Reseña: Cielos Radiantes, de Jiro Taniguchi

Cielos Radiantes, editado originalmente en 2005, es una de esas obras manga que hace que encumbres fácilmente a Jiro Taniguchi. Un exponente claro de lo que hace este autor. Taniguchi nos suele hacer vibrar con historias en principio costumbristas pero armadas de amor y valentía. También melancolía. Y nostalgia sobre aquellos buenos tiempos que fueron y ya no son. Y de como queremos/debemos aprovechar la vida cuando ya casi no podemos.

El tener, y no saberlo, ni apreciarlo, en su momento.

Gracias a editorial Ponent Mon se reedita este titulazo que ningún amante de las historias inolvidables se debería perder. Seguir disfrutando de la obra de Jiro Taniguchi es una opción…, pero qué opción. No me pierdo una obra de este hombre. Y ahora, después de revisitar la edición de Los Años Dulces, ya podemos hacernos con Cielos Radiantes entre las novedades.

En Cielos Radiantes vemos a un hombre conduciendo su coche, cansado, cantidad de horas encima de trabajo, ya sabéis… ¿Y en qué depara? Pues en un aparatoso accidente contra la moto de un joven de diecisiete años.

Ambos acaban en coma pero algo inexplicable sucede: mientras que el hombre adulto fallece, el joven consigue despertar pero con la conciencia del otro. Kubota (el hombre que ha muerto) ahora dentro de Takuya (el chico de la moto que ejercía de mensajero) tiene que enfrentarse al hecho de estar dentro de una persona joven otra vez. Y sobre todo, con una familia que no conoce. Sin embargo, el milagro se altera con el paso del tiempo y el espíritu de Takuya, el verdadero, desea volver. Kubota tiene así una carrera contrarreloj en la que necesita despedirse de su mujer y su hija antes de que suceda el cambio.

Momentos intensos y emocionales.

Lágrimas.

La tristeza y desesperación de sendas muertes inesperadas.

El mejor Taniguchi.

Cielos Radiantes recuerda muy mucho a uno de los mejores manga del autor, el conocido entre los amantes del manga Barrio Lejano (http://www.ponentmon.com/comics-castellano_old/taniguchi/barrio-lejano/index.html). En ambos casos, un suceso sobrenatural es el motor de la trama y lo que pone en visicitudes a los protagonistas. Un hecho racional se vuelve uno sin explicación normal y cambia las vidas de ciertas personas para siempre.

Jiro Taniguchi es un autor que tuvo la voluntad o la suerte de no caer en el serial manga y largo de capítulos interminables. No creo que sea de los que escribe para vivir sino de los vive para escribir. Es muy contemplativo. Y pese a que os he hablado de dos de sus obras con hechos fantásticos normalmente no los usa. Es todo lo contrario. Sus obras son una oda a la vida, a los recuerdos y capaz de hacer que valores a un personaje en una hoja observando simplemente un árbol y en silencio. Sus personajes son muy atractivos y muy pero que muy reales. Ha creado siempre proyectos concretos y tomos integrales. Volúmenes únicos que es en mi opinión, lo que mejor se lee. Taniguchi es de trabajar mucho en historias cotidianas que acercan al lector como si en vez de leer estuviera oyendo a alguien hablando de otro alguien. Jiro Taniguchi es uno de los mejores novelistas gráficos que existen.

Y lo demuestra con Cielos Radiantes.

Reseña: Corto Maltés. La Casa Dorada de Samarcanda, de Hugo Pratt

Cuando leí el primer cómic de Corto Maltés, una de las cosas que recuerdo es, el prometer hacerme con toda la colección. Esto figuraba tener que buscar títulos en librerías y mercadillos de segunda mano. No obstante, a poco que investigues, rápidamente te das cuenta que Norma Editorial, en realidad, siempre lo tiene catálogo. O al menos por entonces empezaron a salir los títulos de la serie y cada uno en diferentes formatos; blanco y negro y color. Fue toda una alegría. Lo que digo siempre y lo que tanto requiero a editoriales. La oportunidad a un paso. Lo mejor de lo mejor siempre en stock debería ser siempre una cláusula indispensable en la producción y edición de obras literarias. Es de lógica. Y Corto Maltés es, sin duda, una obra indispensable para cualquier lector de cómics que se precie. Por eso es de rigor que sus álbumes sigan publicándose casi de forma mensual. Que sehaga, es siempre-siempre una buena noticia. Leer guiones tan buenos casi como si fuesen una novedad es algo que pone y mucho.

La Casa Dorada de Samarcanda es la vigésimo sexta aventura de Corto Maltés creada por el maestro italiano Hugo Pratt. Una historia que abarca un largo periodo de tiempo pues comienza en diciembre de 1921 en Rodas y termina en septiembre de 1922 en la frontera entre Afganistán e India. Una trama con cantidad de viajes por el Medio Oriente, entre países exóticos donde la muerte ronda casi cada viñeta donde encontramos olores diferentes, licores de colores extraños o una cama sugerente donde reposar o retozar. Como siempre cantidad de personajes transitan por esta aventura de Corto que es, sin duda, otra indispensable. Tiene de todo. Diría incluso que te enseña mundo. Acumula giros y vueltas al más puro estilo aventura clásica mientras despoja el argumento de su carácter convencional, pues casi todos los misterios generalmente se resuelven en el acto. Pero me pareció muy curioso ver que en esta aventura Corto Maltés está más perdido que en álbumes anteriores. Es objeto de múltiples cargas irónicas por parte de Pratt, quien lo retrata lleno de incomprensión frente a la miríada de personajes secundarios que van apareciendo. Como si el autor estuviese molesto con él por alguna razón y hubiese decidido hacérselo pagar. Lo pone a veces incluso como compañero no digno usando drogas cuando no toca. Una aventura por momentos bastante onírica.

