Desde el momento en que David B. dio un lugar de honor a lo fantástico a través de su trabajo, parecía lógico que terminara produciendo un libro sobre el surrealismo. Y para hablar de Surrealismo, qué podría ser más normal que convocar a André Breton, uno de los ilustres teóricos de este movimiento artístico nacido a principios del siglo XX. Para evocar a un maestro, David B. se centra en la segunda parte de su vida, a partir de 1930. También tiene la idea original de contarlo desde el ángulo de la ficción, refiriéndose a un personaje de telenovela estadounidense de la época, como es el Detective Nick Carter, que vivió todo tipo de aventuras épicas, y que por supuesto, atrae a más fans del surrealismo. Es por tanto, en una aventura igualmente desordenada, entre la realidad y la ficción, que seguiremos al detective, contratado por Breton para encontrar algo que le ha sido robado, sin que él pueda nombrarlo… Todo, en esta bella publicación ilustrada que se ha marcado Editorial Impedimenta entre sus últimas novedades.
La acción comienza en el momento en que la moda surrealista acaba de estallar, provocando su cuota de disputas y odio entre los actores del movimiento. Carter conocerá entre otros a Robert Desnos, Nadja, la antigua amante del escritor Salvador Dalí, Gala, Louis Aragon, así como a otro personaje de ficción de la literatura serial como es el malvado Doctor Quartz. Evidente es que difícilmente se podrá encontrar alguna racionalidad en esta historia de imaginación desenfrenada, con la presencia recurrente de símbolos más o menos esotéricos. Pero intentaremos, en el mejor de los casos, desenredar lo verdadero de lo falso, entre los hechos concernientes a los artistas, como el encuentro entre Trotsky y Breton en México o la ruptura con Paul Eluard.
Si ya contamos con un sesgo narrativo original, el punto fuerte del libro es una sucesión de láminas a toda página y, por tanto, no es realmente una historieta lo que tenemos entre manos. Aunque sigue siendo, sin duda, el arte de David B., el que rinde un magnífico homenaje a este movimiento artístico, inyectándole su propia oscuridad. Todo en un torbellino incesante de fantasmas, esqueletos, criaturas fantasmagóricas y máscaras inquietantes que pueden llegar a poblar vuestras mentes en noches de pesadilla.
Una parábola surrealista y paranoica. Como de costumbre, el blanco y negro encaja como un guante en la línea particular de este autor francés tan prolífico y tan de moda al otro lado de los Pirineos. Un artista que es capaz de transmitir lo rígido, minucioso y sobrecargado en ocasiones, como es este tema. Recordándonos que lo maravilloso también se puede hacer con una angustia insondable.
Un edición además que tiene una espléndida impresión en formato italiano, con una cubierta íntegramente de lienzo, que literalmente lo convierte en un objeto de arte, una delicia para el coleccionista.