Joseph Fouché (1759-1820) fue un político francés que ejerció su poder durante la Revolución Francesa, el Imperio Napoleónico y la Restauración Borbónica en Francia. Un personaje poderoso y de gran influencia en el país galo durante la tormentosa era política que vivió, siendo el fundador del espionaje moderno y el responsable de la consolidación del Ministerio de Policía francés, posteriormente denominado Ministerio de Interior, una de las instituciones más avanzadas de la nación. Fue, junto con Charles Maurice de Talleyrand, la figura política más influyente de su época. Esto es la parte bonita. Pero para que me entendáis, cuando lees sobre él, es la mejor definición de “chaquetero político” que a lo largo de la historia europea uno/a puede encontrar. Siempre astuto, era un conspirador sin miramientos y como bien dice la sinopsis de Norma Editorial, según soplase el viento, se inclinaba por la República, por el Terror, por Napoleón o por Luis XVIII. Lo que se terciara para salvar el pellejo de hurón que tenía. Un chaquetero en toda regla, lo que sería el prototipo básico de lo que es un político, en general, a día de hoy en el mundo. Dinero, poder por encima del honor, sobrevivir a las convulsas noticias que lleguen, y acuñarse cerca siempre del lado del poderoso. Y no pedir disculpas. Nunca.
El gran escritor, dramaturgo, periodista y biógrafo austríaco Stefan Zweig escribió la biografía de este “lindo” personaje. Amigo de Sigmund Freud, Zweig formó parte de la intelectualidad judía vienesa, antes de abandonar su país natal en 1934 debido al ascenso del nazismo. Refugiado en Londres, continuó su labor como biógrafo (Joseph Fouché, María Antonieta, María Estuardo) y, sobre todo, como autor de novelas y cuentos que conservan su atractivo casi un siglo después. Zweig narra la “edad de oro” de Europa y analiza en profundidad lo que considera el fracaso de una civilización. Es uno de los escritores ideales a seguir si quieres aprender Historia mientras lees. Y nuestro compatriota KIM (El arte de volar) debe pensar lo mismo pues se fijó en la biografía que Zweig hizo de Fouché para lanzar y diseñar este álbum denominado El genio tenebroso, donde recrea en viñetas la ascensión y caída de un auténtico animal político.
Veredicto de uno de los hombres más poderosos de su tiempo… en la sombra.
La llegada al París de los años pos-revolucionarios y su enfrentamiento con Robespierre, un período frágil para los trabajadores administrativos (bueno, sus cuellos, Stalin no inventó nada). El ascenso como ministro de la policía (y en paralelo el de Bonaparte) y la creación del Servicio de Inteligencia en aquellos años (Hoover no inventó nada). Pero también vivió el fin del Primer Imperio, siendo Fouché sólo un engranaje entre muchos otros, el antepasado de nuestros políticos actuales. Insisto en este tema y esto no solo lo afirmo yo.
Un álbum muy equilibrado en tamaño y forma para contarnos la rica vida de este personaje. Con KIM haciendo lo que mejor sabe hacer. Un buen trabajo, limpio y legible, nada trascendental, pero con mucho gusto por leer cada página por la cantidad de datos que aporta. Todo para retrotraernos a la época de Napoleón Bonaparte, sobre todo, un período que parece dominar bien, y que seguramente se volverá poner de moda cuando se estrene el film que protagoniza el oscarizado Joaquín Phoenix.
Una buena lectura, sólida, para quien quiera descubrir a Fouché, un personaje que en nuestro país apenas tuvo repercusión pero un secundario de lujo para un trama de conspiraciones a lo grande.