En La Casa Dorada de Samarcanda, Corto busca el tesoro del rey persa Ciro II que fue escondido por Alejandro Magno siglos atrás. Eso por un lado, pero esto a la vez le sirve como pretexto para intentar liberar al prisionero Rasputín de donde se encuentra encerrado. Para ello, atraviesa tres estados emergentes y en eterno conflicto como son la República Turca, la Unión Soviética y el Irán, de Reza Pahlavi. Recordemos que al final de Fábula de Venecia (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6143), Corto Maltés cruzó el umbral de un patio secreto en Venecia para entrar en otra historia. Las cúpulas de San Marcos, todavía presentes en su mente, confunden sus primeros pensamientos mientras se encuentra en los muelles del puerto de Rodas, Grecia… Volviendo a la conciencia, inmediatamente se pone en marcha en busca de un manuscrito que ha descubierto que existe, mientras lee las notas del barón Corvo. Así se entera de que el escritor Edward Trelawnay habría escondido los recuerdos de su amigo Lord Byron «bajo la luna de la mezquita de Kawakly». Después de encontrar el manuscrito, es detenido por un individuo que lo toma por un tal Timur Chevket. Sus negaciones son inútiles, porque el parecido es tal que no da a lugar a ninguna negación. Por lo tanto, es llevado a una reunión de un movimiento nacionalista donde hace tiempo se espera a este tal Chevket. El comandante Bahiar dice que el general Enver Pasha, derrocado por Kemal, que se ha convertido en presidente de Turquía, quiere vengarse. Para ganar el poder, rompió con los bolcheviques y se unió a los musulmanes anticomunistas. Chevket (Corto) debe ir a buscarlo a Bahiar en Adana (Turquía), antes de partir con ellos hacia Turquestán. Pero al salir de la reunión, Corto piensa en una sola cosa: desaparecer lo antes posible. Y es que alojado con su amiga Cassandre, ella le advierte que corre un gran peligro. Por la noche, estudia el mapa y el manuscrito encontrado, que lo pone en la pista del tesoro escondido por Alejandro Magno en Asia Central y se larga.

Según Hugo Pratt, no es Corto el personaje principal de esta historia sino Rasputín. Por lo tanto, su liberación es el objeto de la búsqueda de Corto, quien desea salvar a su amigo encarcelado de una sentencia de muerte. Estamos ante un álbum que fue analizado incluso en programas de TV franceses porque sigue de una forma muy visual la antigua Ruta de la Seda. Evoca el nombre de Samarcanda, ciudad uzbeka que fue un paso importante de esta ruta, y así tenemos delante una ocasión ideal para ver a un héroe atravesar cantidad de países mientras descubre una fuerte diversidad étnica y religiosa.

Un cómic fascinante.

Reseña: Nexus y Otros Relatos, de VVAA

Uno de los universos de Ciencia Ficción mejor diseñados que existen hoy en día, y uno que siempre me ha traído muchísimo pero con el que nunca me he puesto al cien por cien, es el mundo de Warhammer 40.000. Aunque os aviso que no es del todo desconocido para mí. Ya en los 90s jugué al juego de rol que lleva este titulo. Y una vez probé el juego en unas jornadas de juegos de mesa que se hicieron en Sevilla. No es tan desconocido para mí porque como muchos de vosotros soy consciente que tras esta idea hay un poderoso lore detrás. Novelas y tramas de cada uno de los personajes que se pueden comprar y pintar como figuras para el juego de tablero. O PJs o PNJs que se pueden usar en los juegos de rol. Esos lores que enriquecen aún un «mundo» y que le dan más vida. Mundos amplios por desarrollar al que se prestan cada vez más escritores de renombre también. Seguidos de cierta gente que ha dedicado toda su vida a ello. Pero, ¿una antología? Ay friends, veo una antología y me puede. Es la puerta abierta que necesito para entrar en cualquier nuevo universo.

Nexus y otros relatos comprende toda una colección de historias de esta ambientación y viene escrita por grandes autores del género. Un compendio de relatos de Warhammer 40K, donde autores como Dan Abnett, Guy Haley, Chris Wraight, Rachel Harrison, Mike Brooks, Danie Ware, Steve Parker, Peter McLean, Josh Reynolds, Phil Kelly, Robert Rath, Marc Collins y J C Stearns; se inmiscuyen en esta poderosa temática de ejércitos beligerantes que luchan por conquistar y hacerse con los más diversos mundos y estrellas de la galaxia. Un volumen con el que me topé entre las novedades de Minotauro de este mes y que, sin duda, es una excelente manera de meter el dedo del pie en el enorme lago que hay por delante. Quince relatos más la novela corta llamada Nexus, de Thomas Parrott, que inicia la antología. Pero antes aprovecho para aclarar que Nexus y otros relatos sirve como una buenísima introducción al estado actual del universo de Warhammer 40.000, especialmente la parte centrada en los Necrones, esos que vienen a demostrar en la mayoría de estas historias que representan a uno de los malos-malutos más temibles de la galaxia conocida.

Paso a desglosar los relatos, como siempre, sin spoilers: Nexus, de Thomas Parrott, es una novela corta donde los Ultramarines son empujados a la vanguardia de la batalla contra la fuerza imperecedera de los Necrones. A pesar de la abrumadora diferencia en términos de avance tecnológico entre las dos fuerzas.

Kraken, de Chris Wraight, nos lleva a un mundo acuático que ha sido atacado por una misteriosa criatura submarina. El Administrador del planeta pide ayuda y solo un Lobo Espacial acude.

