punta, ¿no? Además, el ingenioso proceso de contar la historia…, bueno, bueno, vamos por partes. Pero sí que funciona de maravilla también esta vez. Y es cierto que conocemos el final de la historia de Ana y Zeno desde el principio, pero curiosamente -o magistralmente, según se mire- eso de ninguna manera estropea el placer de descubrir cómo y por qué estas dos personas se han amado durante tantos años y no se encontraron antes. Carta Blanca es una de las bonitas novedades que Norma Editorial trae este mes desde el siempre atractivo cómic europeo. El título y la portada me convencieron de que lo pasaría bien, esa extraña certeza que a veces surge cuando piensas que un volumen te molará y eso que no sabes de que va. Ocurre también con títulos así, que temes que te decepcione. Por alguna razón quieres que te guste, y es como tener la posibilidad de probar una tarta de naranja y rezas por que no esté amarga. Entonces, sin prestar mucha atención a los detalles leo el primer capítulo; bonito ronroneo, paso la página y ¿dónde estoy? Retrocedo. ¿Pero cómo diablos el capítulo 19 y acabo de leer el 20? Empieza el juego. Toda una lucha de ansias por no querer leer el Capítulo 1, o sea, el final… Que sería el principio. Uff…

Un cómic atípico ya que comenzaremos la historia con su conclusión y retrocederemos en el tiempo, como habréis podido imaginar. La historia de un amor platónico que dura casi cuarenta años. En Carta Blanca seguiremos el destino de esta pareja que los llevó a convertirse en quienes son pero siempre viviendo las consecuencias antes que las causas. Un guion hecho de manera inteligente -hay que tener muchas cosas en cuenta-, y con el tono ligero que tan bien fluye en las comedias románticas. Extrañaría muchísimo que no se convirtiera en peli. Pero también contiene temas dolorosos (en el amor verdadero qué no lo es), temas como la romantización de la infidelidad, por ejemplo. Durante casi cuarenta años, el personaje de Ana le ha mentido a su esposo y su hija. Son situaciones que pueden doler moralmente a ciertos lectores. No voy a desarrollar más este tema pero soy consciente que para muchos/as el amor se rompe en mil pedazos si tras una familia existe una mentira así. En especial, para ciertas mentes “vintage”, sé que una historia de engaño no puede ser encantadora y puede resultar dolorosa. No obstante, es preciosa en muchos sentidos. Con el detalle ese de, ¿cómo terminará?, ¿cómo empezó?

La mayoría de vosotros ha pasado por esto. Tenéis en vuestro interior amores, cosquilleos en la barriga, recuerdos con los que vibráis al rememorarlos. Historias que os perseguirán hasta vuestro último día, alzheimer mediante. Gente con la que soñaste estar y terminaste con ella o no. Quizás, si que te acercaste un tiempo pero por una cosa o por otra vuestro corazón se rasgó para siempre. La destreza del autor en Carta Blanca es la construcción de una historia invirtiendo el tiempo pero encadenando eventos de una manera coherente y apoyando un marco fluido. Cierto es que no me gustó que Lafebre intentará explicar el porqué es posible retroceder en el tiempo. Explicaría que esta novela gráfica empiece por el final pero hay cosas que no se cuentan y quedan mejor, señor. Como en las historias de zombies. Mejor dejar en el aire la idea del porqué y dónde parte todo. Si tocas temas científicos puede que algún lector especializado sonría por incredulidad.

Eso si, lo que enamora totalmente es el dibujo. Muy Disney pero sazonado de cómic europeo. Es una mezcla extraña pero enamora. Es increíblemente eficiente la línea dinámica y expresiva que consigue el autor para transmitir a la perfección los sentimientos de los personajes. Especialmente, a través de su apariencia. Desde las primeras páginas, cuando Ana tiene lágrimas en los ojos, os juro que yo también las tenía… Y es que apenas conozco la obra de Jordi Lafebre. No he leído nada de sus cómics anteriores y, sinceramente, no esperaba quedar tan encantado. La guinda al pastel, la pone el colorista y ayudante Clémence Sapin que permite establecer súper bien los estados de ánimo a través de esos tonos pastel que contiene la historia.

