El que lleva tiempo buscando algo original dentro de DC puede llevar sus manos a Tres Jokers, una trama escrita por el gran Geoff Johns y dibujada por Jason Fabok, uno de los títulos más aplaudidos de la línea Black Label y que, sin duda, merecía un puesto dentro las magníficas Ediciones Deluxe que ECC Ediciones está publicando.
Más de cuatro años después de que DC anunciara Batman: Three Jokers, su primera entrega llegó a tiendas. Fue un título muy esperado. Una miniserie de tres números pero una trama de larga gestación en la mente del arquitecto perenne del Universo DC como es Geoff Johns. Innumerables escritores han intentado poner su sello en el Joker, el villano de cómics más infame que existe, y Johns finalmente en Tres Jokers da un paso al frente. La única pregunta que queda es: ¿Por qué tres? ¿Tenemos aquí una reorganización catastrófica del Príncipe Payaso del Crimen? ¿Es diferente siquiera la sensación tras leerla en un mundo saturado de tantas versiones del Joker? Johns es ese raro guionista que llegó a la industria a través de Hollywood, comenzando su carrera como asistente del director del Superman, de Richard Donner, y desde allí forjó conexiones con DC. Por supuesto, regresó a Hollywood en la última década, como director creativo de DC a cargo de la expansión cinematográfica. La lista de películas de DC de Warner Bros: Aquaman, Shazam, La Liga de la Justicia, Black Adam… Se puede decir que nadie tiene tanto poder para meter mano en los personajes como él. Pero en el noveno arte, sus proyectos más exitosos en DC Comics tienden a la naturaleza “clásica”, revitalizando personajes tan antiguos como puros redefiniendo las mejores historias de Green Lantern y The Flash que se pueden leer hoy en día. Incluso él mismo los reivindica como sus personajes favoritos. Y se nota. Por eso era mi curiosidad ver que tenía que decir sobre Joker. Para mí Johns es un escritor de superhéroes no de supervillanos.
Johns alegó en entrevistas que Tres Jokers era una historia sobre curación y cicatrices, sobre Batman, Barbara Gordon (Batgirl) y Jason Todd (Red Hood), y las diferentes formas en que estos mismos han vuelto a seguir adelante después de ser gravemente heridos, física y mentalmente, a manos del Joker. Y eso es concretamente esta obra. Pero añado yo: la historia tiene un gancho para atrapar al lector que ya ha vivido todo eso. Batman, Batgirl y Red Hood se unen para investigar una ola de crímenes de una noche que parece haber sido orquestada por individuos que se hacen pasar por el Joker, o al menos, se le parecen. Una noche. Se ha perpetrado un importante robo de productos químicos y todo apunta a una mini banda de esos terribles seres con pelos verdes, verdaderos demonios de este mundo. Y tres antiguas víctimas del Príncipe Payaso del Crimen que no han olvidado los sufrimientos que el villano les provocó se unen para resolver la investigación.
La línea Black Label se lanzó en DC para lectores más maduros a los que les gustara leer historias fuera del canon. En esta línea, el Joker tiene un puesto en el podio, obviamente. Cerca de la mitad de los cómics publicados bajo el sello Black Label han tenido al Joker como protagonista, codirector, antagonista principal o como antagonista. elemento argumental significativo. ¿Por qué? Fácil. El Joker es el villano más cabrón que tiene DC en cartera. Y cómo el ser humano, en general, adora o le atrae leer sobre el Mal, donde está este tío se recauda. Pero después está el tema de tratarlo y hacerlo bien con el personaje. Y eso lo consiguen muy pocos.
Para Three Jokers, Johns se asoció con el artista Jason Fabok, quien también trabajó casi exclusivamente para DC a lo largo de su carrera. Los dos trabajaron juntos anteriormente en Justice League. Johns y Fabok no son sutiles en este libro. Van al grano y no tienen miramientos de si sale mucha sangre o no. Porque para Batman, Batgirl y Red Hood, los crímenes que tenemos son un misterio, pero para el público es algo más metafísico. Se nos pide que veamos al Joker como alguien que es consciente de que existe en todas las épocas y que debe evolucionar hacia una nueva, de manera que coquetea con la cuarta Pared. Y eso sí da miedo.