Siempre es un atractivo leer tanto a un nominado, como a un ganador a los Premios Bram Stoker. El más preciado premio del género de Terror que se dan en USA y que son un referente en el mundo entero. Sin embargo, se me juntan varias cosas con Chuck Wendig, autor prolífico (polifriki, lo llamaría yo) que ha hecho cantidad de cosas para diversos temas. De hecho, yo lo conocí como autor de novelas del universo expandido de Star Wars. Pero llevo tiempo escuchando recomendaciones sobre Wanderers (Los Sonámbulos), y aprovechando que Roca Editorial la acaba de publicar en español, ¿quién se va a perder dicha oportunidad? Y más cuando muchos categorizan a Los Sonámbulos como su obra maestra. Y es que estamos ante una historia colosal que ocupa una franja de espacio literario entre lo distópico, la ciencia ficción y los acontecimientos actuales. Diría, una sinfonía de elementos narrativos que chocan con un trasfondo muy real. Una historia que impacta pese a las similitudes con obras como The Stand (¡El eterno King siempre!), pero digo más. Este libro es Apocalipsis y La Hora Final juntos. Sazonado con algo techno de Johnny Mnemonic. Una temática centrada en algo muy dificil de explicar sin spoilers. La mitad del tiempo, no tenía idea de adónde diablos iba la historia pero de pronto click, me hackea el cerebro la trama y entiendo lo que Wendig quiere contar. Además, el ritmo de la narración es un desafío. Los Sonámbulos es un tochal, un libro-ladrillo, como yo los llamo yo, pero un cuento cuyas páginas arden, se esfuman rápidamente y te mantienen la mirada perdida. Cada capítulo, bien escrito, pero en lugar de galopar cuentan detalles que se resumen muy bien al final. Aunque hasta la mitad de la novela aproximadamente no se acelera todo.
Una mañana del 3 de junio, en la pequeña ciudad de Maker’s Bell, Pensilvania, Shana se para junto a la cama de su hermana pequeña y piensa: «Nessie se escapó de nuevo». Nessie se escapaba a menudo, y como Shana era la hermana mayor y protectora de Nessie, era un problema. Sin embargo, Nessie salió de la granja en mitad de la noche sin nada más que un vestido. Lo que Shana no sabía en ese momento, pero aprende rápidamente, es que Nessie es sonámbula. O como se la conocerá más tarde, una caminante. Nessie ha comenzado una larga caminata y nada puede detenerla. Shana no se queda atrás. A medida que pasan los días, el grupo de caminantes crece. Si vas a darte un paseo por el campo, te tropezarás con este tipo de gente, jóvenes o mayores, todos caminan con determinación. Y hay gente que se dedicará a recoger a estos caminantes para que no se hagan daño…, pero mientras los sonámbulos caminan, la opinión del mundo está dividida sobre qué tipo de criatura se han vuelto esas personas. ¿Hay algún tipo de tema extraterrestre de por medio? ¿Son experimentos científicos o portadores de enfermedades? Sean lo que sean, el lado de derecha de la política estadounidense, Kreel, siente que hay algo impío en ellos. ¡Deberían detenerlos! Y el gobierno no hace nada. Además, mientras los caminantes hacen su larga marcha, el mundo se ve sacudido por una pandemia.
Un tipo de gripe que se propaga rápidamente, que mata sin piedad y vuelve loca a la gente.
Estamos ante una novela coral donde todos los personajes son protagonistas y nadie es verdaderamente un héroe. Todos los personajes se desarrollan y cambian. Y debido a que la narrativa se cuenta desde muchos puntos de vista, puedes tener una idea de lo que piensa o sufre cada uno/a. Todos están lidiando con el mundo que se derrumba a su alrededor. Los disturbios políticos y el deseo desesperado de proteger a los caminantes, muchos de ellos, familia, deja mucho que desear. En segundo lugar, hay personajes muy bien escritos y descritos. Te gustarán algunos tanto que querrás que vivan, sobrevivan y a veces no lo harán. Y esos otros que odias, tal vez quieras que sufran un poco. Hay buenas personas como Benji, Aram y Pete, pero quizás estos no siempre tengan la razón. Realmente, Wendig hace una cosa muy bien. No traza líneas. Nadie es realmente bueno ni realmente malo. Wendig presenta muy bien un mundo lleno de grises. La vida real donde nadie se ve a sí mismo como un villano. Además, Chuck Wendig no es nada amable con los que sufren el sonambulismo. Ahí lo dejo.
Lo más importante de todo es que hay esperanza en Los Sonámbulos. Ante tiempos desesperados, qué podría ser más aterrador que una pandemia para la que no hay esperanza. No la vi a través de las malas hierbas de algunas partes de la historia pero sí en los detalles. Además, llegué a decirme: ¡Dame algo a lo que aferrarme Wendig!
Los Sonámbulos comienza lento (¿Es una moda como con las series de TV?), y una buena parte de sus ochocientas páginas transcurren antes de que lleguen los gritos y las muertes. Pero poco tiempo después de empezar, el peligro al que se enfrentan los personajes se infiltró en mi cerebro y el libro amenazó con apoderarse de mi vida porque no podía dejar de leerlo. Una historia de colapso sistémico que parece que podría ser una nueva advertencia de lo que nos espera en esta década que empieza.
Quedáis advertidos.