Una fábula moderna sobre el paso del tiempo y los sentimientos que quedan. Hermoso cómic, para leer y releer.

Buen finde a todos.

Reseña: Deadwood Dick. Black Hat Jack, de Joe R. Lansdale, Mauro Boselli y Stefano Andreucci

Algunos lectores de Terror no lo saben pero Joe R. Lansdale no sólo ha escrito novelones del género súper recomendables, también es un amante del género Western. Es una rara combinación de gustos o de estilos para un escritor, sin embargo, más que raro, yo lo veo original. Y no porque pueda mezclar ambos géneros(que yo sepa solo lo hizo en un relato, fue genial y sirvió de inspiración para mi relato Andad de día que la noche es mía); el tema es que me parece muy, muy difícil ser bueno en dos temáticas tan diferentes. Pero Lansdale lo es. Joe Richard Lansdale (1951) es un escritor estadounidense además experto en artes marciales y de vez en cuando aporta su don a los cómics. Alucino con este hombre: ¡Tiene todos mis gustos! Ha sido autor de más de cuarenta novelas y ha publicado unas treinta antologías. Incluso alguna de sus historias han sido llevadas al cine. Envidia pura. Además, ha ganado varios premios por su labor en las letras entre los que está, por supuesto, el glorioso Premio Bram Stoker. En definitiva, aquí uno que va a leer siempre todo-todito-todo lo que se publique en español de este hombre.

Es por eso que fue un gusto ver que Panini Cómics, dentro de ese hermanamiento y publicación de grandes títulos de Sergio Bonelli Editore, recién publica Deadwood Dick: Black Hat Jack. Si aún no conocéis Deadwood Dick, os diré que es un personaje de ficción que apareció por primera vez en viñetarios o las que fueron llamadas novelas de diez centavos, publicadas entre 1877 y 1897 por Edward Lytton Wheeler en USA. Un exitazo de venta en el lejano siglo XIX. De hecho, el nombre se hizo tan conocido en la época que varias personas, incluidos famosos de renombre que residían en Deadwood (Dakota del Sur), adoptaron dicho apodo. Incluso tuvo una serie televisiva antológica como fue Death Valley Days que presentó un episodio en 1966 titulado La Resurrección de Deadwood Dick, con el presentador Robert Taylor y con el popular actor Denver Pyle en el papel principal. La historia mola. Si podéis echadle un ojo. Deadwood Dick es presentado por los dirigentes de la ciudad por que muchos turistas vienen a Deadwood y piden conocer al legendario hombre de la frontera. Pronto Buffalo Bill invita a Deadwood Dick a unirse a una refriega en ciernes y al final Dick, fortalecido por el gran dueto, termina por salvar al banquero de la ciudad en un atraco y promete regresar a Deadwood algún día, donde resulta que pasará sus últimos años hasta su muerte en 1929.

Black Hat Jack nace a partir de un relato de Joe R. Lansdale. Un relato épico que ya me doy patadas en el culo por encontrar en formato literario tras ver lo guapo que está y para comparar… Aunque es Mauro Boselli quien adapta esta historia a cómic. Guion narrado en primera persona donde a través de la propias palabras del protagonista nos cuenta como junto al montañés Black Hat Jack decidieron probar suerte en la caza de búfalos y…, donde tras una serie de investigaciones y pesquisas que van encontrando por el vasto páramo con un puñado de cazadores de búfalos, terminarán luchando en la famosa batalla (la segunda) de Adobe Walls, que se dio en junio de 1874 y que enfrentó a cientos de guerreros comanches, cheyenes, kiowas y arapahoes contra unos veintiocho cazadores de bisontes estadounidenses que defendían el asentamiento, en lo que ahora es el condado de Hutchinson, Texas.

