Llevo años queriendo reseñar algo de Jerry Frissen. Algún trabajo suyo propiamente dicho, porque aunque leyera Metabarón en su día, siempre pensé que en esa obra Alejandro Jodorowsky metió mano en todo… Así que cuando vi entre las novedades de Ponent Mon, la recopilación, es decir, el integral de El Fuego de Teseo, no lo dudé un momento y quise leerlo, disfrutarlo, me dispuse a conseguirlo para hablaros de él.
Pues un poquito de cómic histórico-mitológico le viene bien al cuerpo de vez en cuando. Y qué decir que me gustó bastante este cómic de Frissen y Francesco Trifogli, una obra que me recordó desde el principio a los libros de La Sabiduría de los Mitos, de Luc Ferry. Libros indispensables para disfrutar de este género literario. Pues tengo muy claro que El Fuego de Teseo podría haber formado parte de esa colección, ya que engloba uno de los relatos más famosos de la mitología griega y lo hace desde una perspectiva estilo gráfico realista.
En El Fuego de Teseo me gustó mucho esa atrevida idea de decir que Teseo fue en realidad una mujer. Es difícil de creer al principio, pero el desarrollo que Frissen va creando con el paso de las páginas resulta bastante convincente. A los que estáis puestos en literatura grecorromana y/o disfrutáis del género Péplum, también podría sorprendernos la actitud que tiene aquí el Rey Egeo de Atenas hacia sus congéneres. Pero consta en parte (como se dice ahora) que eran costumbres de la época.
Lo que está claro es que este cómic revisita el mito de Teseo a contrapelo. Teseo no es el hijo amado del Rey Egeo de Atenas, es por el contrario, su hija repudiada que solo tiene la ambición de matar a su padre para vengar la muerte de su madre y escapar así de una vida de esclavitud y bandidaje. Y es, sólo por un giro inesperado del destino, que se encuentra a punto de enfrentarse al todopoderoso Minotauro y entonces…
Jerry Frissen innova en este cómic, como dije antes. Teseo no es el hijo bastardo de Egeo (o Poseidón según las versiones del mito), sino su hija bastarda. Rechazada por un padre que desea un heredero varón para recuperar su lugar en la corte, nos encontramos con un tipo que también es rechazado por el pueblo por no querer dar lugar en sociedad a los más débiles. Por lo tanto, las mujeres como sexo débil, las cerca en ese grupo. No obstante, todas las opciones son posibles para enfrentarse tanto al monstruo mitológico como al humano. Y todo para llegar a un final inevitable que muchos conocen aunque no sé yo si de esta forma.
Los diseños de Francesco Trifogli son buenos, aunque quizás le falte un poco de precisión a ciertos detalles. Eso sí, los colores de Antoine Pédron son muy acertados para lo que se nos quiere representar, y buena nota también para la bonita ilustración de portada de Gérald Parel.
¿Y por qué quería leer El Fuego de Teseo? Aparte de lo comentado al principio de la reseña, por saber qué más aportaba a la tan conocida mitología griega. Y ahora puedo decir que aporta originalidad y un punto de vista diferente a lo que se nos cuenta en la leyenda de Cnosos. Un cómic redefinido del que no salgo decepcionado tras un primer álbum intrigante y un segundo con final abierto de los que me encantan. ¿Fui testigo de una epopeya digna de una tragedia griega? Me gustó la seriedad y el cuidado que se tuvo para no mancillar la historia clásica y el marco de la Antigua Grecia. Sin salirse completamente de los caminos trillados, es creíble y atractivo. Para colmo, muy rápidamente te encuentras siguiendo a tu heroína y sintiendo su ira y resentimiento, y preguntándote cómo se desarrollará su llegada a Creta para el enfrentamiento que quedará grabado en los anales de la Historia. Todo un viaje por el año 1720 a. C, donde en un pueblo de Serifos, el poeta griego Kleon canta una gesta heroica ante un público cautivado. La lucha de un hombre joven y valiente llamado Teseo, hijo de Poseidón, que mató al Minotauro dentro del laberinto de Cnosos. Esa, ya todos la conocen. Pero realmente muy pocos saben lo que realmente hay detrás. Muy pocos. Cuando una misteriosa mujer encapuchada, entra en escena.
El Fuego de Teseo es ya una de mis grandes sorpresas lectoras de este estrambótico año 2021.