Anthony Pastor firma aquí un western bastante clásico pero endiabladamente apasionante. La mujer de la estrella nos lleva a un lugar, a un largo viaje, nos ofrece una especie de círculo cerrado, de hecho, los dos personajes principales son dos fugitivos que por una combinación de circunstancias, se encontrarán en el mismo pueblo abandonado y aislado del mundo y a la espera de dos sheriffs que seguro que aparecerán en un momento u otro (mantienen al lector en vilo con ello), estos dos personajes tendrán que conocerse.
Realmente me gustó esta construcción. El guion… me parece una de las últimas maravillas leídas en formato cómic europeo. Una de esas joyitas, de las últimas que están pasando casi desapercibidas entre tanta novedad de cómic en nuestro país, de las que no esperas. Un cómic que trajo Yermo Ediciones, que siempre en un referente en nuestro país si amas todo o casi todo lo que se hace en la BD. Por lo que tenemos un buen álbum para degustar en estos momentos de playeo, piscineo o en tu sofá al fresquito del aire acondicionado. Un buen pikislabis. Agradable de leer y relativamente rápido todo lo que sucede.
De los cómics que te recuerdan porqué amas el western en formato viñeta. Por que La mujer de la estrella, sin renovar todo el género, resulta ser un western apasionante y bastante chulo. Una especie de ambiente a puertas cerradas, donde asistimos, en el fondo de un profundo valle, en medio de las ruinas cercanas a una antigua mina abandonada, a la resistencia de dos jóvenes, una mujer y un hombre, que se encuentran aquí por casualidad. Y poco a poco nos enteramos que han matado y que, por tanto, los persiguen por ello. Los motivos de su “asesinato” se van aclarando poco a poco. Esto le da profundidad a sus personajes, ya que aparecen los brazos armados de la justicia, los sheriffs y sus secuaces… La noción del bien y del mal no está muy clara, pero la lucha por la vida de este pueblo asediado da ritmo a la trama. Y rápidamente adoptamos su causa, mientras los representantes de la ley –en particular su líder (que parece habitado por una iluminación cristiana)– se hunden en la locura.
En cuanto al dibujo, el estilo bastante crudo de Pastor encaja perfectamente con la historia propuesta. La limitada elección de colores aporta estilo al conjunto. Las grandes viñetas dan aire a la narración. El corte es clásico y eficaz. El dibujo de Pastor, que trabajó en acuarela, es precioso y original para este western. Así que no me quedan más halagos. Un cómic que se disfruta mucho, donde no hay grandes sorpresas pero está muy bien hecho. Una película palomitera, que dicen por ahí.