Otra de esas batallas épicas históricas de unos pocos contra muchos. Lugar para ver que Lansdale leyó bastantes “novelas de diez centavos” como inspiración para esta historia. De algún modo, es muy parecido a ese formato; sin contar, por supuesto, con las geniales ilustraciones de Stefano Andreucci que son soberbias. Acción trepidante en un relato que rebosa suspense y nervio con el avance lento hasta que se desata el infierno. Por lo que he podido encontrar: sí, realmente Bat (Murciélago) Masterson estuvo presente y fue uno de los parapetados que hizo unos disparos increíbles. Tiene detalles así. Después de eso, hay cosas que se contradicen pero el Sr. Lansdale y Mauro Boselli (tengo que comprobar de quién es la culpa, por eso lo de leer el relato original). Aunque los fans de los spaghetti-westerns alucinarán de lo lindo con este cómic.

Reseña: Proyecto Hail Mary, de Andy Weir

Y ahora Ciencia Ficción de la molona, de la más realista posible. Y es que después del gran éxito de El Marciano (The Martian), que culminó con una superproducción de Hollywood de gran presupuesto dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Matt Damon que llamaron Marte (¿¿??); las expectativas se han elevado para cada nuevo libro de Andy Weir. En USA desde entonces siempre anda en el punto de mira. Sin embargo, su segundo trabajo Artemis, fue un cambio de ritmo -thriller de CF ambientado en una ciudad en la Luna-, que no gustó mucho. Yo diría que no fue tan potente como su novela anterior. Pero sí le tenía bastantes ganas a Proyecto Hail Mary ya que utiliza un lienzo más amplio como telón de fondo para una carrera interestelar contra el tiempo. Uno de los temas favoritos de Weir y, por supuesto, mío. La competencia frente a la adversidad y la voluntad de luchar por la supervivencia. Sólo los que nos hemos visto en esa terrible situación, sabemos lo importante que es que tú cerebro trabaje rápido.

Otra clave es, que hay más en juego en el Proyecto Hail Mary que en sus anteriores novelas. El maluto de esta historia amenaza con acabar con toda la raza humana y con otras civilizaciones galácticas. Ahí es nada.

Un día Ryland Grace se despierta, sale del coma, en un lugar blanquecino y junto a dos cadáveres. Tubos sobresalen de su cuerpo y sigue sin tener ni idea de quién es o cómo subió a bordo del navío estelar en el que se encuentra a miles de kilómetros de la Tierra. A medida que se desarrolla la trama, Grace comienza a recuperar lentamente la memoria y no solo descubre lo terrible de la crisis que está viviendo, también a la que se enfrenta la humanidad. También percibe que no es exactamente el tipo de hombre que cree que es. Grace es profesor de ciencias, más que astronauta. Esa fue una decisión consciente, dijo Weir durante una entrevista reciente: «Mark Watney (protagonista de The Martian) era un idiota, ¿verdad? Era humilde, divertido y modesto, y cosas así, pero era un astronauta seleccionado para ir a Marte, Debía haber vencido cientos de pruebas  y a unos 10.000 candidatos, por lo que aún idiota, era la flor y nata de la cosecha. Sin embargo, para Proyecto Hail Mary, quise a alguien más común». Y añadiendo que cree que es fuerte en las tramas pero débil en los personajes, Weir alega en esa entrevista que tiene como meta desarrollar protagonistas más matizados con cada nuevo libro. Y en este que os reseño hoy, definitivamente lo logra. Lejos del tipo entusiasta y súper motivado, Grace es en gran medida un héroe lacio, uno con vulnerabilidades reales que ayudan a humanizarlo y agregar tonos grises. Una persona normal. Por eso el personaje más potente del libro es Rocky, la contraparte alienígena de Grace.