En Redentor, de Guy Haley, el líder de un escuadrón de los Ángeles Sangrientos tiene la tarea de defender una colonia que es acosada por monstruos que han sucumbido a la Furia Negra y es tarea de Astorath localizarlo y traer la Misericordia del Emperador.

Una prueba de fe, del mencionado ya Thomas Parrott, cuenta la inducción de ciertos Primaris Marines en diferentes capítulos. En uno de los cuales, el nuevo Capellán Primaris ha sido asesinado.

Las horas crepusculares, de Rachel Harrison, habla de la comisaria Severina Raine la cual lidera un equipo asesino de Duskhounds para deshacerse de un psíquico del Caos que había hecho imposible el asalto a un complejo minero.

En Carrera Relámpago, de Peter McLean, sabemos de la piloto de transporte Valkyrie, Salvatoria Grant, que espera ayudar a su gobierno ya que fue adoctrinada bajo el dicho «Todas las mujeres tienen su responsabilidad con el Imperio».

Desaparecidos en combate, Dan Abnett, no cuenta lo mismo que la peli ochentera de Chuck Norris. Aquí el inquisidor Gregor Eisenhorn es convocado para investigar una serie de horripilantes asesinatos… Un relato de final impactante.

En La Catedral de Cristal, de Danie Ware, un escuadrón de Adeptus Sororitas tiene la misión de preservar la seguridad de un Crysta recién abierto en una catedral abandonada hace mil años debido a la infestación de unos seres extraterrestres.

Voces al unísono, de Guy Haley, trata la escolta de un prisionero llevado a los representantes del Primarca Guilliman por parte de un Inquisidor.

En Donde hay disformidad hay un camino, de Mike Brooks, Ufthak Snazzhammer tiene una rara oportunidad de convertirse en el líder de un escuadrón Orko.

Redención en Dal’yth, de Phil Kelly, habla del comandante Sha’kanthas de los Tau y como está enzarzado en combate con un Adeptus Astartes que ha entrado en éxtasis.

Vacío cruzado, de J. C. Stearns, es donde Aeldari (¿o Drukhari? No  lo recuerdo) tiene una larga historia en el campo de batalla, donde llega a estar en extremos opuestos.

En La luz del sol de cristal, de Josh Reynolds, Fabius Bile, después de obtener un fragmento de alma de un aeldari moribundo, se dispone a sacar todo el conocimiento para intentar alcanzar la inmortalidad.

Guerra en el museo, de Robert Rath, muestra un caso muy chulo donde un tipo a bordo de la nave de Trazyn anda en peligro cuando uno de los alienígenas que están dentro comienza a despertar.

En Reclutado, de Steve Parker, sabemos de un escuadrón de Marines Espaciales de la Guardia de la Muerte que tienen la tarea de recuperar la cabeza de un líder Orko en una nave Imperial infestada por esta raza.

Cierra la antología, Deber hasta la muerte, de Marc Collins, donde un escuadrón de cinco Adeptus Custodes luchan contra un enjambre de Tiránidos en una última batalla para proteger su preciado cargamento.

Una antología donde se recuerda este futuro lejano, muy lejano, maravillosamente ideado y que contiene CF de la buena e incluso terror. O como dicen en USA, fantasía oscura. Volumen ideal para entrar en esta ambientación.

Reseña: Folklords, de Matt Kindt, Matt Smith y Chris O´Halloran

Uno siempre está abierto a una historia original. A una trama diferente siempre que se toque de algún modo lo fantástico pues esa es la llama que me incita a poner las manos delante en noches de frío. De realidad ya rebosa bastante el vaso, ¿no os parece?

Una de estas curiosidades, atractiva como pocas, la publicó en USA la editorial BOOM! Studios el año pasado y acaba de llegar por estos lares de la mano de Planeta Cómic. Se llama Folklords. Como se ha dicho, una vuelta de tuerca a la clásica historia de Fantasía, pero en un mundo enorme lleno de buenas ideas que da para bastante más. Y es que en Folklords, esta miniserie de cinco números ahora recopilada en tomo, hay algo absolutamente cautivador. Un misterio bien contado, bien sostenido, con la cantidad justa de pistas y de migas de pan en el camino. Seducir, es solo una de las palabras o sensaciones por las que pasaréis con los fascinantes encantos de esta historia escrita por Matt Kindt, ilustrada por Matt Smith y coloreada por Chris O’Halloran; que tiene lugar en un mundo medieval ingeniosamente diseñado donde los monstruos y la magia son algo común. Pero también los demás seres fantásticos que son presionados a un servicio hipnótico y un tanto oscuro, por un grupo de seres llamados los Bibliotecarios que gobiernan la vida del populacho con la despiadada e implacable eficiencia de la Inquisición Española.

En esta tierra donde todos siguen la línea marcada con dócil sumisión (no hay otra opción), empieza a destacar un joven llamado Ansel, un chico poseído con visiones y que viste ropas extrañas y usa dispositivos desconocidos con los que a veces no puede evitar ir más allá… Un personaje importante porque la historia cuenta que todas las dictaduras se debilitan y caen ante el conocimiento, la razón, por eso estos regímenes intentan controlarlos tan rígidamente. Y van a por Ansel.

Si no lo habéis pillado ya, este chico que se viste de traje y chaqueta con traje de negocios en marcado contraste con el ropaje de la gente de una especia de Edad Media, sabe cosas que posiblemente no podría conocer si fuera de este mundo de antaño. Sabe sobre ciudades y automóviles y personas “bien vestidas” y de un mundo tan avanzado como diferente que no es el mismo por el que camina. Tiene que estar maldito y andar con brujas, demonios y maleficios porque está perdiendo el norte con las cosas que dice. Eso piensa la gente. Anda en sueños febriles, por el amor de Dios.

