Es por el momento lector tan bueno de Ciencia Ficción que estoy viviendo que decidí ponerme con este díptico de cómic europeo llamado Gravity Level, recopilado en un solo tomo por Nuevo Nueve Editores y que se acaba de publicar en tapa dura. Me dejé tentar no solo por los gráficos que son algo diferentes, antes de leer, Gravity Level era para mí sobre todo una curiosidad argumentística pues, ¿cómo demonios se lleva adelante un guion donde la gravedad en la Tierra ha desaparecido hace más de 500 años? Un desafío. Y bien. Lorenzo Palloni y Vittoria Macioci muestran un mundo colorido a la vez que “creíble”, dentro de lo que cabe. Principalmente, crean una trama de aventuras, -una Quest que se dice en mi tierra-, y es que tiene mérito, a parte de llevar a cinco personajes adolescentes adelante (incluso en viñeta) de plantear interesantes interrogantes a lo largo de las páginas sobre las nociones de libertad, de futuro, de saber qué hacer con su vida, etc. Los gráficos molan, pero entiendo que no puedan ser del gusto de todo el mundo. Si que estamos ante un cómic que viene de la BD y eso debería ser sinónimo de ilustraciones exquisitas, pero Gravity Level es el clásico ejemplo de, si las ideas son buenas, el dibujo puede pasar a un papel secundario. Y es que la idea es muy buena.
El mundo, los seres humanos, se encuentran confinados bajo tierra. Confinados. La palabrita cojonera que tanto odiamos, ¿no? Cinco adolescentes, una pandilla de chavales que sin miedo a nada quieren divertirse principalmente, deciden salir a la superficie de una Tierra que se encuentra devastada. No queda gravedad arriba y tras la misteriosa desaparición de ésta, muchos de los sobrevivientes que viven en el subsuelo sufren dentro de las antiguas ciudades. En una atmósfera post-apocalíptica, los sobrevivientes dan lo que sea por cualquier salida. Pero ir «afuera» es toda una aventura, moverse por allí sin dispositivos especiales es totalmente imposible. Y así seguimos a estos jóvenes que siendo perseguidos por una especie de policía política, escapan y terminan por salir «afuera». Y entonces empieza lo bueno. Un recorrido que nos permite descubrir una fauna y flora originales, hostil y diferente, de un nuevo mundo que empieza. Los supervivientes han construido una ciudad subterránea donde la vida diaria se rige por reglas estrictas, mas, Vikt, Ibu, Waka, Bek y Pwa son jóvenes cuyos destinos se cruzarán e irán encaminados a meterse en líos de narices. La única forma de escapar es huir a la superficie. Pero lo saben, el mundo exterior es particularmente hostil y será dificil la supervivencia.
La historia es acertada a la vez que oscura. Aunque nuestros “héroes”, bien representados, que se lo toman todo a broma en medio de adultos irascibles que han marcado las reglas como una necesidad inmutable para su supervivencia; existe afuera un mundo futurista, arruinado y lleno de sorpresas, cual buena novela clásica de CF. Estos chicos van a encontrar cosas que no esperan. Y que no contaré aquí. Pero todo se limita a cinco tarugos que un día, una de sus provocaciones va demasiado lejos y provocan un accidente y no tienen otra opción que huir. Buscar una nueva vida “afuera”. Donde el peligro está en todas partes, un mundo que ya no pertenece a los hombres. Y a medida que el grupo avanza hacia lo desconocido, surgen las tensiones. La convivencia se vuelve cada vez más compleja cuando deberían permanecer juntos para llegar a su destino. Sin embargo, ¿qué son esas misteriosas burbujas de gravedad que acaban de encontrar?
Con esta distopía, Lorenzo Palloni nos transporta a un futuro indeterminado donde la gravedad ha desaparecido. Si bien utiliza los códigos que se encuentran en la mayoría de historias de este tipo, logra transportarnos a un mundo que ha cambiado totalmente. La naturaleza ha recuperado sus derechos, el hombre ya no reina sobre la Tierra y han aparecido nuevas formas de vida. Un tema prometedor que siempre excita. La aventura hacia lo desconocido. Una aventura interesante.
Muy chulo.