Lo ha vuelto a hacer. Impedimenta ha vuelto a traer una antología joyita, gótica, de terror o suspense pero lo más importante: una antología. Un plato bien decorado que tiene todos los grandes ingredientes para saciar a cantidad de seguidores y que otras editoriales no se atreven a publicar. Viva el cuento corto y bien escrito. Joyitas y caramelos por las que empezaron grandes autores, pastelitos muy degustables que han hecho muy bien en la literatura de antaño y que nunca entenderé como por estos lares no se les brinda tanta devoción como, por ejemplo, en los países anglosajones o mi querida USA. Donde un escritor (supuestamente) puede vivir de escribir relatos cortos y se les apoya en eso con dinero, no solo por su amor al arte. Si yo te brindo un servicio, tú compensas mi trabajo. ¿No es eso apoyar a un artista que te está aportando diversión? En fin…
Solsticio Siniestro es una antología de relatos que cuenta con grandes nombres de la literatura, pero rescata también a maestros del género menos reconocidos. Y es en estos temas donde estas colecciones suelen brillar. Porque no todo el mundo escribió miles de relatos buenos siempre. Lo que suele ocurrir es que un autor escribió un relato apoteósico una vez y alcanzó sus más altas cotas literarias. Y quizás nunca más volvió a tocar el cielo. Pero lo bueno para nosotros, lo bueno para los que solo se dedican a leer, es que si accedes a ellos, solo tendrás caviar para degustar. Lo mejor de lo mejor. Por eso Solsticio Siniestro: Cuentos para las noches más largas es plato de alta gama. Una oda a lo escalofriante y a lo extraño como bien dice Editorial Impedimenta que este mes ha colocado este tesoro en librerías. Una antología de historias de terror con el invierno/navidad como tema común. Sonaba interesante cuando la conocí por primera vez, sonará bien ahora para algunos de vosotros y ya os adelanto que el porcentaje de recomendabilidad es muy alto. ¿Lo más importante? Que sumará muy mucho el leerlo en esta época en la que nos encontramos.
El volumen ya empieza con uno de los relatos más potentes del libro. El manzano, de la gran Daphne Du Maurier (autora de maravillas como Rebeca o Los Pájaros, que Hitchcock llevó al cine). Presenta una historia excelente que aunque no da miedo sí que deja una inquietud extraña. Recomendable leer en exteriores. La habitación azul, de Lettice Galbraith, es una trama que empieza muy bien pero que tiene un giro final un poco raruno. Una de las pocas historias extrañas que trae la antología. En los hielos boreales, de Elia Wilkinson Peattie, es MI TIPO de historia de fantasmas. Pero nunca pensé que encontraría “dulce” una ghost story… jaja. El gato negro, de W J Wintle, es sencillamente un relato tierno, bonito, no lo que esperaba. La mujer de Ganthony, de E. Temple Thurston, cuenta algo muy típico pero cuya esencia de lo que se cuenta puede cambiar la vida de alguno de ustedes. Ojo cuidado. El hombre que volvió, de Margery Lawrence, es de esas geniales historias cuyo título ya es un spoiler. Tiene una tensión atmosférica de alto nivel, en la misma línea de la maravillosa La pata de mono, de Jacobs. Y ya está. ¿Qué? Que sí, que ya está. Pero no porque no haya más sino porque no desvelaré más. Son doce relatos en los que perderse y descubrir algo nuevo ya que muchos de ellos juraría que no se pueden conseguir a día de hoy en nuestro idioma.
En el lado positivo, las historias no son contemporáneas. Todas se publicaron entre 1893 y 1974 y se presentan en un volumen de tapa dura muy cuidado que es bonito de lejos. Y me da que tiene una muy reciente traducción. Los autores son una mezcla de lo popular y lo desconocido, obviamente, para el que está puesto en literatura de terror o de género fantástico clásico. Obtenemos en Solsticio Siniestro una amplia gama de cuentos espeluznantes. Me encantó cómo cada historia comenzaba con una breve introducción sobre el autor y la historia. Esto me maravilla en las antologías. Y otra cosa que me flipa son las antologías donde los autores explican como se les ocurrió la idea. Pero esto pocos autores lo hacen y en este caso sería algo imposible de conseguir.
¿El lado negativo? La mayoría de las historias no dan miedo-miedo del que este que os escribe disfruta como mono con cacahuetes. Son terror insinuado (que para cierta gente es terror puro, sobre todo, cuando están a solas), las tramas son más del estilo atmosférico: te meto en situación y ahora a ver si pasa algo. o quizás nunca pase nada. Pero el mal rato te lo llevas. Suspense en todas sus facetas con el frío invernal de fondo que pone más. Me encanta cuando los personajes se sientan alrededor de un fuego crepitante y comparten historias que mantienen a los oyentes sentados al borde de sus asientos. No obstante, también os digo que a mí, solo por relato de El manzano, ya me merecía la pena comprar este libro. ¿Quién diría que una historia sobre un árbol pudiera ser tan siniestra?
Y esto no es una inocentada.