Raro es el lector que no sienta afinidad por siempre por Dune tras vivirla. Tras sentirla de verdad: introducirte en su mundo, dejarte llevar por su mitología, sus detalles, sus ideas… El Wow! brotará de tus labios en cuanto la devores. O quizás mienta. Quizás te surjan esas exclamaciones en el “durante”. ¿Por qué? Por que esta clásica novela puntera de Ciencia Ficción te lleva al futuro más lejano y para mal del demonio, te trae de vuelta a casa. Es una obra de arte. En mi caso, volver a ella tras los años, y en esta magnifica edición en tapa dura (de coleccionista, diría) que trae Nova CF, ha sido toda una experiencia. La considerada mayor epopeya del género de todos los tiempos (como dice la sinopsis editorial), con doce ilustraciones a color muy afines del artista Sam Weber para esta edición conmemorativa del cincuenta aniversario de Dune, de The Folio Society. En resumen, volver a sentir amor por la CF. Vista con ojos más adultos, me pareció tremendamente maravillosa y llena de cientos detalles. Por supuesto, devorada en cero como dos.
Dune mezcla aventura, misticismo y política. Nos lleva a un universo donde los planetas están controlados por Casas de familias nobles bajo el mandato imperial de un gobernante de una de las Casas. Cuenta principalmente la historia de Paul Atreides, hijo del duque Leto, heredero de la Casa Atreides. La madre de Paul es una especie de bruja con poderes únicos de persuasión que ha conseguido transmitir a Paul. La novela comienza con la familia Atreides preparándose para abandonar su amado planeta verde y tomar el control de otro; el llamado planeta Arrakis, que es básicamente un gran desierto. Pero también es el único lugar en la galaxia donde se extrae una valiosa sustancia llamada melange. Parece insignificante, pero este traslado real, desencadena una cadena de eventos que impulsarán a Paul a un mundo completamente nuevo de batallas por la famosa especia, monstruos de las arenas y como trasfondo los Fremen, raza de las arenas que vive entre las dunas. Todo esto más un joven Paul Atreides enfrentándose por un lado al emperador, y por otro, a sus antiguos enemigos de la Casa de los Harkonnen.
Dune es una obra épica la mires por donde la mires. Lo dicho, podría ser un resumen rápido, sin ir mucho al grano. Lo que podría comentar a un incauto amigo que no la haya leído aún mientras nos tomamos un té en un cafetería. Pero Dune abarca mucho más. De esos mundos que como consigas entrar (no cuesta mucho aún siendo un muggle total en CF), te cautivará. Repito: es mucho más. Dune establece un mundo intrincado y fascinante con la cantidad justa de tecnología. Me encantaron las descripciones de los «trajes de baño» que usan en el desierto para recuperar el agua del cuerpo (por lo que básicamente bebes tu propio sudor) y también las fábricas de cosecha (muy de insectos) para minería que vuelan dentro y fuera del desierto por los gigantescos “dispositivos alados» llamados carryalls, pilotados por una tripulación de mineros. Pero habla también de profecías y habilidades psíquicas (me encantó la madre de Paul, Jessica y sus misteriosos poderes), de disputas políticas (el personaje del barón Harkonnen es brillante, intrigante y despreciable), así como la acción, giros e intrigas que se van sucediendo. Disfruté y he vuelto a disfrutar especialmente de los pequeños extractos de la princesa Irulan al comienzo de cada capítulo, que por cierto, parecen no tener sentido la primera vez que los lees. Aunque a medida que avanza el libro, cobran lógica. Cuando finalmente “entiendes”, el disfrute alcanza cotas muy altas. Asientes y asientes. Y si lo tuyo es escribir, te maravillas y te mueres de envidia por que quieres escribir algún día algo así. Una novela inmortal.
Dune será siempre considerada el gran triunfo de la imaginación que convirtió a Frank Herbert en uno de los grandes visionarios de la literatura universal. Hoy este gran clásico vuelve a estar de actualidad por su aniversario y por que pronto inspirará película y serie de televisión dirigidas por Denis Villeneuve (guionista y director francés de moda en USA tras La Llegada y Blade Runner 2049). Una obra impertérrita, seductora, que ganó el primer Premio Nebula (1965), el Premio Hugo (1966) y cimentó una de las sagas más grandiosas de la Ciencia Ficción.
El no haberla leído aún, entre amantes de la literatura fantástica, es una verdadera blasfemia.