Enemigos nos mete de lleno en la Guerra de Secesión o Guerra Civil Estadounidense (American Civil War). Fue un conflicto bélico librado en USA que duró entre 1861 y 1865, como resultado de una controversia histórica sobre la esclavitud, guerra que estalló en abril de 1861, cuando las fuerzas de los Estados Confederados de América atacaron Fort Sumter en Carolina del Sur. Poco después de que el presidente Abraham Lincoln asumiera su cargo. Los nacionalistas de la Unión proclamaron lealtad a la Constitución de los Estados Unidos y se enfrentaron a secesionistas de los Estados Confederados, que defendían los derechos de los estados a expandir la esclavitud. Se estudia bastante si has nacido allí. Pero en Enemigos, el nuevo integral de cómic europeo que recién publica Ponent Mon, la historia nos lleva al momento exacto en el que el ejército del norte tiene ventaja sobre los del sur, y una compañía de caballería rebelde acosa su retaguardia y se convierte en un obstáculo del que no se pueden librar.
El tema es que como no puede quedarse sin demasiados hombres, un coronel yanqui envía un pequeño comando para arreglar la situación. El teniente a su cabeza solo podrá contar con un grupo muy heterogéneo de cinco soldados, bastante lisiado y de comportamiento algo excéntrico. Y va un niño en el lote. Y como si no fuera ya suficientemente complicado, parece haber un traidor entre ellos. Pero… ¿solo uno? ¿En serio?
En este curioso guion de Kid Toussaint, encontré un dibujo de Tristan Josse, maravilloso. Uno que me recuerda a Munuera, aunque su línea es menos fluida. Tiene la ventaja de saber ilustrar puestas en escena dinámicas y emocionantes, que es lo que una historia así necesita. Con colores muy agradables, en los mismos tonos luminosos al estilo del famoso Casacas Azules, colección que si también lleváis adelante, estaréis pensando constantemente en ella por tratar el mismo contexto.
Pero en Enemigos, una banda de seis bastardos, todos con sus características bien definidas y todos escondiendo sus pequeños secretos, va a dar mucho juego. Es una trama digna de ser llevada al cine por Quentin Tarantino. Sabes que algo duro se está gestando, pero cuando empiezas a leer la historia paralela donde los soldados que permanecieron en el campamento apostaron sobre quién podría ser el traidor entre ellos, ahí es ya cuando empiezas a escamarte sobre el suspense que mantendrá toda la historia. Mientras tanto, nos dejamos gratamente engañar y seguimos sus aventuras que acaban siendo una carrera de ratas salpicada de agua y piedras por los parajes salvajes preciosos con los que cuenta América del Norte…
Todo al mismo tiempo sazonado de un ligero humor.
Aunque encontré un detalle que me entristeció. Pues soy muy pejiguera con el tema de los contextos históricos detallados y aunque se metan en un cómic de humor, la referencia siempre debe ser verídica si no se explica lo contrario. Me refiero en este caso a que, NO SE PUEDE representar el puente de Brooklyn en Nueva York, años antes de construcción. Aun así, un cómic que gusta leer, que se disfruta bastante y se lee de un tirón. Un recomendable 2×1.