Y más Terror. Más, hablando del género del que somos fans muchos más de los que aparecen en los registros. Para una época de Halloween que gusta meterse en ambiente, ahora toca hablar de un ensayo, de un autor que aboga por el Terror. «El horror es algo muy profundo…», dice Darryl Jones, en su compacta y entretenida La Inquietante Historia del Horror. Y «… es parte de lo que somos».
Este genial ensayo que recién publica Alianza Editorial no llega a las doscientas páginas pero me sorprendió ver que esta obra que nos lleva a saber desde Eurípides hasta el temido Slender Man, se haya publicado en una genial edición en tapa dura tan llevadera que me hizo sospechar antes de leerlo que, a juzgar por el atractivo diseño físico del libro, su portada tenía muchos más detrás de lo que parecía. Paranoias mías o no, el caso es que con un estilo sencillo (pero meticulosamente bien documentado), Darryl Jones ayuda a hacer de este un libro que cualquier persona interesada en la cultura literaria o cinematográfica del género podrá disfrutar. Recomendadísimo para mis camaradas aficionados al Terror, este libro ayuda a enmarcar nuestra pasión en contextos de sociedad, política y psicología, y trata de ofrecer explicaciones de por qué nos gusta horrorizarnos continuamente.
Y por qué engancha.
Darryl Jones es profesor de literatura británica contemporánea y decano de la Facultad de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales en el Trinity College de Dublín. Ha escrito numerosos artículos sobre la ficción del siglo XIX y la literatura de temática sobrenatural. En La Inquietante Historia del Horror comienza mostrando que el espectáculo de la violencia… está codificado en el arte desde sus inicios, ya desde la tragedia griega de Eurípides representada por primera vez allá por el 400 a. C (Las Bacantes), en la que el rey Penteo es desmembrado por Agave y sus Ménades mientras está bajo la influencia del dios Dioniso. Esto pone el listón muy alto para las representaciones artísticas de violencia y sangre que vinieron después. Sin embargo, el horror ha generado controversia durante todo este tiempo; desde el horror gótico de Matthew Lewis con El Monje (en una mención al libro, Samuel Taylor Coleridge argumentó que sus escenas de lujuria y depravación probablemente iba dirigida a lectores corruptos), pero también a las notorias películas denominadas “Nasty” (Desagradables) que fueron prohibidas en el Reino Unido en 1984. Títulos como I Spit on Your Grave (Escupiré sobre tu tumba) o la mega-conocida pese a su gore, Holocausto Caníbal.
El ensayo se toma el ejemplo del Titus Andronicus, de Shakespeare, que muestra escenas impactantes de mutilación, violación y canibalismo. No obstante, nadie pide que se prohíba a Shakespeare en las escuelas (aparte de los estudiantes, tal vez) y, ¿por qué? Para Jones, tragedias como Las Bacantes o Titus Andronicus son “horror para clase alta». Parece haber un sesgo de clase en el impulso de prohibir ciertos medios violentos. Es como si las clases medias pudieran ver tal violencia con un grado de desapego crítico y otros, sin embargo, pueden mostrar una respuesta más pavloniana a medida que se exponen a ese horror, volviéndose gradualmente insensibles, lo que lleva a una tendencia de cometer sus propios actos violentos. Sabiamente, Jones nos recuerda que las películas de Terror no provocan directamente que las personas cometan actos horribles. Totalmente, de acuerdo. Pero me hubiera gustado que esta introducción hubiera ido más allá porque hay pregunta sin respuesta aquí:
¿Por qué algunos se sienten atraídos por el horror mientras que otros lo evitan?
Si el verdadero propósito del horror es forzar a sus audiencias a confrontar los límites de su propia tolerancia, ¿es simplemente que algunas personas tienen una mayor tolerancia debido a una variedad de factores internos y externos? Tras la introducción, el libro se divide en capítulos que exploran diferentes temas: monstruos, lo oculto y lo sobrenatural, el horror y el cuerpo, el horror y la mente, la ciencia y el horror posterior al milenio… Jones ha encontrado una manera de abordar casi todas las películas de terror u obras literarias que se hayan producido, ya sea que tengan un nombre específico o no, porque el horror presenta tropos a los que los seres humanos volvemos una y otra vez.
Una y otra vez.
Saldrás de aquí con el horror como un regalo. Saldrás con una mayor apreciación de lo que te atormenta e inquieta.