En Folklords, hasta que terminas la historia por completo, nunca llegas a estar seguro si Ansel es el «freak» en un mundo simple de aldeanos que se adhieren a la conformidad de lo que les ha tocado vivir, o si ellos son los rarunos y quizás Ansel es el tío normal cuyas ideas debieran ser secundadas. El guionista de forma muy inteligente sugiere en pequeñas pistas, arrojadas aquí y allá, que Ansel podría estar en coma o en un profundo sueño. Y que este mundo por el que deambula es la creación de un demonio particular.

Pero hay más de un dato que te hará pensar lo contrario.

Un mundo donde los monstruos deben ser combatidos y los dragones dormidos de Gador deben ser encontrados. Todo muy noble y aventurero hasta que llega el momento clave. Kindt, Smith y O’Halloran nos ponen delante y en viñeta un misterio que engancha. Gran parte del encanto de Folklords, aparte de su descarada voluntad de jugar con el género, es el protagonista principal. Ansel es un joven ingenuo. Tiene miedo de lo que pueda pasar pero no el suficiente. Y eso que sabe que no tiene más remedio que hacer el viaje. Tiene mucho en juego, no es simplemente atraer el oprobio y la censura de los Bibliotecarios, sino poder perder para siempre el amor de sus padres, una novia que le apoya (tal vez, porque es más de pensar en sí misma), una nueva amiga tímida y una nueva aliada que no parece serlo al final.

Una deliciosa mezcla de introspección y acción, un misterio persistente que se explica lo justo para mantenerte enganchado. Folklords es una fábula que goza de una fuerte ambientación e inspiración artística que se vuelve exquisita por el contenido visual que muestra.

Una chulada de cómic.

Reseña: Daphne Byrne, de Laura Marks, Kelley Jones y Michelle Madsen

¿Una sola portada puede llevar a un lector a convertirse en comprador? Apuesto a que sí. Y más cuando eres amante del género de Terror, un niño de los 80, cual nostálgico que vivió/sufrió aquella escena mítica de El Misterio de Salem´s Lot en formato serie de TV. La serie y el personaje de Barlow. Barlow y todo un elenco de personajes que comprendían esta maravillosa novela del gran Stephen King. Sin duda, para ellos, para mí y seguramente para ti, esta hecha con gancho esta portada de Daphne Byrne. El nuevo cómic de la colección especializada en Terror de la editorial Joe Hill House Comics que gracias a ECC Ediciones estamos pudiendo disfrutar en nuestro país. ¿Qué no sabéis aún de esta colección? ¡Por el gran Dios Cthulhu! A ver venga, os cuento, estas miniseries que integran el sello Hill House Comics están coordinadas por Joe Hill, hijo de Stephen King; un autor que se ha dado a valer por si solo con grandes novelas del género (El traje del muerto, Cuernos, Nos4A2…) pero, sobre todo, con cómics punteros como su Lock & Key considerado su gran salto al mundo del noveno arte. Un sello que no empieza a publicarse ahora, ya ECC Ediciones ha puesto en librerías varias joyitas de la colección. Donde podemos encontrar por el momento Un Cesto Lleno de Cabezas (https://www.cronicasliterarias.es/?p=4116), que ya va por su tercera edición); En lo Profundo del Bosque (https://www.cronicasliterarias.es/?p=5922); La Familia de la Casa de Muñecas (segunda edición y en breve os la reseño); Daphne Byrne que tenemos hoy entre manos y acaba de publicarse; y la futura y ya anunciada para octubre Inmersión (https://www.ecccomics.com/comic/inmersion-hill-house-comics-11607.aspx), un nuevo cómic del propio Joe Hill. Una colección que se sabía indispensable desde el primer día para el verdadero amante del género de Terror.

¿Daphne Byrne? Es una historia inquietante y sangrienta creada por la guionista Laura Marks (The Good Fight) y el dibujante Kelley Jones (Batman, The Sandman). Ambos nos llevan a la Nueva York, de 1884, para saber que Frederick Byrne ha muerto y su viuda visita a un médium con la esperanza de contactar con su espíritu. Pero es la hija de la pareja, una niña de catorce años bastante tímida llamada Daphne, la que parece ser un imán para los fenómenos paranormales. Recurren a ella pesadillas con criaturas extrañas, sufre visiones desgarradoras cuando está despierta y es seguida por un niño fantasmal aparentemente invisible para todos los demás. Y al principio, Daphne está naturalmente perturbada por estos sucesos pero resulta que el mundo de los espíritus es tentador a la vez que pavoroso. Con su padre desaparecido y su madre obsesionada con el espiritismo, Daphne se convierte en una paria cada vez más distante de sus compañeros de clase. Es así como se centra en su único y verdadero amigo el misterioso niño fantasma. Y con su ayuda comienza a cultivar habilidades que la ayudan a contraatacar a ese mundo cruel que la rodea.

En Daphne Byrne, la guionista Laura Marks y la artista Kelley Jones nos llevan a un recorrido por la iconografía del gótico de finales del siglo XIX. El cómic representa un lugar en una Nueva York donde las sesiones espiritistas se centran en alcanzar el Más Allá, los cementerios derruidos brindan lugares de refugio, las bibliotecas polvorientas guardan secretos prohibidos, las sociedades ocultas practican ritos impíos y las emociones reprimidas por la sociedad del momento tienden a estallar bajo el disfraz de una vida moderna.

