Soy de los que intenta leer todo de Mike Mignola, haga lo que haga. El Mignolaverso me tiene engatusado. Pero también soy de los que se inició en la obra de este autor con Hellboy y por tanto voy a leer, reseñar y recomendar siempre-siempre las aventuras del Chico Infierno. En todas sus épocas. Por lo que mi reseña de este personaje serán normalmente poco objetivas. Aun así, si estás por aquí leyendo esto, diría que eres un poco-mucho como yo. Y quieres saber si estas obritas que está publicando Norma Editorial con el pequeño Hellboy como protagonista son dignas de ser llevadas a casa. Pues la respuesta es SÍ. Diferentes y con tramas originales, más datos sobre el personaje, su pasado y quiénes le rodearon (o no) alguna vez. Pero lo más importante, seres con los que se enfrentó ya de chaval.
Os aconsejaría uniros al creador Mike Mignola, y al coguionista Thomas Sniegoski, con el artista Craig Rousseau y el colorista Chris O’Halloran en el que es el segundo volumen de la serie Young Hellboy. Este tomito que recoge los cuatro numeritos del arco Asalto al castillo de la muerte.
Tras La tierra oculta (https://www.cronicasliterarias.es/?p=8965), estamos ante una continuación lógica de las aventuras de Little Hellboy que, por cierto, recuerda mucho a Joe el Bárbaro, de Grant Morrison. Creo que es la primera vez que una obra de Mignola me recuerda tanto a otro cómic y quizás es porque no sea totalmente suyo el guion. Un niño con diabetes lucha por su vida entre dolorosas alucinaciones, y aquí también un niño con fiebre huye de un terrible ser asesino. A lo que sigue cantidad de escenas de persecución citando una profecía que por lo menos lleva a un final más que interesante con una guinda para el pastel como es el magnífico Bogavante Johnson.
¡Siente la garra!
El joven Hellboy funciona mucho mejor para mí cuando resaltan el humor en las situaciones en las que se mete. Quiero decir, cuando actúa como un niño, pero sigue siendo una versión más pequeña del Hellboy adulto en muchos sentidos físicamente. Entonces, cuando tiene fiebre, comienza a soñar que está en una misión con Lobster Johnson para impedir que los científicos nazis usen un arma y un misil de cierto nigromante con la idea de matar gente. El febril Hellboy no se da cuenta de que alguien más lo está acechando y planea matarlo… Eso es lo que vais a encontrar aquí. Momentos divertidos que si amas al personaje, te gustarán. Suma a Bogavante y cómo respondería un niño como el Chico Infierno a sueños febriles.
Como dijo alguien, los nazis son como el bacon: en toda historia gusta tenerlos como malos-malutos. A eso suma que amo toda ridícula maravilla pulposa.