Crear un extraterrestre literario convincente puede ser un desafío, pero Weir nos da un personaje memorable que pronto se hace querer. Rocky se ha convertido ya en uno de los alienígenas literarios inolvidables para mí. Muy al estilo de Prot en K-Pax. The Martian requería poco para la construcción del “mundo”, pero Proyecto Hail Mary nos da una raza alienígena bien construida, con un mundo natal muy diferente al nuestro. Y es que Weir es un fan confeso de Star Trek, y comentó que tenía grandes deseos de crear una especie alienígena original y diferente. Y eso que no hay un traductor universal que proporcione una comunicación rápida y conveniente entre los dos protagonistas. Pero Weir se toma tiempo para idear una forma lógica e intuitiva para que Grace y Rocky conversen y luego lo deja pasar a un segundo plano una vez que el lector ha llegado a aceptarlo. Un ingenioso dispositivo narrativo que nunca se interpone en su camino para contar la historia.

Pero toda novela convincente necesita un antagonista fuerte. Y aquí el malo-malón se presenta en forma de vida extraterrestre que se transmite de estrella en estrella como un virus, apagando lentamente a cada uno en el camino. Y parte de su ingenio es que es completamente indiferente a la existencia de las civilizaciones que amenaza. Además, no se le puede amenazar ni razonar con él. Como tal, la única solución es científica y, como ocurre con otros libros de Weir, el verdadero héroe no es la humanidad, sino la ciencia.

Novelón muy recomendable.

Weir madura a pasos agigantados como escritor.

Reseña: Soy una Mata-Gigantes, de Joe Kelly y Ken Niimura

Soy de la opinión que, como amante del noveno arte, si una obra ha recibido cantidad de premios y no has oído a nadie hablar de mal de ella, precisa un mínimo de atención por tu parte. Después estará el dibujo que puede ser maravillosito o no, el guión que puede pegar tu espalda al sofá de escai o no, pero el mínimo de atención, siempre. Lo que se le dice «echarle un ojo». Eso como mínimo. Otra cosa es que me digas que mejor no, vaya a ser que te encante y no puedes (económicamente) meterte en más líos, de momento. No obstante, recordad una máxima dentro del mundo del cómic: es un hobby que necesita (para tu bien) tener muy cerca amiguetes con la misma afición lectora. Y ahora os cuento mi caso. Me sentí un poco fastidiado tras ver la adaptación cinematográfica de Soy una Mata-Gigantes (I Kill Giants). Comentándolo con un colega este me sugirió que probara el material original. Que recurriera a las fuentes… ¡A las fuentes! Lo que yo más promuevo. Vaya tela. Y resulta que Norma Editorial acaba de publicar una nueva edición en tapa dura de este título que me atrae mil. Por tanto, las coincidencias no existen. ¿O sí?

Bien, os aseguro ya que Soy una Mata-Gigantes, de Joe Kelly y Ken Niimura, es mucho más transparente y atractiva que la versión cinematográfica. A la película le gusta ir a horcajadas sobre lo que está sucediendo y exactamente, eso es lo que no se debiera evitar. No se puede jugar con eso, no con el suspense (ese al que tanta importancia daba Patricia Highsmith); pues pierde fuerza. Ese “suspense” tratado como don de un guión es la sangre que mueve un cuerpo. Un trama con una máxima importante, además: los Gigantes son reales, y sí, la gente puede verlos.

Me enamoré, me encanta la protagonista Barbara, que en el cómic es un poco más joven, más agradable, más vulnerable y un poco más… redonda. La película comete un error porque nos mantiene intentando adivinar cosas sobre Barbara cuando en el cómic Kelly nos cuenta, casi de inmediato, todo sobre la confusión personal que tiene. Importante: sabemos por qué pelea y sabemos contra qué pelea. Al ser tan directo, Kelly crea un arco argumental lleno de emoción en un viñetario que tal como está ideado (blanco y negro, con poco texto, cuasi-manga) impacta y lo devoras en nada. ¿Pero qué cuenta este tomo ganador del Premio Internacional de Manga de Japón, la Mejor Novela Gráfica Indie de 2008 y escogido como uno de los 10 Mejores Cómics Juveniles por las Bibliotecas Norteamericanas en 2010? Cuenta la historia de Barbara Thorson, de diez años, una alumna de quinto grado que es mucho más madura que cualquier chico/a de su edad, pero que decide dedicar la mayor parte de sus preocupaciones a un «mundo de fantasía» en el que lucha contra temibles gigantes con su martillo mágico. Mas, no penséis que esto es un juego, ya que Barbara pasa horas investigando a esos seres, preparando su arma y colocando trampas de manera diligente y estoica. Sin embargo, un día, cuando una nueva estudiante llamada Sophia se hace amiga de Barbara, esa misma que anda en el punto de mira de Taylor, la matona de la escuela que hace miserable la vida de todos… La vida se vuelve más complicada para la joven mata-gigantes.

