Reseña: Un Avión Sin Ella, de Michel Bussi, Fred Duval y Pinheiro

Basada en la novela de Michel Bussi, pero un thriller que con el presupuesto adecuado podría ser un buen thriller de Hollywood. Es la buenos típica trama que con un buen director y unos buenos actores, saldría algo increíble. Los que leemos cómic europeo sabemos que esto ocurre de forma frecuente, los niveles de guion y dibujo son muy altos, y bueno, ya sabemos de la escasez de ideas que hay en el cine desde hace unos años. Por otro lado, la mezcla de las artes no tiene por qué ser algo malo. Como veis, no hay ningún reparo en la BD a la hora de coger novelas de autores y trasladarlas al cómic; cosa que no se ve hace por otros lares. Un avión sin ella es suspense de cabo a rabo y si en formato cómic llega a más lectores pues mucho mejor.

Fue difícil no ceder a mi curiosidad cuando me enteré de que iba la historia, sin embargo, cuando empecé a leer este buen volumen en tapa dura que Norma Editorial trajo hace poco a nuestro país, la forma en que me lo contaron lo que me sedujo. Fred Duval adapta brillantemente la novela de Bussi. En lo que respecta al cómic, en ningún momento sentí ninguna interrupción o problemas de ritmo. La historia imaginada por Michel Bussi y guionizada por Duval nos lleva a saber que en la noche del 23 de diciembre de 1980, un avión de la Turkish Airlines se estrelló en el macizo del Jura. Un accidente en el que una niña de tan solo tres sobrevive. No obstante, la identidad de la pequeña nunca se conoce porque había dos bebés a bordo del avión y nadie puede identificarlos. Así comienza una larga intriga que enfrenta a dos familias de distinta clase y que culminará de forma sorprendente cuando la niña cumpla la mayoría de edad. Por lo que nos metemos en vereda a finales de 1998, el mismo día del cumpleaños de Lylie donde la historia alterna entre presente y pasado con las diferentes etapas cronológicas de la investigación del inspector Crédule el cual debe entregar a las familias las conclusiones de su investigación sobre la identidad de esta joven ahora que es mayor de edad.

Atravesando las montañas del Jura o las playas de Dieppe, así como algunos acontecimientos históricos como la llegada de Mitterrand al poder en mayo del 81 o los cuartos de final del Mundial de fútbol Francia-Brasil en junio de 1986, pista tras pista, tenemos giros de guion magníficos y el tema detectivesco avanzando de un modo muy chulo. Te mantiene en suspense hasta la revelación final, muy al estilo del film Gone Girl (Perdida) que, por cierto, también fue una magnífica novela.

Ese tono de thriller, ese tono de intriga que durante la lectura te mantiene en vilo queriendo saber más y más cuanto antes. Y todo bajo el hechizo de la belleza gráfica con los magníficos colores de los personajes y escenarios del joven y talentoso autor brasileño Nicolaï Pinheiro. Fue un placer encontrarme con este ilustrador de nuevo, cuyos trazos ya me sedujeron en La drôle de vie de Bibow Bradley, con un dibujo que aunque académico, sigue en sintonía con la historia y es bastante agradable a la vista. Evidentemente, la rica paleta de colores y el encuadre tan cinematográfico tienen mucho que ver en ello.

Duval, como ya hiciera en Nenúfares negros (https://www.normaeditorial.com/ficha/comic-europeo/nenufares-negros), adapta una novela que como os decía al principio es digna de los mejores thrillers que se pueden recomendar. Buen entretenimiento para el gran público, una trama que mezcla investigación policial con ciertos toques de novela romántica. Quizás los dos grandes géneros que más atraen al gran público. La narración es extremadamente fluida y es imposible dejar el cómic sin leerlo hasta el final. Y si lo haces, estarás casi todo el día pensando en la historia.

Pero si queremos ser realmente críticos con este escenario, que utiliza de manera un tanto caricaturizada la oposición entre dos clases sociales muy diferentes (la parte obrera de Dieppe y los ricos malutos de la capital), también podríamos reprocharle que los giros de última hora que se invierten se han vuelto muy característicos del género. A lo que los fans podrán replicar que éste es el principio mismo de un buen thriller, ¿no?