Reseña: Don Quijote de la Mancha, de Paul y Gaëtan Brizzi y Cervantes
Paul y Gaëtan Brizzi retoman el lápiz y, tras el Infierno de Dante, abordan otro gran clásico de la literatura. Nada más y nada menos que Don Quijote de la Mancha. Ya sabéis, Alonso Quijano, ese hidalgo pobretón que tras leer sobradas novelas de caballerías, decide abrazar la profesión de desagraviado y proteger a la viuda, al huérfano y al necesitado, viajando por el mundo y teniendo cientos de aventuras. Y es que, friends, Paul y Gaétan Brizzi, a través de su dibujo virtuoso han conseguido una obra que extrae, en mi opinión, la quintaesencia de la obra magistral de Cervantes. Una cosa difícil o que creíamos casi imposible para los que amamos la obra del manco de Lepanto pero es que cierro este genial tomo que ha publicado Norma Editorial en nuestro país, con la deliciosa sensación de haber tocado la culminación de esta forma de arte que tanto apreciamos los que amamos el cómic europeo. Y digo más. La tira cómica alcanza aquí su máximo esplendor, pues la aportación del dibujo es decisiva para enriquecer las tramas. La potencia de la imagen y el planteamiento teatral de la obra nos dejan entrever la obsesión de creadores como Terry Gilliam o Jacques Brel por este tema universal y filosófico. Coloco este libro muy alto en el firmamento del Noveno Arte.
Se hace llamar ahora Don Quijote y se embarca en aventura de aventuras con su escudero el gran Sancho Panza, uno de los personajes con más “aguante” que ha dado el mundo literario, si no el que más. Se encuentran con los famosos gigantes que tal vez (sólo tal vez) sean molinos de viento. Y ejércitos en batalla, o rebaños de ovejas… Algunos intentarán ayudarlo, otros se burlarán de él, pero Don Quijote finalmente encontrará la razón, rodeado de sus amigos, gente a la que le da pena o que se sienten como él porque saben que a todos “eso” alguna vez nos llegará.
Los hermanos Paul y Gaëtan Brizzi adaptan al cómic el clásico literario de Miguel de Cervantes en una versión inolvidable, espectacular, como jamás se había visto antes en viñetas y que guardo junto a la maravillosa adaptación que hizo el gran Will Eisner (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-americano/el-quijote-de-will-eisner). Y estoy de acuerdo con lo que se ha dicho. El Quijote es con los años cada vez un libro más difícil de leer para las nuevas generaciones. Esas que cada vez leen menos por los diferente medios de entretenimiento y que tienen aquí el libro más importante y famoso del reino español pero que es difícil de encajar. Pero alego que los hermanos Brizzi lo hacen accesible de una forma maravillosa pues, sin simplificarlo excesivamente, podan ciertas aventuras del libro que para algunos solo es paja y la visión final, lo que queda, es fiel al espíritu de Cervantes.
Una adaptación generosa, llena de diálogos sabrosos, una disposición que nos obliga a pasar página tras página sin parar y ¡¡¡dibujos!!! que son lienzos. Las ilustraciones de estos hermanos son magníficas, alternando de forma ligeramente original un elegante boceto en blanco y negro para los pasajes veraces, y este mismo boceto iluminado con colores tiernos y cálidos para los pasajes oníricos. Y es que Don Quijote ve en cada posada un castillo encantado, confunde a las campesinas con bellas princesas y a los molinos de viento con gigantes enviados por malvados magos. Hace de una campesina de su país, Dulcinea del Toboso, la dama de sus pensamientos a quien jura amor y fidelidad. Tenemos aquí una representación de la vida misma porque en un mundo loco, sólo los locos están cuerdos.