Para un día tan maravilloso como hoy que esplende ilusión por los cuatro costados, vengo a reseñaros Marvels, obra cumbre del cómic tanto de guión como de dibujo. Una obra que Panini Cómics recupera para la colección Must-Have, esos cómics que debes tener sí o sí, tanto por formato, edición y colección. Obra cumbre de mis amados Kurt Busiek y Alex Ross. Maestro de guion y dibujo respectivamente.
En el día que para muchos en nuestro país comienza la Navidad no quedaba otra que reseñar un título de renombre. Creo que es seguro decir que Marvels, la miniserie de cuatro números lanzada durante los 90, revolucionó la industria. Un intento de crear algo parecido a una historia social del Universo Marvel desde la perspectiva del reportero-hombre-común Phil Sheldon, y con una vuelta a los inicios dentro de la modernidad. Trama que traza el curso de la historia marvelita desde sus humildes comienzos con las aventuras de la Antorcha Humana, Namor (Submariner), los dos puntales de lanza que lanzaron a la industria en la Casa de las Ideas, llegando a mostrar incluso la muerte de Gwen Stacey, la llegada de Galactus a la Guerra Kree-Skrull, la irrupción de los mutantes en la boda de Reed Richards y Sue Storm… Grandes momentos de la Era Marvel.
Es difícil exagerar el impacto que ha tenido la serie desde su publicación inicial. El efecto más obvio fue que esta miniserie convirtió a Alex Ross en referente, lo lanzó al estrellato, hablando en plata. No se puede seleccionar ningún número de un cómic importante de hoy sin una aportación seguramente en portada de Alex Ross. A él recurren actualmente y literalmente para todo gran proyecto de cómic que se precie. Ha demostrado ser un artista de un gran talento creativo incluso al otro lado de la calle, en DC, con Kingdom Come. Otra obra cumbre. Y de manera muy similar, parece que Kurt Busiek también empezó a estar súper considerado desde la publicación de Marvels. Grandes guiones ha dado desde entonces mi guionista de cómics favorito.
Sin embargo, el impacto de la serie fue mucho mayor que eso. Como han señalado otros, Marvels dio forma a la forma -valga la redundancia- en que las dos principales compañías de cómics veían sus principales títulos y como sin quererlo envejecían. El envejecimiento es la muerte del superhéroe, que no se os olvide. Y en los años transcurridos desde Marvels, DC y Marvel se dieron cuenta de que podían contar historias sobre sus personajes pero también sobre gente aledaña a ellos con un mínimo de participación del pijameo. Y haciéndose bien, interesarían. Lo ideó de alguna forma Busiek y funcionó con Marvels. Contar historias sobre la vida más íntima de los personajes, en tono más psicológico, volviéndolos más reales, más cercanos al lector, pero también y, sobre todo, hablar de personajes de exterior. ¿Qué tal unos cómics que nos cuentan la vida de gente normal y su perspectiva, problemas y alegrías en relación a esos poderosos y únicos seres que se pasean por la ciudad salvando inocentes? Os advierto que Busiek hizo de este tema una maravilla y lo mostró en más series de su creación.
En los últimos años, hemos visto que la nostalgia domina la industria del cómic. Que cantidad de empresas y medios de entretenimiento se han dado cuenta que la nostalgia vende. Los grandes amantes del cómic que fuimos niños en los 80 y 90, ahora con treinta, cuarenta e incluso cincuenta años, seguimos comprando con gusto. Benditos los años que vivimos y bendita la época en la que estamos ahora en la que tenemos posibilidad de conseguir grandes obras y en formato integral, recopilado, en ediciones casi eternas. Y eso que a grandes personajes como Spiderman se les va renovando en años, una y otra ve,z para que los niños de ahora lo sigan queriendo. Pero las tendencias están ahí. Y aunque Spiderman se renueve como chaval «soltero y perdedor», los mutantes se reinician en sus series constantemente con nuevos personajes. Por eso, es interesante leer Marvels, ya que comienza con una deconstrucción. Se nos ofrece una perspectiva única de las batallas sobrehumanas entre la Antorcha Humana y Namor, que para los ciudadanos del Universo Marvel, son francamente aterradoras. ¿O no sería terrorífico que viéramos por la ventana o en la calle destrucción constante y dos seres arrojándose grandes peñascos, fuego y lo que pillen de por medio? Así mismo y de manera bastante brillante, Busiek se ancla en este tema.
Marvels es realidad por los cuatro costados.
Un Must-Have en toda regla.