Reseña: Ruido Fractal, de Christopher Paolini

Hay varias formas de enfrentarse al don. Se puede nacer con él y desarrollarlo. Esplender con él de forma natural y mostrarlo por doquiera que vayas. Querer entrenar la creatividad porque amas escribir historias y nunca poder desarrollarlo. Y muchas otras formas más. Pero surge un terrible problema. Que puede que llegues al límite de la frustración antes que otros, que nada salga, intentar pero no llegar. Ver que nunca te llega una gran oportunidad, por ejemplo, aún sabiendo que vales y no solo porque lo piensas tú. O directamente darte cuenta que no vales por mucho que lo intentes. Ahora adivinad donde se puede ubicar al colega Christopher Paolini. Pues sí, un niño que nace con el don y que la vida pronto le da la oportunidad de estar en el candelero editorial tras demostrar su valía con la novela Eragon. Una novela de Fantasía que fue el primer libro de una saga escrita por un chaval de tan solo quince años, en 1998, cuando empezó a demostrar sus dotes, cosa que sus padres se dieron cuenta pronto. Eragon fue un éxito de publicación, llegando a ser best-seller en el New York Times.

A lo que voy es que sabiendo que tiene el don, ¿por qué no iba a querer ver cómo se le da la Ciencia Ficción? Y más aún viendo la novedad que acaba de traer Umbriel a nuestro país. Se llama Ruido Fractal y propone ya en portada algo así como que la humanidad no está sola en el Universo. En 2234, la tripulación de la Adamura acaba de descubrir una anomalía en un planeta aparentemente deshabitado. Existe un agujero circular, de cincuenta kilómetros de diámetro, cuya curvatura no parece natural, sino creada de forma artificial…

Sinceramente, no sé qué esperaba de esta historia (lo que, para ser claros, no es algo malo). Pero sí hay algo que encontré y creo que es el poder real de la escritura del señor Paolini. Al igual que me pasó con Eragon, veo que sabe escribir historias en las que cuando terminas, cavilas, y dices: aquí lo que mola es el viaje. Sabe llevar a un personaje del punto A al punto B y mola mucho todo lo que sucede en ese tramo, ya sea a lomos de un dragón, a través del cosmos o caminando en un nuevo planeta. Lo que digo es que cuesta un poco entrar en sus historias pero con un par de capítulos ya casi que no puedes dejarlo. El primer tercio de Ruido Fractal me pareció bastante lento pero «al cruzar el puente» el libro te lanza a lo más profundo de la carga emocional para forzar una conexión y empezar a construir los temas principales de la historia. La segunda mitad ya estuve completamente interesado e involucrado y me parecieron pocas las siguiente 256 páginas. Las leí en dos sentadas.

Por encima, este es un libro sobre la tripulación de una nave que encuentra una anomalía en un planeta extraño y envía un equipo para investigar, pero en el fondo es una exploración de la búsqueda de significado en ese vasto universo que tenemos sobre nosotros. Hay algunas cosas que creo que Fractal Noise explora muy bien. Tiene algo que decir sobre la arrogancia de la humanidad en la exploración; la búsqueda de «algo más» y la necesidad de hacer descubrimientos más grandes que uno mismo. La necesidad de una educación en humanidades en un mundo (y un universo en expansión) cada vez más convencido de que la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas son el culmen de la inteligencia. Todo esto cuando lo digerí, me gustó.

No me iré sin contar que este libro ha sido bombardeado a criticas en internet porque tiene una portada realizada con IA. No sé si eso es motivo para valorar mal una historia… No, no, esperad, qué demonios. ¡¿Qué demonios tiene ver una cosa con la otra?!

Ruido Fractal es totalmente recomendable a poco que te guste la más clásica Ciencia Ficción.

J. J. Castillo nació una fría mañana de invierno en la que el murmullo del viento hizo temer al más valeroso. Enamorado de esa sensación, dedica su tiempo a escribir y leer historias que increpen el alma. En el ámbito de las letras ha ganado premios y ha colaborado con cantidad de editoriales especializadas en los tres grandes géneros.