Cierto toque lovecraftiano tenía este PsicoInvestigador cuando supe de él. Y en ese sentido, no me ha defraudado. Respecto al poder de encontrar cosas, también es algo que siempre me ha llamado la atención. Me moló ver el desarrollo de este poder en una peli basada en una historia de Stephen King como es Dreamcatcher (El Cazador de Sueños); donde uno de los chicos del grupo movía el dedito y encontraba cosas de forma extraordinaria. Ahora fijaos en qué dos grandes autores del género de Terror estoy mencionando. Maravilla, ¿no? Bueno, el cómic que os reseño hoy no trata el horror en sus más altas formas pero lo que se cuenta en PsicoInvestigador: El Génesis da cierto reparo. Protagonista, un tipo de lo más curioso que lidia una y otra vez contra esa cordura que se le va de las manos cada vez que usa su don.
A poco que indagues sobre la obra, te enteras que el primer álbum de PsicoInvestigador (Los Fantasmas de la Culpa), flipó a muchos allá en el epicentro del cómic europeo. Se lanzó en 2005. Pero se convirtió curiosamente en una serie abandonada. La continuación se pedía y se pedía, y no llegaba. ¿Ventas insuficientes? No sería la primera vez que algo encanta a muchos lectores, si no es económicamente viable, no siga adelante. Pero lo que importa es que al final sí que llegaron tres álbumes más, que completaron una historia maravillosa. Y debo decir que alertado por otros autores y bastantes críticas positivas, no solo tenía curiosidad. Tenía el «hype» por la nubes y todo por leer esta obra que gracias a los cielos acaba de publicar Ponent Mon en uno de sus maravillosos integrales en nuestro país.
Intrigado por ver cómo se mantiene firmemente de forma racional una buena historia sobre un psico-investigador que ayuda a la policía parisina en sus más complicados casos, me sumergí rápidamente en la lectura. Y encontré una historia súper creativa, dinámica, sorprendente en ciertos momentos, y no sé si pensar si los guionistas Erwan Courbier y Benoît Dahan (o alguno de ellos) participaron en investigaciones reales. Para los que sabemos de esto, hay detallitos que los delatan. O quizás han dado clases de Psicología y han sabido reconfigurar las tramas para darlo a entender. Nos dan un personaje particular como es Simon Radius, utilizado por la policía para resolver casos casi imposibles de resolver, el cual comienza intentando dilucidar, por su parte, la desaparición de su esposa producida diez años atrás. Bien, pues no sé si podéis imaginar la que lían los autores con estos dos hilos narrativos entrecruzados. Consiguen hacer que el lector se pierda en el camino, en la búsqueda, de manera bastante inteligente. Descubrí a Simon Radius, que usa para llevar a cabo sus investigaciones, su capacidad de viajar físicamente a las mentes y memoria de otras personas. Es un psicoinvestigador. Para encontrar tesoros también recurre a su talento. Y le suele salir bien. Excepto en los casos en los que el dueño de ese tesoro sea… amnésico. ¡Obviamente eso complica las cosas! Más que nada porque cada vez que usa su don, se tiene que enfrentar a ciertas locuras de la gente, otras revelaciones y horrores incluso de su propio pasado…
Ya en la portada del volumen encontramos este amor por el juego rebuscado que parecen amar Benoît Dahan y Erwan Courbier ofreciéndonos una foto de la esposa hecha como un puzzle al que le falta una pieza del rompecabezas. En realidad, es una imagen que resume bien toda la trama. Y mola descubrir la personalidad del investigador y el extraño e impresionante poder que ha desarrollado. Este completo nos permite descubrir la evolución de nuestro personaje a lo largo de varias investigaciones junto a la subtrama de la obsesión de Simon Radius por encontrar a su esposa. O al menos saber porqué desapareció. Como habréis podido comprobar no quiero contar mucho, fuera de esa eterna búsqueda. No spoilear nada. Pero deciros que quedas atrapado en estas locas historias en un principio improbables de la trama pero que se resuelven de manera maravillosa. Son varias historias a la que se enfrenta, pero el círculo se cierra.
PsicoInvestigador: El Génesis tiene un dibujo que encanta a nivel general, pero a mí no me enamora. El dibujo es original, curioso, aunque no soy muy fan de esta clase de ilustraciones. Funciona, pero a mí personalmente me saca del preciosismo que espero siempre de la BD. Dahan tiene un toque muy cómic independiente en ocasiones que no me enamora. Opinión subjetiva, por supuesto. Pero debo admitir que el potencial de los escenarios de este cómic, me hizo olvidar todo los demás. Tramas más interesantes que la serie de El Mentalista, para quien se lo pregunte. Las escenas que tienen lugar en la memoria de otros personajes tienen ese toque onírico que incluso reconoces dentro de ti mismo/a. Consiguen llevarnos a ese lado turbio y morboso que sin poderlo evitar, pasa a veces por nuestras mentes.
Courbier y Dahan muestran un auténtico tesoro.