Soy una Mata-Gigantes sigue la regla de Bechdel, de hecho, a muy pocos personajes masculinos se les da tiempo de página en este cómic y rara vez se los menciona. Los problemas de Barbara con Taylor obligan a la escuela a enviarla a un terapeuta, quien cree que los gigantes son la forma que tiene la pequeña de lidiar con situaciones mucho más serias. Problemas en casa y demás. Y es que a medida que las situaciones tanto en el hogar como en la escuela se intensifican, la línea entre fantasía y realidad se difuminan. Y la conclusión de la historia deja todo totalmente abierto y con satisfacción tanto para fans de los fantástico como para escépticos. Es en esta mezcla de fantasía y realidad que I Kill Giants realmente sobresale (y aprovecha el medio, donde lo fantástico es más común que lo mundano). Obra genial muy en el tono de Un puente hacia Terabithia.

La dedicación de Kelly y Nimura al proyecto se muestra en cada página. Los personajes son absolutamente únicos, tanto conceptual como visualmente. Así que no nos andemos con rodeos: Soy una Mata-Gigantes es uno de los cómics más “regalables” para jóvenes y adultos que podéis encontrar ahora mismo en librerías.

Reseña: John Tanner. El Cautivo del Pueblo de los Mil Lagos, de Christian Perrisin y Boro Pavlovic

Llevo mucho sin deciros que, tanto que alardeamos de creadores de buen cómic los americanos, resulta que, por ejemplo, las mejores historias de Western en este formato siempre nacen en el viejo continente. Es una coincidencia que quizás no lo es tanto pero, ¿no sería más lógico que en cada tierra se hiciera lo mejor para con su historia? Supongo que de ahí lo de no ser profeta en tu tierra por que en mi caso, la mejor historia que he visto en cómic sobre la Guerra Civil Española…, por supuesto, no la hizo un español. Pero a lo que iba, que es fácil encontrar muy buenas historias del Oeste dentro del noveno arte y del cómic europeo.

Yermo Ediciones recién publica uno de esos títulos, uno de esos cómics para el recuerdo. Es decir, las historias que se basan en hechos reales a uno se les queda grabada. Serie que se inicia con este primer álbum y que deja con ganas de más. La historia de John Tanner, que permanecerá cautivo de las tribus Ojibwe durante treinta años (capturado desde los nueve) historia de la que no tenía ni idea. Me sonaba algo parecido, pero ni era exactamente esta historia, ni transcurría igual. Y es que, con la intención de reemplazar a un hijo desaparecido, John experimentará varias pruebas y un destino singular y doloroso, antes de convertirse en un vínculo entre las culturas blanca e india, a través de su función de traductor y guía. Por tanto, estamos ante un cómic de belleza incalculable, un guion de película biográfica muy bien relacionada y bien documentada por lo que he podido investigar. Al buscar lo que concierne al personaje (yo soy así de inquieto) en mi Historia del Far-West, de Rieupeyrout (enciclopedias que, sin duda, merecerían una bonita re-edición en español); me di cuenta que Perrisin había estudiado bien el tema, porque si exceptuamos algunos pasajes de ficción que le dan aspecto aventurero al guión, todo huele a autenticidad. A la vez que le da valor antropológico a los nativos americanos.