Con la lectura de Daphne Byrne he vuelto a pensar en algo curioso que percibí hace algún tiempo cuando me dio por leer bastante literatura gótica. Discerní sobre el cliché asociado con las heroínas de este tipo de narrativa las cuales se suelen desmayar mucho. Sí, sí, como si esto fuera algo que se enseña en clase de literatura creativa, Daphne pasa varias de las partes más importantes de la historia en estado de inconsciencia. Pero no confundáis esto con pasividad. Daphne llega a encontrar un papel como mediadora entre la mundanidad y el reino de las pesadillas. Curioso, ¿no?

Puedo decir sin miedo a equivocarme que este baile macabro se vuelve muy visual gracias a Kelley Jones, quizás el mejor dibujante para el género que hay en nómina en DC Cómics ahora mismo.

Daphne Byrne es otra maravilla de esta colección. Historia digna de la Weird Tales.

Reseña: Supervisor. El Disparador Rubicón, de Jed MacKay y Alessandro Vitti

Los que disfrutamos de los nuevos juegos de mesa y de joyitas como el nuevo Marvel Champions LCG hacemos una genial combinación con los cómics de Marvel que se publican actualmente pues las aventuras y enfrentamientos que se pueden dar en el juego dan lugar a que quieras saber más de ciertos personajes, sobre todo, y en mi caso, de villanos de los que poco sabía. Me parece tremendamente curioso pero obvio pensar que tanto Fantasy Flight Games como Panini Cómics están al tanto de las publicaciones de una editorial y otra para hypear aún más si cabe al verdadero fan de Marvel. Fue así como llegué con muchísimas ganas de querer leer este TPB de Marvel Héroes donde tenemos a Supervisor (Taskmaster) como protagonista. Una aventura en solitario del mercenario más mortífero del Universo Marvel. Supervisor es un villano que es percibido como amenaza legítima para héroes de primer nivel pero un espantoso ser para cualquier persona que no lleve capa. Esto lo tenían muy claro el equipo creativo de Jed MacKay y Alessandro Vitti cuando idearon la trama, y así inician con una mini escena de broma que pronto se convierte en el acto frío de un asesino sin miramientos.

Comenzamos con Supervisor usando sus súper habilidades fotorreflectantes como disparador de tragedias en un torneo de golf organizado por la mafia. Con momentos muy Deadpool, no pasa mucho tiempo hasta que todo se vuelve un caos; sangre, tiros, muertes por doquier… Y un asesino vestido con traje de cuero, motocicleta y metralleta a dos manos pegando tiros. Cuando es rescatado por Nick Furia, Supervisor se entera de que Maria Hill ha sido asesinada y que él es el principal sospechoso. Hasta aquí todo bien. O no. Por que Furia le dice necesitar que memorice la presencia física de tres de los mejores súper espías para abrir una bóveda en un lugar que contiene… Bueno, no voy a profundizar mucho más en esta misión. Sería un spoiler en toda regla. Pero una aventura que se degusta de una sentada y que lleva a pensar que quizás es posible que algunos estéis interesados en saber de este personaje tras conocer al tipo en la película Black Widow. Aunque ya os aviso que veréis poco semejanza entre ambos. Y eso que se puede decir que la agente Romanoff es la principal antagonista de este arco argumental.

La escritura en sí es divertida. Como os decía, encontramos a un Supervisor como una especie de Deadpool con momento melancólicos. Diría que es su punto fuerte, las constantes indirectas-directas entre Supervisor y Nick Furia te sacan la sonrisa mínimo. La trama tiene momentos que son bastante buenos (la pelea de Hyperion en particular es un punto culminante de la serie), seguidos de escenarios genéricos y algo “familiares” que siempre gustan. El ejemplo más claro es una escena en Corea del Sur, en la que Supervisor realiza una artimaña creativa para obtener acceso a la oficina de Ami Han, solo para que al final tenga que darse de tortas con lo que le espera dentro. También se puede alabar de esta aventura la consistencia del diseño de personajes y la fuerza de la coreografía que muestra. Escenas de combate dignas de película de acción, aunque la resolución del conflicto resulta muy apresurado, quedando la sensación que el guionista tenía para más.

Supervisor: El Disparador Rubicón recoge la miniserie de cinco números que se ubicó dentro del Vol.3 de Taskmaster que se publicó en USA al inicio de este mismo año. Un trama que no esperaba tan entretenida, la verdad, pues me quedaba la duda de si Supervisor me parecería tan intrigante como en el juego de cartas Marvel que al principio de la reseña mencionaba. Y cierto es que algo más he podido conocer. Aunque siendo sincero no es una trama que quedará en tu mente por siempre porque hay bastantes aventuras de este tipo. Pero el momento bueno de lectura te lo da. Una lectura ligera y divertida con acción bien renderizada y algunas púas decentes, o mejor dicho, bromas divertidas entre Supervisor y Nick Furia. Y una conjunta de escenas de lucha muy bien coreografiadas.

Lectura adecuada para un viaje en metro o en tren o para la sala de espera del dentista. Lectura palomitera que es lo que iba buscando.

Reseña: B.O. Como Dios, de Ugo Bienvenu

Preferencias del Sistema me demostró que Ugo Bienvenu era un tío diferente. Amante de la Ciencia Ficción pero de un modo especial a la hora de ser creativo. Capaz de idear perspectivas un tanto aterradoras a la vez que curiosas, de las que si te paras a pensar, seguramente el ser humano pasará por ellas antes de su extinción. Historias diferentes como la que podéis encontrar en B.O. Como Dios, el nuevo titulo de este autor que publica Ponent Mon este mes entre sus novedades. Y ahora decidme si no, un robot que viaja por el universo para satisfacer sexualmente al todo sexo femenino que lo requiera, no es una idea tan curiosa como aterradora. ¿O quizás solo sensual y sugerente?

