Este cómic es uno de los grandes favoritos a mejor cómic del año. Una de las grandes publicaciones en nuestro país en lo que llevamos de 2024. Dos grandes autores españoles creando muy buen cómic europeo como son Sergio García Sánchez y el maestro del género negro como es Antonio Altarriba; para lo que diré que la portada resume bien el contenido de este álbum: cielo estrellado en la cabeza de Nivek el cual es incapaz de llegar a una estrella inaccesible. Un cómic donde Altarriba, después de mucha investigación y documentación, ofrece una ficción contundente, realista e intransigente sobre el porqué de esta crisis migratoria que vivimos al tiempo que lanza cierta indagación sobre como gestiona el tema la política europea.
Un cómic donde conocemos a Nivek, un adolescente de doce años que trabaja en una mina ilegal de coltán, en Kivu del Sur (República Democrática del Congo), un mineral que se utiliza en la fabricación de nuestros teléfonos móviles y que despierta el deseo y las ansias de poder de los integrantes, mafiosos y guerrilleros del país así como de las potencias europeas. ¿Qué ocurre? Pues que las milicias armadas están librando una guerra para apropiarse de las minas y a Nivek no le queda otra que unirse a uno de estos grupos paramilitares donde se convertirá en un Kadogo, uno de los niños soldados famosos del Congo.
Es a partir de este momento que se produce una cierta deshumanización, hay que decir que el rito de paso para convertirse en Kadogo es sumamente abominable…..vives o mueres. Se convertirá en un guerrero sediento de sangre; milicias despiadadas, matan y violan por placer, el afán de obtener ganancias. «En el Congo, para ser alguien hay que tener un arma… cuanto más matas, más te respeta la gente». Pero Nivek sueña con Europa, con otra vida, ya no quiere ser un peón intercambiable y junto a su amigo Joseph emprenderá un largo viaje que le llevará hasta el mercado de esclavos de Misrata en Libia, a orillas del Mediterráneo. a una travesía que mermará sus sueños.
Una historia que te permite descubrir los fabulosos paisajes de África, pero también la riqueza de sus habitantes, porque no todo es oscuridad. Una narración magistral en seis capítulos que compartimenta las diferentes etapas de un largo viaje iniciático. Una historia que huele a realidad, no moralizante, dura, conmovedora y que plantea muchas preguntas. Una sola pequeña palabra en la última página me puso el vello de punta.
Un cómic donde descubro el dibujo de Sergio García Sánchez, un estilo que no me recuerda a ningún otro, personajes a modo de caricatura, con rostros expresivos y cuerpos de elastómero con esos brazos y piernas de longitud desproporcionada. Un diseño inventivo e inmersivo donde los colores de Lola Moral son magníficos. Pero, en definitiva, un cómic que no está al alcance de todos, que no todo el mundo “disfrutará” porque algunos pasajes son muy duros a pesar del dibujo que suaviza el horror.
Recomiendo encarecidamente leer esta historia sin concesiones porque Antonio Altarriba es, sin duda, una de nuestros maestros del noveno arte. Lleva treinta años haciéndonos disfrutar con sus títulos, y que por todos los dioses nos esperen como mínimo treinta años más. Obras que terminan por ser publicadas en multitud de países cosechando algunas de las máximas distinciones. Recomendable es poco decir.