Es una trama que además pertenece más al campo de lo salvaje que a la típica historia de búsqueda. La acción se desarrolla entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, es decir, menos de un siglo antes del período en el que transcurre El Último Mohicano. Pero está en esa linea. Un cómic impregnado de cultura india, incluso el vocabulario indio es increíblemente rico. Y que trata la historia contada a través de John Tanner a un amigo que se convertirá más o menos en su biógrafo. Un médico curioso abierto a los pueblos nativos americanos de 1827. Así que imaginamos desde este medio-flashback que al final del álbum Tanner ya es un adulto y se ha convertido en indio. Una historia sin sorpresas pero que se disfruta con el “durante”. Sobre todo, por el dibujo de Pavlovic, cuando menos, ingenioso, efectivo, que acompaña muy bien a la historia, que se desarrolla a ritmo lento, pero de forma interesante. Siendo el conjunto descrito, diálogos bañados en ilustraciones muchas que son lienzos en sí mismos.

El dibujo de Pavlovic (ilustrador que recuerdo de El Niño y Les Munroe), posee un dibujo soberbio, digno de la mejor BD. Despliega todo su don en los magníficos paisajes de los Grandes Lagos pero también ofrece un verdadero festival sobre cultura india (atuendos, objetos y rostros indios). Además de la historia de John Tanner, la historia en su conjunto es instructiva por su transcripción de esta cultura india que descubrimos en un tono mucho menos idealizado; los nativos son crueles, a veces malvados, individualistas y viven en la indigencia algunos. Otra ambición de sobrevivir en un mundo hostil. Mas, también aprendemos que la evolución de los nativos no se basó sólo en violencia y sangre, sino en una especie de asimilación de mestizaje de lo que es un claro ejemplo John Tanner. Después de todo, son indios de los Grandes Lagos, no tienen la misma forma de vida que los indios de las llanuras de un siglo después. Una comuna diferente.

Serie planeada en díptico, que ningún amante del género debería perderse.

Reseña: Un Destino de Hallador, de Gess

Curioso, muy curioso, es este nuevo titulo que llega a nuestro país de la mano de Ponent Mon. Pero es Gess. Y un cómic de este hombre ya es como mínimo apetecible. Y en formato grande, más. Pues recordad que ya casi con todas las editoriales que traen buen cómic europeo, por normal general, hablamos de integrales (que para mí es el formato ideal para degustar historias); así que si se puede, se hace un esfuerzo económico para llevaros a casa lo mejor de lo mejor… Cómic con el que empezamos la semana que lo merece.

Pues tras un nuevo álbum de ¡Viva la Anarquía! (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4831), quién no va a querer trasladarse de nuevo a esos tiempos de Balzac, Zola y Victor Hugo, la Comuna y los grupos anarquistas de la France. Pero esta vez con toques fantásticos. Guau! ¿Cómo? Si, si…, pero Un Destino de Hallador es eso y más. Para los que aún no conocen los denominados Cuentos del Pulpo; obra que promete ser colosal y cuyo primer relato fue La Malédiction de Gustave Babel, que hizo mucho ruido por su frescura y por sus dimensiones cuasi-dimensiones hugolianas al otro lado de los Pirineos. Son cuentos dedicados a una organización criminal que controlaba París a finales del siglo XIX. No obstante, Gess los lleva a un universo ucrónico donde conviven (con dificultad) humanos corrientes y mutantes franceses muy al estilo de los X-Men. Sin embargo, ahora, comenzando con una breve pero conmovedora introducción a la Comuna de París y el sacrificio de quienes creían en los valores democráticos y modernos que se debieran defender, Un Destino de Hallador promueve a su vez (como cómic) ciertas tendencias políticas citando en cada apertura de capítulo un extracto clave del Contrato Social, de Rousseau. Vamos a ver, ¿politiqueo? Dirán algunos de ustedes. Bueno, ¿y acaso Dios ama, el hombre mata no era un cómic político en definitiva?