Desde La Survivante, de Paul Gillon (1985), sabemos que los robots también pueden alimentar y despertar sentimientos en los humanos y compartir placeres sexuales con ellos. Ya está pasando aunque de una forma un tanto primaria. Sobre el mismo tema, también leí en su día la hermosa Sixella. Así que estoy de nuevo ante un tema que no me pilla de nuevas. Tema tremendamente atractivo y más con un autor como es Ugo Bienvenu que de algún modo siente algo al mezclar en sus tramas humanos y robots.

Ugo Bienvenu presenta en B.O. Como Dios a un humanoide muy particular. Una especie de gigoló intergaláctico que viene a proporcionar a pedidos a las hembras de todo el universo. ¡Viaja en una nave con forma fálica! ¿Los servicios? Servicios de alta gama para aquellas hembras que lo deseen y puedan pagar por sus trabajos. Un álbum que está compuesto casi en su totalidad por escenas de sexo, pero con una presentación de viñeta muy curiosa porque toda la historia parece estar como “retratada”, por el protagonista. Como si solo se estuviera ilustrando el discurso de B.O. por el universo, su vida artificial, la presentación de su oficio… B.O. es el narrador aunque apenas hay diálogo. Presenta a sus clientas lo que es capaz de hacer mientras analiza todo de una manera bastante fría y funcional. Esa frialdad acentuada por una coloración impersonal muy distinta y es porque a B.O. le gusta el trabajo bien hecho. Un ser artificial muy concienzudo.

Insisto, al igual que en Preferencias del Sistema (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1642), Ugo Bienvenu consigue mostrar con muy poco un comportamiento muy real de lo que viene a ser una inteligencia artificial con una misión o destino concreto. No diría tanto una obra pornográfica sino más bien existencialista pues casi en cada página que sale B.O. se siente el deseo pero también la aceptación de su reto, tan certero, que siempre consigue mostrar en su trabajo una máquina.

Pese a todo, en la segunda parte del álbum se puede decir que B.O. se vuelve más humano, ganando en profundidad, personalidad, cuando comienza a explicar su origen contando porqué es el único ya que hace este trabajo. Repasa el porqué su existencia y como no debe ser conocida por las autoridades, ni por los machos de cada existencia interplanetaria. Se ve inmerso en una orgía que asume como un gran profesional, pero en la que nos analiza cada comportamiento erótico-festivo. Por que B.O. es el último de los robots sexuales. Es de la época en la que los bisabuelos de estas hembras ardientes de pasión aún no habían nacido. Una época en la que los seres humanos llegaron a apreciar tanto a los robots sexuales que la natalidad cayó en picado, y sólo se brindaba por liberar tensiones independientemente de con quién y con uno de ellos de por medio. De como los humanos ya solo querían a robots para el sexo. Y las prácticas se desataron en las más lujuriosas escenas y comenzó a haber accidentes. Una parte donde B.O. se vuelve menos cerebral y más carnal.

Ugo Bienvenu nos ofrece una pequeña joya narrativa y gráfica. La historia autobiográfica de B.O, un robot potente en personalidad, un verdadero juguete sexual viviente para mujeres humanas o alienígenas ricas y solitarias, una visión del amor bastante fría, clínica y desilusionada para algunos, pero terriblemente excitante para otros.

Desde luego, vive como Dios.

Lectura original como pocas.

Reseña: O.M.A.C. Un Ejército de un Solo Hombre, de Jack Kirby

Sobra decir que es indispensable que la obra del dios Jack Kirby debe estar siempre disponible en librerías. Uno de los grandes con un don creativo tal, que se podría decir que se debería estudiar su vida y obra en alguna que otra asignatura de Bellas Artes. Un tipo que en la mayoría de sus obras fue capaz de sacar adelante una buena idea en formato cómic; personajes y argumentos para el recuerdo, además ser autor de guión, dibujo, edición y en muchos casos, color. Un prodigio en forma de ser humano, un prodigio que insisto, se debiera estudiar como ejemplo de hombre del Renacimiento pero en la Edad Contemporánea. Hombre con el don de hacerlo todo súper bien en las diferentes artes.

Lo que sí me voy a tomar la libertad de contaros es un secreto a voces que a su vez cuenta Mark Evanier en la Introducción de este tomito del O.M.A.C. (Un Ejército de un Solo Hombre), de Jack Kirby, que ECC Ediciones acaba de publicar. Y quizás alguien lo sepa ya, pero para los ilusos, deben saberque la idea del personaje de O.M.A.C. proviene de un pensamiento que Kirby tenía de hacer de un Capitán América pero en el futuro. Y sabiendo el amor de Jack Kirby por la Ciencia Ficción, la de obras originales que basó en este género, ya sabes que en O.M.A.C. (Un Ejército de un Solo Hombre) vas a encontrar algo bueno. Pues vemos que este cómic parte entonces de una idea poderosa y así lo cuenta Mark Evanier, guionista de cómics y televisión estadounidense, conocido por su trabajo en la serie de televisión Garfield & Friends y trabajar con el maestro Sergio Aragonés para el cómic (¡Qué necesita reedición ya!) de Groo, el Errante; además de su trabajo como historiador y biógrafo de la industria del cómic, con su galardonada biografía King of Comics, que trata obviamente la vida de Jack Kirby.

