Reseña: Los Evangelios Escarlata, de Clive Barker

Puede ser uno de los libros que más rápido he leído en toda mi vida. Pudiera ser por el ansia lectora de buen Terror que tengo en esta época del año, pudiera ser, por las tremendas ganas que tenía también de Clive Barker. Revisitar sus obras, sus tremendos Libros de Sangre, cada no mucho, me inspira cosa mala por lo diferente y original que es su contenido pese a los años. Y fue durante este estado de horror-hype que me enteré que Hermida Editores traía a nuestro país una obra de Barker terriblemente muy esperada. Los Evangelios Escarlata por fin en nuestro idioma. ¿Cómo? Sí, sí, la continuación de la grandiosa obra magna del Terror como es Hellraiser. Aquella novela corta que dio para peli, o mejor dicho, para uno de los grandes films ochenteros del género que impactó a muchos. Obra magna de un escritor muy alabado como es Clive Barker, que siendo claros, lleva décadas sin hacer nada grandioso.

Pero diría que Los Evangelios Escarlata cambia esa tónica. Va a dar que hablar nuevamente la obra del autor que ha hecho más por redefinir la naturaleza y los parámetros de lo que hemos llegado a conocer como horror que probablemente cualquier otro escritor de finales del siglo XX. Barker nos dio las figuras icónicas de Pinhead y sus compañeros cenobitas, monstruosas perversiones de la carne y la filosofía que de alguna manera encarnan todo sobre el núcleo podrido de la humanidad. Espejos perfectos del zeitgeist en el que nacieron estas creaciones literarias. El lanzamiento de Los Evangelios Escarlata trae consigo toda una falange de pavorosa anticipación, aunque solo sea por el hecho de que es una continuación de la novela corta The Hellbound Heart, que aquí se tradujo como Hellraiser, debido a la película. Una trama donde Pinhead hizo su primera entrada en la conciencia de muchos lectores y televidentes y ha tenido veinte años de periodo de gestación para arreglárselas con los humanos que merecen la pena…

Pinhead, también conocido como el Sacerdote del Infierno en esta encarnación, ocupa un lugar destacado en Los Evangelios Escarlata, al igual que Harry D’Amour, un detective que posee la desgracia de poder traspasar el velo de la realidad y entrar en la dimensión de lo oculto, para enfrentarse con esos seres desagradables del propio Infierno. Pinhead aparecía en la novela corta The Hellbound Heart, de 1986 (publicada en el tercer volumen Night Visions, editada en USA, nada menos, que por George R.R. Martin), aunque quizás algunos no sepan que no era un personaje importante en la trama literaria. Por otro lado, D’Amour apareció por primera vez en La Última Ilusión (The Last Illusion), otra novela corta que se puede encontrar en los Libros de Sangre, creo recordar que en el último volumen. Aunque le recuerdo también en el libro El Gran Espectáculo Secreto, en el relato Almas Perdidas (The Lost Souls) y en Everville. En lo último que leí, ambos personajes eran los actores principales de sus historias. Pero en Los Evangelios Escarlata, la trama comienza de manera bastante diferencte, con cinco magos, el último de una Orden que una vez tuvo cientos, reanimando el cuerpo de Joseph Ragowski para pedirle que los ayude contra los sangrientos ataques de Pinhead. Este último ha estado masacrando sistemáticamente a miembros de la Orden, con el único objetivo de tomar los volúmenes prohibidos de conocimiento ocultista que cada uno de ellos tenía. Debe estar planeando algo muy gordo.

D’Amour entra en escena cuando Norma, una mujer ciega que conversa con el difunto tan fácilmente como lo hacen los humanos entre sí, le encarga echar abajo una casa en Nueva Orleans propiedad del recién fallecido Carston Goode; un cristiano aparentemente conservador que tiene un profundo y oscuro secreto. Sin embargo, el detective encuentra más de lo que esperaba, aparte de los extraños volúmenes y fetiches vudú. Es entonces cuando vuelve a aparecer Pinhead y los acontecimientos comienzan a descontrolarse; lo que finalmente lleva al secuestro de Norma y el descenso infernal de D’Amour a las entrañas del inframundo para rescatar a su Eurídice.

No hay otra forma de decir esto. Los Evangelios Escarlata, con un comienzo terriblemente prometedor -y aunque tarda algo en ponerse en marcha-; da lo que uno esperaba. Jamón de cinco jotas para el pobre muerto de hambre de horror del bueno. La prosa poética y el don de enganche a una historia que poseía Barker, vuelve décadas después. Incluso en algunas partes de la historia, pone el listón tan alto como hizo con algunos de sus mejores relatos de los Libros de Sangre. Y mola mucho ver al Sacerdote del Infierno, tan alejado como está de la definición de humanidad tal como la conocemos, retratado como intensamente humano aquí. Aunque como un espécimen hambriento de poder, enojado, beligerante, enfermo…

Quizás el aspecto de Los Evangelios Escarlata más problemático es que no se recomienda para el que viene de nuevas. El Archidemonio, el Anti-Papa, personajes, seres, eminencias que traicionan sus orígenes humanos…, todo un compendio de monstruos y seres que si nunca has leído a Barker puedes no entender. Un libro que, sin embargo, se eleva hacia lo más alto en términos de escritura cuando describe el Infierno y su arquitectura.

Una maravilla.