Reseña: La Esperanza Pese a Todo. Cuarta Parte, de Émile Bravo

Se quejan de Émile Bravo que tiene su propia manera de construir sus intrigas: es excesivamente condensada, como si siguiera los códigos de las tiras cómicas de antaño. Para mí, en La esperanza pese a todo, tenemos una trama en cuatro álbumes que se lee de un tirón. Un cómic que con sus gráficos, bastante rígidos, actúan como un espejo para encerrar una impresión de pesadez que agobia como la misma historia que cuenta. Una crítica que también encajaría perfectamente, por ejemplo, con Blake y Mortimer, de Edgar P. Jacobs; leer sus cómics se vuelve un poco tedioso pero tienen ese «algo» que atrapa. Porque en La esperanza pese a todo, Bravo sitúa a los personajes de Spirou y Fantasio en la Bélgica ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. La temática es extensa, el tratamiento al unísono, ¡es tan ambicioso como cautivador! Venimos de lo sucedido en el anterior álbum (https://www.cronicasliterarias.es/?p=1422) donde tras conocer a la Bélgica de 1940, cuando este pequeño país está a punto de ser invadido por el ejército alemán y nuestro valiente Spirou actúa como botones en el Hotel Moustic, Fantasio se dedica en cuerpo y alma al ejército belga…

En el segundo volumen entrábamos de lleno en la guerra, en la privación, la humillación, donde a pesar de sus condiciones de héroes, Spirou y Fantasio no escapaban a las consecuencias de la ocupación alemana y desempleados, debían encontrar trabajo para no dar de bruces en la calle. Así que echándole imaginación, montan un pequeño espectáculo de marionetas para distraer a los niños. Y afortunadamente, un «patrón», les da la oportunidad de ofrecer sus servicios en las escuelas públicas de toda Bélgica. Y con ello, todo cambia. En la tercera parte, mientras Fantasio hace todo lo posible por encontrarle sentido a su vida, a este destino aciago que en la vieja Europa se puede vivir (y conquistar a la mujer de su vida), Spirou intenta hacer lo correcto a riesgo de verse llevado a actos heroicos que le pueden llevar a una muerte directa.

Ahora, en este remate final, en un álbum mucho más corto en comparación a los demás; pocas cosas se desarrollan más. Pocas novedades. Simplemente concluimos a lo que había pasado antes. Esto no es nada malo pero que duda cabe que estamos hablando de una miniserie que debió ser distribuida como una obra integral porque me da que es como así como está escrita y como se disfrutaría de todas-todas. La esperanza pese a todo es un título en el que se “disfruta”, el viaje.

Es una obra importante que combina acción, humor, romance, verdades históricas, comentarios políticos y reflexiones filosóficas, y todo ello al servicio de un cómic dirigido, en mi opinión, a jóvenes. Todo padre, todo bibliotecario, todo librero, maestro o maestra… debería recomendar o promover esta lectura entre los adolescentes a los que puede llegar.

Estoy con todo aquel que dice que aunque salga este volumen económicamente más caro trayendo menos páginas, por lo menos lo tenemos aquí. Nos ha llegado todo. Porque esta miniserie había que terminarla y tenerla. Hablamos de una historia, de un cómic, que se queda grabado para toda la vida.