Que mejor nombre para una colección de cómics indispensables que Must-Have. Es decir, los que DEBÉIS TENER, sí o sí. Tener, y por supuesto, leer más de una vez. Panini Cómics está sacando esta colección con grandes joyitas Marvel indispensables pero es que además a un precio y formato maravilloso. Por lo que pocas excusas quedan ya para hacerse con titulazos como Lobezno: El viejo Logan, Civil War, El Guantelete del Infinito (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3210), Dinastía de M (https://www.cronicasliterarias.es/?p=6608), Planeta Hulk (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3703), La Saga de Fénix Oscura (https://www.cronicasliterarias.es/?p=3457) y bueno…, un largo etcétera ya.
Insisto: joya tras joya.
A lo largo de los años, bastantes guionistas han tratado con el personaje de Daredevil, pero ninguno de ellos estuvo nunca a la altura, ni en la misma liga, que Frank Miller con su obra Born Again. En tan solo siete números y en 1986, creó una historia eterna, evocadora, tanto que se considera la última gran historia de Daredevil, donde Matt Murdock no pudo pasarlo peor. Donde baja hasta el infierno… y regresa. Con un capítulo inicial explosivo, con la ex-novia de Daredevil, Karen Page, revelando su identidad secreta a cambio de una dosis de drogas. Una intriga audaz que se marca Miller, una táctica, un suspense y drama que algunos guionistas hubieran usado y alargado durante mucho tiempo, pero que el maestro decide plantártelo en toda la cara y en tan solo una página. Para que veáis la terrible intensidad que aporta Born Again.
Después, aumenta la tensión a medida que esa información inevitablemente encuentra su camino hacia Kingpin, quien luego comienza a despojar a Murdock de su vida, capa por capa. Este es realmente Frank Miller en esencia. Dolor y cuando no queda otra, más dolor. Frank Miller había trabajado originalmente en Daredevil desde 1979 hasta 1983 y ahí ya se veía lo que pretendía con el personaje. Como quería cambiarlo y como en aquella época también se convirtió en una de las lecturas obligadas del Universo Marvel. Por eso, su regreso en 1986 fue muy esperado y su unión con el artista David Mazzucchelli no decepcionó. Y como no era de extrañar que volvieran a trabajar juntos un año después en la magnifica Batman: Año Uno (mi top-one del orejas picudas incluso por encima de El Regreso del Caballero Oscuro). Pero antes de que hicieran trizas a Bruce Wayne, también hicieron trabajitos de dolor con Daredevil en Born Again. Una historia de redención, un ida y regreso, un caer para levantarse mejor, un renacimiento para el protector de Hell’s Kitchen.
A diferencia de otras series de cómics, la redención de Murdock no es instantánea. No hay una solución rápida y a medida que se desarrolla la historia en siete números, las cosas rápidamente van de mal en peor. El implacable impulso de Kingpin por destruir a su antiguo enemigo se muestra en todo su esplendor, y su venganza no se limita a Murdock, sino a todos sus seres queridos. Cualquier tema asociado a «el hombre sin miedo» queda empañado. Sin embargo, en mi opinión, la aparición del Capitán América y Iron Man hacia el final de la historia le quita un poco de fuerza. Relaja bastante el tema que quema. Born Again es un cómic diferente, intenso, donde se aplica dolor máximo sobre un personaje/persona y por eso, todo tipo de ayudas gratuitas pueden devaluar la trama. En este caso concreto, no da para tanto. Solo una pequeña queja sobre esta obra de arte tan maravillosa. Una queja menor por ponerle un pero… Y solo es porque queda claro que en aquella época, estos detalles probablemente infundados por la editorial, ayudaban a vender más juguetes. Pero Born Again es una maravilla. No agregaré más.
No hay muchos cómics de Marvel de mediados de los 80, que puedan publicarse hoy y que aguanten tan bien la tensión propuesta hace cuarenta años. Born Again es de las poquitas excepciones.
Sinceramente, me duele que aún quede gente que no haya leído esta obra.