Leer cómics de Alberto Breccia está dirigido más que nada a los que aman el arte. Especialmente, los que disfrutan del dibujo, la ilustración, de un lienzo. Para los que la asignatura Historia del Arte era un paseo en clase o una hora de agradable de ver cosas y aprender con algo que te gusta. Un paseo con buena temperatura por un parque. O un buen rato bien acompañado de la mano de tu pareja por un museo de grandes pintores. Alberto Breccia (1919-1993) era un autor de arte exquisito, de esos ilustradores que te preguntas si no estaban en el medio equivocado por el trabajo que hacían. Tener/leer/degustar sus cómics es puro deleite para los amantes de las imágenes evocadoras, y en especial, la acuarela. Aparte, en mi caso, tenía ganas de volver a Breccia -ahora que ECC Ediciones está publicando obras de este maestro en formato álbum europeo-, por que lo pasé realmente bien con ¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…! (https://www.cronicasliterarias.es/?p=2920), donde el autor hace alusiones a la obra clásica pero de un modo irreverente. Me gusta ese tono pero también me mola su modo de ver y adaptar las historias de Lovecraft u otros grandes autores del horror más clásico conocido.
En Sueños Pesados y pese a su aparente simpleza, lo primero que sorprende es la portada. Donde sabemos ya más o menos a lo que nos dirigimos: el cuento de horror basado en imágenes grotescas. Pero hasta que no abrimos el álbum no comenzamos a ver qué sucederá. Sueños Pesados es una recopilación de cuentos -de toda una serie de relatos ilustrados que se publicaron en la colección de Fantagraphics Books y An-Book y que en el país galo, por ejemplo, se llamó Cauchemars (Pesadillas). Historias creadas en 1981 en pleno top creativo de Breccia que realizó junto al guionista Norberto Buscaglia los cuales re-imaginan para la ocasión los cuentos La última visita de caballero enfermo, El anciano terrible, Mujima, El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde y La noche de Camberwell.
¿Os suenan? Más de uno conoceréis, estoy seguro.
Historias que son el soporte de un cuestionamiento metafísico de Breccia. Te vas dando cuenta con el paso de las ilustraciones, de los lienzos (por que casi cada viñeta lo es), que hay un mensaje intrínseco en la trama. En el dibujo. En los lienzos, se percibe un mensaje de que la vida es solo un reinicio eterno. Pero, ¿es un homenaje a las novelas y cuentos de los que se inspira? ¿Es solo una hazaña gráfica? Me da la sensación de estar ante historias que golpearon el corazoncito de Breccia en su día. De ser tramas que no pudo reprimir el deseo de ilustrar por tener personajes llamativos que nadan en una nauseabunda y maleable atmósfera. Personajes que se desprenden de ella.
El dibujo de Breccia es tan interesante como siempre y sabe cómo crear una atmósfera lúgubre para sus historias. De hecho, la “historia silenciosa” de este álbum es para pensarla o comentarla con alguien durante una taza de té. Un hombre que duda de su realidad, tres ladrones que planean robar el tesoro que un anciano guarda en su casa, un mercader se encuentra con una mujer que llora desconsoladamente, el amigo del Dr. Jekyll contando un encuentro que tuvo con Mr. Hyde y en Londres, un tipo que teme perder sus posesiones ante una situación extrema.
Cinco relatos que se quedan en el pensamiento.
Un álbum que se lee rápido y que se recomienda fácilmente.