Indochina nos invita a seguir las aventuras del piloto Armand Baverel. Si el personaje realmente existió, no esperes descubrir una biografía fiel ni mucho menos en este volumen de cómic europeo que recién editó Norma Editorial en nuestro país. En primer lugar porque si realmente fue piloto, fue mucho más tarde, y no en la Fuerza Aérea de Estados Unidos como aquí al principio del volumen se cuenta. Pero no adelantemos acontecimientos. Todo comienza en Año Nuevo, el 1 de enero de 1945, en Alsacia, la base aérea donde Armand Baverel es una de las personas atacadas al amanecer por aviones alemanes. Y es que Armand apenas tiene tiempo de subirse al suyo antes de que el resto del escuadrón y un porcentaje alto de personas, queden reducidos a cenizas. En sus prisas no se lanza en paracaídas y acaba estrellándose. Y después de unos meses en el hospital por múltiples fracturas en todas partes, nuestro hombre debe someterse a un consejo de guerra. Pero la Fuerza Aérea le salva el día ofreciéndole un compromiso en Indochina. Se acabaron los brillantes aviones americanos, tendrá que volver a aprender a volar en viejos cucos mientras descubre la atracción y los peligros de este turbulento lugar que no cuenta con los mejores elementos de defensa del momento.
Una historia que complacerá de todas-todas a los amantes de las aventuras aéreas. Armand Baverel es un espíritu libre que parece haber encontrado su lugar en Indochina, donde no todo parece tan «cuadrado» como en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos o en Francia. No es un cómic europeo que sinceramente rebose originalidad, pero me dejé arrullar por las aventuras que marcan el viaje de este aviador aventurero y disfruté la lectura bastante. Porque he aquí un volumen que recoge los tres álbumes que originalmente tuvo esta miniserie. En la línea del primer álbum, en el segundo, Armand Baverel evoluciona contra todo pronóstico en el atolladero que es Indochina. Siempre dispuesto a misiones y arrebatos no oficiales, tiene las cualidades y la suerte de los héroes invencibles; no está cerca ni un ápice de un accidente aéreo y las escenas de combate, ya sean aéreas o terrestres, siempre están bien representadas y son dinámicas. Me di cuenta que este era el punto fuerte de esta serie. Y aunque no soy muy de promocionar la falta de credibilidad de estas misiones de las que Armand siempre sale casi ileso, tenemos un segundo álbum en la línea del primero, entretenido para los amantes del género si no eres quisquilloso con lo razonable y lo lógico.
El álbum que cierra el volumen se centra en el tema helicópteros. Armand volverá a destacar su inventiva para transformar los helicópteros de transporte de tropas en formidables helicópteros de combate. Si los gatos tienen siete vidas, ya no contamos las de Armand, que siempre tiene la habilidad de regresar de las misiones de una sola pieza.
El guionista Jean-Pierre Pécau (Dream Team, La sombra roja) y el dibujante Maza unen sus fuerzas en una emocionante aventura aérea que recrea a vista de pájaro los años de la intervención militar francesa en Indochina. En cuanto al dibujo, Maza hace el trabajo, aunque no soy muy fan de su estilo porque al dibujar caras, a veces, es difícil reconocer a primera vista quién es quién; por otro lado, aprecié sus batallas aéreas que son muy dinámicas, lo que a menudo es difícil de plasmar en el tema ilustración. Y los colores de Jean-Paul Fernandez son magníficos.
Muy disfrutable cómic de tema bélico.