Cuenta la historia (y también la sinopsis editorial del cómic) que Bill Rayos Beta perdió algo más que su martillo tras el combate contra Thor. Una criatura capaz de sostener también tan tremenda arma (ver La balada de Bill Rayos Beta, si la encuentras), el aclamado Mjolnir. Desde entonces Bill anda perdido, cansado de estar bajo la sombra de Thor. Ser el segundón en un entorno lo pone en una encrucijada. No obstante, Odín parece tener una misión para él. Y todo empieza por recuperar y restaurar su martillo destrozado…
En Estrella Argéntea, Bill Rayos Beta se instala en su papel de Señor de la Guerra para Asgard. Pero con muy pocas opciones de hacerse valer pues su Stormbreaker sigue destrozado y la moral está por los suelos. A la misma vez, un dragón poseído por Knull aparece para crear el caos y Thor tiene que intervenir para tranquilizar las cosas. Los viejos rencores y debilidades en el corazón de Bill regresan, resentimientos y la crisis personal de ver de nuevo que no es alguien que pueda defender a los demás, ni dar ejemplo de poder. Todo es aún más doloroso; un cómic que esplende dicha sensación de manera maravillosa, hace que te sientas mal por Bill cuando lo eclipsan, lo rechazan y lo arrastran a una fiesta lastimera en honor a su persona. Está atrapado en una situación que nunca quiso. Pero la suerte parece cambiar cuando una misión se le asigna, un propósito que le puede llevar a limpiar su nombre.
Como se puede ver, este cómic es prácticamente un espectáculo diseñado para un solo hombre. Una aventura en solitario de un personaje y su lucha que recuerda a las grandes epopeyas griegas. Con un guion y dibujo de Daniel Warren Johnson que lo hace todo -él se lo guisa, él se lo come-, trazos a los que dan aún más vitalidad los colores de Mike Spicer. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un cómic de superhéroes actual en este sentido.
Bill Rayos Beta: Estrella Argéntea es una miniserie de cinco numeritos que vio la luz en USA entre mayo y septiembre de esta pasado 2021. Y ya Panini Cómics la pone en las librerías de nuestro país para su disfrute. Se agradece esta rapidez, disfrutarla como la he disfrutado. Comenzamos con una recapitulación de bienvenida al origen de Bill Rayos Beta como protector elegido de su pueblo, los Korbinitas. Su exterior cibernético con cara de caballo ahora es permanente desde que Thor destruyó Stormbreaker hace tiempo en el «desacuerdo» antes comentado. Otra cosa que sucede es que sin su arma, Bill no puede volver a su cuerpo korbinita original. Esta es la principal razón por la que Bill acepta la oferta de Thor para servir como el «Maestro de la Guerra» para Asgard.
Bill Rayos Beta es un superhéroe que debutó en la Edad de Bronce de los cómics. Fue concebido inicialmente para ser un monstruo que aparece por sorpresa pero que termina pasándose al bando de los buenos. Y demostró algo más que eso. Muchos quedamos encandilados con el personaje. Pues un personaje capaz de empuñar el mítico martillo Mjolnir y no ser un guaperas-rubio-melenas que todo lo hace bien, molaba. Después de una rivalidad inicial por la posesión del arma (insisto, esto se cuenta en La balada de Bill Rayos Beta, ojalá la reedite Panini en una chula edición), tra ello, al guerrero extraterrestre se le otorgó un martillo de guerra propio, llamado el Stormbreaker. Y Thor y él se reconciliaron como aliados de ley. Y yo, que siempre he sido un defensor de estos personajes secundarios que terminan por tener más profundidad que algún que otro protagonista, sobre todo, cuando lo cogen autores de calidad; cómo diablos no iba a querer leer esta aventura que se presentaba tan molona.
Mucho potencial en este TPB.