Detrás de una ficción extraordinaria y operando a varios niveles, Gess, es el único responsable de esta obraza donde interpreta todos los roles (guionista, diseñador, colorista, rotulador…); con el que transmite un mensaje poderoso. La relevancia de que todo permanece igual más de un siglo después. La soberbia de los poderosos (ya sean miembros del Estado o de la Mafia) hacia el pueblo sin el cual, sin embargo, no son nada. Pero también la posición de víctima de la mujer, sistemáticamente explotada, violada en sus derechos, literalmente devorada por el sistema. La necesidad de Revuelta, aunque los límites de la violencia son obvios… Temas, posturas comprometidas, que tras lo fantástico encumbran lo que se cuenta en Un Destino de Hallador.

Pero lo que hace de este volumen un triunfo absoluto y una lectura tan cautivadora como abrumadora, es la fuerza de su historia. Así como el poder de los personajes, ninguno de los cuales es insignificante. Me llamó mucho la atención encontrar en un cómic el romanticismo poderoso que es capaz de evocar la gran literatura francesa del siglo XIX. Tener la sensación de esta leyendo a Victor Hugo o Alexandre Dumas, eso no lo consigue cualquiera. Y menos, dentro del noveno arte. Son referencias que inmediatamente vienen a la mente cuando uno se hunde en este universo rico que se propone. Situaciones moralmente complejas y la atmósfera de inevitable tragedia. Una dimensión de “cultura francesa” que le permite también a Gess separarse un poco de posibles referencias a los mundos estereotipados de los superhéroes estadounidenses. Al tiempo que los encaja perfectamente en temas más contemporáneos (asesinos en serie, universos paralelos, etc.). Además, lo que se cuenta aquí, tiene ese don lovecraftiano, mignolista, que a mí por lo menos me flipa. Imaginaréis que ahora quiero, rezo para que alguien saque en español (¡Muerdo por conseguir!) La Maldición de Gustave Babel, el primer relato de los Cuentos del Pulpo. Y es que me contaron que tras ese cómic está la base donde el autor francés de Ruan siembra la semilla para este maravilloso volumen que os reseño hoy.

En Un Destino de Hallador me cuentan que lo vuelve a hacer con geniales historias entrelazadas que evolucionan en el mismo universo. Un período de transición por excelencia donde trama y subtramas llegan a unirse, por lo que he podido averiguar. Gess juega con este rico tejido histórico francés para confeccionar un universo único. Trata ante todo personajes de gran riqueza y profundidad, algunos de los cuales tienen talentos increíbles. Este pequeño toque fantástico da cohesión y originalidad jugando con leyendas urbanas y embarcándonos en una historia contundente y sangrienta donde las familias de los principales protagonistas vana sufrir de lo lindo. Todo con un ritmo constante, poderoso, de narrativa apasionante, donde nos embarcamos rápidamente en un secuestro donde Émile Farges, nuestro héroe, tendrá que salir de su zona de confort para salvar a su familia…

Desde el punto de vista gráfico, Gess confirma su estilo, lo cuidadoso que es y le da a su historieta todo el atuendo necesario para nuestro mayor placer. Es un maestro en todos los sentidos. Un ídolo para muchos fans entre los que me encuentro.

Cerrando ya, la valoración es fácil, para un amante del género detectivesco y de Terror como yo: Menuda Joyita. Trama digna de peli, serie de TV, sirve hasta como aventurera rolera, friends. Rico universo y cómic súper disfrutable para muchos de los que leéis Desde New York – Crónicas Literarias y que sabéis ya de sobra de qué pie cojeamos.

Súper recomendable.

Reseña: Marvel Limited Edition. Spiderman. Capítulo Uno, de John Byrne

Nadie dice NO a volver a los buenos tiempos, a los buenos cómics y nadie debería evitar a John Byrne en tiempos muy prolongados. Pero lo que tiene delito en mí es que no recordaba que el maestro Byrne hubiera tenido una época con el trepamuros. Que existía y ahora en novedades está en un Marvel Limited Edition un volumen que recopilada la serie de doce números llamada Capítulo Uno donde el consagrado guionista e ilustrador le dio “tratamiento” a nuestro querido vecino Spiderman.