O.M.A.C. (Buddy Blank) fue un superhéroe creado en 1974 por Jack Kirby para DC Comics. Un personaje creado al final de su etapa en DC tras la cancelación de su serie El Cuarto Mundo (Los Nuevos Dioses). Como cuenta Evanier, O.M.A.C. era esencialmente el Capitán América ambientado en el futuro, una idea con la que Kirby había jugado algunos años antes mientras estaba en Marvel pero quizás no se había dado cuenta. Y así el sujeto Buddy Blank vive unos años en el futuro cuando recibe el poder por parte del profesor Myron Forest y su creación, la inteligencia artificial denominada Hermano Ojo. Así se transforma en O.M.A.C., es decir, One Man Army Corps (Un Ejército de Un Sólo Hombre), el cual lleva poder y fuerza suficientes para defender el mundo para las misiones que la Agencia de la Paz Global estime oportuno. El héroe que ahora el mundo necesita.

O.M.A.C. tendrá que enfrentarse entonces a tiranos y belicistas y solo así la Tierra tendrá una oportunidad. Un personaje que siempre fue extraño, que saltó a DC con Kirby cambiando de bando pero con un tono potente a la vez que misterioso. Pues, ¿qué es un robot? ¿Un humano con un don o un poder mutante? ¿Buddy Blanks es O.M.A.C. o es O.M.A.C. una entidad aparte? Cuando degustas estos ocho numeritos que se recopilan en este tomo sientes que Kirby tenía planes mayores para el personaje. Y tristemente nunca los concretó. Además, Kirby imaginó a O.M.A.C. como un Capitán América del futuro, sí, pero el primero es bastante más misterioso en cuanto a lo que se sabe de él. Las versiones posteriores de O.M.A.C. (cambiando las iniciales del acrónimo por otros significados) tuvieron un enfoque más siniestro con un Hermano Ojo muy del estilo al Gran Hermano, de George Orwell. Pero poco de eso se estila en esta primera colección. En gran parte, las historias son uno o dos arcos temáticos donde O.M.A.C. es enviado a enfrentarse a malos-malutos poderosos que quieren acabar con el mundo de una forma u otra tras el rencor. Enfrentamientos para los que necesitará la ayuda del Hermano Ojo. Todo muy al estilo de lo que Kirby hizo con Joe Simon en Science Fiction. Ideas algunas muy locas pero con cierto regusto pulp como es crear a un “ladrón de los océanos” que pondrá en jaque a Hermano Ojo acercándolo a su destrucción… Una historia que años después otros guionistas vincularían a Kamandi.

Lo que se siente poco desarrolllado en el cómic (y, sin duda, Kirby tendría por ahí notas para explayarse algún día), es la Agencia de la Paz Global. Aquí es tan inspiradora como sombría. Tiene un lado raruno-siniestro el enfoque que O.M.A.C. trabaje ciegamente para ellos sin hacer preguntas. Creo que por cosillas así O.M.A.C. (Un Ejército de un Solo Hombre) se vuelve un cómic ideal para valorar a un autor en un momento concreto de su vida. Un cómic con un potencial enorme pero no reconocido en su época. Con ese estilo extraño, salvaje y loco que era innato en Kirby, pero también un cómic que no es para lectores que llegan de nuevas al mundo de la viñeta. Curiosa combinación: una idea verde aún pero con un fuerte sabor a clásico. Un whisky solo y sin hielo. Materia prima poderosa.

Reseña: Esto No es Para Vosotros y Otros Relatos, de Gemma Files

No hace mucho, no tenía ni idea de quien era Gemma Files y eso que su nombre en los círculos literarios USA llevaba un tiempo asomando. Os hablo de hace tiempo porque por estos lares tuvimos la suerte de que la ya indispensable editorial para los amantes del género de Terror, la reconocida allá por donde vaya La Biblioteca de Carfax, ya publicó su novela más exitosa hasta el momento como es Experimental Film. Novela que debe estar en tu lista de lecturas próximas, si de verdad queréis degustar la buena literatura que es capaz de crear la señorita Files. Libro que ganó el Premio Shirley Jackson, por cierto. El más reconocido premio del género después de los famosos Bram Stoker. Una idea original que utiliza el mundo del cine como planteamiento sobrenatural. Ahí lo dejo.

Pero los relatos: Ay, mis amados relatos y antologías de Terror… Cuánto nos han dado y cuanto nos darán. El mejor formato para este tipo de narrativa, de eso que no os quepa la menor duda. Un impulso, un grito, un murmurar, la mirada de un señor que antes no estaba allí, un toque en la espalda cuando estás sola, una sombra… El formato corto es el que nos ha dado a los escritores y a los lectores el poder “disfrutar” de esos cortos momentos/encuentros/sucesos en los que se tiene miedo. Leyendas, ideas que como insufladas aparecen en nuestra cabeza, quien sabe si susurradas por alguien de otra época; seres que ya no están aquí y que nos asustan mientras descansamos, cuando más indefensos estamos en la oscuridad de la duermevela. Los relatos. Y cómo demonios Gemma Files, una escritora etiquetada ya de Terror, no iba a contar con unos pocos relatos en su haber. ¿Una antología? A poco que juntes unas cuantas ideas bien escritas, ya la tienes. Paso a desglosar:

La joyita  de esta recopilación es, sin duda, Los viejos huesos del Emperador. El relato que abre la antología y relato que ganó el Premio Horror Guild a Mejor Relato Corto en 1999. Y lo veo perfecto porque la idea es chulísima y desgarradora. Una historia donde conocemos a Tim, el cual lleva toda una vida buscando ingredientes para un plato que permite engañar a la muerte… O eso cree. Una historia al más puro estilo Tales from the Crypt. Luego, tenemos Little Ease, donde conocemos a Ginevra Chrane una exterminadora a la que se le encarga actuar en un barrio, o mejor dicho, en un edificio de viviendas concreto. Sin embargo, ya anda cansada de todo, en especial, de sus malas condiciones laborales, pero lo que encontrará en el sótano de dicho edificio… Uff.

