Reseña: Motorista Fantasma. La Colección Completa, de Daniel Way
Este título que recién publica Panini Cómics tiene corazón, un protagonista idiota, más el Diablo, una camionera guapísima, motocicletas y 666 humanos poseídos que deambulan como seres monstruosos por el planeta Tierra. Si al menos dos de estas cosas te llaman, tienes que leer lo que hizo Daniel Way junto a Mark Texeira para con el personaje del Motorista Fantasma. Pruébalo porque de seguro te va a flipar. ¿Una historia con un arco argumental completo en un buen tomo de superhéroes? ¡Apúntame siempre!, dijo yo, siempre dispuesto a disfrutar de una buena historia sea con el personaje que sea, con la idea de leer una buena historia del tirón. Porque dejarle al público saber que tu héroe es un idiota, o no, o si está poseído por un demonio… eso es fantástico. Y es que Ghost Rider es un personaje problemático con una historia de fondo extraña, así que cualquier narrativa conlleva el hecho de que es difícil, en mi opinión, conseguir un buen guion para él. Quizás sea un poco parcial y es que Ghost Rider siempre ha sido uno de mis cómics favorito de Marvel. Sobre todo, visualmente. Y Way con Texeira han conseguido que “vuelva” a él y de una forma maravillosa. Y es que tras unos años de Danny Ketch castigando a los villanos, el crossover Espíritus de Venganza trajo de vuelta a Johnny Blaze con una escopeta infernal, y toda una nueva generación de lectores de cómics pudo conocer al jinete original. Pero los días de Ketch estaban contados, pues Blaze estaba destinado a regresar. Es entonces cuando Daniel Way tomó las riendas del cabeza hueca, decidió devolverle el control a Blaze (¡Ja!), retomar algunos de los poderes de la etapa de Danny Ketch y descubrir el verdadero poder del Motorista Fantasma.
En Ghost Rider: La Colección Completa, nos adentramos en el hombre y el monstruo, y en lo que los motiva a ambos. Creo que Way hizo un gran trabajo retomando el ritmo cuando la última serie del personaje fue cancelada justo cuando se estaba poniendo interesante. Ha logrado integrar la trama/dirección de la serie y el one-shot. Perdónenme pero yo es que prefiero que los superhéroes salven gente, y con Espíritu de Venganza puedo entender las decisiones tomadas pero no las comparto. También me gustó siempre el conflicto entre Blaze y Ghost Rider. Por eso tenemos aquí un crossover conflictivo de personaje al estilo de World War Hulk y eso me encanta. Aquí, el Motorista Fantasma haciendo lo que mejor sabe hacer. La saga de Daniel Way es básicamente una continuación de las dos miniseries anteriores de Garth Ennis: acción divertida, muy rápida de leer. Y el arte, sin duda, tiene algunas ilustraciones dignas de póster, tiene ese aire grunge de los
90.
¿De qué va? Una gran idea para una historia. El Diablo engaña al jinete fantasma, también conocido como Johnny Blaze, haciéndole creer que está atrapado en el Infierno, ¡pero Johnny escapa! Sin embargo, el Diablo escapa con él y al entrar en el reino de los vivos, se desintegra en 666 pedazos que caen sobre el planeta Tierra. Bien. Pues en cada uno de estos 666 pedazos habita un cadáver como si fuera un recipiente y comienza a causar estragos matando a tanta gente como puede, ¡y a menudo atrayendo a Johnny a una trampa! Pero de lo que Johnny se da cuenta rápidamente es de que cada vez que mata a una de esas versiones pequeñas de Satanás, todas las demás se vuelven más fuertes y Johnny cae en sus trampas constantemente. Esto se debe a que (y el Diablo no para de repetirle esto) ¡es un estúpido! Se lo dice constantemente y le dice qué hacer, porque lo controla, como Bruce Banner y Hulk… pero el Motorista Fantasma hace sugerencias más prácticas…, o eso cree.
Para empezar, si nunca has leído al Motorista Fantasma original, esta no es una historia bonita para ti. Trata sobre el amor, la pérdida y la venta de un alma al Diablo. El intento original de Johnny por salvar a una figura paterna y sus consecuencias se capturan en este volumen en flashback, mostrando lo horrible que se ha vuelto la vida (y la muerte) de Johnny. Yo no empezaría por aquí. O sí, no sé. Para gustos los colores…, del Infierno.