Helldorado es una aventura “histórica” llena de furia y sangre magníficamente retratada por Ignacio Noé y Morvan. Utilizo las comillas en la palabra «histórica» pues como habréis deducido, lo que aquí se cuenta no tiene mucho que ver con la realidad, por mucho que nos pongamos a imaginar y queramos poner a los españoles de entonces como los peores demonios que han pisado la Tierra algúna vez. Pero bueno, una vez advertidos, quizás aceptéis como yo desde el principio al personaje completamente ficticio de la trama y os llegue a gustar. Porque, sin duda, el punto fuerte de esta novedad que nos trae la editorial Nuevo Nueve, es obviamente su dibujo y sus colores.
En Helldorado vais a encontrar un universo visual tan chulo que con cada página vais a querer sumergiros más y mas en la historia. Muy, muy lejos, del universo realista histórico estándar que encontramos en tantas series del género, aquí se trata un dibujo en particular, con personalidad, incluso en su colorido y sus diseños digitales, que también aportan bastante. Mi interés por las civilizaciones precolombinas me empujó a querer leer de inmediato Helldorado. Y eso que ya venía dispuesto a que me contaran un resultado diferente. El inicio del cómic con su larga secuencia sin diálogos es sobrecogedor, cruel, una verdadera abominación que quizás fue lamentablemente perpetrada sobre dichos pueblos en varios lugares de Mesoamérica. Pero lo que imaginan entonces los autores, está inspirado en enfermedades infecciosas traídas por los conquistadores, como por ejemplo la viruela. Organismos no exentos de infección para colmo de luchadores en una cruenta guerra. Enfermedades que se propagan rápidamente a gran escala…
Entonces, no contentos con destruir las ricas civilizaciones amerindias de México, historiadores serios han probado que los españoles probablemente mataron más nativos por contagio de enfermedades que por armas. El tema de la Conquista donde la inevitabilidad del ser humano se crece, pero metiendo por mi parte a todos y cada uno. Díganme si no qué soldado mesopotámico, egipcio, romano, del imperio británico, francés, holandés, estadounidense no conquistó así. Qué poderoso gobierno no se dejó llevar por su afán de ser más que el de al lado; arrasando e imponiéndose contra el débil. Cuentan que de los diez millones de indios que poblaron México (mayas, aztecas, toltecas…) antes de la llegada de los conquistadores, solo quedaba una cuarta parte hacia 1521.
A partir de este postulado, los autores de Helldorado demonizan a los españoles, no solo por sus actos bárbaros y brutales, sino también por su aspecto físico poco atractivo, con rostros de degenerados, medio-zombies, del que el Capitán Abatirso es el ejemplo más llamativo con su silueta de ser medio quemado. Por otro lado, los amerindios también son crueles, y eso me gusta que se represente. El problema son los seres humanos, no tal o cual pueblo… Aunque obviamente aquí, ellos están defendiendo su casa. No obstante, lo que impacta en Helldorado es como una potente enfermedad lleva a cuerpos vivos en movimiento y descomposición, no muy atractivos a primera vista, a seguir luchando. Así como pintar un retrato realista de estos pueblos de ascendencia maya o azteca atrapados en sus prácticas sacrificiales y sus rivalidades tribales. Sólo el diálogo algo moderno de ciertos personajes, no va muy bien con el contexto histórico. Aunque la trama resulta muy creíble a nivel de decoraciones y vestuario.
Conocí a Ignacio Noé en 1996 en una serie erótica bastante impactante como fue El Convento Infernal (creo que aún la tiene disponible Ediciones La Cúpula), donde su dibujo hiperrealista ya causaba sensación. Pero es en Helldorado donde encuentra terreno fértil, abierto, sin restricciones, para desatar su talento gráfico; los rostros devastados de los españoles y los propios de los amerindios están terriblemente bien conseguidos. Es impresionante visualmente como decía antes, a pesar del coloreado digital, poder trasladarse al Siglo XVII, a una pequeña isla tropical en medio del océano Atlántico y ver el desenlace entre conquistadores españoles y Syyanas, indios nativos que la habitan. Con un terrible enemigo en común contra el que tendrán que aliarse de alguna forma.
Helldorado tiene una buena trama, un guión curiosamente llevado, que fuerza a razonar una filosofía algo ingenua (humanista), la capacidad para darle la vuelta a la historia que siempre nos han contado con brutalidad de fondo. El ritmo es bueno una vez que has comenzado. Es difícil no querer leerlo hasta el final. Queda a la reflexión las carnicerías de esta época, pero el cómic es recomendable como poco. Una enfermedad para unirlos a todos.