Su visión del personaje.

Así que, como no aprovechar el momento, la publicación de esta genial novedad que se marcan Panini Cómics y SD Distribuciones con su colección de indispensables cómics clásicos los ya tan conocidos Marvel Limited Edition. Es el momento, sin duda, de degustar la miniserie que se llamó Capítulo Uno (Chapter One), del Spiderman, de John Byrne, que se publicó entre 1998 y 1999. Doce entregas, más un número aleatorio #0 -intercalado-, una Renovación de la Telarañas (como bien titula en su articulo inicial Eduardo de Salazar), que nos lleva a los primeros días de Spiderman tal como el maestro decide reescribirlos y los reinventa. Pues la serie esplende y está cien por cien impulsada con inspiración gracias a la mente y pluma de la superestrella de la industria John Byrne, quien proporciona guión y lápices además.

Una publicación que roza los dos miles pero de las pocas series que se podrían ubicar por apariencia y estilo en los benditos años 80. Byrne incluso parece preferir una re-imaginación clásica de una historia icónica del origen de un superhéroe, muy parecido a lo que hizo con el Superman ochentero. Aunque sinceramente con El Hombre de Acero lo hizo bastante mejor. Y eso que Byrne siempre gusta, tiene un nivel muy alto pese a no estar en su top. Es más, Capítulo Uno, en el momento en que se publicó, muchos lo catalogaron y declararon como nuevo «canon» para Spiderman. No obstante, la gente se fue dando cuenta que era una designación hecha un poco a la ligera cuando los poderosos de La Casa de las Ideas se dieron cuenta que era una estupidez cambiar los eventos del Amazing Fantasy #15, al menos, en la forma en que Byrne lo cambia aquí.

Eso si, permitid que aclare que como fan incondicional de todo lo que hace o hizo este señor, honestamente, este MLE hay que tenerlo a poco que seas fan de Spidey. Es diferente. Y al ser uno de los personajes de los que más guiones se publican (Spiderman, Los Vengadores, Batman, Superman…) la palabra “diferente” debería sonaros a “refrescante”. Y apetecible. Cierto es que el medio está lleno de reinicios, de vuelta a los orígenes…, pero al igual que Frank Miller hizo con Daredevil en El Hombre Sin Miedo, Byrne también aporta aquí su ingenio magistral para “retocar” mitología y el resultado neto es cuanto menos digno de leer. Tenéis que quedaros con lo que os dije antes. Hablamos de una serie por la que llegaron a plantearse en un momento dado ponerla como canon.

Eso no es moco de pavo.

Dichos cambios incluyen el momento icónico de la «picadura de araña», que se cambió de «adolescente mordido por una araña radiactiva» a «adolescente es atrapado en una explosión radiactiva y es mordido por araña». Como guinda al pastel, Otto Octavius está presente durante esta explosión y ese es el momento en que adquiere sus superpoderes. Un coctel curioso, ¿no? Pero vincular a Peter y a Otto más estrechamente es una idea con una enorme cantidad de potencial (como lo atestigua la serie Superior Spider-Man), que los dos obtengan sus poderes forjados en el mismo momento exacto ya casi que los une para siempre. Y este es solo uno de los muchos casos en los que Byrne tocará la fibra a los más puristas. ¿Más? Momentos como estos: Anna Watson le da la noticia a Peter sobre la muerte del tío Ben en lugar de un policía al azar, o el Duende Verde es el cerebro tras algunos de los primeros villanos de Spidey. Ideas que en realidad dan la sensación de estar leyendo un What if…?, pero uno de los molones. Aun así, en cuanto a los puristas que no quieren que se les toque nada-nadita-nada, os contaré bajito que hay más momentos sarcásticos que terribles. Por ejemplo, Byrne intenta modernizar el origen haciendo que los estudiantes de secundaria hablen de ir a ver un concierto de los Rolling Stones.

Cosas así.

Digno de ver. Leer. Tener.