Reseña: La Vieja Guardia. Abriendo Fuego, de Rucka, Fernández y VVAA

Norma Editorial suele hacer algo tremendamente bien para cerrar el año: títulos a mansalva, a cuál mas interesante, obras, series…, tremendas algunos que muchos esperábamos con ansia ver publicadas aquí. Para colmo nos anuncian que para Diciembre sale la esperaba nueva obra de mi amado Juanjo Guarnido, autor de la maravillosa Blacksad, del cual cuentan que ha estados seis largos años dedicado a su inminente El Buscón de las Indias.

Ganazas.

Lo que os decía. Poned el ojo cada mes en Norma si queréis encontrar magnificentes títulos como este primer volumen de La Vieja Guardia que hoy os traigo. Escrita por el siempre interesante y ganador del Eisner, Greg Rucka, La Vieja Guardia: Abriendo Fuego es el primer tomo en TPB que engloba los números del #1 al #5 de la serie. Donde nos toparemos en primer lugar con Andy, miembro y líder más antiguo de un pequeño equipo de mercenarios con un secreto. Son inmortales. Han pasado por todo, y ahora, después de intentar salvar a un grupo de colegialas secuestradas, su secreto ha visto la luz. Así que necesitan que dicha información vuelva a estar bajo su control. Sin embargo, ha surgido un nuevo dilema: tienen que salvar antes a una nueva inmortal. Una joven marine en Afganistán que acaba de «morir» por primera vez…

¿Hoy en día qué lo peta? La originalidad por encima de todo, ¿no? No queremos más de lo mismo, no queremos volver a transitar por las mismas tramas y sí queremos que un guión (esté bien llevado o no), junto a sus ilustraciones, sean atractivos. Y después mantenga su originalidad. La Vieja Guardia tiene ese toque de gracia que muchos pedimos. Hay un poco de romance, una buena dosis de cinismo y muchas balas. ¿Es todo esto un intento de relanzar la franquicia de Los Inmortales sin la idiotez y todo lo que englobaba al efecto Quickening?

Por el momento, sí.

Creo que puedo afirmar orgulloso que he leído todo-todito-todo de Greg Rucka (Queen & Country, Gotham Central, Lazarus…) de los últimos años. Es uno de mis guionistas favoritos porque ofrece en su obra, sobre todo, ritmo. Ritmo, y ese Suspense tan importante y característico del que hablara muy bien en su día Patricia Highsmith. En cada libro, en cada página, un enigma que te mantenga en vilo. Que provoque que sigas queriendo pasar a lo siguiente.

A los lápices encontramos a Leandro Fernández (The Discipline, Deadpool, Pushisher: MAX), que me recuerda bastante a Eduardo Risso en 100 Balas. Poderoso, emocional, con cantidad de espacios negros pero bien utilizados para resaltar presencias. Realmente violento cuando es necesario. Pues nada, un cuento de hadas con sangre y balas, me dijeron. La historia de dos mujeres y tres hombres que no podían morir. O casi. Sus nombres son Andy, Nicky, Joe, Booker y Nile. Soldados en una guerra que nunca acaba. Visitadores de lugares donde el horror tiene letreros por todas partes… Interesante serie, como pocas. Veremos como sigue la historia que ha inspirado la nueva película de Charlize Theron.