Reseña: El Profesor A. Dónda, de Stanislaw Lem
Cuando creía que no iba a leer ninguna novela apocalíptica más que me sorprendiera, va y me topo con El Profesor A. Dónda, de Stanislaw Lem. Una novelita corta que acaba de publicar la siempre recomendable Impedimenta Editorial en este centésimo aniversario del nacimiento del autor. Una novela satírica como solo podría escribir el maestro polaco. Una historia que marca al leerla.
Stanisław Lem nació el 12 de septiembre de 1921 y murió el 27 de marzo de 2006. El autor polaco con toda una vida de premios literarios, en 1973, recibió una membresía honoraria de la SFWA (Science Fiction and Fantasy Writers of America), cuya aceptación provocó alboroto entre algunos miembros y le dieron y quitaron la mención en más de una ocasión. Cosas de norteamericanos. Pero lo que está claro es que Lem es un autor consagrado que pasó a la posteridad por su enorme obra. Y me da que Impedimenta con sus constantes publicaciones nos lo va a hacer saber.
Las historias de Ijon Tichy no son Ciencia Ficción dura, se mueven mejor entre el sarcasmo o la comentada sátira social. Generalmente muestran al personaje principal viajando a planetas distantes y observando y comentando sus costumbres, que a menudo recuerdan extrañamente las costumbres humanas. La mayoría de las historias se recopilaron en una antología llamada The Star Diaries, volumen que sueño con verlo publicado en nueva edición en nuestro idioma. Una idea muy chula pues el conjunto de historias de este personaje tiene un componente recursivo en el sentido de que Tichy se refiere a su propio libro «The Star Diaries» como una narración de sus viajes e implica que la historia que está contando actualmente aparecerá en una edición futura del libro…
El Profesor A. Dońda (De las Memorias de Ijon Tichy) se publicó por primera vez en la revista Szpilki en 1973, y fue posteriormente editado en varias colecciones y antologías. No muy tarde llegó a la parte occidental de Europa. Fue traducido al francés (1977), alemán (1978), portugués (1987) así como al ruso (1988). ¿Y aquí? Pues llega por primera vez en 2021 (¡Dios!). Pero nunca es tarde si la dicha es buena y gracias al empeño genial que está haciendo con este consagrado autor Editorial Impedimenta -así como a la magnífica traducción de A. Murcia y K. Mołoniewicz-, ya lo tenemos por estos lares. La trama cuenta una «historia dentro de una historia». La historia marco comienza con el autor (Ijon Tichy) quejándose de que tiene que grabar sus memorias en tablillas de arcilla, como hacían los babilonios. Esta lamentable situación se debió a que el mundo ignoró la advertencia del Profesor A. Dońda (compañero fue Ijon Tichy), quien estableció que la información contiene una especie de «masa crítica», y cuando se excede (algo similar al uranio), puede ocurrir una destructiva reacción en cadena. Tichy luego procede a contar la historia del profesor…
El suspense de todo lo que rodea a Dońda está ambientada tras un holocausto informativo, resultado de la transformación de la información en masa por parte de Dońda, que provocó la desaparición de los contenidos de todos los bancos de datos informatizados. Y aunque causó una enorme hecatombe en el Primer Mundo, supuso un enorme alivio para el Tercero; que dejó de estar tan alejado de la riqueza o el ansia de una vida normal. No solo las armas modernas se volvieron inutilizables, sino que el sistema monetario mundial con el dólar estadounidense como la principal moneda mundial, también se derrumbó. Lo que obligó a la humanidad a regresar al paraíso, a la naturaleza, al edén que partimos.
El periodista, escritor y bloguero Wojciech Orliński dijo que el profesor Affidavid Dońda es uno de los personajes genios más comprensivos de Lem. Toda su vida, literalmente desde su misma concepción, incluyendo su nombre y apellido, fue una cadena de errores y coincidencias, que eventualmente lo llevaron a ser quién es y a su descubrimiento. Sus divertidas hazañas en el país africano ficticio de Gurundiwaju no son otra cosa que una aguda alegoría de la República Popular Polaca de la década de los 70s. De este relato y de su conclusión apocalíptica derivó la «Ley de Dońda» que dice: «Cualquier cosa que pueda hacer un ordenador pequeño con un programa grande, un ordenador grande con un programa pequeño puede hacer lo mismo. Por lo tanto, la conclusión lógica es que un programa infinitamente grande puede funcionar solo. Sin ningún ordenador». Y Dońda explica su razonamiento. En esencia, lo que viene a decir es que infinitamente mucha información puede funcionar sin problemas y difundirse rápidamente sin la ayuda de ningún dispositivo. Significa que la enormidad de la información se manifestará libremente tarde o temprano.
El catastrófico final de esta historia, os va a dejar el culo torcido.
Una joyita.