Ajuar funerario es el siguiente relato que nos lleva a una reserva en Canadá donde se ha descubierto un extraño enterramiento. Algo que no se debería tocar o los deseos de dicha tribu y sus dioses serán intimidados.

Todo lo que te enseño son pedazos de mi muerte está co-escrito junto a Stephen J. Barriguer, escritor de Fantasía y CF con quien se casó Gemma Files y con quien tuvo un hijo. Una pieza fundamental para los que disfrutaron con su novela Experimental Film pues algunos de sus personajes protagonizan la historia. Una vuelta a la leyenda urbana de El Hombre del Fondo, ese alguien que aparece en planos de películas y series y que curiosamente nadie conoce.

Cabellos es un relato con la temática más atractiva para mí en estos momentos. Trata el vudú y las maldiciones familiares en una historia que se da en la América profunda y que huele a Lovecraft por los cuatro costados. El caos y la maldad humana a un paso.

Los amantes del cómic de Sandman disfrutarán de todas-todas con Todo Ángel. Donde un gángster, un tanto místico, se encapricha de una especie de ser que carroñea por las calles que comprenden su territorio. Y la consigue enjaular.

Cierra la antología Esto no es para vosotros, donde la autora hace un sándwich mixto entre terror y ciencia ficción preguntándose cómo serían las ménades del siglo XXI y sus ansias criminales.

Esto no es para vosotros y otros relatos es la antología que recién publica La Biblioteca de Carfax, la cual reúne siete relatos escalofriantes de esta autora tan en auge. Como veis una antología con cantidad de ideas buenas algunas muy originales. No tardéis en disfrutarlo porque estos tesoros se agotan. Además, así brindamos porque no se siga diciendo por ahí que en nuestro país las antologías no venden. ¡Pero si es el mejor formato, hoy en día que muchos se quejan por no tener tiempo para leer! Un relato aquí y allá y uno ya no es el mismo.

Y con la genial traducción de la siempre maravillosa Pilar Ramírez Tello.

Reseña: La Inmersión, de Séverine Vidal y Víctor L. Pinel

A parte de la familia, ¿qué nos puede tocar más la fibra que la vejez, la llegada y sus consecuencias? Cuando algunos ya tenemos una edad y empezamos a ser conscientes de lo que se nos viene encima, es hermoso pero triste. saber que un día dejamos de existir. Que ya nos estamos en este plano y queremos por encima de todas las cosas (algunos sin saberlo) que se nos recuerde. Pero así es la vida. Todo lo que nace, muere, que dice mi madre. Para colmo, de este tema surgen diferentes ramales, diferente vías, de esta enorme tristeza que es el fin de la vida, la pérdida, el hundimiento en el olvido. En mi opinión, dejando de lado las enfermedades dolorosas, no hay nada peor que olvidar tus propios recuerdos. Tus grandes momentos (los malos se olvidan solos) porque con ellos obviamente te desprendes de tus allegados. Pero si somos optimistas, si luchamos por desaparecer con gracia cual mago en plena apoteosis de su público, los momentos tristes se disipan.

Y cada minuto en esta vida es una fiesta.

Algo así nos cuenta La Inmersión, el cómic novedad de Nuevo Nueve Editores para estas fechas. Una obra que nos llega de la mano del guionista Séverine Vidal y los geniales dibujos de Víctor L. Pinel. Un historia muy hermosa que conmueve enormemente, y eso que el tema a priori no es una broma. Pero se convierte en ella. Especialmente porque seguimos a Yvonne, una mujer que tras cuarenta años en la misma casa ahora con ochenta se va a una Residencia. Sin embargo, el mundo no se le cae encima a una mujer que siempre fue una entusiasta de la vida. Al principio, los cambios asustan, no son fáciles, es normal, pero Yvonne es mucha Yvonne y a su nueva vida le va a dar un toque conmovedor, delicado y divertido; para socavar las ideas preconcebidas que dicen que “retirarse” a una Residencia, es para caer en soledad, miseria y melodrama.

¿Qué ocurre entonces? Que como siempre pasa en esta puta vida cuando te va bien y vuelves a ser feliz, te vienen los palos. Yvonne se hace amiga de un grupo de residentes divertidos y lúcidos e incluso se enamora. Pero de pronto la vejez vuelve hacer acto de presencia y empieza a no poder controlar el habla y su mente confunde cosas. El torbellino que fue su vida se escapa en ese huracán oscuro que se acerca por el horizonte e Yvonne decide regalarse un último momento. Por lo que concreta con su nueva pandilla una tarde de paseo por la naturaleza. Una última tarde, quizás..

Los personajes son entrañables sin ser demasiado malos o demasiado agradables. Muy reales, diría, y reconocibles para los que hemos visitado alguna vez entornos así. Yvonne también nos lleva a sus reflexiones y recuerdos personales, colocados juiciosamente tras la historia principal. El diseño está en consonancia con la trama y las características de las personas mayores se contraponen a las de los más jóvenes que están cerca con líneas claras. Lo que coloca al ilustrador Víctor L. Pinel como un gran detallista. Pero el álbum, en general, tiene un tono muy apropiado, no es una llorera constante para que te hundas con tristeza en el sofá. Es más divertido que otra cosa. Es una oda a la vida, al último aliento que a uno le gustaría exaltar como un último desaire a la muerte.

Con un final que rebosa libertad por los cuatro costados.

Con una intrigante portada que quizás anime a algunos a abrir el tomo y explorarlo más.

Irónicamente, La Inmersión es un cómic para el recuerdo.