No puedo recordarlo exactamente pero creo que fue alrededor de 1990 cuando fui muy fan de Deadman, un superhéroe de cómic publicado por DC Comics que apareció por primera vez en el Strange Adventures #205 en 1967. Fue creado por Arnold Drake y el maestro Carmine Infantino; una primera historia que hice todo lo posible por leer debido al morbo de su contenido pues fue la primera representación conocida de narcóticos en un cómic que estuviera aprobado por el famoso y deteriorante Comics Code. Además, la aparición de Deadman también sirvió de temprana carta de presentación de mi amado ilustrador Neal Adams.
Deadman era un antiguo acróbata de circo llamado Boston Brand que fue asesinado durante un espectáculo de trapecio por un asaltante misterioso conocido como El Gancho. Se convierte así en un espíritu con el poder de poseer a cualquier ser vivo, poder que le otorga una diosa hindú de nombre Rama Kushna, a fin de buscar a su asesino y obtener justicia. Sin embargo, Deadman se ve obligado a ayudar a los demás mientras realiza su búsqueda, utilizando su poder para intervenir y controlar a las personas vivas para ayudar a los inocentes. Deadman descubrió que unos delincuentes utilizaban el circo ambulante para el contrabando de heroína y cocaína y en última instancia, Boston descubre la verdad sobre su asesinato y llega a aceptar su papel como interventor en la vida de los mortales…
A partir de aquí, muy buenas aventuras de la mano de grandes autores. De hecho, siempre he dicho que si tuviera la oportunidad algún dia de guionizar a un superhéroe y pudiera elegir, Deadman estaría entre una de mis primeras opciones. Y aunque para mí su mejor arco es Dark Mansions, obra a la que recurro más de una vez como fuente de inspiración para el género de Terror, decir que Amor después de la Muerte y su contenido, taambiénes joyita indispensable del personaje. Por lo que estamos de enhorabuena ya que ECC Ediciones vuelve a reeditar este tomito donde el guionista Mike Baron y el dibujante Kelley Jones nos ofrecieron varias aventuras de este peculiar héroe del Universo DC.
Volumen que recopila las miniseries Love after Death, Exorcism y su serial en la revista Action Comics Weekly. Un tomito de lujo y a un precio genial, eso por un lado. Por otro, historias donde degustar que la muerte es el estado más solitario de la existencia, un hecho que Boston Brand nunca se detuvo a considerar… al menos no hasta que murió. No hasta que la bala de un asesino lo envía directamente al otro lado, así que por las malas, Deadman aprende lo que es estar verdaderamente solo. Y eso nunca se lleva bien. Ahora todo lo que puede hacer es rezar para encontrar algún día el amor después de la muerte. Entonces, mientras investiga un circo abandonado, Deadman se encuentra con otro fantasma… el espíritu de una trapecista de la que se rumorea que fue asesinada por su marido, el dueño del circo. Los dos espíritus se enamoran. Pero ni siquiera la muerte puede protegerlos de los celos de su esposo que aún vive, ya que él desata una horda de horrores secundarios para mantenerlos separados… Y esto solo es la punta del iceberg sobrenatural pues algo aún más siniestro está en marcha.
La mejor representación del género gótico llevado al mundo de los superhéroes.
Para algunos lo más importante de esta serie es Kelley Jones. Su arte es fantástico, cierto, sus trazos le dan un empuje a la ambientación inconmensurable y aunque sus viñetas a veces parecen tener perspectivas sesgadas, o simplemente elecciones extrañas de visualización, diría que estamos ante parte de su estilo primario y se hace queriendo para mantenernos fuera de balance, distantes, para revelar más tarde cierta profundidad emocional en cada uno de los personajes.
Mola mucho todo lo que concierne a este personaje.