Para ideas locas, los japoneses, lo he dicho mil veces, y en el término “locas” podéis meter originales o archi-mega-originales. Quiero decir, tienen ese don de innovar y si no, de exponer tramas que son interesantes o atractivas a poco que leas las sinopsis. Y en este caso en particular: ¿Acaso no fue también una idea loca y original, Pulgarcito, cuando se la mostró al mundo Charles Perrault? ¿Qué harías si tu novia se redujera de la noche a la mañana al tamaño de una muñeca? ¿Qué demonios vas a hacer, no? No, no, esperad… ¿qué demonios vas a hacer? Esta idea se acaba de agarrar a tu garganta como un anzuelo. La sinopsis editorial la describe como un cuento moderno que mezcla lo absurdo y la realidad, y tiene como trasfondo las dificultades del paso a la vida adulta. Totalmente de acuerdo. No se puede describir mejor La novia de Minami-kun, el último manga publicado por Ponent Mon en nuestro país.
Tenía presente que este manga podía leerlo y después amarlo u odiarlo. Las opciones al cincuenta por ciento. Sabía que si amaba u odiaba esto se reduciría al tono llevado por la autora. Pero al final me sorprendió y gustó por dos cosas, principalmente. La trama no se alarga y por tanto las escenas rocambolescas no saturan, y el concepto del absurdo se trata de forma realista. Aunque aviso que cuando empieza a molar, tiene un final repentino. La franqueza emocional de la historia de Shungico Ushida impresiona. La dinámica entre los dos protagonistas está hecha de emociones simples y ásperas. La historia va muy en el sentido en el que se mueve el dibujo simple y tosco de Uchida. Un trabajo de línea «áspero» o clásico en comparación a los estándares de manga alternativos que uno suele leer actualmente. Chiyomi y Minami tienen dieciséis años. Novia y novio. Han experimentado ya incluso el sexo. Sólo que, justo antes del comienzo de la historia libro, y por razones nunca explicadas, la chica se ha reducido a unos cuatro o cinco centímetros de altura. Justo cuando empieza a sentirse mujer…, se vuelve tan pequeña e indefensa como una muñeca. Y se niega a ir al médico o a ver a algún especialista científico. Aún más, se niega a volver con sus padres (quizás un significado profundo aquí, ya que se sabe que la autora solía ser violada por su padrastro a los catorce años, con el consentimiento de su propia madre, nada menos…). Entonces, su novio Minami decide esconder a su mini-chica en su habitación y de ahora en adelante, cuidarla.
Si estamos ante un relato o cuento caprichoso, insisto en que la ejecución es bastante realista. Con secuencias de episodios cortos, Uchida explora las consecuencias de tener unos pocos centímetros de altura. En general, una vida triste y aburrida y la completa dependencia de otra persona. Obviamente, Chiyomi necesita a Minami para todo. Desde vestirse hasta bañarse, incluso necesita ayuda para beber un vaso de agua. El amor entre los dos parece sincero y ofrece momentos dulces a lo largo del volumen, sin embargo, la condición de Chiyomi claramente los afecta negativamente. Y eso que tenemos una historia abiertamente sexual, sin llegar a ser pornográfica, dos adolescentes preocupados por no poder volver a tener relaciones sexuales. Hablan de ello de una manera sorprendentemente saludable (recordemos que estamos ante un manga de los años 80). Sin embargo, se representa a los dos teniendo algún tipo de interacción erótica o intentándolo. Y como historia ochentera, está el abrupto y trágico final.
Un manga que fue serializado en Garo, la icónica revista de manga alternativa, entre 1986 y 1987. Cuando vio la luz por primera vez, se convirtió en una especie de fábula japonesa moderna, con múltiples adaptaciones televisivas de acción real. La propia Uchida se convirtió en un icono de la cultura japonesa de entonces. No sólo como dibujante que rompía tabúes, también como novelista, ensayista, guionista, actriz, cantante y bailarina. Este es su único manga traducido en occidente hasta el momento. Mis aplausos a Ponent Mon por traerlo a librerías.