En cantidad de ocasiones he dicho que me parece maravilloso el poder degustar todo un evento cósmico en un solo integral -sabiendo que lo tienes a mano para disfrutarlo en una, dos o tres sentadas, dependiendo de tu poder enganche lector-, sí, me parece maravilloso. Veinte numeritos más el Anual de una saga infinitamente épica de la distopía de superhéroes inspirada en el exitoso videojuego de Injustice ha sido mi última experiencia. Pese a ser una historia que funciona como novela gráfica íntegra que en este caso recopila la totalidad del quinto año de la ahora legendaria saga Injustice: Gods Among Us.
La famosa guerra entre Superman y Batman, donde casi cada superhéroe ha decidido dónde radica su lealtad. Durante cinco años, antiguos amigos y aliados han luchado encarnizadamente, con bajas en ambos bandos. Ahora, en punto muerto, tanto Batman como Superman se dan cuenta de que para ganar terreno en su batalla, tendrán que hacer lo impensable: reclutar a sus antiguos enemigos para atacar a sus antiguos amigos… ¡Dioses, no me digáis que esto no es una buena premisa! Mientras Batman se alía con villanos que comparten su código contra la matanza, Superman hace un trato con el único hombre que casi mata al orejas picudas: ¡Bane! Para sacar a Batman de su escondite, Bane cruza la línea, de las que ya nunca puedes volver…
El quinto año de Injustice: Gods Among Us es la transición final de Superman a su homónimo en el videojuego. Distante, sin conciencia y sin preocuparse por matar enemigos; lo que todos quisimos ver alguna vez en el Hijo de Krypton y nunca tuvimos la oportunidad hasta que conocimos a El Patriota de The Boys. Pero en Injustice: Gods Among Us – Año Cinco no esperéis una resolución, ya que el año cinco concluye donde el juego comienza, y solo se proporciona un final a aquellos que se abren camino con éxito en el videojuego. Por otro lado, teniendo en cuenta que DC ha publicado once cómics después, y que Año Cinco es el quinto volumen más grueso que los combina, no me extrañaría que alguna adaptación digital se estuviera considerando.
Injustice: Gods Among Us – Año Cinco comienza concentrándose en los criminales liberados durante el cuarto año, y eso marca la pauta. Esta vez no hay invasión alienígena, ni batalla contra dioses, solo Superman lidiando sin piedad contra los enemigos. Aquí, Doomsday cae mucho más fácilmente y no hay ninguna preocupación en desintegrarlo. Brian Buccellato (Batman: Detective Comics – Anarquía) comienza cambiando de un lado a otro relativamente rápido entre una variedad de personajes, pero gradualmente se instala en la presencia del Hijo de Krypton. Bizarro ha caído bajo la influencia de Mister Mxyzptlk, y así es como Superman se desata del todo. Incluso, encontramos a un Lex Luthor más amable. Es un cambio extraño porque Buccellato sabe que estamos esperando el momento en que Luthor vuelva a dar caña y más en una saga así. Que juege esa expectativa con inteligencia. Pero más allá de lo que Buccellato va proponiendo usando fragmentos cortos que cambian entre personajes, incluso los aliados de Superman comienzan a cuestionar su comportamiento por que el Mal no es fácil de ser adorado porque sí. «Tal vez todo lo que puedo hacer es estar allí y ayudar a mantenerlo bajo control», es el enfoque más benigno, aunque hay otros ex-héroes que nunca pierden el paso y emprenden el viaje hacia la villanía junto a Superman.
Buccellato también es bueno para cambiar la atmósfera de un capítulo a otro, algo de luz, algo de oscuridad y algo de súper oscuridad. Eso me encanta. Si la serie en su conjunto no puede proporcionar un cierre total, Buccellato se asegura de que los lectores sí tengan algo creado en mente, algo que poner en parrilla, para futuras continuaciones a medida que se acerca el final. Y cuanto más avanzamos en Año Cinco, más sorpresas produce. Hay un enfrentamiento épico en las últimas páginas de los que se recuerdan en conversaciones comiqueras.
Épico es decir poco.
Pero no es una resolución.
No me mató el rock artístico de Bruno Redondo (Titanes: En la sangría), aporta mucho menos esta vez. Quizás alguna que otra ilustración que entinta Juan Albarrán, sí que mola. Significa que centré más mi admiración en Tom Derenick (Liga de la Justicia) y Xermánico, y la presentación de Ivan Coello y Marco Santucci. Mike S. Miller (Superman: El nuevo milenio) aporta más arte que nadie en su estilo de superhéroe compacto, aunque obviamente sólo curra en la parte final. Detalle guapo de Miller el cambiar el cabello de Superman junto con su personalidad.
Injustice: Gods Among Us – Año Cinco no tiene la emoción y las bombas espectaculares que se encuentran en los dos primeros volúmenes, pero está más cerca de la parte central molona de toda esta historia. Es disfrutable, sobre todo, en este formato, donde no pierdes el hilo de las cinco historias de precuelas que llevaron al mundo del noveno arte lo propuesto en el videojuego top de ventas.
Insisto, el capítulo de Miller en el final, es una joya.
Un guión que defino como constantemente emocionante.